La pregunta de Mas: “¿Usted desea que Cataluña sea un nuevo Estado de la UE?”
Mas descarta preguntar directamente por la independencia
Los nacionalistas se centran ahora en convencer a los empresarios
Miquel Noguer
Barcelona
12 OCT 2012 - 22:51 CET2231
Artur Mas, en la Cámara de Comercio de Tarragona. / EFE
Artur Mas no solo tiene decidido hacer una consulta de autodeterminación de Cataluña los próximos cuatro años, tenga o no la autorización del Estado.
El presidente catalán ya tiene en mente incluso cuál debería ser la
pregunta que se hiciera a los catalanes. Y, en la línea de ambigüedad
que mantiene Convergència i Unió,
la pregunta apunta directamente a la secesión de Cataluña, pero sin
contener la palabra “independencia”, que sigue despertando desconfianza
en sectores nacionalistas. La pregunta, según Mas, debería ser: “¿Desea
usted que Cataluña se convierta en un nuevo Estado de la Unión Europea?”
El presidente catalán, en una entrevista publicada este viernes en La Vanguardia, aclaró algo más la hoja de ruta que aplicará si, como apuntan todas las encuestas, gana con autoridad las elecciones del 25 de noviembre. De entrada, asegura que en los próximos cuatro años habrá, “sí o sí”, una consulta. Sigue sin revelar qué marco legal utilizará para hacerla e insiste en que las leyes no son “inamovibles” y que, llegado el caso, apelará a la legislación internacional si la española impide su propósito.
Con todo, el presidente catalán confía en que si la presión soberanista sigue al alza, habrá un momento en que el Estado se verá obligado a sentarse a negociar el contenido de la consulta. A partir de ahí, y si es posible hacerla, insiste en que dejará la presidencia de la Generalitat. Eso sí, después de ganar esa consulta “con una mayoría clara”.
Lo que sigue sin aclarar el presidente catalán es cómo decidirá, llegado el momento, que la legislación española no le sirve y cómo evitará las eventuales medidas legales que ello le pueda acarrear. Convergència i Unió sostiene que la vía es, además de la presión constante, la aprobación de una consulta no refrendaria a través de la ley de consultas que promueve el Parlamento catalán. También desempeñaría un papel destacado la comunidad internacional, especialmente si el proceso catalán corriera paralelo al referéndum que se celebrará en Escocia en 2014. Los nacionalistas entienden que España recibirá presiones externas para consultar a los catalanes sobre su futuro, como hace Reino Unido.
El Gobierno catalán está ahora enfrascado en la labor de convencer a los escépticos, comenzando por los grandes empresarios, que siguen teniendo en España su gran mercado de referencia. En la entrevista, Mas llamó claramente a esos empresarios a “adaptarse” al “cambio cultural profundo” que en su opinión ha vivido Cataluña con el auge del soberanismo.
Este intento de convencer a los empresarios explica, entre otras cosas, que Mas siga evitando la palabra “independencia”. El programa electoral de CiU hablará de “Estado propio”, pero evitando conceptos como “independencia” o “secesión” que puedan asociarse a una situación de aislamiento de Cataluña.
Los partidos de la oposición exigieron a Mas que no se precipite a la hora de hablar de consulta. “Las cosas deben hacerse seriamente; antes hay que decidir quién gobierna la próxima legislatura en Cataluña y, para ello, todos debemos explicar lo que nos proponemos hacer”, dijo este viernes el secretario de Organización del PSC, Daniel Fernández. Los socialistas están intentando, con escaso éxito de momento, que la precampaña electoral aborde las consecuencias de la crisis económica y no se centre solo en la cuestión nacional.
Tampoco Iniciativa per Catalunya, un partido favorable a la autodeterminación de Cataluña, está satisfecho con los planes del presidente. “Lo que busca Mas es apropiarse del derecho a decidir de los catalanes y apropiarse incluso del derecho a decidir la pregunta que se les debe hacer a los ciudadanos”, lamentó la ecosocialista Dolors Camats.
El presidente catalán, en una entrevista publicada este viernes en La Vanguardia, aclaró algo más la hoja de ruta que aplicará si, como apuntan todas las encuestas, gana con autoridad las elecciones del 25 de noviembre. De entrada, asegura que en los próximos cuatro años habrá, “sí o sí”, una consulta. Sigue sin revelar qué marco legal utilizará para hacerla e insiste en que las leyes no son “inamovibles” y que, llegado el caso, apelará a la legislación internacional si la española impide su propósito.
Con todo, el presidente catalán confía en que si la presión soberanista sigue al alza, habrá un momento en que el Estado se verá obligado a sentarse a negociar el contenido de la consulta. A partir de ahí, y si es posible hacerla, insiste en que dejará la presidencia de la Generalitat. Eso sí, después de ganar esa consulta “con una mayoría clara”.
Lo que sigue sin aclarar el presidente catalán es cómo decidirá, llegado el momento, que la legislación española no le sirve y cómo evitará las eventuales medidas legales que ello le pueda acarrear. Convergència i Unió sostiene que la vía es, además de la presión constante, la aprobación de una consulta no refrendaria a través de la ley de consultas que promueve el Parlamento catalán. También desempeñaría un papel destacado la comunidad internacional, especialmente si el proceso catalán corriera paralelo al referéndum que se celebrará en Escocia en 2014. Los nacionalistas entienden que España recibirá presiones externas para consultar a los catalanes sobre su futuro, como hace Reino Unido.
El Gobierno catalán está ahora enfrascado en la labor de convencer a los escépticos, comenzando por los grandes empresarios, que siguen teniendo en España su gran mercado de referencia. En la entrevista, Mas llamó claramente a esos empresarios a “adaptarse” al “cambio cultural profundo” que en su opinión ha vivido Cataluña con el auge del soberanismo.
Este intento de convencer a los empresarios explica, entre otras cosas, que Mas siga evitando la palabra “independencia”. El programa electoral de CiU hablará de “Estado propio”, pero evitando conceptos como “independencia” o “secesión” que puedan asociarse a una situación de aislamiento de Cataluña.
Los partidos de la oposición exigieron a Mas que no se precipite a la hora de hablar de consulta. “Las cosas deben hacerse seriamente; antes hay que decidir quién gobierna la próxima legislatura en Cataluña y, para ello, todos debemos explicar lo que nos proponemos hacer”, dijo este viernes el secretario de Organización del PSC, Daniel Fernández. Los socialistas están intentando, con escaso éxito de momento, que la precampaña electoral aborde las consecuencias de la crisis económica y no se centre solo en la cuestión nacional.
Tampoco Iniciativa per Catalunya, un partido favorable a la autodeterminación de Cataluña, está satisfecho con los planes del presidente. “Lo que busca Mas es apropiarse del derecho a decidir de los catalanes y apropiarse incluso del derecho a decidir la pregunta que se les debe hacer a los ciudadanos”, lamentó la ecosocialista Dolors Camats.
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