Cientos de miles de personas participan a estas horas en la gran marcha convocada por el movimiento opositor en el centro de El Cairo para exigir la dimisión del presidente egipcio, Hosni Mubarak, y el final de sus 30 años de régimen. La cadena de televisión Al Yazira, cuyas cámaras siguen en directo el desarrollo de la marcha, asegura que la protesta ha reunido a un millón de personas.
Desde las once de la mañana (hora española), la plaza de Tahrir (de la Liberación), epicentro de las protestas para exigir reformas democráticas en el país árabe, es escenario de la multitudinaria manifestación bajo el lema "Abajo Mubarak, todos contra Mubarak".
El líder opositor y premio Nobel de la Paz Mohamed El Baradei, que participa en la marcha, ha instado al presidente egipcio a que abandone el poder y salga del país antes de este viernes para evitar "un baño de sangre". Toda la oposición, incluido los Hermanos Musulmanes, la gran fuerza islamista de Egipto, acaba de llegar a un acuerdo basado en cuatro puntos: 1) Que Mubarak deje el poder 2) Disolución del Parlamento 3) Nueva Constitución 4) Creación de un Gobierno de transición.
Además, se constituirá un grupo de sabios encargado de establecer los mecanimos de diálogo para ordenar la transición, en el que participarán El Baradei, Amr Musa (secretario de la Liga Árabe) y Ahmed Zewail (premio Nobel de Química en el año 1999), que reside actualmente en Estados Unidos y ha sido llamado para participar en este cónclave. Se espera su llegada a El Cairo esta misma tarde.
Mosaico social
En la protesta participa un amplio espectro de la sociedad egipcia: gente joven, estudiantes, profesionales, familias enteras con sus hijos, muchos de ellos bebés, y egipcios con mayor poder adquisitivo que están aportando dinero para sufragar la comida y el agua para la multitud. Cada uno cuenta su historia, cómo está viviendo estos ocho días de revolución ciudadana contra la opresión de un régimen que parece tocar a su fin.
Muchos de los congregados cantan y llevan flores y pancartas con lemas como "Amo Egipto". En el centro de la plaza, además de pancartas en las que se reclama la salida de Mubarak y el regreso de la democracia, se ha instalado una gran pantalla en la que se están proyectando fotos de las protestas para romper así la censura de la prensa oficial egipcia, que no está informando de lo que ocurre en la calle.
Entre la multitud, hay muchos extranjeros. A la entrada de la plaza se reparten octavillas en árabe, inglés, francés e italiano que muestran el respaldo de "la comunidad internacional residente en Egipto" a las demandas de los ciudadanos. "Hemos hecho la parte más difícil tomando las calles. Ahora depende de los intelectuales y los políticos que lleguen a un acuerdo y nos ofrezcan alternativas", asegura Walid Abdel-Muttaleb, un hombre de 38 años que ha secundado la marcha.
Ya desde primera hora la plaza ha ido llenándose de miles de personas que se han unido a aquellos que, una noche más, han acampado en la plaza desafiando el toque de queda impuesto por el Gobierno cuando se iniciaron las protestas hace ocho días con el balance provisional de 125 muertos. Poco después del mediodía, el lugar estaba a rebosar aunque seguía llegando gente.
El Ejército, testigo de la protesta
Después de que ayer el Ejército considerara "legítimas las protestas" y anunciara que "no recurrirá al uso de la fuerza contra el pueblo", el despliegue de soldados esta alrededor de la plaza ha tenido como misión canalizar la entrada de los miles de manifestantes.
La gente se agolpa en torno a las dos únicas vías para acceder al recinto, porque las otras cinco calles que culminan en la plaza han sido cerradas por los soldados como medida de seguridad. Los uniformados se ciñen a identificar a los manifestantes y a revisar mochilas y bolsas. Los cientos de periodistas internacionales que cubren la crisis en Egipto tampoco están teniendo problemas para entrar e informar desde el interior de la plaza.
Marchas en Alejandría y Suez
El Cairo no es la única ciudad donde hoy el movimento anti Mubarak exhibe su fuerza. En Alejandría (al norte del país) se desarrolla otra marcha del millón, al igual que en Suez, donde alrededor de 200.000 personas se han concentrado y han gritado lemas como "revolución por todas partes". Para amortiguar el impacto de estas movilizaciones, el Gobierno ha decretado el cierre del servicio ferroviario y de muchas carreteras.
Entretanto, ElBaradei, en declaraciones recogidas por The Independent, se ha mostrado convencido de que Estados Unidos, tradicional aliado de Mubarak, ha perdido la confianza en él y es consciente de que sus días "están contados", al tiempo que ha condenado los "actos criminales" cometidos por el régimen para perpetuarse.
A la cascada de peticiones de libertad se ha unido hoy el primer ministro turco, el islamista moderado Recep Tayyip Erdogan, que ha recomendado a Mubarak que "escuche las demandas" de sus ciudadanos. "Escucha las protestas y las demandas extremadamente humanistas de los ciudadanos", ha señalado Erdogan durante un discurso ante los miembros del partido gobernante AKP."Atiende sin dudarlo las demandas de libertad de los ciudadanos", ha añadido.
Guardando la distancia cultural y del tiempo, Egipto parece la revolución de los claveles, sólo que en este caso, rojos, manchados de sangre, pero sin embargo, no ha existido tanta sangre gracias al respaldo del ejército. La proclama es justa y necesaria. El pueblo egipcio ha sido paciente y reprimido por treinta años.
ResponderEliminar