Eurovisión decepcionante.

Eurovisión 2011: espectacular y decepcionante
Por: Eloi Vázquez


ELOI VÁZQUEZ Y LUCAS ARRAUT

Una de las ediciones más espectaculares de la historia de Eurovisión ha sido también una de las más decepcionantes para España, que obtuvo el 23º lugar de 25, a pesar de recibir las máximas puntaciones de los vecinos Francia y Portugal y de que la actuación de Lucía Pérez sorprendió para bien. La gallega mostró encanto, naturalidad, buena voz y cierta gracia con las cámaras (y unas palmeras rojigualdas que ya las quisiera para sí El Guincho).


Las decepciones no quedaron ahí. Tres de las canciones favoritas resultaron ser grandes bluffs. Francia y su número operístico cantado en corso, que partía como la gran favorita por alguna enigmática razón, se quedó en anécdota. Peor le fue a Estonia. El que parecía el gran himno pop de esta edición no gustó ni siquiera a sus vecinos. Y Reino Unido, que puso toda la ciclada carne en el asador con la boyband Blue, probablemente los artistas más pro de este año, tuvo que conformarse con el undécimo puesto.

El sorprendente segundo lugar de Italia, que presentaba una canción jazzy en las antípodas del supuesto espíritu del festival, solo se explica por la expectación que ha generado su regreso a Eurovisión después de abandonar el concurso en 1997.

Azerbaiyán fue justa ganadora con la mejor balada del festival (de compositores suecos), aunque sus intérpretes ofrecieran una actuación cuando menos vacilante.

El mayor espectáculo visual de la noche fue sin duda el sorprendente show de Jedward, representantes de Irlanda, que facturaron un histriónico recital de coreografías desincronizadas y un no sé qué contemporáneo con el que se ganaron la simpatía general.

Las buenas posiciones de Ucrania y Bosnia & Herzegovina, inexplicables.

Pero la vencedora moral de la noche fue Alemania, que además de la buena clasificación de su sofisticada representante Lena a pesar de una melodía poco amigable, produjo el mejor show eurovisivo que se recuerda. Todas las actuaciones fueron espectacularmente adaptadas al espíritu y la identidad de la canción y, en algunos casos, hasta del país representado. Un reto difícilmente superable para Azerbaiyán, que acogerá la edición de 2012.