jueves, 11 de octubre de 2012

Niñas muy peligrosas.

Niñas muy peligrosas

Integristas talibanes disparan contra una niña paquistaní que escribía un blog en la BBC

Marcos Balfagón

En Las mujeres que leen son peligrosas, Stefan Bollmann rinde un homenaje a las mujeres que encontraron en la lectura el camino de la emancipación. En su libro hace un recorrido por los cuadros que han representado a mujeres con un libro entre las manos. Ahora, ese libro tendría que añadir la portada del blog que Malala Yousafzay, una niña de Pakistán de 14 años, viene escribiendo desde 2009 en la web de la BBC. Ese blog, firmado con el seudónimo de Gul Makai, ha estado a punto de costarle la vida. Un fanático talibán la paró cuando salía del colegio y le disparó en la cabeza.
Hija de un maestro, Malala ha narrado en su diario lo que ocurría en el valle de Swat, una región situada en la frontera con Afganistán cuyo control tomaron los integristas talibanes en 2009 tras dos años de enfrentamiento con el Ejército de Pakistán. Como ocurrió en Afganistán tras la derrota de las tropas soviéticas, lo primero que hicieron los talibanes al llegar al poder fue instaurar la ley de la sharía, recluir a las mujeres entre las paredes del hogar y sacar a las niñas de las escuelas. Porque las niñas que aprenden son peligrosas. Su destino natural es estar al servicio de los hombres, pero si quieren saber, también querrán opinar, y luego decidir; y más tarde querrán tener también el pleno dominio de sus vidas. Y eso amenaza el orden patriarcal.
Con su mirada de niña, Malala explicó al mundo cómo cambiaba su vida bajo el dominio del integrismo islámico. Cómo tenía que esconder los libros y cómo al final cerraron su escuela. Un relato muy parecido a lo que el director Siddiq Barmak narra en la película Osama, basada en la historia real de otra niña de 12 años que tuvo que hacerse pasar por muchacho para salir de la miseria. Su madre era doctora, pero había tenido que dejar su trabajo en el hospital. Y como siendo mujer no podía salir a la calle, vistió a la hija de chico para que pudiera ejercer como jefe de familia. Hasta que el engaño fue descubierto.
Malala ejerció de cronista de una regresión parecida hasta que el Gobierno paquistaní recuperó el control de la región en la que vive. Entonces regresó a la escuela y recibió premios por su defensa de las niñas, pero eso le dio notoriedad y la colocó en la lista de mujeres muy peligrosas a ojos de los talibanes.

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