La palabra cáncer es horrible y es algo que todos escondemos, como si ignorándola pudiéramos evitar que algún día se alojara en nuestro cuerpo. Escondemos la palabra y escondemos los efectos... Craso error, dicen los expertos, porque las enfermedades son enfermedades y se habla del cáncer como se habla de las cardiopatías o de la diabetes. ¿Por qué esa diferencia, por su asociación con la muerte? Hoy por hoy, mueren en España más hombres y mujeres por enfermedades cardiovasculares que por tumores y, sin embargo, nadie teme decir “ha muerto de un infarto”.
Además, los especialistas aseguran que cada día que pasa más personas superan un cáncer, gracias, por un lado, a los avances científicos y farmacológicos y, sobre todo, porque los ciudadanos han asumido que al más mínimo indicio de que algo no funciona bien en el cuerpo hay que ir al médico. La detección precoz está permitiendo que, en muchos tipos de tumores, la supervivencia sea una realidad. “Del cáncer se sale”, aseguran los expertos. Y aquí están estas cinco historias recogidas por el Instituto Madrileño de Oncología (IMO) sencillamente para demostrar al mundo que hay vida después del cáncer.
MARÍA JOSÉ
“He dejado mucho atrás, he empezado una vida mejor” María José, de 39 años, recuerda el día y el momento en que le diagnosticaron un cáncer de mama, en el 2006: “Fue un jarro de agua”. Pero, pasado el shock, siempre duro, decidió que no iba a hundirse. El año que pasó en tratamiento se hizo a la idea de que no iba a tener hijos: “Pero mi mascota consiguió que saliera a la calle, que no me viniera abajo.
La verdad es que le debo mucho”. Ahora, se reconoce feliz: “El cáncer me volvió una persona positiva. Tan positiva, que ahora tengo a mi bebé, una niña de veintidós meses”. “Yo no he recuperado mi vida, yo he empezado a vivir a raíz del cáncer. Yo he dejado muchas cosas atrás y he empezado una vida muchísimo mejor. Mi vida no la he recuperado, la he mejorado”.
Aconseja a los que en este momento están pasando por lo mismo que ella pasó hace ahora cuatro años que “confíen” en su médico: “Tienes que creer en él”. Y relata cómo el cáncer le ha aportado nuevas ilusiones: “Me ha aportado tener un hijo, una mascota, ser mejor persona, más condescendiente y, sobre todo, me ha aportado ganas de vivir”.
PEDRO PABLO
“Valoro la expresión ‘hasta mañana si Dios quiere’ “Aconsejaría a todos los que tienen la enfermedad que hablen de ella, que se expresen, que den sus opiniones sobre el cáncer. Es muy importante sacar al exterior lo que llevas dentro porque te alivia. A mí me ha ayudado mucho”, explica Pedro Pablo, de 57 años, quien ha superado un cáncer de pulmón. Ese mismo consejo es el que da Enrique, de 45 años, que ha superado un tumor cerebral. “Yo soy contrario a no hablar del cáncer. Siempre he dicho que tenía cáncer e incluso, tiendo a verlo con humor.
El cáncer me ha hecho una persona positiva, ¡adelante!, hay que ser positivo, no hay que cerrarse y una cosa muy importante es la actitud. Lo repito, hay que ser positivo, positivo...”, dice entre risas. Pedro Pablo recuerda: “Cuando estaba enfermo había una expresión que no valoraba y que, ahora, después de la enfermedad, sí lo hago.
Es el ‘hasta mañana si Dios quiere’. Y cuando me levantaba por la mañana, pensaba: ‘Pues Dios ha querido otro día’. Y me levantaba contento, alegre, con ganas de luchar”. “Si la vida fuera como el fútbol y pudiese usar una moviola, ir hacia atrás, yo dejaría de fumar, por lo que he padecido y por lo que he hecho padecer a los demás”. Pedro Pablo reconoce que la gran salida que tuvo durante su enfermedad fue su dedicación al trabajo. “Pensé: ‘Tienes vida y hay que luchar’”.
SARA
“Hay que hablar sin miedo del cáncer, ayuda mucho” “Antes del cáncer era una persona muy insegura, pero a raíz de la enfermedad he dado importancia a lo que realmente la tiene”, explica Sara, de 34 años, en tratamiento por un cáncer de mama. “He recuperado el sueño de ser yo misma y de empezar a vivir la vida. Ahora, cada paso que doy, lo doy con seguridad”. “A una persona que le acaban de diagnosticar un cáncer le diría que se supera, que debe estar convencida de ello.
No hay que ver la palabra cáncer como algo tabú o como sinónimo de persona delgada, con mal aspecto, decaída. Hay que hablar sin miedo del cáncer, que ayuda mucho”. Y con una bonita sonrisa termina: “Dicen que lo que no te mata te hace más fuerte, y, en mi caso, soy una persona nueva, distinta, nada que ver con la de antes”.
JOSÉ MARÍA
“Ver a los niños me dio fuerza” “Me impresionó mucho cuando fui a la unidad de tomoterapia del Grupo IMO en la clínica La Milagrosa, de Madrid. Entré en una consulta que estaba llena de niños y, entonces, el shock fue impresionante. Estuve allí un cuarto de hora y veía a los niños alegres, con ganas de jugar.
Yo creo que fue lo que definitivamente me impulsó a ser más positivo”, explica José María, próximo a cumplir los 60 años y que ha superado un cáncer de laringe. “Mi vida ha cambiado –relata–, sobre todo en lo que respecta a mi situación laboral. Yo trabajaba muchísimas horas y, en este momento, estoy haciendo cosas más livianas, suficientes para tener un nivel de vida digno.
Desde entonces, la atención a mis hijos, a mi mujer, se ha humanizado mucho más, porque antes de mi enfermedad estaba siempre más preocupado por mi trabajo que por ellos. Ahora, las relaciones con mi familia son como de película”. “Ahora vivo mucho mejor y más feliz, con menos dinero del que tenía antes y no tengo ninguna preocupación por esa reducción del nivel de vida. No echo nada de menos, se lo aseguro, y soy mucho más solidario”.
AMALIA
“Lo mejor es conocer el cáncer y conocerlo todo” La historia de Amalia, que en breve cumplirá los 70, es la historia de una luchadora con mayúsculas. Ha superado dos cánceres, uno de colon y otro de endometrio, y ahí está llena de vida y dispuesta a dar esperanza, porque la hay.
“Pienso que lo primero al afrontar un cáncer es ponerse en paz, buscar fortaleza donde cada uno pueda. En mi caso, la encontré en Dios y después en mi médico, en mi familia y en mis amigos”. Desde su experiencia, cree que lo mejor “es conocer el cáncer y conocerlo todo”.
“Es mejor afrontarlo que tratar de ocultarlo. Tras haber superado dos cánceres siento que he tenidomuchas oportunidades, y mepregunto para qué; por eso ahora quiero llenar mi vida de todo y devolver todo lo que me han dado. He visto el poder que tiene el dejarse ayudar por los demás, y eso me ha servido”.
Amalia recuerda la gran cantidad de personas que la han ayudado, “muchas”, reitera, y también su capacidad para dejarse ayudar. “A mí el cáncer me ha enseñado a valorar la vida y he descubierto el valor de la amistad, no he estado sola”. “Y en mis paseos por el parque del Retiro buscando la paz y la armonía, al ver brotar la vida, ahí pensé que también mi vida podría resurgir de nuevo”, señala Amalia.
El cáncer no es contagioso, no es vergonzoso tenerlo como el SIDA, entonces porque no se habla de él, como las cardiopatías.No lo sé. Pero hay que apoyar a los enfermos de cáncer, a los que nos saldrán con vida, y desde luego, a los que han salido. Cualquier situación de muerte cercana, cambia la perspectiva de vida.
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