domingo, 31 de marzo de 2013

Chipre en la mira

Los riesgos de Chipre

Después del rescate, la isla se enfrenta a una recesión más intensa y prolongada


El acuerdo sobre el rescate bancario de Chipre ha evidenciado la mala gestión de la crisis por parte de las autoridades europeas y la sorprendente posición de Rusia, cuyo Gobierno se ha escandalizado por la penalización a los depósitos bancarios cuando en buena lógica debería estar pidiendo la repatriación de los capitales rusos ocultos en los bancos chipriotas y la lista de quienes tienen cuentas en ellos. Pero, desgraciadamente, el episodio crítico no ha concluido. La penalización que se impondrá a los depósitos bancarios superiores a 100.000 euros será de hasta un 60% —como confirmó ayer el Banco de Chipre—, el control de capitales se ha prolongado durante un mes para prevenir las salidas incontroladas de capital y el rescate, que ha convertido en banco malo el Laiki Bank para salvar el Banco de Chipre, tendrá consecuencias duraderas, no solo para el sistema financiero de la isla, sino también para la evolución de su economía.


Porque, después de la convulsión financiera, Chipre se enfrenta al riesgo de una recesión aguda y prolongada. Poco antes de que se declarara la crisis, las previsiones europeas pronosticaban para el país una contracción del PIB del 1,7% este año y del 0,7% en 2014. Es probable que tales previsiones tengan que ser corregidas a la baja en muy corto plazo. El primer impacto, sin duda, es el pago de los depósitos asegurados del Laiki Bank, situado ya en el grado de insolvencia por Moody’s. La cadena de consecuencias indeseadas se pone en marcha; comenzará con un aumento de la deuda pública y continuará con nuevos recortes presupuestarios. Chipre será la nueva víctima de los ajustes a ultranza.
No debe olvidarse que, a pesar de las desafortunadas declaraciones públicas, el rescate bancario de Chipre es difícilmente reproducible en otros países del euro y, aparentemente, no producirá un grave contagio en las finanzas europeas. Ha sido, eso sí, una prueba para la confianza de los europeos en la fortaleza de las instituciones, que no han salido bien paradas. Los casos de mayor relevancia, como son Italia y España, tienen delineado desde 2012 un procedimiento de ayuda muy distinto de la punición impuesta a los depósitos chipriotas, en buena parte constituidos por dinero evadido de otros países. Dicho procedimiento se llama intervención en el mercado de deuda y es un error que España no se acoja a él.

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