jueves, 28 de marzo de 2013

Chipre

La banca vuelve a abrir en Chipre entre el enfado y la resignación de los clientes

Las entidades reabren con grandes restricciones a los movimientos de capital

Las aglomeraciones se han hecho más patentes a las puertas del Laiki Bank

El BCE envía 5.000 millones en efectivo a la isla bajo un fuerte dispositivo de seguridad


El director de una sucursal del Laiki pide calma a los clientes. / YANNIS BEHRAKIS (REUTERS)

Escasas aglomeraciones, tranquilidad e información fluida, además de considerables dosis de resignación, han sido las notas dominantes en la reapertura de los bancos chipriotas tras diez días de cierre. Decenas de clientes han esperado entre 5 y 15 minutos para acceder al interior de las sucursales; dentro, empleados provistos de la lista de restricciones instruían a los escasos ciudadanos que no estaban sobre aviso de las medidas. En algunos puntos de la ciudad, como la plaza de la Libertad, en la Nicosia vieja, la concentración de equipos de televisión apostados frente a sendas oficinas del Banco de Chipre y el Laiki Bank batía por goleada a los escasos titulares que aguardaban a sus puertas; la mayoría, jubilados e inmigrantes extracomunitarios.
“Esto es un teatro. ¿De verdad esta es la Europa que queremos?”, se quejaba el pensionista Zeofanu Kipros a la cola del Laiki Bank. “Desde luego se han lucido los del Eurogrupo, si esta es la imagen que estamos dando al mundo… Los que tienen que ayudar no ayudan, pero ya tienen ustedes [los periodistas] el circo que les gusta: colas de menesterosos a ser posible desesperados. No van a encontrar nada de eso aquí, no somos griegos”, añadía. A su lado, varios vigilantes contratados especialmente para hoy ordenaban la fila y restringían el acceso a tandas de cuatro clientes. El límite era potestativo: en otras oficinas de la misma entidad se permitía la entrada a ocho personas a la vez.
Los que podían sacar el máximo —300 euros al día—, lo han hecho, como Kypros (“lo justo para ir tirando y hacer compras menores como cigarrillos; el resto, con tarjeta”); otros simplemente debían actualizar el pago de recibos de agua o luz, como el pensionista Yannis Kurufis, o hacer transferencias, como Dimitris, que quería girar dinero a un hermano que estudia en el extranjero: “También sacaré el máximo; nos dicen que hay dinero suficiente pero quién sabe… ¿Quién se esperaba esto hace quince días? A saber qué pasa a partir de ahora…”.
Las sucursales del Laiki Bank —el más perjudicado por el rescate— impedían la entrada a periodistas, y la tensión era ligeramente más patente a sus puertas. En el Banco de Chipre, al contrario, imperaba una política de puertas abiertas. “Todo está yendo muy bien, mucho mejor de lo que esperábamos. La gente sabe a qué viene y está en general bien informada. Ha habido sólo algún problema de cuentas bloqueadas, pero no más que un día cualquiera”, explica bajo la condición de anonimato el director de una sucursal situada en la avenida Makariu, en la ciudad nueva.
“La única anormalidad son las restricciones impuestas [a la retirada de efectivo]. Todo está bajo control y, efectivamente, las medidas adoptadas por el Banco Central están logrando su objetivo: que no haya una retirada masiva de capitales”, explica Yorgos Elefzeriadis, responsable de créditos de la misma oficina. “Mañana (por el viernes), de hecho, abriremos con el horario normal, a las ocho de la mañana. Es muy pronto para decirlo, porque es el primer día que operamos después del rescate, pero el riesgo de fuga de capitales no parece a simple vista acuciante”.

Camión con dinero del BCE

La liquidez está de momento garantizada: este miércoles por la noche llegó a Chipre una inyección de 5.000 millones de euros del Banco Central Europeo (BCE). La imagen de los furgones blindados cargados de dinero haciendo su entrada en el banco central chipriota ha derrotado en el imaginario popular al más agorero pronóstico de colas, grescas y disturbios. Los incidentes han sido prácticamente nulos.
Según la lista de limitaciones del Banco Central, que en la práctica, significan extender el corralito que llegó tras el rescate europeo a los fondos en metálico, los clientes podrán sacar 300 euros en efectivo al día de sus bancos o a través de cajeros. Para las operaciones con tarjeta de crédito no habrá límite dentro del país, pero sí en el extranjero: pagos de 5.000 euros por persona y mes. Además, se limita a 3.000 euros la cantidad de dinero en efectivo o por transferencia que se puede sacar del país en cada viaje, y se prohíbe cobrar cheques en metálico, según ha publicado la prensa local, aunque esta restricción no ha sido confirmada por el banco emisor.
Tampoco se podrán liquidar depósitos antes de su vencimiento, ni la transferencia de dinero al extranjero salvo para el pago de importaciones, aunque deberá ser acreditada con documentos. También se podrá sacar dinero para pagar estancias y gastos de estudiantes chipriotas en el extranjero y otros expatriados (diplomáticos, trabajadores humanitarios, etcétera), con un límite de 5.000 euros al trimestre. Las medidas estarán en vigor durante al menos cuatro días, ya que el lunes vuelve a ser festivo en la isla

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