Más de 600 comentarios, 9.200 me gusta de Facebook y 311 twiteos. Nunca imaginé que la entrada del jueves pasado sobre cruasanes iba a tener semejante acogida, y menos aún que el asunto desatara tantas pasiones. Hubo personas que secundaron mi tesis de que el curasán español es, por lo general, penoso; otros me criticaron por exagerado, ignorante, papanatas o antipatriota, e incluso me invitaron gentilmente a que me largara a Francia a vivir. Siento decepcionarles, pero creo que me quedo por aquí.
.Algunos defendisteis que prentender comer buenos cruasanes en España era como exigir a los franceses que hicieran bien la paella. Hubo quien tachó a este bollo de insano, mientras los conocedores más profundos del asunto aportaron interesantes reflexiones sobre la calidad de la harina y el agua en España como posibles factores a tener en cuenta. Ahora bien, fueron mayoría los que echaron la culpa de la baja calidad a la incultura gastronómica, la desidia, la falta de cariño o la búsqueda del beneficio a cualquier precio.
Surgieron inesperadas polémicas sobre el origen del producto. Unos defendieron su paternidad austriaca y otros, la francesa. Al respecto, lo único que tengo que decir es lo siguiente: en efecto existen antecedentes austriacos (los kipferl), pero el cruasán tal y como lo conocemos en la actualidad, ligero y hojaldrado, no existiría sin nuestros vecinos del norte, que lo popularizaron en el siglo XIX. En cuanto a su presunta invención en el sitio de Viena o Budapest, el Dictionnaire universel du pain la tacha de pura leyenda.
También hubo lío con la denominación -lo siento chicos, pero en eso cumplo órdenes: el Libro de Estilo de EL PAÍS y la RAE dictan cruasán y no croissant- e inesperadas trifulcas con las medias lunas argentinas o la bollería portuguesa. Algunos pedisteis, con razón, buenas recetas para hacerlos en casa: aprovecho para recomendar las de Directo al Paladar, Webos Fritos, Uno de Dos o Gastronomía & Cía que son como siempre de fiar.
Pero sin duda lo mejor fueron las pistas para encontrar buenos cruasanes en suelo español. Todos las pastelerías y panaderías mencionadas dan pie a la esperanza: si apoyamos a este tipo de establecimientos y rechazamos las bazofias que sirven otros, quizá algún día el nivel comience a subir.
Ésta es la lista completa de los locales que habéis recomendado, todos ellos incluidos en el mapa. No están los que no he podido localizar por los datos que dábais. Gracias a todos, críticos y no críticos, por los comentarios.
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