lunes, 9 de mayo de 2011

Rusia muestra su poderío militar.

En el 66 aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi no han participado este año tropas de otros países de la coalición aliada


Un misil nuclear Tópol-M en la Plaza Roja de Moscú celebrando el "Día de la Victoria" sobre los nazis

Poco más de una hora ha durado esta mañana en la Plaza Roja de Moscú el tradicional desfile conmemorativo de la victoria sobre la Alemania nazi, incluyendo la parada militar propiamente dicha, el breve discurso del presidente Dmitri Medvédev y la ceremonia previa en la que el ministro de Defensa, Anatoli Serdiukov, pasó revista a las tropas.

Al no tratarse de un aniversario redondo, el evento no tuvo la grandiosidad del año pasado ni participaron unidades de otros países de la coalición aliada. En 2010, por primera vez, desfilaron en la Plaza Roja fuerzas de EE.UU., Francia, Reino Unido y Polonia.

Eso sí, hoy se pudieron ver de nuevo los temibles misiles nucleares «Tópol-M» y más de un centenar de tanques y vehículos pesados. En esta ocasión el número de unidades que marcharon a pie ante la tribuna ha sido superior a otras veces. La cantidad de militares concentrados hoy en la Plaza Roja superaba los 20.000. Sin embargo, apenas ha habido desfile aéreo. Los únicos en surcar el cielo de Moscú fueron unos cuantos helicópteros con las banderas de Rusia y de cada uno de los cuerpos de las Fuerzas Armadas.

Esta vez tampoco se profirieron las clásicas amenazas contra Occidente o vecinos como Georgia. Al contrario, Medvédev afirmó en su alocución que «nuestro deber es preservar la paz alcanzada como resultado de la victoria». El jefe del Kremlin señaló que Rusia «hace su aporte al mantenimiento de la paz y la estabilidad global». Junto a él estaba el primer ministro, Vladímir Putin. Ambos dirigentes no acudieron acompañados de sus respectivas esposas.

Los desfiles conmemorativos de la victoria sobre la Alemania nazi, que en Moscú, salvo en una ocasión, tuvieron siempre como escenario la Plaza Roja, constituyeron en la época soviética un elemento intimidatorio más en el pulso de fuerzas generado por la Guerra Fría. Putin, rescató la misma exhibición de músculo en 2008, cuando, después de 18 años de pausa, reaparecieron los misiles atómicos y los tanques.

Las tropas hitlerianas comenzaron la invasión del territorio de la Unión Soviética, el 22 de junio de 1941. El Ejército Rojo culminó la toma de Berlín el 2 de mayo de 1945 y, el 8 de mayo se produjo la capitulación. Pero, debido a la diferencia horaria, en la URSS siempre se celebró el día de la victoria el 9 de mayo.

Como en años anteriores, retratos de Stalin han reaparecido en algunas ventanas y parabrisas de coches y autobuses en Moscú, San Petersburgo y otras ciudades rusas. El año pasado, en una entrevista al diario «Izvestia», Medvédev dijo que la contienda «la ganó nuestro pueblo, no Stalin», cuyos crímenes calificó de «imperdonables». Sin embargo, el presidente ruso admitió que el cruel dictador comunista «trabajó mucho y bajo su dirección el país alcanzó éxitos». Según su opinión, «tanto los que aman a Stalin como los que le odian tienen derecho a expresar su opinión».

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