martes, 3 de mayo de 2011

Las alergias en el campo y la ciudad.

Campo o ciudad son lo mismo para las alergias"


"A lo largo de mis años de trabajo he visto alergias de todo tipo, desde un fabricante de guitarras que tenía reacciones al cedro rojo, con el que se fabrican esos instrumentos, hasta trabajadores que tenían alergias a las arañas que habitaban en los almacenes". Habla Santiago Quirce Gancedo, de 51 años, médico responsable del Servicio de Alergología del hospital La Paz. Cada año este departamento atiende a 22.000 pacientes (7.000 de ellos por primera vez) lo que le convierte en el servicio más grande de Europa, según su responsable.


Las pruebas para lograr un buen diagnóstico apenas requieren 15 minutos
Quirce, nacido en Santoña, y licenciado en Medicina por la Universidad de Cantabria, ha estado toda su vida relacionado con la alergología. Durante su carrera profesional ha recorrido diversos hospitales: hizo la especialidad en el Ramón y Cajal e investigó en Vancouver (Canadá); también pasó por el hospital Virgen del Camino, en Pamplona, y por la Fundación Jiménez Díaz antes de integrar el equipo de especialistas de La Paz. "Elegí el estudio de las alergias por combinar la asistencia clínica con las técnicas de investigación desarrolladas y las que aún quedaban por desarrollar. Me interesaba el crecimiento y la innovación", explica el facultativo.

Ahora el especialista coordina un equipo de 40 personas formado por facultativos, residentes, enfermeras y técnicos. "Las estadísticas nos demuestran que una cuarta parte de la población sufre algún tipo de alergia. Puede ser de carácter muy leve a algunas más agudas", precisa en plan didáctico.

Madrid se enfrenta en estas fechas a uno de los periodos con mayor problema para los alérgicos. Es la época de floración de los árboles y enseguida empezarán las gramíneas (las hierbas más comunes). "Las previsiones de este año son que tendremos una temporada entre moderada e intensa. Cómo evolucionará va a depender de muchos factores como el tiempo y la floración", adelanta el doctor. El factor de este año será de siete, en un baremo que oscila del cero al 10.

¿Son diferentes las alergias que sufre la Comunidad de Madrid del resto del país? La respuesta de Quirce es clara: sí. Las alergias dependen de muchos factores, entre ellos el clima. Madrid se encuentra en una zona con clima continental, en plena meseta central. Eso se traduce en mayor incidencia de las gramíneas, el olivo y los llamados plátanos de sombra. "Los problemas de los alérgicos se suelen dar por las concentraciones de determinados pólenes. Por ejemplo, en Elche, donde hay mucho palmeral, sí se dan pacientes alérgicos a las palmeras. En Madrid sería muy difícil", considera este especialista.

Lo que tiene claro Quirce es que la contaminación que sufre la capital influye, "pero no tanto como la gente piensa". Y lo expone de forma muy gráfica: "Cuando Madrid ha sufrido esos episodios de contaminación muy alta, ha coincidido con el periodo de floración y con los picos de polinización de las arizónicas, que son las que han causado problemas como la rinitis y la tos. Quizá algunos factores como el ozono o los humos de los motores diésel agraven algo, pero tienen que existir problemas previos como asma o enfermedad pulmonar obstructiva crónica".

Un aspecto que tienen muy estudiado los alergólogos del hospital La Paz es que la edad no influye en la aparición de esta hipersensibilidad. Lo más frecuente es que aparezcan en los primeros años de la infancia o durante la adolescencia, pero no resulta extraño que entre los adultos surjan nuevos pacientes. "Está comprobado que no sirve de nada el vivir en un ambiente sano, el elegir entre el campo y la ciudad y cosas así. Lo que sí sabemos que no falla es la carga genética. Si uno tiene un padre alérgico, tiene un 50%. Este porcentaje sube al 75% en el caso de que lo sean los dos padres", destaca el doctor. Reconoce que es muy raro que se detecten alergias en personas adultas, pero no deben descartarse. "También se puede dar el fenómeno contrario. Una persona puede nacer intolerante a la leche o al huevo y, con el paso del tiempo, su cuerpo puede cambiar y aceptar este tipo de comida".

Lo que resulta imprescindible para atajar el problema es un buen diagnóstico. Para ello es necesario acudir a las pruebas cutáneas. Un leve pinchazo de aeroalérgenos permite saber en solo 15 minutos si alguien es alérgico a sustancias tan diferentes como los árboles (cipreses, olivo y plátanos de sombra), a las gramíneas, a algunas malezas, a los ácaros, a hongos y a determinados animales como los gatos, los perros, los hámsters y los caballos.

Una vez que se sabe qué tipo de sensibilidad padece el paciente, ya se puede prescribir el tratamiento adecuado. Este puede ser con corticoides, broncodilatadores, antihistamínicos o vacunación. "Estas vacunas comenzaron a desarrollarse en 1911 en Inglaterra y han evolucionado mucho en los últimos 20 años, pero sobre todo en la última década", relata Quirce, que detalla el proceso de vacunación: primero se aplica una o dos dosis a la semana y luego se van reduciendo a una al mes. "Después, suele haber una mejoría gradual".

Una alergia que está aumentando es la del sol. Pero no hace falta esperar al verano. Suele darse también en esta época, sobre todo, cuando se empiezan a utilizar mangas cortas y prendas más escotadas. Esas erupciones suelen desaparecer conforme avanza el buen tiempo y la piel, acostumbrada a estar tapada en invierno, se va acostumbrando a la nueva temporada.

Entre las patologías más raras que ha detectado este especialista están las de algunas personas que sufren graves problemas con el frío. Padecen erupciones cutáneas y ronchones cuando bajan las temperaturas. La ventaja frente a otras es que "son muy fáciles de diagnosticar. Basta con ponerles un cubito de hielo en la piel y enseguida hay una reacción. Zambullirse en un río o en una piscina muy fría puede causarles la muerte en minutos porque entonces el frío afecta a todo el cuerpo a la vez". Otra alergia curiosa que han visto en La Paz es la que le producía la mascota -una iguana- a su dueño. Siempre que estaba cerca de ella lo pasaba mal. También está la de un paciente que tenía una fotosensibilidad extrema. No podía salir a la calle en horas de luz solar. Tenía que hacer vida nocturna.

No hay comentarios:

Publicar un comentario