Pues sí: Guardiola hacía la guerra sucia
Artículos de Alfredo Relaño
Alfredo Relaño | 18/10/2012
Catalunya Radio reveló ayer que en los aún recientes tiempos de
Guardiola el Barça ordenó un seguimiento por cámaras a Pepe, en los
Clásicos, a fin de acumular pruebas contra el jugador (Ahora, por
cierto, se entiende mejor aquello que dijo Tito Vilanova de que se
podría hacer un vídeo con las patadas de Pepe). Cada cual puede hacer el
juicio moral que quiera de esa iniciativa del Barça, pero el mío desde
luego es malo. Refleja una obsesión malsana por un jugador y se aleja
mucho, desde luego, del aire beatífico del que siempre quiso rodearse
Guardiola y del que también quiso rodear al club de su vida.
Entre los madridistas más radicales siempre existió la sospecha de que Guardiola vendía una imagen pero que en el fondo era otra. "El verdadero Guardiola saldrá cuando pierda". Apenas llegamos a ver eso, porque nada más perder (la Liga pasada) se marchó. Eso sí: el curso anterior pareció dar veracidad al aserto tras la derrota en la final de Copa. En dos días fue lo del fuera de juego por dos centímetros, lo de Proença (que se volatilizó tras su lamento) y aquella conferencia de prensa provocadora en el Bernabéu, la del día de la central lechera y de cuál es tu cámara, José, ¿esta, ésa?, bueno, todas.
Ahora sale esto, que me parece horrible. Y bastante inútil. Los Clásicos se siguen ahora por muchas cámaras y raro sería que quedara algo de Pepe sin grabar, tan aparatoso como es. El otro día escribí aquí que me parece que lo suyo me parece más fachada y bravuconería que verdadera capacidad de dañar. Con eso se ha ganado una mala imagen pública muy notoria, pero por lo visto al Barça le parecía poco. Hoy, los que predicaban que la virtud de Guardiola era sólo apariencia y agradecían la autenticidad de las bruscas las 'verdades del barquero' de Mourinho están en su derecho de presumir.
Entre los madridistas más radicales siempre existió la sospecha de que Guardiola vendía una imagen pero que en el fondo era otra. "El verdadero Guardiola saldrá cuando pierda". Apenas llegamos a ver eso, porque nada más perder (la Liga pasada) se marchó. Eso sí: el curso anterior pareció dar veracidad al aserto tras la derrota en la final de Copa. En dos días fue lo del fuera de juego por dos centímetros, lo de Proença (que se volatilizó tras su lamento) y aquella conferencia de prensa provocadora en el Bernabéu, la del día de la central lechera y de cuál es tu cámara, José, ¿esta, ésa?, bueno, todas.
Ahora sale esto, que me parece horrible. Y bastante inútil. Los Clásicos se siguen ahora por muchas cámaras y raro sería que quedara algo de Pepe sin grabar, tan aparatoso como es. El otro día escribí aquí que me parece que lo suyo me parece más fachada y bravuconería que verdadera capacidad de dañar. Con eso se ha ganado una mala imagen pública muy notoria, pero por lo visto al Barça le parecía poco. Hoy, los que predicaban que la virtud de Guardiola era sólo apariencia y agradecían la autenticidad de las bruscas las 'verdades del barquero' de Mourinho están en su derecho de presumir.
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