El barrio de La Condesa, de la ciudad de México, como muchos otros barrios bohemios de todo el mundo, tienen un sabor propio que se lo proporcionan los personajes que circulan todos los días por ahí.
Desde mi mesa, número siete, en el Café El Toscano, situada estratégicamente frenta al grandioso Parque México, observo durante todo el tiempo un desfile interminable de pordioseros, músicos, cantantes, putas elegantes, malabaristas, y juglares, entre otros.
En primer lugar, es necesario traer consigo una bolsa con dinero menudo para otorgárselo a quien uno considera que se lo "merece". El asunto del merecimiento tiene que ver con gustos y, generalmente por un gran sentimiento de culpa inculcado desde la formación católica de la mayoría de los mexicanos.
Cuando les damos dinero a los que consideramos en la tertulia, que se lo merecen, es por las siguientes razones: por su voces afinadas y estudiadas en el conservatorio de música, por las ejecuciones magistrales de los instrumentos, por las canciones bien puestas para varias voces, por los performans lúdicos y entretenidos que se esmeran por sorprenderlo a uno; pero igualmente desfilan por mi mesa una cantidad mayor de sujetos que se hacen acompañar de algún instrumento musical desafinado y mal ejecutado, por cantantes que en su vida han practicado las escalas musicales y mucho menos saben solfear.
Hay un grupo de juglares que "escandalizan" con sus vetustos vestuarios del siglo XVIII, todos raídos, una música infame tocada por una niña flautista que acompaña a los juglares que recitan versos y parlamentos obscenos, "artistas callejeros" que insultan a los contertulios con sus palabrotas sin sentido, y luego quieren que uno les dé dinero.
Hay un anciano, que desde que tengo memoria, hace una peregrinación cotidiana por todos los cafés y restaurantes del barrio, tocando con una armónica una canción tradicional mexicana que se usa en las festividades de cumpleaños: las mañanitas. pero toca algunas notas brevemente que dejan sentir que se está escuchando esa melodía, pero es patético el acto. Ya nadie le da dinero por eso.
Las putas que nos visitan discretamente en el café, son jóvenes modelos o señoras de más de cuatro décadas, que se "ayudan" económicamente otorgando ratos de placer a los parroquianos por unas cuotas muy altas por sus servicios carnales. Casi siempre le piden a uno que vayan a su casa y no a hoteles.
Los mendigos son un caso aparte, la mayoría de ellos son gente en edad productiva que "alquilan" niños pequeños, desnutridos y sucios, para inspirar lástima y mover la culpa de los contertulios de ese café. Casi nadie les da dinero porque es obvio el chantaje emocional que manejan.
Hay también una banda delictiva bien organizada, integrada por niñas y niños preadolescentes, que piden colaboración monetaria para el sostenimiento de unas "casas o albergues para niños de la calle", obviamente son asilos o casas de acogida inexistentes. Esta banda la integran unos veinticinco niños, y realizan esa labor desde hace muchos años. Puedo reconocer a los adultos que la encabezan, es una banda que es muy activa y muy vigilada por esos hombres explotadores de menores.
Lo lindo del desfile de miserias humanas, es que también pasan pidiendo dinero a mi mesa, ciegos que si miran, sordomudos que si hablan, tullidos que si caminan normalmente.
Lo único rescatable, últimamente, es un espectáculo importado de Europa, que consiste de un grupo de maniquíes articulados y ensamblados con tubos metálicos laterales, que son manipulados por un actor que se coloca enmedio de las figuras humanas y los hace mover al ritmo de la música, pero sincronizando los movimientos de los muñecos. Se visten como obreros, con casco metálico y chalecos fosforescentes, comoi lo manda la ley de la construcción en México.
No faltan los niños y adultos que venden "bromas", dulces, frutas, flores, hierbas de olor, inciensos, ropa hindú, lectura de tarot, lectura de la mano, etcétera.
En conclusión: es necesario traer una talega llena de monedas todos los días para el sostenimiento de la pobreza y la miseria de esos condenados de la tierra, desposeídos sin futuro, electores ignorantes.
pero también, hay que asistir al café armados de paciencia y tolerancia para las manifestaciones de mal gusto, que son las más abundantes.
Pero de cualquier forma, La Condesa es el barrio bohemio más hermoso de la ciudad de México.
sábado, 31 de julio de 2010
viernes, 30 de julio de 2010
Envejecer juntos, mi amor.
María y Jesús habían jurado vivir juntos toda la vida, y por supuesto envejecer uno junto al otro, y cumplieron fielmente su promesa.
Esta pareja siempre fue objeto de burlas y chascarrillos, por parte de sus amigos y colegas de profesión, por llamarse así: María y Jesús, fue una coincidencia del destino que se hayan podido juntar y vivir de un modo inseparable.
Ellos se conocieron en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), allá en los lejanos años cincuenta del siglo pasado, cuando ambos estudiaban la carrera de contaduría, desde el principio se atrajeron de una manera brutal y muy pronto optaron por salirse de sus respectivas casas paternas para iniciar una vida en común.
María era una chica de familia acomodada, proveniente del Sur del país, cuya fortuna les vino a raíz de la ganadería de engorda para satisfacer el mercado de la carne de la ciudad de México, poseía esa familia dos mil hectáreas de pastizales y cuarenta mil cabezas de ganado cebú.
Jesús venía de una cuna humilde, había nacido en el seno de una familia pobre, con un padre alcohólico y una madre abnegada que sostenía a la familia vendiendo tamales y atolé en la vía pública, desde las cinco de la mañana, en el vetusto barrio llamado La Lagunilla.
Pero en esa época, estudiar en la universidad significaba poder escalar en la sociedad a sitios mejores, poseyendo un título de contador, lo que garantizaba emnpleo seguro y buenos salarios. Ambos ganaban bien y vivían en un barrio elegante de la ciudad de México: la Colonia Roma, representativa de la arquitectura francesa del Porfiriato.
María y Jesús tuvieron cinco hijos, que se criaron con buenos recursos económicos, asistieron a colegios de paga y pudieron viajar a corta edad, sólos. También los hijos de María y Jesús fueron a la universidad y estudiaron, sorprendentemente, contaduría también. Ellos, los hijos, posteriormente heredaron el despacho contable de sus padres, un bufete de prestigio que le llevaba la contabilidad a varias empresas comerciales de primera línea.
Cuando María y Jesús pudieron contar con suficientes recursos, compraron un amplio terreno en las faldas del Ajusco, con la idea de construír seis casas en el mismo solar, una para cada uno de los hijos y otra para María Y Jesús. Ese proyecto lo puedieron realizar a lo largo de varios años, hoy todos tiene casa propia y son vecinos cercanos.
Jesús padre le comentó a su hijo mayor, Jesús, que necesitaba que le dejara su casa porque quería vivir solo, ya no soportaba a María, ya que "se había vuelto una bruja, una gruñona insoportable". "Quiero vivir junto a tu madre, pero en casas separadas". El hijo comprendió la necesidad urgente de su padre y accedió a dejarle su casita.
María, por su parte, también le pidió a su hija menor, María de los Desamparados, que le dejara su casita para irse a vivir ahí, ya que no soportaba a Jesús ni un minuto más. Habían vivido juntos cuarenta años, pero Jesús dejó de hablarle a María diez años, lo que la incomodó un poco y la hizo reflexionar: ¿"qué chingados estoy haciendo junto a este hombre que es como una tumba"? "Estoy harta de él y de su asqueroso silencio".
Pero como entre ellos había de por medio una promesa de amor, vivir juntos hasta morir, decidieron no separarse más que unos cuantos metros de distancia, pero cada quien viviendo su propia soledad, ya no se puedieron soportar uno al otro, pero como eran tan católicos y practicantes, cada domingo iban juntos a misa y comulgaban como si fueran una pareja normal, los que los observaban en el templo los admiraban por su cercanía y devoción. Para todos sus vecinos, ellos eran la encarnación de un matrimonio perfecto.
María y Jesús han decidido pasar juntos esta próxima navidad, porque Jesús siente que su diabetes lo está afectando demasiado, ya casi no ve nada y todo le duele, y piensa que se puede morir muy pronto y desea que María lo acompañe como siempre, en las buenas y en las malas, le quiere levantar el castigo de no hablarle, ya ha pasado tanto tiempo que dejó de dirigirle la palabra a María, que Jesús no recuerda cuál fue el motivo.
María y Jesús se extinguen lentamente como dos velitas, eso si cada quien en su casita, una muy próxima a la otra, eso se llama fidelidad a la promesa que se hicieron siendo jóvenes: envejecer juntos...
Esta pareja siempre fue objeto de burlas y chascarrillos, por parte de sus amigos y colegas de profesión, por llamarse así: María y Jesús, fue una coincidencia del destino que se hayan podido juntar y vivir de un modo inseparable.
Ellos se conocieron en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), allá en los lejanos años cincuenta del siglo pasado, cuando ambos estudiaban la carrera de contaduría, desde el principio se atrajeron de una manera brutal y muy pronto optaron por salirse de sus respectivas casas paternas para iniciar una vida en común.
María era una chica de familia acomodada, proveniente del Sur del país, cuya fortuna les vino a raíz de la ganadería de engorda para satisfacer el mercado de la carne de la ciudad de México, poseía esa familia dos mil hectáreas de pastizales y cuarenta mil cabezas de ganado cebú.
Jesús venía de una cuna humilde, había nacido en el seno de una familia pobre, con un padre alcohólico y una madre abnegada que sostenía a la familia vendiendo tamales y atolé en la vía pública, desde las cinco de la mañana, en el vetusto barrio llamado La Lagunilla.
Pero en esa época, estudiar en la universidad significaba poder escalar en la sociedad a sitios mejores, poseyendo un título de contador, lo que garantizaba emnpleo seguro y buenos salarios. Ambos ganaban bien y vivían en un barrio elegante de la ciudad de México: la Colonia Roma, representativa de la arquitectura francesa del Porfiriato.
María y Jesús tuvieron cinco hijos, que se criaron con buenos recursos económicos, asistieron a colegios de paga y pudieron viajar a corta edad, sólos. También los hijos de María y Jesús fueron a la universidad y estudiaron, sorprendentemente, contaduría también. Ellos, los hijos, posteriormente heredaron el despacho contable de sus padres, un bufete de prestigio que le llevaba la contabilidad a varias empresas comerciales de primera línea.
Cuando María y Jesús pudieron contar con suficientes recursos, compraron un amplio terreno en las faldas del Ajusco, con la idea de construír seis casas en el mismo solar, una para cada uno de los hijos y otra para María Y Jesús. Ese proyecto lo puedieron realizar a lo largo de varios años, hoy todos tiene casa propia y son vecinos cercanos.
Jesús padre le comentó a su hijo mayor, Jesús, que necesitaba que le dejara su casa porque quería vivir solo, ya no soportaba a María, ya que "se había vuelto una bruja, una gruñona insoportable". "Quiero vivir junto a tu madre, pero en casas separadas". El hijo comprendió la necesidad urgente de su padre y accedió a dejarle su casita.
María, por su parte, también le pidió a su hija menor, María de los Desamparados, que le dejara su casita para irse a vivir ahí, ya que no soportaba a Jesús ni un minuto más. Habían vivido juntos cuarenta años, pero Jesús dejó de hablarle a María diez años, lo que la incomodó un poco y la hizo reflexionar: ¿"qué chingados estoy haciendo junto a este hombre que es como una tumba"? "Estoy harta de él y de su asqueroso silencio".
Pero como entre ellos había de por medio una promesa de amor, vivir juntos hasta morir, decidieron no separarse más que unos cuantos metros de distancia, pero cada quien viviendo su propia soledad, ya no se puedieron soportar uno al otro, pero como eran tan católicos y practicantes, cada domingo iban juntos a misa y comulgaban como si fueran una pareja normal, los que los observaban en el templo los admiraban por su cercanía y devoción. Para todos sus vecinos, ellos eran la encarnación de un matrimonio perfecto.
María y Jesús han decidido pasar juntos esta próxima navidad, porque Jesús siente que su diabetes lo está afectando demasiado, ya casi no ve nada y todo le duele, y piensa que se puede morir muy pronto y desea que María lo acompañe como siempre, en las buenas y en las malas, le quiere levantar el castigo de no hablarle, ya ha pasado tanto tiempo que dejó de dirigirle la palabra a María, que Jesús no recuerda cuál fue el motivo.
María y Jesús se extinguen lentamente como dos velitas, eso si cada quien en su casita, una muy próxima a la otra, eso se llama fidelidad a la promesa que se hicieron siendo jóvenes: envejecer juntos...
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Hasta que la muerte nos separe,
te quiero pero lejos.
jueves, 29 de julio de 2010
La vida en moto.
Ramiro y Mónica eran una pareja singular, les gustaba lo mismo, sus coincidencias eran maravillosas, eran como dos gotas de agua: idénticos en gustos.
Ramiro es un aficionado a las motos caras, le encantan la BMW, las del último modelo principalmente. Todos los fines de semana solía irse a la carretera México-Cuernavaca, con un grupo de amigos con motos similares, para correr a velocidades superiores a los ciento cincuenta kilómetros por hora, aun en la peligrosa curva llamada de "La Pera"; la adrenalina a raudales era el combustible para sus emociones.
Estamos en la era de los deportes de alto riesgo, por la falta de sensaciones agradables en el contorno, por ello muchos buscan actividades que entrañan riesgos y peligros de muerte, inclusive.
Un domingo, Mónica le comentó a Ramiro que a ella también le encantaría ir en la moto con él, abrazada fuertemente, a buscar aventuras en la velocidad por la autopista México-Cuernavaca. Ramiro aceptó gustoso que Mónica lo acompañara a recorrer esos casi noventa kilómetros a toda velocidad; además muchos de sus amigos ya empezaban a llevar a sus novias, amantes o esposas, en sus motos.
Ramiro y Mónica, un par de profesionales exitosos, son abogados de un prestigioso despacho de la Ciudad de México, además sin hijos, tienen todos los recursos económicos para dárse gusto comprando lo que se les dé la gana; por ello, ir de compras para equiparse con ropa de cuero especial y unos cascos con intercomunicación directa, además de botas y toda clase de aditamentos que constituye la parafernalia de los motoristas clásicos, no significaba una novedad.
Después de un año y medio de transitar velozmente todas las autopistas que salen de la Ciudad de México, Mónica y Ramiro planearon hacer una larga travesía en moto. Pero ¿a dónde?
El plan era irse del país al menos un año, y entonces a ambos se les ocurrió la brillante idea de ir de México a Buenos Aires, en la moto último modelo recién adquirida.
Prepararon concienzudamente el viaje, y un día partieron rumbo a Guatemala, primera escala de esta aventura.
Sin mayores contratiempos llegaron hasta Ciudad de Panamá, después de veinte días de travesía, desde que abandonaron el distrito federal. Todo iba en orden. Ellos ignoraban que no existe paso carretero entre Panamá y Colombia, hay que embarcarse y surcar el Pacífico en un ferry.
Llegando a Colombia se abastecieron de todo lo indispensable para un viaje por tierras altas y frías, la región andina los esperaba con sus bajas neblinas y sus fríos bajo cero.
Mónica y Ramiro sentían que su relación era cada día más fuerte por lo que habían tenido que sortear juntos en ese largo viaje.
Atravesaron Ecuador, Perú y Chile, casi sólos en las carreteras extensas y desoladas de vegetación desértica. Llegaron a Santiago, Chile, casi habían transcurrido dos meses desde que abandonaron México.
Desde Santiago partieron de nuevo hacia el norte y llegaron al paso de Los Andes, entre Chile y Argentina, pronto arribaron a Mendoza, Argentina, y de ahí hasta Buenos Aires de un solo tirón. Llegaron desfallecientes pero orgulloso de su hazaña, descansaron en un buen hotel, durmieron dos días contínuos, luego se dedicaron a comer carne y a beber vino tinto.
Todo el tiempo Mónico viajó pegada como una lapa a la espalda de su amado esposo, hablando todo el tiempo mediante el sistema interconectado de los cascos, diciendo cosas nimias e intrascendentes, Ramiro que ir mudo, sin decir palabras, sus pensamientos lo consumían todo el tiempo.
En su mente solamente rondaba una idea: "Ya no quiero seguir viviendo con Mónica".
En cuanto pudo, Ramiro, en una noche de exquisita armonía entre ellos, con algunas copas encima, decidió tomar la palabra y le soltó a Mónica: "Ya no te amo".
Mónica sonrió como una zombie, pensando que era una de las pocas bromas que se permitía Ramiro con ella, pero resulta que era absolutamente verídico, Ramiro se alejó de ella, y desapareció de la escena.
Ella vuelve apresuradamente al hotel pensando que ahí se encontraría Ramiro, pero no había nadie, sólo una nota sobre la almohada.
Lee la nota, suelta el llanto y un grito desgarrador sale de su garganta.
Toda una vida ella enamorada del tal Ramiro, se fueron al carajo en un instánte, se decía desconsolada Mónica.
Cada quien volvió a México por su cuenta, separados, hasta la moto viajó en otro vuelo...
Ramiro es un aficionado a las motos caras, le encantan la BMW, las del último modelo principalmente. Todos los fines de semana solía irse a la carretera México-Cuernavaca, con un grupo de amigos con motos similares, para correr a velocidades superiores a los ciento cincuenta kilómetros por hora, aun en la peligrosa curva llamada de "La Pera"; la adrenalina a raudales era el combustible para sus emociones.
Estamos en la era de los deportes de alto riesgo, por la falta de sensaciones agradables en el contorno, por ello muchos buscan actividades que entrañan riesgos y peligros de muerte, inclusive.
Un domingo, Mónica le comentó a Ramiro que a ella también le encantaría ir en la moto con él, abrazada fuertemente, a buscar aventuras en la velocidad por la autopista México-Cuernavaca. Ramiro aceptó gustoso que Mónica lo acompañara a recorrer esos casi noventa kilómetros a toda velocidad; además muchos de sus amigos ya empezaban a llevar a sus novias, amantes o esposas, en sus motos.
Ramiro y Mónica, un par de profesionales exitosos, son abogados de un prestigioso despacho de la Ciudad de México, además sin hijos, tienen todos los recursos económicos para dárse gusto comprando lo que se les dé la gana; por ello, ir de compras para equiparse con ropa de cuero especial y unos cascos con intercomunicación directa, además de botas y toda clase de aditamentos que constituye la parafernalia de los motoristas clásicos, no significaba una novedad.
Después de un año y medio de transitar velozmente todas las autopistas que salen de la Ciudad de México, Mónica y Ramiro planearon hacer una larga travesía en moto. Pero ¿a dónde?
El plan era irse del país al menos un año, y entonces a ambos se les ocurrió la brillante idea de ir de México a Buenos Aires, en la moto último modelo recién adquirida.
Prepararon concienzudamente el viaje, y un día partieron rumbo a Guatemala, primera escala de esta aventura.
Sin mayores contratiempos llegaron hasta Ciudad de Panamá, después de veinte días de travesía, desde que abandonaron el distrito federal. Todo iba en orden. Ellos ignoraban que no existe paso carretero entre Panamá y Colombia, hay que embarcarse y surcar el Pacífico en un ferry.
Llegando a Colombia se abastecieron de todo lo indispensable para un viaje por tierras altas y frías, la región andina los esperaba con sus bajas neblinas y sus fríos bajo cero.
Mónica y Ramiro sentían que su relación era cada día más fuerte por lo que habían tenido que sortear juntos en ese largo viaje.
Atravesaron Ecuador, Perú y Chile, casi sólos en las carreteras extensas y desoladas de vegetación desértica. Llegaron a Santiago, Chile, casi habían transcurrido dos meses desde que abandonaron México.
Desde Santiago partieron de nuevo hacia el norte y llegaron al paso de Los Andes, entre Chile y Argentina, pronto arribaron a Mendoza, Argentina, y de ahí hasta Buenos Aires de un solo tirón. Llegaron desfallecientes pero orgulloso de su hazaña, descansaron en un buen hotel, durmieron dos días contínuos, luego se dedicaron a comer carne y a beber vino tinto.
Todo el tiempo Mónico viajó pegada como una lapa a la espalda de su amado esposo, hablando todo el tiempo mediante el sistema interconectado de los cascos, diciendo cosas nimias e intrascendentes, Ramiro que ir mudo, sin decir palabras, sus pensamientos lo consumían todo el tiempo.
En su mente solamente rondaba una idea: "Ya no quiero seguir viviendo con Mónica".
En cuanto pudo, Ramiro, en una noche de exquisita armonía entre ellos, con algunas copas encima, decidió tomar la palabra y le soltó a Mónica: "Ya no te amo".
Mónica sonrió como una zombie, pensando que era una de las pocas bromas que se permitía Ramiro con ella, pero resulta que era absolutamente verídico, Ramiro se alejó de ella, y desapareció de la escena.
Ella vuelve apresuradamente al hotel pensando que ahí se encontraría Ramiro, pero no había nadie, sólo una nota sobre la almohada.
Lee la nota, suelta el llanto y un grito desgarrador sale de su garganta.
Toda una vida ella enamorada del tal Ramiro, se fueron al carajo en un instánte, se decía desconsolada Mónica.
Cada quien volvió a México por su cuenta, separados, hasta la moto viajó en otro vuelo...
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no te amo más.,
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miércoles, 28 de julio de 2010
La Brenda, patrocinadora.
La propuesta de La Brenda es tentandora: "yo te mantengo, negrito de mi vida".
El único requisito que pone como condición para que ella me sostenga económicamente es que nos casemos pronto y vivamos en San Miguel de Allende, Guanajuato, México. Aquí, ella y yo, entramos en una gran contradicción geográfica, hay que definir dónde vivir ¿México o Guatemala? La respuesta es compleja, en ambos países yo me siento muy bien y cómodo, pero ella tiene un magnifico empleo en México que le impide cambiar de páís. En cambio yo apenas he terminado los trámites de la jubilación en el Instituto Mexicano de Seguridad Social (IMSS), y me he hecho acreedor a una raquítica pensión mensual, después de haber trabajado por más de cuarenta y cinco años, en las universidades más prestigiosas de México y para el Gobierno Federal.
Este será el signo de los tiempos de la posmodernidad, nadie se pódrá jubilar y pensionar con un sueldo decoroso, pienso en los jóvenes de hoy ¿Qué harán?
El asunto económico juega un papel importante en una relación de pareja como la que La Brenda quiere proponerme, sé muy bien que toda relación afectiva entraña en el fondo una relación económica, es un intercambio de bienes y servicios entre dos seres que dicen que se aman y que quieren vivir juntos el resto de sus días.
Yo como pensionado del gobierno mexicano, no podría ofrecerle a La Brenda el ritmo y tren de vida al que ella está acostumbrada desde que representa a esa famosa línea francesa de productos de belleza. Para mi el salario y las prestaciones que obtiene La Brenda son excepcionales en un país como México, le alcanza para muchas cosas y le sobra. Basada en sus altas percepciones económicas, es que La Brenda me ofrece mantenerme de por vida.
Si uno es el mantenido, el precio que se paga por eso es altísimo, ya sea hombre o mujer el mantenido. Se pierde libertad de acción y, a veces, hasta de pensamiento, independencia, autonomía y la dignidad se rebaja bastante, hasta el nivel del suelo.
Un intelectual de izquierda como yo, psicoanalista y profesor universitario, le hace demasiado ruido el valorar la propuesta económica de mi amada Brenda. Más que la interrogante interesante de dónde sería mejor vivir ambos, en qué país, lo esencial es de qué vamos a vivir y qué vamos a aportar cada quien al presupuesto de la pareja.
Yo deseo dedicarme tiempo completo, en Guatemala o México, a la literatura que es mi nueva y vieja pasión. Eventualmente, me encantaría volver a tener pacientes y, quizá hasta dar clases al nivel de maestría o doctorado en alguna universidad de prestigio.
La Brenda y yo tenemos muchas charlas pendientes de realizar, más allá de su maravillosa frivolidad y su gusto por vivir a todo gas, quiero que nos sentemos a planear en serio un futuro de dos personas adultas, sin responsabilidades de hijos o nietos que mantener.
Me parece bien que La Brenda ya tenga ese hermoso vestido de novia de Christian Dior y las docenas de accesorios bellos para ese vestidfo, lo único que le falta para completar el cuadro, soy yo, el novio.
Quiero pensarlo muy bien, ya viví diversas experiencias matrimoniales divertidas, dramáticas y espectaculares. Hoy quiero pensarlo detenidamente, qué nos conviene a ambos enamorados.
La cuenta regresiva va...
El único requisito que pone como condición para que ella me sostenga económicamente es que nos casemos pronto y vivamos en San Miguel de Allende, Guanajuato, México. Aquí, ella y yo, entramos en una gran contradicción geográfica, hay que definir dónde vivir ¿México o Guatemala? La respuesta es compleja, en ambos países yo me siento muy bien y cómodo, pero ella tiene un magnifico empleo en México que le impide cambiar de páís. En cambio yo apenas he terminado los trámites de la jubilación en el Instituto Mexicano de Seguridad Social (IMSS), y me he hecho acreedor a una raquítica pensión mensual, después de haber trabajado por más de cuarenta y cinco años, en las universidades más prestigiosas de México y para el Gobierno Federal.
Este será el signo de los tiempos de la posmodernidad, nadie se pódrá jubilar y pensionar con un sueldo decoroso, pienso en los jóvenes de hoy ¿Qué harán?
El asunto económico juega un papel importante en una relación de pareja como la que La Brenda quiere proponerme, sé muy bien que toda relación afectiva entraña en el fondo una relación económica, es un intercambio de bienes y servicios entre dos seres que dicen que se aman y que quieren vivir juntos el resto de sus días.
Yo como pensionado del gobierno mexicano, no podría ofrecerle a La Brenda el ritmo y tren de vida al que ella está acostumbrada desde que representa a esa famosa línea francesa de productos de belleza. Para mi el salario y las prestaciones que obtiene La Brenda son excepcionales en un país como México, le alcanza para muchas cosas y le sobra. Basada en sus altas percepciones económicas, es que La Brenda me ofrece mantenerme de por vida.
Si uno es el mantenido, el precio que se paga por eso es altísimo, ya sea hombre o mujer el mantenido. Se pierde libertad de acción y, a veces, hasta de pensamiento, independencia, autonomía y la dignidad se rebaja bastante, hasta el nivel del suelo.
Un intelectual de izquierda como yo, psicoanalista y profesor universitario, le hace demasiado ruido el valorar la propuesta económica de mi amada Brenda. Más que la interrogante interesante de dónde sería mejor vivir ambos, en qué país, lo esencial es de qué vamos a vivir y qué vamos a aportar cada quien al presupuesto de la pareja.
Yo deseo dedicarme tiempo completo, en Guatemala o México, a la literatura que es mi nueva y vieja pasión. Eventualmente, me encantaría volver a tener pacientes y, quizá hasta dar clases al nivel de maestría o doctorado en alguna universidad de prestigio.
La Brenda y yo tenemos muchas charlas pendientes de realizar, más allá de su maravillosa frivolidad y su gusto por vivir a todo gas, quiero que nos sentemos a planear en serio un futuro de dos personas adultas, sin responsabilidades de hijos o nietos que mantener.
Me parece bien que La Brenda ya tenga ese hermoso vestido de novia de Christian Dior y las docenas de accesorios bellos para ese vestidfo, lo único que le falta para completar el cuadro, soy yo, el novio.
Quiero pensarlo muy bien, ya viví diversas experiencias matrimoniales divertidas, dramáticas y espectaculares. Hoy quiero pensarlo detenidamente, qué nos conviene a ambos enamorados.
La cuenta regresiva va...
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Casarse está en chino,
el dinero es el asunto crucial.
martes, 27 de julio de 2010
La seducción femenina.
Las niñas, a diferencia de los niños, aprenden los ritos de la seducción al sexo opuesto desde muy chicas, su padre será su primer ensayo de seducción abierta y amorosa.
las niñas seducen al papá, para experimentar su poder de seducción frente a la rivalidad de la madre, se trata ni más ni menos de quitarle la pareja a esa otra mujer, la madre, y de ahí se entabla una lucha que durará toda la vida.
Una niñita de dos años "sabe" intuitivamente qué le agrada al padre para conseguir lo que desea.
La coquetería es algo aprendido en la primera infancia de las niñas, la madre es su principal instructora, nada más que la madre ignora que todos esos trucos que le enseña a la hija serán usados en su contra, cuando la hija pretenda "casarse" con su padre, o sea con la pareja de aquella.
Lo principal que aprende la niña en el campo extenso de la seducción es a "esperar pasivamente" a que el hombre, por naturaleza cazador y aventurero, se aproxime a ella y pueda mostrarle sus atributos seductores.
El aprendizaje elemental sobre el arte de la seducción, lo saben bien todas las niñas del mundo, se fundamenta en la coquetería que incluye una variedad de estrategias para ser atractivas a la mirada masculina. Algunas cuestiones esenciales: el cabello largo (cuidado), cuerpo con curvas, ojos grandes y expresivos, una sonrisa linda con una dentadura perfecta, unas manos en movimiento, un caminar cadencioso (los zapatos de tacón alto lo facilitan), ropa sencilla pero adecuada a las circunstancias.
La posmodernidad ha cambiado algunos patrones de la seducción femenina, como por ejemplo a ya no esperar pasivamente el acercamiento masculino; ellas ahora salen de cacería, como si fueran varones en pos de la presa. Las mujeres del siglo XXI están hartas de esperar y que no ocurra nada interesante a sus alrededores, porque los varones se han retirado a sus madrigueras y no quieren salir a cazar, mejor se meten al facebook y esperan como pescadores pasivos a ver quién pica el enzuelo.
La agresividad femenina se puede observar en que ahora son ellas las que sacan a bailar a los hombres, las que piden los números teléfónicos de los hombres que les gustan, las que pasan por ellos a sus casas y los van a dejar al finalizar las citas, las que pagan las cuentas de sus galanes, etcétera.
Una mujer seductora es aquella que trae el cabello limpio y bien peinado, las uñas cuidadas, las manos lisas, un maquillaje del rostro sobrio, depiladas (es una exigencia de ellas, de ellos), una ropa que deje ver su cuerpo, los accesorios adecuados, no sobrecargarse de objetos colgantes, y un dispositivo infalible: un guiño de ojo y una sonrisa derrite a cualquier varón atento.
Las mujeres no tiene que tener discurso alguna para convencer, ya que lo único que se pide de ellas es que sepan escuchar las palabras de los hombres en acción, ellas solamente se deben limitar a sonreír y ya. Ya habrá tiempo después para saber qué piensan sobre la vida y sobre ellas mismas. En una primer a instancia eso no es necesario.
Una mujer llena de títulos universitarios y doctorados asusta a cualquiera, porque los hombres no están buscando talentos intelectuales, quieren a las mujeres porque les parecen atractivas y posibles paridoras de sus hijos.
No hay que aventar el currículum por delante en la seducción, ya que lo que se buscan son otros atributos: buen sexo, buen proveedor, buena para la procreación, buena para cocinar, para acompañar, etcétera.
las niñas seducen al papá, para experimentar su poder de seducción frente a la rivalidad de la madre, se trata ni más ni menos de quitarle la pareja a esa otra mujer, la madre, y de ahí se entabla una lucha que durará toda la vida.
Una niñita de dos años "sabe" intuitivamente qué le agrada al padre para conseguir lo que desea.
La coquetería es algo aprendido en la primera infancia de las niñas, la madre es su principal instructora, nada más que la madre ignora que todos esos trucos que le enseña a la hija serán usados en su contra, cuando la hija pretenda "casarse" con su padre, o sea con la pareja de aquella.
Lo principal que aprende la niña en el campo extenso de la seducción es a "esperar pasivamente" a que el hombre, por naturaleza cazador y aventurero, se aproxime a ella y pueda mostrarle sus atributos seductores.
El aprendizaje elemental sobre el arte de la seducción, lo saben bien todas las niñas del mundo, se fundamenta en la coquetería que incluye una variedad de estrategias para ser atractivas a la mirada masculina. Algunas cuestiones esenciales: el cabello largo (cuidado), cuerpo con curvas, ojos grandes y expresivos, una sonrisa linda con una dentadura perfecta, unas manos en movimiento, un caminar cadencioso (los zapatos de tacón alto lo facilitan), ropa sencilla pero adecuada a las circunstancias.
La posmodernidad ha cambiado algunos patrones de la seducción femenina, como por ejemplo a ya no esperar pasivamente el acercamiento masculino; ellas ahora salen de cacería, como si fueran varones en pos de la presa. Las mujeres del siglo XXI están hartas de esperar y que no ocurra nada interesante a sus alrededores, porque los varones se han retirado a sus madrigueras y no quieren salir a cazar, mejor se meten al facebook y esperan como pescadores pasivos a ver quién pica el enzuelo.
La agresividad femenina se puede observar en que ahora son ellas las que sacan a bailar a los hombres, las que piden los números teléfónicos de los hombres que les gustan, las que pasan por ellos a sus casas y los van a dejar al finalizar las citas, las que pagan las cuentas de sus galanes, etcétera.
Una mujer seductora es aquella que trae el cabello limpio y bien peinado, las uñas cuidadas, las manos lisas, un maquillaje del rostro sobrio, depiladas (es una exigencia de ellas, de ellos), una ropa que deje ver su cuerpo, los accesorios adecuados, no sobrecargarse de objetos colgantes, y un dispositivo infalible: un guiño de ojo y una sonrisa derrite a cualquier varón atento.
Las mujeres no tiene que tener discurso alguna para convencer, ya que lo único que se pide de ellas es que sepan escuchar las palabras de los hombres en acción, ellas solamente se deben limitar a sonreír y ya. Ya habrá tiempo después para saber qué piensan sobre la vida y sobre ellas mismas. En una primer a instancia eso no es necesario.
Una mujer llena de títulos universitarios y doctorados asusta a cualquiera, porque los hombres no están buscando talentos intelectuales, quieren a las mujeres porque les parecen atractivas y posibles paridoras de sus hijos.
No hay que aventar el currículum por delante en la seducción, ya que lo que se buscan son otros atributos: buen sexo, buen proveedor, buena para la procreación, buena para cocinar, para acompañar, etcétera.
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desde niñitas saben hacerlo.,
Seducción femenina
Baile sin maestro.
La antropología nos puede aportar pruebas sobre la existencia de la danza en épocas prehistóricas, danzas rituales, siempre asociadas a ritos de fertilidad y de conexión con el cósmos, y seguramente no tenían que pasar por una academia de baile los hommo sapiens para poder bailar.
El baile es algo natural en el ser humano, es una necesidad vital, basta un tambor o cualquier objeto que suene para que se extraiga de él un ritmo y los humanos se muevan acompasadamente.
En resumen: el hombre ha bailado toda la vida, y no han necesitado maestros o academias para danzar en estados de éxtasis.
El baile es tan natural en el ser humano, que hasta los gringos o los alemanes, son capaces de moverse ante una cumbia o una salsa sabrosa.
El bailar satisface varias necesidades en los grupos culturales del mundo, ofrendar a la naturaleza para que llueva, para que las cosechas se den, para que no falte la pesca o la cacería, para que nazcan más niños, para casarse, para pelear con otros grupos rivales.
La existencia moderna de academias de baile o escuelas, es simplemente un argumento para que la gente conozca a otros en el contexto del baile o de una clase, y claro aprendan a moverse de acuerdo a un esquema rígido y muy elaborado de pasos y vueltas.
Piensen por un momento en las escuelas de samba, danzón y tango, que son para cumplir con las expectativas de querer bailar de una forma "perfecta", y solamente pueden hacerlo con una pareja que participa de la misma escuela.
Si se van a dedicar a dar espectáculo de baile, cualquiera que este sea, está correcto alcanzar la maestría en danza y ser puristas en la técnica.
Pero si solamente desean mover el cuerpo al ritmo que escuchan, no vayan a ninguna escuela de baile, les van a cancelar su espontaneidad o los volverán rígidos e incompetentes para bailar fuera de ese contexto de escuela.
La seducción también ocurre en las escuelas de baile, nada más que en ellas las reglas de la seducción juegan diferente. Los principiantes se "enamoran" de sus maestros, porque bailan "perfecto", eso es muy seductor. Lo que los seduce es el arte y no la persona. En cambio, es difícil que un par de principiantes se "enamoren" a las primeras de cambio.
Afortunadamente hay millones de personas en el mundo que bailan sin necesidad de asistir a una escuela que les enseñe eso que es natural en el ser humano.
Es interesante ver shows de baile, cuando los que lo practican son expertos y con mucha técnica, pero lo más importante resulta observar es cuando los que bailan sienten la música y el baile como algo natural, no como una técnica fría y perfecta que no dice nada.
El baile es algo natural en el ser humano, es una necesidad vital, basta un tambor o cualquier objeto que suene para que se extraiga de él un ritmo y los humanos se muevan acompasadamente.
En resumen: el hombre ha bailado toda la vida, y no han necesitado maestros o academias para danzar en estados de éxtasis.
El baile es tan natural en el ser humano, que hasta los gringos o los alemanes, son capaces de moverse ante una cumbia o una salsa sabrosa.
El bailar satisface varias necesidades en los grupos culturales del mundo, ofrendar a la naturaleza para que llueva, para que las cosechas se den, para que no falte la pesca o la cacería, para que nazcan más niños, para casarse, para pelear con otros grupos rivales.
La existencia moderna de academias de baile o escuelas, es simplemente un argumento para que la gente conozca a otros en el contexto del baile o de una clase, y claro aprendan a moverse de acuerdo a un esquema rígido y muy elaborado de pasos y vueltas.
Piensen por un momento en las escuelas de samba, danzón y tango, que son para cumplir con las expectativas de querer bailar de una forma "perfecta", y solamente pueden hacerlo con una pareja que participa de la misma escuela.
Si se van a dedicar a dar espectáculo de baile, cualquiera que este sea, está correcto alcanzar la maestría en danza y ser puristas en la técnica.
Pero si solamente desean mover el cuerpo al ritmo que escuchan, no vayan a ninguna escuela de baile, les van a cancelar su espontaneidad o los volverán rígidos e incompetentes para bailar fuera de ese contexto de escuela.
La seducción también ocurre en las escuelas de baile, nada más que en ellas las reglas de la seducción juegan diferente. Los principiantes se "enamoran" de sus maestros, porque bailan "perfecto", eso es muy seductor. Lo que los seduce es el arte y no la persona. En cambio, es difícil que un par de principiantes se "enamoren" a las primeras de cambio.
Afortunadamente hay millones de personas en el mundo que bailan sin necesidad de asistir a una escuela que les enseñe eso que es natural en el ser humano.
Es interesante ver shows de baile, cuando los que lo practican son expertos y con mucha técnica, pero lo más importante resulta observar es cuando los que bailan sienten la música y el baile como algo natural, no como una técnica fría y perfecta que no dice nada.
lunes, 26 de julio de 2010
La Brenda vuelve de Nueva York.
La Brenda anoche me avisó por teléfono que llegaba hoy a la ciudad de México, fui a esperarla naturalmente. Me apersoné en el aeropuerto de la ciudad de México, lleno de ansiedad por el regreso de mi Brenda.
Lo primero que veo, es que ella traía una serie de maletas que no cabían en el carrito, por lo que tuvo que entrar un señor que da servicio de maletero, para traer bajo sus brazos otras maletas más, aparte de las del carrito.
Cualquiera diría que La Brenda es una estrella del cine o de la televisión, no solo por lo guapa y hermosa que es, y por como se maquilla y por la ropa elegante que porta, si no sobre todo por la cantidad de equipaje que la acompaña en cada viaje. Ella no repite ropa ni un sólo día de la semana, porque su puesto de ejecutiva se lo exige y, a ella, eso le fascina.
Volvimos al mismo hotel Nikko del Paseo de la Reforma, ya tenía reservada la habitación, la misma de la vez anterior, la 2000 en el piso veinte.
Me dijo: -"negrito, hoy te toca disfrutar de una pasarela de la moda neoyorkina, el último grito de la moda, lo más fashion que te puedas imaginar, vida mia. Sólo alcancé a decirle: "Ok, mi amor".
La Brenda entró en la enorme habitación del hotel, eufórica, feliz, por sus compras y porque me iba a modelar sus vestidos y zapatos, además de la preciosa y lujuriosa lencería en varios colores (blanca, negra, roja y verde). Yo me instalé en un cómodo sillón, tipo reposet, y me preparé para presenciar tan magnífico desfile, con una sóla modelo: La Brenda.
Ella pidió al restaurante del hotel que nos subieran una ricas viandas y varias bebidas espirituosas: para mi wisky en las rocas, para ella una docena de coca colas de dieta y su bendito ron jamaiquino.
Ella puso la habitación a media luz y empezó el desfile, diciéndome marcas, modelos y precios de las prendas, yo solamente asentía con la cabeza y daba mi aprobación a su buen gusto y gran despilfarro de billetes verdes. En realidad se veía divina con cada prenda, y yo aplaudía en cada aparición suya, eso si con mucha sinceridad.
Cuando lució la lencería, en los diversos modelos y colores, yo le propiné una gran ovación y me puse de pié, y le gritaba: "eres hermosa, maravillosa y graciosa", ella solo sonreía sin decir palabra alguna. Entre tanto yo bebía el wisky que me gusta, ese el de la etiqueta negra, y probaba los deliciosos bocadillos de caviar, salmón canadiense, espárragos, champiñones, etcétera.
Para finalizar se puso el vestido de novia que su ex-prometido vasco le regaló, habiéndolo comprado en Paris, en la casa prestigiada de Christian Dior; realmente es un monumento de mujer, que entallada en ese bellísimo traje de novia blanco marfíl, me hizo sentir escalosfríos.
Me pude imaginar la escena de la boda, ella radiante como se ponen todas las novias en el mundo, porque además se colocó todos los accesorios que compró en Nueva York, el ramo, el lazo, el velo, los zapatos de la misma tela y color, la bolsa...
En ese instánte me dieron enormes ganas de casarme con ella, sólo para dárles envidia a mis amigos, que siempre traen novias mal vestidas o de plano hipies, fachosonas ellas. La Brenda se cuece aparte, gana mucha plata y tiene gusto refinado para todo, menos para beber alcohol, a todo le agrega coca cola de dieta, !!qué asco¡¡
La cabeza me sigió dando vueltas con la idea de casarme nuevamente, pero una voz interna me gritaba: ¿Para qué?
Finalmente cenamos rico en la habitación, ella pidió comida japonesa porque quería hacer el amor y no sentirse muy llena de la barriga.
Yo cumplí como todo un caballero, pero no sin antes tomarme la bendita pastilla azul.
Lo primero que veo, es que ella traía una serie de maletas que no cabían en el carrito, por lo que tuvo que entrar un señor que da servicio de maletero, para traer bajo sus brazos otras maletas más, aparte de las del carrito.
Cualquiera diría que La Brenda es una estrella del cine o de la televisión, no solo por lo guapa y hermosa que es, y por como se maquilla y por la ropa elegante que porta, si no sobre todo por la cantidad de equipaje que la acompaña en cada viaje. Ella no repite ropa ni un sólo día de la semana, porque su puesto de ejecutiva se lo exige y, a ella, eso le fascina.
Volvimos al mismo hotel Nikko del Paseo de la Reforma, ya tenía reservada la habitación, la misma de la vez anterior, la 2000 en el piso veinte.
Me dijo: -"negrito, hoy te toca disfrutar de una pasarela de la moda neoyorkina, el último grito de la moda, lo más fashion que te puedas imaginar, vida mia. Sólo alcancé a decirle: "Ok, mi amor".
La Brenda entró en la enorme habitación del hotel, eufórica, feliz, por sus compras y porque me iba a modelar sus vestidos y zapatos, además de la preciosa y lujuriosa lencería en varios colores (blanca, negra, roja y verde). Yo me instalé en un cómodo sillón, tipo reposet, y me preparé para presenciar tan magnífico desfile, con una sóla modelo: La Brenda.
Ella pidió al restaurante del hotel que nos subieran una ricas viandas y varias bebidas espirituosas: para mi wisky en las rocas, para ella una docena de coca colas de dieta y su bendito ron jamaiquino.
Ella puso la habitación a media luz y empezó el desfile, diciéndome marcas, modelos y precios de las prendas, yo solamente asentía con la cabeza y daba mi aprobación a su buen gusto y gran despilfarro de billetes verdes. En realidad se veía divina con cada prenda, y yo aplaudía en cada aparición suya, eso si con mucha sinceridad.
Cuando lució la lencería, en los diversos modelos y colores, yo le propiné una gran ovación y me puse de pié, y le gritaba: "eres hermosa, maravillosa y graciosa", ella solo sonreía sin decir palabra alguna. Entre tanto yo bebía el wisky que me gusta, ese el de la etiqueta negra, y probaba los deliciosos bocadillos de caviar, salmón canadiense, espárragos, champiñones, etcétera.
Para finalizar se puso el vestido de novia que su ex-prometido vasco le regaló, habiéndolo comprado en Paris, en la casa prestigiada de Christian Dior; realmente es un monumento de mujer, que entallada en ese bellísimo traje de novia blanco marfíl, me hizo sentir escalosfríos.
Me pude imaginar la escena de la boda, ella radiante como se ponen todas las novias en el mundo, porque además se colocó todos los accesorios que compró en Nueva York, el ramo, el lazo, el velo, los zapatos de la misma tela y color, la bolsa...
En ese instánte me dieron enormes ganas de casarme con ella, sólo para dárles envidia a mis amigos, que siempre traen novias mal vestidas o de plano hipies, fachosonas ellas. La Brenda se cuece aparte, gana mucha plata y tiene gusto refinado para todo, menos para beber alcohol, a todo le agrega coca cola de dieta, !!qué asco¡¡
La cabeza me sigió dando vueltas con la idea de casarme nuevamente, pero una voz interna me gritaba: ¿Para qué?
Finalmente cenamos rico en la habitación, ella pidió comida japonesa porque quería hacer el amor y no sentirse muy llena de la barriga.
Yo cumplí como todo un caballero, pero no sin antes tomarme la bendita pastilla azul.
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Casarse está en chino,
otra vez lo mismo.
El baile, la otra seducción.
Los hombres que saben bailar, que tienen ritmo y gracia para la danza, tienen asegurado el éxito en la seducción.
Durante el siglo pasado, los bailes pasaron de ser de pareja a individuales, cuando la evolucón era precisamente de bailes donde los hombres y las mujeres bailaban separados, por razones puritanas, para llegar al baile de pareja con la aparición del vals en los salones imperiales de la vieja Europa.
Uno pensaría que siempre se va a bailar acompasadamente con la pareja, con el hombre llevando el mando del baile con la mano derecha sobre la baja espalda de la dama y con la izquierda dándo ritmo a la cadera. Aunque hay mujeres que se resisten a ser "llevadas" por el hombre, ellas quieren "mandar" y marcar su propio ritmo, eso desconcierta al mejor bailarín.
En la era posmoderna los hombres y las mujeres bailan sólos, en una especie de "autismo" musical, cada quien por su lado, sin mirarse directamente a los ojos, es más se procura bailar con los ojos cerrados para indicarle al otro que es un ser prescindible, desechable. Puede ser tú la pareja u otro, eso no importa mucho en esta época.
En las culturas anglosajonas se tiende a evitar el contacto de los cuerpos, por eso inventaron las discotecas y otros tipos de salones de fiesta donde la música invita a bailar a solas, de hecho todos saltan a la pista y bailan hombres y mujeres cada quien por su lado, no se necesita la pareja, para nada.
En cambio, en las culturas latinoamericanas y caribeñas, el baile es la simulación de un coito vertical, el contacto de los cuerpos es indispensable para la seducción, esa mirada lánguida y esos labios entreabiertos, esa mano que aprieta delicadamente la espalda de la dama y la otra mano acariciando la mano derecha de ellas, son indispensables para que se genere la chispa que despierta el deseo y la atracción física.
El Merengue, la salsa, la cumbia, el vallenato, el tango, el danzón, son una prueba fehaciente de lo que significa juntar los cuerpos al vaivén de los tambores, maracas, guiros, tumbas, bandoleón, trompetas, saxofones, marimbas, violines, etcétera.
Después de una jornada de baile nocturno, los cuerpos están anhelantes de mayor contacto físico, es el paso previo a la cama pasional.
Es importante que los jóvenes aprendan el arte de la seducción bailando bien, esto es válido para mujeres y hombres jóvenes, todos tiene que dominar el arte de moverse con ritmo y sensualidad.
Hay bailes que son de cara a cara, donde se juntan las mejillas y es posible percibir la respiración del otro, y su emoción y deseo. Esos son los bailes interesantes para decirle al oído a la dama: "que linda vienes hoy" o "que rico hueles".
La posmodernidad acaba con las parejas y refuerza las individualidades, al grado de fomentar el onanismo como prueba de una satisfacción sin el otro.
!! Qué vivan los bailes de pareja, los bailes latinos ¡¡
Durante el siglo pasado, los bailes pasaron de ser de pareja a individuales, cuando la evolucón era precisamente de bailes donde los hombres y las mujeres bailaban separados, por razones puritanas, para llegar al baile de pareja con la aparición del vals en los salones imperiales de la vieja Europa.
Uno pensaría que siempre se va a bailar acompasadamente con la pareja, con el hombre llevando el mando del baile con la mano derecha sobre la baja espalda de la dama y con la izquierda dándo ritmo a la cadera. Aunque hay mujeres que se resisten a ser "llevadas" por el hombre, ellas quieren "mandar" y marcar su propio ritmo, eso desconcierta al mejor bailarín.
En la era posmoderna los hombres y las mujeres bailan sólos, en una especie de "autismo" musical, cada quien por su lado, sin mirarse directamente a los ojos, es más se procura bailar con los ojos cerrados para indicarle al otro que es un ser prescindible, desechable. Puede ser tú la pareja u otro, eso no importa mucho en esta época.
En las culturas anglosajonas se tiende a evitar el contacto de los cuerpos, por eso inventaron las discotecas y otros tipos de salones de fiesta donde la música invita a bailar a solas, de hecho todos saltan a la pista y bailan hombres y mujeres cada quien por su lado, no se necesita la pareja, para nada.
En cambio, en las culturas latinoamericanas y caribeñas, el baile es la simulación de un coito vertical, el contacto de los cuerpos es indispensable para la seducción, esa mirada lánguida y esos labios entreabiertos, esa mano que aprieta delicadamente la espalda de la dama y la otra mano acariciando la mano derecha de ellas, son indispensables para que se genere la chispa que despierta el deseo y la atracción física.
El Merengue, la salsa, la cumbia, el vallenato, el tango, el danzón, son una prueba fehaciente de lo que significa juntar los cuerpos al vaivén de los tambores, maracas, guiros, tumbas, bandoleón, trompetas, saxofones, marimbas, violines, etcétera.
Después de una jornada de baile nocturno, los cuerpos están anhelantes de mayor contacto físico, es el paso previo a la cama pasional.
Es importante que los jóvenes aprendan el arte de la seducción bailando bien, esto es válido para mujeres y hombres jóvenes, todos tiene que dominar el arte de moverse con ritmo y sensualidad.
Hay bailes que son de cara a cara, donde se juntan las mejillas y es posible percibir la respiración del otro, y su emoción y deseo. Esos son los bailes interesantes para decirle al oído a la dama: "que linda vienes hoy" o "que rico hueles".
La posmodernidad acaba con las parejas y refuerza las individualidades, al grado de fomentar el onanismo como prueba de una satisfacción sin el otro.
!! Qué vivan los bailes de pareja, los bailes latinos ¡¡
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el baile de pareja sensual.,
El coito vertical
domingo, 25 de julio de 2010
Las perlas de la vírgen.
A las mujeres, en general, los hombres suelen enamorarlas por el oído, sabedores que ese es el punto débil de ellas en la seducción. Las mujeres quieren escuchar cosas lindas que salgan de los labios de sus pretendientes o enamorados, siempre prestarán oídos a las frases lindas que los hombres inventan.
En México se dice que para conquistar a una mujer, basta con bajarles las estrellas y la luna u ofrecerles las perlas de la vírgen, y ellas caen redonditas en los brazos de sus romeos enamoradizos.
En la seducción de un hombre a una mujer, intervienen sobre todo las promesas incumplibles: "Te amaré toda la vida", "estaremos juntos hasta que la muerte nos separe". O, bien, afirmaciones temerarias: "tú eres la más bella de todas", "sin tí no podría yo vivir", "sufro tu ausencia", etcétera.
La audacia es una virtud que las mujeres agradecen en sus galanes o pretendientes, quieren ver hasta dónde llegan ellos por conquistar su amor. Por eso muchos hombres, sobre todo, jóvenes son capaces de realizar grandes hazañas para demostrar su cariño y afecto verdaderos. Y las mujeres asisten impávidas al espectáculo que ofrece su amado para impresionarla.
La lista de acciones intrépidas que son capaces de realizar los hombres para conquistar el corazón de una damita, son infinita.
Mucho de la seducción efectiva no pasa por el dinero, con el dinero se pueden comprar ciertas cosas, pero no la admiración de la damita, a menos que sea una mujer interesada solo en lo material.
La verdadera seducción se apoya en el verbo, en la palabra, en los símbolos y sus significados. Las mujeres quieren ser abrumadas por las palabras de sus enamorados, siempre piden más y más palabras lindas.
Un recurso de la seducción es el humor sutíl, ocurrente, gracioso, ese que hace sonreír a la dama o, de plano, le arranca una buena carcajada. Las mujeres aprecian en extremo a los hombres con un gran sentido del humor.
Conozco a un caballero diestro en el arte de la seducción, al grado que él se considera un verdadero "encantador de serpíentes", eso significa que ninguna mujer se le puede resistir a sus encantos verbales y sorpresas increíbles.
Un día pudo conquistar a una bella mujer extranjera, adoradora de México, cuando la llevó a conocer un sitio arqueológico, el más importante de la cultura prehispánica: Teotihuacán, y ahí trepados en la cima de la pirámide del Sol, él la tomó entre sus brazos y la miró fijamente a los ojos, y le dijo: "Estos tesoros de la antiguedad son tuyos, este es mi regalo por tener esos lindos ojos". La mujer derramó unas cuantas lágrimas por la emoción y el tremendo regalo que estaba recibiendo en ese preciso instánte.
Ella en agradecimiento ante tal obsequio, le invitó al galán a pasar un par de días con ella en su lujoso hotel.
Eso se llama correspondencia, o lo que es lo mismo: amor con amor se paga.
En México se dice que para conquistar a una mujer, basta con bajarles las estrellas y la luna u ofrecerles las perlas de la vírgen, y ellas caen redonditas en los brazos de sus romeos enamoradizos.
En la seducción de un hombre a una mujer, intervienen sobre todo las promesas incumplibles: "Te amaré toda la vida", "estaremos juntos hasta que la muerte nos separe". O, bien, afirmaciones temerarias: "tú eres la más bella de todas", "sin tí no podría yo vivir", "sufro tu ausencia", etcétera.
La audacia es una virtud que las mujeres agradecen en sus galanes o pretendientes, quieren ver hasta dónde llegan ellos por conquistar su amor. Por eso muchos hombres, sobre todo, jóvenes son capaces de realizar grandes hazañas para demostrar su cariño y afecto verdaderos. Y las mujeres asisten impávidas al espectáculo que ofrece su amado para impresionarla.
La lista de acciones intrépidas que son capaces de realizar los hombres para conquistar el corazón de una damita, son infinita.
Mucho de la seducción efectiva no pasa por el dinero, con el dinero se pueden comprar ciertas cosas, pero no la admiración de la damita, a menos que sea una mujer interesada solo en lo material.
La verdadera seducción se apoya en el verbo, en la palabra, en los símbolos y sus significados. Las mujeres quieren ser abrumadas por las palabras de sus enamorados, siempre piden más y más palabras lindas.
Un recurso de la seducción es el humor sutíl, ocurrente, gracioso, ese que hace sonreír a la dama o, de plano, le arranca una buena carcajada. Las mujeres aprecian en extremo a los hombres con un gran sentido del humor.
Conozco a un caballero diestro en el arte de la seducción, al grado que él se considera un verdadero "encantador de serpíentes", eso significa que ninguna mujer se le puede resistir a sus encantos verbales y sorpresas increíbles.
Un día pudo conquistar a una bella mujer extranjera, adoradora de México, cuando la llevó a conocer un sitio arqueológico, el más importante de la cultura prehispánica: Teotihuacán, y ahí trepados en la cima de la pirámide del Sol, él la tomó entre sus brazos y la miró fijamente a los ojos, y le dijo: "Estos tesoros de la antiguedad son tuyos, este es mi regalo por tener esos lindos ojos". La mujer derramó unas cuantas lágrimas por la emoción y el tremendo regalo que estaba recibiendo en ese preciso instánte.
Ella en agradecimiento ante tal obsequio, le invitó al galán a pasar un par de días con ella en su lujoso hotel.
Eso se llama correspondencia, o lo que es lo mismo: amor con amor se paga.
La bella fotógrafa.
En una reunión de amigos se dieron cita, sin proponérselo, varios fotógrafos mexicanos, los cuales traían sus equipos sofisticados, digitales, y una serie de lentes enormes, algunos de ellos tienen muchos años en el oficio de fotoperiodistas y gozan de una buena reputación como artistas de la lente; el resto de los fotográfos ahí presentes eran novatos y otros con una experiencia de varios lustros encima.
Hablaron entre ellos de su oficio y las dificultades de vivir de un modo independiente, Free lance, se dice en el argot de los que no aspiran a tener un cheque quincenal seguro y un jefe idiota encima.
La fotografía como oficio, al menos en México, sigue siendo una profesión dominada por los varones, aunque hay fotógrafas excepcionales.
En el microcósmos que representa una reunión de amigos, como un holograma de la realidad había más hombres que mujeres con cámara.
La fotógrafa ahí presente, dedicada en cuerpo y alma a documentar gráficamente la danza como expresión artística de alto valor estético, cogió la cámara y disparó frecuentemente a los rostros de los que ahí estabamos presentes.
Embelesados con su belleza muy mexicana, ella con un nombre tarasco inusual, se movía como en un rito de danza contemporánea, sin soltar la cámara y disparando sin cesar.
En todos causó una impresión agradable su presencia, pero más en uno de los presentes que se conmovió con su figura, su rostro, su cabello, pero sobre todo con su risa franca y deliciosa.
Cuando soltó la cámara, después de cien disparos o más, se sentó y conversó animadamente, pero lo más lindo fue que se dispuso a escuchar con atención, los conceptos que un caballero le externó en torno al amor y la seducción en tiempos posmodernos.
Sin duda alguna, lo escuchado le provocó más de una reflexión sobre ese tema tan controversial: el amor. Junto a este tema candente, hubo el planteamiento de vivir el amor en pareja, cada quien en su casa, como la fórmula de éxito en las relaciones modernas.
La pareja y la familia son instituciones en crisis, que ya han experimentado profundos cambios en sus formas tradicionales de existir. Las tendencias empiezan a mostrarse en el horizonte social, siempre habrán parejas tradicionales que aspiran a casarse por la iglesia y lo civil y familias compuestas por madre, padre e hijos.
Pero lo nuevo no termina de emerger totalmente, ya se advierten signos de cambio que se impondrán a lo largo del siglo XXI.
Hablaron entre ellos de su oficio y las dificultades de vivir de un modo independiente, Free lance, se dice en el argot de los que no aspiran a tener un cheque quincenal seguro y un jefe idiota encima.
La fotografía como oficio, al menos en México, sigue siendo una profesión dominada por los varones, aunque hay fotógrafas excepcionales.
En el microcósmos que representa una reunión de amigos, como un holograma de la realidad había más hombres que mujeres con cámara.
La fotógrafa ahí presente, dedicada en cuerpo y alma a documentar gráficamente la danza como expresión artística de alto valor estético, cogió la cámara y disparó frecuentemente a los rostros de los que ahí estabamos presentes.
Embelesados con su belleza muy mexicana, ella con un nombre tarasco inusual, se movía como en un rito de danza contemporánea, sin soltar la cámara y disparando sin cesar.
En todos causó una impresión agradable su presencia, pero más en uno de los presentes que se conmovió con su figura, su rostro, su cabello, pero sobre todo con su risa franca y deliciosa.
Cuando soltó la cámara, después de cien disparos o más, se sentó y conversó animadamente, pero lo más lindo fue que se dispuso a escuchar con atención, los conceptos que un caballero le externó en torno al amor y la seducción en tiempos posmodernos.
Sin duda alguna, lo escuchado le provocó más de una reflexión sobre ese tema tan controversial: el amor. Junto a este tema candente, hubo el planteamiento de vivir el amor en pareja, cada quien en su casa, como la fórmula de éxito en las relaciones modernas.
La pareja y la familia son instituciones en crisis, que ya han experimentado profundos cambios en sus formas tradicionales de existir. Las tendencias empiezan a mostrarse en el horizonte social, siempre habrán parejas tradicionales que aspiran a casarse por la iglesia y lo civil y familias compuestas por madre, padre e hijos.
Pero lo nuevo no termina de emerger totalmente, ya se advierten signos de cambio que se impondrán a lo largo del siglo XXI.
La seducción de verano.
Todos los veranos sucede los mismo, exactamente lo mismo, todo el mundo sale a ligar en cualquier parte. Las playas son sitios ideales para ligar en verano, todos se muestran de cuerpo entero, sin afeites, sin pudor, enseñando la tripa, las arrugas y todo lo que se oculta con los trapos en otras situaciones.
En las ciudades desoladas, abandonadas por los millones de ciudadanos hartos del trabajo y de los atascos mañaneros, muchos se quedan a trabajar mientras los demás veranean tan campantes, generalmente son las esposas con los hijos quienes disfrutan de las playas, mientras los maridos soportan, resignadamente, la explotación laboral de sus patrones.
En una gran urbe como la que habita Arturo, también ofrece atractivos para los hombres solteros con ganas de divertirse y conocer caras nuevas.
Arturo suele frecuentar un restaurante-bar de la zona exclusiva de la ciudad, que tiene fama de buena comida y buenos tragos; donde se reúnen hombres y mujeres de mediana edad, entre treinta y cuarenta años, que quieren ligar sin compromisos.
Y, como diría Arturo: " Un vaso de agua y una noche de amor, no se le niega a nadie". Esa noche Arturo salió a correr su aventura de fin de semana, precisamente en ese famoso restaurante-bar de moda, sabiendo que ahí se congregan hermosas mujeres de más de cuatro décadas, que en animadas charlas con sus amigas, lanzan de vez en cuando unas miradas periféricas para calibrar el ambiente.
Las mujeres nacen con un radar integrado a sus ojos y, sobre todo en sus oídos. Todo lo ven y todo lo escuchan, inclusive a larga distancia. en una mesa del fondo había un grupo de cinco mujeres, solteras (se nota a la distancia su condición de mujeres sin compromisos familiares), hermosas, desparpajadas, seguras de si mismas, con los recursos suficientes para no depender de nadie a la hora de pagar las cuentas.
Todas ellas, aparentemente, están concentradas en sus conversaciones entre amigas, pero no dejan de observar el contexto en donde se desenvuelven los caballeros de los alrededores, a todos miran y los califican del uno al diez. Son juezas severas y saben escoger a sus posibles candidatos a una noche de amor.
Una de estas mujeres de la mesa del fondo, observa detenidamente a Arturo y cuando puede le sonríe y le muestra esa dentadura blanca y pareja. Arturo de inmediato percibe la sonrisa seductora de esta dama, vestida de negro, elegante ella.
La noche entera pasa entre miradas pícaras y sonrisitas graciosas de ambos, pero no pasan a mayores.
La seducciójn actual tiene muchas barreras psicológicas que impiden atravesar esos obstáculos invisibles entre las posibles parejas.
Arturo, que es todo un caballero, le pide al mesero que le traiga la cuenta, pero no la de él sino la de ellas, y la paga muy satisfecho de su hazaña.
La mujer de negro corresponde la galantería de Arturo y le envía con el mesero, escrito en una servilleta de papel el siguiente recado: "nene, eres un bombón, a ver cuando nos volvemos a encontrar por estos rumbos". Firma Mitzy, y a continuación una serie de números que bien podrían ser de un teléfono celular.
Arturo se retira del lugar, sin atreverse a acercarse a la mesa de las divas divinas, entre las cuales se encuentra Mitzy, da media vuelta y se marcha muy orondo, piensa que es un gran conquistador de mujeres.
La servilleta de papel donde ella puso ese piropo, tiene el aroma de su perfume, que Arturo no deja de oler. Es más, Arturo duerme con la servilleta entre sus manos, puesta muy cerca de sus narices, todo le evoca a esa linda mujer vestida de negro.
A la mañana siguiente, Arturo despierta excitado por la experiencia noctura, busca la servilleta de papel entre las sábanas, y la servilleta fue destruída con el sudor de sus manos durante el sueño, solamente alcanza a advertir en forma legible unos cuantos números del supuesto celular de la dama de negro, faltan los dos últimos dígitos.
Arturo lleva horas tratando de adivinar los números faltantes, ha marcado a innumerables teléfonos sin éxito. Lo único que le queda a Arturo es volver el próximo fin de semana al mismo restaurante-bar, a la misma hora y ubicarse en la misma mesa, para ver a qué horas aparece la misteriosa y enigmática dama de negro...
En las ciudades desoladas, abandonadas por los millones de ciudadanos hartos del trabajo y de los atascos mañaneros, muchos se quedan a trabajar mientras los demás veranean tan campantes, generalmente son las esposas con los hijos quienes disfrutan de las playas, mientras los maridos soportan, resignadamente, la explotación laboral de sus patrones.
En una gran urbe como la que habita Arturo, también ofrece atractivos para los hombres solteros con ganas de divertirse y conocer caras nuevas.
Arturo suele frecuentar un restaurante-bar de la zona exclusiva de la ciudad, que tiene fama de buena comida y buenos tragos; donde se reúnen hombres y mujeres de mediana edad, entre treinta y cuarenta años, que quieren ligar sin compromisos.
Y, como diría Arturo: " Un vaso de agua y una noche de amor, no se le niega a nadie". Esa noche Arturo salió a correr su aventura de fin de semana, precisamente en ese famoso restaurante-bar de moda, sabiendo que ahí se congregan hermosas mujeres de más de cuatro décadas, que en animadas charlas con sus amigas, lanzan de vez en cuando unas miradas periféricas para calibrar el ambiente.
Las mujeres nacen con un radar integrado a sus ojos y, sobre todo en sus oídos. Todo lo ven y todo lo escuchan, inclusive a larga distancia. en una mesa del fondo había un grupo de cinco mujeres, solteras (se nota a la distancia su condición de mujeres sin compromisos familiares), hermosas, desparpajadas, seguras de si mismas, con los recursos suficientes para no depender de nadie a la hora de pagar las cuentas.
Todas ellas, aparentemente, están concentradas en sus conversaciones entre amigas, pero no dejan de observar el contexto en donde se desenvuelven los caballeros de los alrededores, a todos miran y los califican del uno al diez. Son juezas severas y saben escoger a sus posibles candidatos a una noche de amor.
Una de estas mujeres de la mesa del fondo, observa detenidamente a Arturo y cuando puede le sonríe y le muestra esa dentadura blanca y pareja. Arturo de inmediato percibe la sonrisa seductora de esta dama, vestida de negro, elegante ella.
La noche entera pasa entre miradas pícaras y sonrisitas graciosas de ambos, pero no pasan a mayores.
La seducciójn actual tiene muchas barreras psicológicas que impiden atravesar esos obstáculos invisibles entre las posibles parejas.
Arturo, que es todo un caballero, le pide al mesero que le traiga la cuenta, pero no la de él sino la de ellas, y la paga muy satisfecho de su hazaña.
La mujer de negro corresponde la galantería de Arturo y le envía con el mesero, escrito en una servilleta de papel el siguiente recado: "nene, eres un bombón, a ver cuando nos volvemos a encontrar por estos rumbos". Firma Mitzy, y a continuación una serie de números que bien podrían ser de un teléfono celular.
Arturo se retira del lugar, sin atreverse a acercarse a la mesa de las divas divinas, entre las cuales se encuentra Mitzy, da media vuelta y se marcha muy orondo, piensa que es un gran conquistador de mujeres.
La servilleta de papel donde ella puso ese piropo, tiene el aroma de su perfume, que Arturo no deja de oler. Es más, Arturo duerme con la servilleta entre sus manos, puesta muy cerca de sus narices, todo le evoca a esa linda mujer vestida de negro.
A la mañana siguiente, Arturo despierta excitado por la experiencia noctura, busca la servilleta de papel entre las sábanas, y la servilleta fue destruída con el sudor de sus manos durante el sueño, solamente alcanza a advertir en forma legible unos cuantos números del supuesto celular de la dama de negro, faltan los dos últimos dígitos.
Arturo lleva horas tratando de adivinar los números faltantes, ha marcado a innumerables teléfonos sin éxito. Lo único que le queda a Arturo es volver el próximo fin de semana al mismo restaurante-bar, a la misma hora y ubicarse en la misma mesa, para ver a qué horas aparece la misteriosa y enigmática dama de negro...
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Amor de verano,
la misteriosa dama de negro.
La Jornada, el gran periódico de izquierda..
Hace veinticinco años un nutrido grupo de jóvenes periodistas fudamos el mejor diario de izquierda de esa época: La Jornada. México venía saliendo de un oscurantismo noticioso y hacía falta una nueva práctica del oficio de informar, fue un proyecto digno y combativo en aras de informar con la verdad.
Hoy muchos años después, casi ninguno de los fundadores del diario continuamos en él, ni tampoco somos los jóvenes impetuosos de ayer.
Anoche nos reunimos un pequeño grupo de fundadores del diario, para celebrar una despedida en mi honor, ya que pronto volveré a Guatemala, en ese eterno peregrinar entre México y Guatemala, mis dos patrias.
Es inevitable discutir el presente y el futuro de aquel diario, cuyos ideales han sido cambiados ahora por un pragmatismo mercantil, aunque sigue siendo un referente dentro del periodismo nacional, como el sitio donde se ejerce la crítica el Estado mexicano.
Fue "un diario de iguales", donde la democracia imperaba en todos sus actos internos, eso se acabó irremediablemente hace mucho tiempo.
Hoy vemos, algunos colegas periodistas de izquierda, la necesidad de crear un nuevo periodismo escrito, que puede ser en la Red de la Internet, cuya eficacia está por demostrarse todavía, pero que puede ser el nicho donde los críticos del sistema encontremos cabida y difusión de nuestras ideas.
Recordar es vivir, dice la manida frase, pero es verdad.
Hoy hablamos de La Jornada de nuestros sueños juveniles, donde dejamos intensas horas de trabajo y demasiados desvelos.
Más viejos e igualmente críticos, seguimos nuestros caminos en otros senderos de la información, siempre con una ética de trabajo que ahora resulta obsoleta.
Hoy muchos años después, casi ninguno de los fundadores del diario continuamos en él, ni tampoco somos los jóvenes impetuosos de ayer.
Anoche nos reunimos un pequeño grupo de fundadores del diario, para celebrar una despedida en mi honor, ya que pronto volveré a Guatemala, en ese eterno peregrinar entre México y Guatemala, mis dos patrias.
Es inevitable discutir el presente y el futuro de aquel diario, cuyos ideales han sido cambiados ahora por un pragmatismo mercantil, aunque sigue siendo un referente dentro del periodismo nacional, como el sitio donde se ejerce la crítica el Estado mexicano.
Fue "un diario de iguales", donde la democracia imperaba en todos sus actos internos, eso se acabó irremediablemente hace mucho tiempo.
Hoy vemos, algunos colegas periodistas de izquierda, la necesidad de crear un nuevo periodismo escrito, que puede ser en la Red de la Internet, cuya eficacia está por demostrarse todavía, pero que puede ser el nicho donde los críticos del sistema encontremos cabida y difusión de nuestras ideas.
Recordar es vivir, dice la manida frase, pero es verdad.
Hoy hablamos de La Jornada de nuestros sueños juveniles, donde dejamos intensas horas de trabajo y demasiados desvelos.
Más viejos e igualmente críticos, seguimos nuestros caminos en otros senderos de la información, siempre con una ética de trabajo que ahora resulta obsoleta.
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La Jornada y la izquierda mexicana.
sábado, 24 de julio de 2010
La Brenda en Nueva York.
Por razones de trabajo La Brenda se fue este fin de semana a Nueva York, la idea de ella es completar el ajuar de la boda, le faltan los zapatos, la bolsa, y todos los accesorios que ella es capaz de ponerse encima.
Me habló largamente por teléfono para contarme sus planes de trabajo y de placer, además de ofrecerme algo de ropa para el invierno, ella ignora que en Guatemala solamente hay dos estaciones: la de lluvias y la del ferrocarril; no hay invierno como en Canadá, treinta grados bajo cero. Guatemal es el país de la eterna primavera, siempre calientito el ambiente y muchas lluvias torrenciales, somos un país tropical lluvioso.
Le sugerí a la Brenda que en Nueva York visitara un par de exposiciones de arte, que se alojan en el Museo de Arte Moderno, y que visitara un sitio donde se reunen varios artistas a tocar jazz, cerca del Central Park, además que visite "La Zona Cero", donde estaban Las Torres Gemelas del World Trade Center, antes de que construyan el proyecto arquitectónico más impresionante del siglo XXI.
Pero La Brenda me respondió con un largo silencio, que interpreto como: "un no me interesan esas cosas".
Ella va a estar hoy en La Quinta Avenida, en la famosa tienda Sacks aprovechando las ofertas de verano, y por ahí se meterá a un espectáculo de teatro o variedades en los sitios de moda. Ella es frívola y así la acepto, la cultura le produce alergias en todo el cuerpo, se llena de urticaria, casi siempre que me acompaña a los museos o a la ópera en Bellas Artes. Tampoco lee los periódicos, ella opina que los periódicos son excelentes para envolver papayas, plátanos verdes, y para limpiar vidrios.
Yo leo diariamente cinco periódicos entre el español El País y cuatro diarios nacionales: La Jornada, El Universal, Milenio y El Reforma. Son resabios de cuando me dedicaba al periodismo, es un hábito aunque mis exmujeres digan que es un vicio que mata la comunicación con la pareja, porque me aislo varias horas sumergido en la lectura cuidadosa de artículos y editoriales.
A La Brenda solamente le he pedido que me consiga una gabardina tradicional de Christian Dior, de esas que usaba Bogart en sus películas, de esas clásicas de los investigadores policiacos de las series gringas. Ella ya me entendió y sabe perfectamente dónde comprarla.
Me asusta la idea de La Brenda comprando el ajuar de novia, eso significa que ella sigue empeñada en que nos casemos este año, yo tengo mis serias dudas al respecto.
Le voy a proponer cuando regrese de Nueva York, lo siguiente: Hacemos la ceremonia religiosa para que luzca su vestido de novia elegantísimo, pero no firmamos ningún papel ante el registro civil, creo que ella aceptará mi oferta con tal de salir de blanco y postrarse ante el altar, es muy creyente. La otra cuestión importante es la que se refiere al esquema amoroso de "la toalla" (tú allá y yo acá); es decir juntos pero separados, cada quien en su casa y dios en la de todos. Esta genial idea no creo que le parezca adecuada para sus proyectos de vida en común. Quizá llegemos al acuerdo de que cada quien tenga un espacio aparte dentro de la casa, inclusive para dormir. Vamos a ver qué piensa La Brenda de mis planes matrimoniales, en cuanto a la convivencia. Tengo mucha experiencia en vivir en pareja bajo el mismo techo, y siempre al rutina corrompe la relación, por cansancio o aburrimiento. Yo quiero que eso no ocurre entre la Brenda y yo.
Esperemos que vuelva mi amada Dulcinea de Nueva York, para plantearle estas ideas sobre el amor en pareja...
Me habló largamente por teléfono para contarme sus planes de trabajo y de placer, además de ofrecerme algo de ropa para el invierno, ella ignora que en Guatemala solamente hay dos estaciones: la de lluvias y la del ferrocarril; no hay invierno como en Canadá, treinta grados bajo cero. Guatemal es el país de la eterna primavera, siempre calientito el ambiente y muchas lluvias torrenciales, somos un país tropical lluvioso.
Le sugerí a la Brenda que en Nueva York visitara un par de exposiciones de arte, que se alojan en el Museo de Arte Moderno, y que visitara un sitio donde se reunen varios artistas a tocar jazz, cerca del Central Park, además que visite "La Zona Cero", donde estaban Las Torres Gemelas del World Trade Center, antes de que construyan el proyecto arquitectónico más impresionante del siglo XXI.
Pero La Brenda me respondió con un largo silencio, que interpreto como: "un no me interesan esas cosas".
Ella va a estar hoy en La Quinta Avenida, en la famosa tienda Sacks aprovechando las ofertas de verano, y por ahí se meterá a un espectáculo de teatro o variedades en los sitios de moda. Ella es frívola y así la acepto, la cultura le produce alergias en todo el cuerpo, se llena de urticaria, casi siempre que me acompaña a los museos o a la ópera en Bellas Artes. Tampoco lee los periódicos, ella opina que los periódicos son excelentes para envolver papayas, plátanos verdes, y para limpiar vidrios.
Yo leo diariamente cinco periódicos entre el español El País y cuatro diarios nacionales: La Jornada, El Universal, Milenio y El Reforma. Son resabios de cuando me dedicaba al periodismo, es un hábito aunque mis exmujeres digan que es un vicio que mata la comunicación con la pareja, porque me aislo varias horas sumergido en la lectura cuidadosa de artículos y editoriales.
A La Brenda solamente le he pedido que me consiga una gabardina tradicional de Christian Dior, de esas que usaba Bogart en sus películas, de esas clásicas de los investigadores policiacos de las series gringas. Ella ya me entendió y sabe perfectamente dónde comprarla.
Me asusta la idea de La Brenda comprando el ajuar de novia, eso significa que ella sigue empeñada en que nos casemos este año, yo tengo mis serias dudas al respecto.
Le voy a proponer cuando regrese de Nueva York, lo siguiente: Hacemos la ceremonia religiosa para que luzca su vestido de novia elegantísimo, pero no firmamos ningún papel ante el registro civil, creo que ella aceptará mi oferta con tal de salir de blanco y postrarse ante el altar, es muy creyente. La otra cuestión importante es la que se refiere al esquema amoroso de "la toalla" (tú allá y yo acá); es decir juntos pero separados, cada quien en su casa y dios en la de todos. Esta genial idea no creo que le parezca adecuada para sus proyectos de vida en común. Quizá llegemos al acuerdo de que cada quien tenga un espacio aparte dentro de la casa, inclusive para dormir. Vamos a ver qué piensa La Brenda de mis planes matrimoniales, en cuanto a la convivencia. Tengo mucha experiencia en vivir en pareja bajo el mismo techo, y siempre al rutina corrompe la relación, por cansancio o aburrimiento. Yo quiero que eso no ocurre entre la Brenda y yo.
Esperemos que vuelva mi amada Dulcinea de Nueva York, para plantearle estas ideas sobre el amor en pareja...
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Amor en pareja,
cada quien en su casa y todos felices.
viernes, 23 de julio de 2010
El hombre que corría como poseído por el demonio.
En el parque México, del barrio La Condesa en la ciudad de México, hay diversos personajes que circulan todos los días por ahí, mostrando al mundo sus peculiaridades éxoticas.
Este hombre, de unos 45 años de edad, calvo, atlético, nos impresiona a todos los contertulios de la mesa siete del Café Toscano, por su obsesión de correr todo el día alrededor del parque, que tiene un circuito exacto de dos kilómetros de distancia, este hombre procura dárle varias vueltas al circuito, unas diez quizá por la mañana y otras diez por la tarde, o tal vez son más, no lo sabemos.
Este hombre que corre como poseído por el demonio, a toda velocidad, con una resistencia increíble al cansancio, viste ropa deportiva y buen calzado para la carrera cotidiana, pero siempre se pone una camiseta con el rostro de cristo sufriente y una leyenda que dice: JESÚS SALVA.
El hombre que corre no trabaja, eso es evidente, a menos que por las noches se desempeñe como guardian de algún almacén cercano o como mesero en esos centros de apuestas que no cieran nunca sus puertas. Desconocemos su modo de vivir fuera de la pista de carrera, especulamos mucho sobre él y su afición a correr como despavorido sin que nadie lo persiga, quizá por su propia mente.
Hace algunos años hubo una película sobre un personaje similar en Estados Unidos, Forrest Gump, creo que llamaba ese film, aquel personaje que no paraba de correr de pronto muchos lo empezaron a seguir otros, muchos, en esa carrera sin rumbo.
Al hombre que corre en el parque México, no lo sigue nadie, pese a que porta un mensaje en la camiseta que bien podría atraer a muchas almas descarriadas o de plano sumidos en los vicios del alcohol o las drogas, la imagen de Jesús. Su mercadotecnia no le sirve a sus propósitos proselitistas, nadie quiere correr trás él para salvarse de la destrucción del mundo o para garantizar no ir al infierno en forma directa.
Hace muchos años que este hombre corre igual, con la misma rutina, con la misma energía, quizá envejezca corriendo tras un propósito desconocido para los que lo observamos día a día.
Cuando concluye su carrera desaforada, comienza a caminar lentamente, bañado en sudor, y eso sí hablándose con toda seriedad, se nota que trae un fuerte diálogo con alguien.
Estoy seguro que el habla con dios y me parece que dios le contesta todo...
Este hombre, de unos 45 años de edad, calvo, atlético, nos impresiona a todos los contertulios de la mesa siete del Café Toscano, por su obsesión de correr todo el día alrededor del parque, que tiene un circuito exacto de dos kilómetros de distancia, este hombre procura dárle varias vueltas al circuito, unas diez quizá por la mañana y otras diez por la tarde, o tal vez son más, no lo sabemos.
Este hombre que corre como poseído por el demonio, a toda velocidad, con una resistencia increíble al cansancio, viste ropa deportiva y buen calzado para la carrera cotidiana, pero siempre se pone una camiseta con el rostro de cristo sufriente y una leyenda que dice: JESÚS SALVA.
El hombre que corre no trabaja, eso es evidente, a menos que por las noches se desempeñe como guardian de algún almacén cercano o como mesero en esos centros de apuestas que no cieran nunca sus puertas. Desconocemos su modo de vivir fuera de la pista de carrera, especulamos mucho sobre él y su afición a correr como despavorido sin que nadie lo persiga, quizá por su propia mente.
Hace algunos años hubo una película sobre un personaje similar en Estados Unidos, Forrest Gump, creo que llamaba ese film, aquel personaje que no paraba de correr de pronto muchos lo empezaron a seguir otros, muchos, en esa carrera sin rumbo.
Al hombre que corre en el parque México, no lo sigue nadie, pese a que porta un mensaje en la camiseta que bien podría atraer a muchas almas descarriadas o de plano sumidos en los vicios del alcohol o las drogas, la imagen de Jesús. Su mercadotecnia no le sirve a sus propósitos proselitistas, nadie quiere correr trás él para salvarse de la destrucción del mundo o para garantizar no ir al infierno en forma directa.
Hace muchos años que este hombre corre igual, con la misma rutina, con la misma energía, quizá envejezca corriendo tras un propósito desconocido para los que lo observamos día a día.
Cuando concluye su carrera desaforada, comienza a caminar lentamente, bañado en sudor, y eso sí hablándose con toda seriedad, se nota que trae un fuerte diálogo con alguien.
Estoy seguro que el habla con dios y me parece que dios le contesta todo...
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dios lo acompaña siempre.,
Loco por correr
La Brenda quiere casarse.
Después de haber pasado unos días maravillosos La Brenda y yo, las cosas de la vida toman nuevos rumbos, ella sigue de representante en México, de esa firma francesa de cosméticos de gran prestigio, que le dan excelentes ingresos por el volumen de ventas alcanzado, lo que le permite soñar con una realidad fantástica, que incluye una boda fastuosa con muchos invitados, y un marido mulato, exótico, culto, como yo.
El año pasado, La Brenda anduvo de vacaciones por Europa, y en ese periplo conoció a un rico industrial vasco que le ofreció matrimonio, y ella en principio se emocionó con esa propuesta, y me la comunicó de inmediato, yo le dije que -adelante-, era su vida y su futuro puesto en sus manos. En esos momentos éramos novios sin fines matrimoniales. Le dejé la opción de decidir entre el rico industrial vasco y yo, no había mucho dónde perderse en esa alternativa: yo no le prometía nada y el rico industrial vasco, todo.
La Brenda se imaginó una vida tranquila donde podía derrochar los dineros del rico industrial vasco, sin límites, como a ella le gusta gastar.
El rico industrial vasco, como prueba de su amor y seriedad en la propuesta de casarse a corto plazo, le obsequió un elegante vestido de novia que él adquirió en Paris, y que a La Brenda le fascinó.
Finalmente, La Brenda lo pensó muy bien y, por razones aun desconocidas por mi, ella rompió con el rico industrial vasco, pero no le devolvió el elegante vestido de novia comprado en Paris.
Quiero pensar que La Brenda tiene todo para casarse como siempre lo ha soñado, tiene el vestido, por cierto con una cola de cuatro metros, en una tela de seda color marfíl, pero solamente le hace falta el novio para hacer completo el sueño de salir de blanco de la catedral metropolitana de la ciudad de México.
En aquella ocasión cuando ella se comprometió con el rico industrial vasco y luego se desistió, siempre hablamos con sinceridad. Ella me juraba que yo era el hombre de su vida, porque aunque no poseo fortuna alguna, ya que siendo profesor universitario y psicoanalista, los bienes son escasos y las necesidades muchas; de cualquier modo ella se interesa demasiado en mi persona, inclusive para involucrarme en sus planes de casamiento por la Iglesia.
Lo que ella valora en mi persona es mi disposición a compartir todos sus locos arranques, además de que siempre la hago reír con mis ocurrencias, yo no cuento chistes, soy malísimo en eso, y me admira por mi erudición que demuestro cotidianamente al resolver los crucigramas que encuentro en los periódicos españoles y mexicanos, eso la tiene fascinada cómo sé tantas palabras raras y domingueras, -son palabras del diccionario-, dice ella inocentemente.
Bien, La Brenda me habló dos horas por teléfono hasta que me enrojeció el pabellón de la oreja izquierda, para pedirme que no la rechace y que me case con ella en breve tiempo. Yo le pedi -mi amor, dáme tiempo para pensarlo, no estoy preparado todavía para ese acto tan trascendental-, ella suspiró del otro lado de la línea y me dijo- está bien negrito, te doy un mes para responderme-, eso sí con una voz firme y segura de que mi respuesta será afirmativa.
Yo tengo que pensarlo mucho, ya tengo varios matrimonios a cuestas y muchos hijos dispersos por el mundo, es una decisión que no debe tomarse a la ligera.
Lo pensaré no una , ni dos veces, si no mil..
El año pasado, La Brenda anduvo de vacaciones por Europa, y en ese periplo conoció a un rico industrial vasco que le ofreció matrimonio, y ella en principio se emocionó con esa propuesta, y me la comunicó de inmediato, yo le dije que -adelante-, era su vida y su futuro puesto en sus manos. En esos momentos éramos novios sin fines matrimoniales. Le dejé la opción de decidir entre el rico industrial vasco y yo, no había mucho dónde perderse en esa alternativa: yo no le prometía nada y el rico industrial vasco, todo.
La Brenda se imaginó una vida tranquila donde podía derrochar los dineros del rico industrial vasco, sin límites, como a ella le gusta gastar.
El rico industrial vasco, como prueba de su amor y seriedad en la propuesta de casarse a corto plazo, le obsequió un elegante vestido de novia que él adquirió en Paris, y que a La Brenda le fascinó.
Finalmente, La Brenda lo pensó muy bien y, por razones aun desconocidas por mi, ella rompió con el rico industrial vasco, pero no le devolvió el elegante vestido de novia comprado en Paris.
Quiero pensar que La Brenda tiene todo para casarse como siempre lo ha soñado, tiene el vestido, por cierto con una cola de cuatro metros, en una tela de seda color marfíl, pero solamente le hace falta el novio para hacer completo el sueño de salir de blanco de la catedral metropolitana de la ciudad de México.
En aquella ocasión cuando ella se comprometió con el rico industrial vasco y luego se desistió, siempre hablamos con sinceridad. Ella me juraba que yo era el hombre de su vida, porque aunque no poseo fortuna alguna, ya que siendo profesor universitario y psicoanalista, los bienes son escasos y las necesidades muchas; de cualquier modo ella se interesa demasiado en mi persona, inclusive para involucrarme en sus planes de casamiento por la Iglesia.
Lo que ella valora en mi persona es mi disposición a compartir todos sus locos arranques, además de que siempre la hago reír con mis ocurrencias, yo no cuento chistes, soy malísimo en eso, y me admira por mi erudición que demuestro cotidianamente al resolver los crucigramas que encuentro en los periódicos españoles y mexicanos, eso la tiene fascinada cómo sé tantas palabras raras y domingueras, -son palabras del diccionario-, dice ella inocentemente.
Bien, La Brenda me habló dos horas por teléfono hasta que me enrojeció el pabellón de la oreja izquierda, para pedirme que no la rechace y que me case con ella en breve tiempo. Yo le pedi -mi amor, dáme tiempo para pensarlo, no estoy preparado todavía para ese acto tan trascendental-, ella suspiró del otro lado de la línea y me dijo- está bien negrito, te doy un mes para responderme-, eso sí con una voz firme y segura de que mi respuesta será afirmativa.
Yo tengo que pensarlo mucho, ya tengo varios matrimonios a cuestas y muchos hijos dispersos por el mundo, es una decisión que no debe tomarse a la ligera.
Lo pensaré no una , ni dos veces, si no mil..
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La Brenda se quiere casar conmigo,
lo pensaré bien.
jueves, 22 de julio de 2010
Un amor a toda prueba.
hace pocos días se acercó a mi mesa, la número siete, del Café Toscano, en el barrio de La Condesa, una pareja excepcional: Vivianne y René.
Esta pareja de enamorados decidieron preguntar el por qué se reune tanta gente alrededor de esta tertulia cotidiana, al explicarles las razones que animan a las animadas charlas matutinas y vespertinas, ellos solicitaron su ingreso "formal", y fueron aceptados de inmediato.
René es un atleta olímpico mexicano dedicado a la gimnasia, un joven atractivo con un cuerpo envidiable por las muchas horas de ejercicios obligatorios. Si no fuera atleta sería un perfecto galán de telenovelas, dicen mis amigas que lo conocieron.
Vivianne es una diseñadora gráfica que labora para una empresa trasnacional, ocupa uno de los puestos más elevados de su organización. Tiene un rostro bello, es blaca con ojos azules y el cabello negro.
Como pareja llaman demasiado la atención de quienes los encuentran en la calle o los observan sentados en la mesa del café. Son, indudablemente, una pareja excepcional.
Ellos están interesados en cultivar nuevas amistades, lejos de sus círculos de trabajo y de familia, y desean estar lejos de sus núcleo familiares porque rechazan tajantemente el matrimonio de ellos, no se lo perdonan sobre todo a él.
Llevan juntos dos años y ya quieren tener familia, pero existen algunos inconvenientes que deben superar para alcanzar su meta de ser padres.
Ellos confiaron al grupo de los contertulios del café parte de su historia.
Vivianne ha visto muchos médicos para tratar de resolver su severo asunto hormonal y ginecológico, y ellos le dan pocas esperanzas de lograr un embarazo normal, puede ser un parto múltiple en el mejor de los casos, pero eso a ella no le importa.
René, por su parte, también visita muchos médicos últimamente, por el asunto de su espalda y el fortísimo dolor que lo aqueja.
Vivianne y René son una pareja excepcional y un ejemplo de amor incondicional, para todos nosotros los contertulios del café El Toscano.
René quedó parapléjico en las eliminatorias para la próxima olimpiada, por una caída en la cual su espalda se torció como si fuera de goma.
Vivianne por más dietas que intenta para delgazar no puede bajar casi nada, pesa actualmente ciento treinta kilos.
Ella empuja la silla de ruedas, con mucho cariño, donde va sentado su amado René, el hombre de su vida.
René le lanza miradas tiernas a cada momento a su adorada Vivianne, y le toma de la mano y se la acaricia como si fuera su bebé.
Ambos agradecen haber sido recibidos sin aspavientos emocionales a la mesa siete del café Toscano, se sienten como en familia, dicen los dos muy ufanos.
Esta pareja de enamorados decidieron preguntar el por qué se reune tanta gente alrededor de esta tertulia cotidiana, al explicarles las razones que animan a las animadas charlas matutinas y vespertinas, ellos solicitaron su ingreso "formal", y fueron aceptados de inmediato.
René es un atleta olímpico mexicano dedicado a la gimnasia, un joven atractivo con un cuerpo envidiable por las muchas horas de ejercicios obligatorios. Si no fuera atleta sería un perfecto galán de telenovelas, dicen mis amigas que lo conocieron.
Vivianne es una diseñadora gráfica que labora para una empresa trasnacional, ocupa uno de los puestos más elevados de su organización. Tiene un rostro bello, es blaca con ojos azules y el cabello negro.
Como pareja llaman demasiado la atención de quienes los encuentran en la calle o los observan sentados en la mesa del café. Son, indudablemente, una pareja excepcional.
Ellos están interesados en cultivar nuevas amistades, lejos de sus círculos de trabajo y de familia, y desean estar lejos de sus núcleo familiares porque rechazan tajantemente el matrimonio de ellos, no se lo perdonan sobre todo a él.
Llevan juntos dos años y ya quieren tener familia, pero existen algunos inconvenientes que deben superar para alcanzar su meta de ser padres.
Ellos confiaron al grupo de los contertulios del café parte de su historia.
Vivianne ha visto muchos médicos para tratar de resolver su severo asunto hormonal y ginecológico, y ellos le dan pocas esperanzas de lograr un embarazo normal, puede ser un parto múltiple en el mejor de los casos, pero eso a ella no le importa.
René, por su parte, también visita muchos médicos últimamente, por el asunto de su espalda y el fortísimo dolor que lo aqueja.
Vivianne y René son una pareja excepcional y un ejemplo de amor incondicional, para todos nosotros los contertulios del café El Toscano.
René quedó parapléjico en las eliminatorias para la próxima olimpiada, por una caída en la cual su espalda se torció como si fuera de goma.
Vivianne por más dietas que intenta para delgazar no puede bajar casi nada, pesa actualmente ciento treinta kilos.
Ella empuja la silla de ruedas, con mucho cariño, donde va sentado su amado René, el hombre de su vida.
René le lanza miradas tiernas a cada momento a su adorada Vivianne, y le toma de la mano y se la acaricia como si fuera su bebé.
Ambos agradecen haber sido recibidos sin aspavientos emocionales a la mesa siete del café Toscano, se sienten como en familia, dicen los dos muy ufanos.
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él parapléjico,
ella obesa.,
Un amor excepcional
miércoles, 21 de julio de 2010
La Brenda y su adicción a la coca.
La Brenda y yo hemos decidido permanecer encerrados en la habitación del hotel más elegante del Paseo de la Reforma, de la ciudad de México. Es nuestra última noche antes de que ella parta de regreso a su tierra, Querétaro.
La euforia que a ella la agita todo el tiempo, obedece a su fase maniaca, con el agravante que no se ha querido tomar los medicamentos para controlar su bipolaridad. Y, peor aun, se le apetece demasiado beber alcohol, asunto contraindicado en su caso específico.
La noche transcurrió como era previsible, La Brenda se emborrachó hasta el límite de sus capacidades. Primero pidió al bar del hotel que nos subieran a la habitación la Champaña francesa más cara, después pidió un ron cubano y muchas coca colas de dieta, para preparar sus cubas libres, más adelante pidió el wisky que a mi me encanta, el Johnny Walker etiqueta negra, pero ella optó por beber del wisky, eso sí con coca cola, lo que a mi me parece sumamente aberrante. Debo confesar que a todas las bebidas alcohólicas que consumimos esta noche, ella las combinó con coca cola de dieta.
Una vez que La Brenda disfrutó, a su manera, las bebidas espirituosas de excelente calidad, obviamente se durmió como una niñita de cuatro años en mis brazos. pero antes de caer desmayada por los efectos de los alcoholes, ella me había pedido que le prometiera que saldríamos a bailar a un antro asqueroso, que se localiza en la Plaza de Garibaldi, la plaza de los mariachis y los tríos. Es un centro nocturno de mala muerte que frecuentan las prostitutas proletarias y los raterillos del rumbo, pero con un ambiente extraordinario, buenas orquestas tropicales y malos tragos.
Me molesta tanto que La Brenda beba alcohol, y que además lo haga combinado con coca cola, me parece que son un asco todas las mezclas que ella prepara para ella. Yo soy abstemio pero cuando bebo procuro hacerlo en la forma clásica, sólo o con hielos.
La Brenda duerme ahora profundamente, vestida con sus mejores galas y joyas preciosas, he pensado desvestirla pero creo que es preferible dejarla así vestida, solamente le he quitado los zapatos de tacón alto que usó todo el día, porque le noto los piés hinchados.
Me imaginaba que esta sería una noche de amor, de despedida maravillosa. Pero ya será en otra ocasión.
La Brenda quiere ir conmigo a Guatemala a conocer a mi extensa familia, es algo que le he pedido que hagamos después, en otra ocasión más propicia.
Mañana, cuando amanezca la llevaré al aeropuerto, ahí dejaré el automóvil alquilado, y volveré a mi realidad. Atenderé a mis pacientes y seguiré escribiendo mi novela.
La Brenda es un ser excepcional, quiero tenerla como amante siempre dispuesta a la aventura. Creo que ella pide lo mismo. La esperaré el tiempo necesario para ver que me ofrece de nuevo en este camino de aventuras.
La euforia que a ella la agita todo el tiempo, obedece a su fase maniaca, con el agravante que no se ha querido tomar los medicamentos para controlar su bipolaridad. Y, peor aun, se le apetece demasiado beber alcohol, asunto contraindicado en su caso específico.
La noche transcurrió como era previsible, La Brenda se emborrachó hasta el límite de sus capacidades. Primero pidió al bar del hotel que nos subieran a la habitación la Champaña francesa más cara, después pidió un ron cubano y muchas coca colas de dieta, para preparar sus cubas libres, más adelante pidió el wisky que a mi me encanta, el Johnny Walker etiqueta negra, pero ella optó por beber del wisky, eso sí con coca cola, lo que a mi me parece sumamente aberrante. Debo confesar que a todas las bebidas alcohólicas que consumimos esta noche, ella las combinó con coca cola de dieta.
Una vez que La Brenda disfrutó, a su manera, las bebidas espirituosas de excelente calidad, obviamente se durmió como una niñita de cuatro años en mis brazos. pero antes de caer desmayada por los efectos de los alcoholes, ella me había pedido que le prometiera que saldríamos a bailar a un antro asqueroso, que se localiza en la Plaza de Garibaldi, la plaza de los mariachis y los tríos. Es un centro nocturno de mala muerte que frecuentan las prostitutas proletarias y los raterillos del rumbo, pero con un ambiente extraordinario, buenas orquestas tropicales y malos tragos.
Me molesta tanto que La Brenda beba alcohol, y que además lo haga combinado con coca cola, me parece que son un asco todas las mezclas que ella prepara para ella. Yo soy abstemio pero cuando bebo procuro hacerlo en la forma clásica, sólo o con hielos.
La Brenda duerme ahora profundamente, vestida con sus mejores galas y joyas preciosas, he pensado desvestirla pero creo que es preferible dejarla así vestida, solamente le he quitado los zapatos de tacón alto que usó todo el día, porque le noto los piés hinchados.
Me imaginaba que esta sería una noche de amor, de despedida maravillosa. Pero ya será en otra ocasión.
La Brenda quiere ir conmigo a Guatemala a conocer a mi extensa familia, es algo que le he pedido que hagamos después, en otra ocasión más propicia.
Mañana, cuando amanezca la llevaré al aeropuerto, ahí dejaré el automóvil alquilado, y volveré a mi realidad. Atenderé a mis pacientes y seguiré escribiendo mi novela.
La Brenda es un ser excepcional, quiero tenerla como amante siempre dispuesta a la aventura. Creo que ella pide lo mismo. La esperaré el tiempo necesario para ver que me ofrece de nuevo en este camino de aventuras.
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La Brenda tiene problemas con la coca.
La Brenda, una cierta sonrisa.
Desde que salimos del bello Cancún, en el Caribe mexicano, La Brenda trae una cierta sonrisa de malicia, seductora, pone los labios entreabiertos y me dice:-negrito, bésame mucho- como diría la letra de una canción famosa de Consuelito Velázquez.
Ella pidió alojarse en un hotel internacional situado en el Paseo de la Reforma, El NIkko, estamos en la habitación 2000 del piso veinte.
Los planes de La Brenda siempre son ocultos y misteriosos. Ella me deja proponer algo de interés para los dos. Ella odia los museos y las visitas a sitios culturales, le parece una tremenda pérdida de tiempo para una vida tan corta, habiendo otras diversiones más excitantes.
Me ha pedido que la lleve a un lugar lejano de la ciudad, en el profundo Sur de la ciudad de México, El Ajusco, porque quiere realizar una fantasía infantil.
Rentó un anutomóvil automático para que yo pudiera manejarlo con facilidad, y luego emprendimos el recorrido a esos límites de la gran ciudad de México. Me dijo: -Párate ahí- Yo obedecí.
Estabamos estacionados frente al parque de diversiones más grande de América Latina: Six Flags, antes Reino Aventura.
La Brenda se bajó agilmente del automóvil y se introdujo de inmediato al parque de diversiones, éramos los primeros visitantes del día, eran las nueve de la mañana.
Observé que ella compró una tira de boletos para subirse a varios juegos mecánicos, de lejos le indiqué que no comprara nada para mi, soy un enemigo jurado de esas máquinas que usan los niños para experimentar vértigo y otras emociones escandalosas.
Le expliqué amorosamente a mi Brenda, las razones de mi negativa a a compañarla a los juegos de velocidad y de subidas y bajadas bruscas, ella entendió mi punto de vista, pero me exigió con lágrimas en los ojos:- negrito, no dejes de mirarme todo el tiempo que yo esté en los juegos- Sí, le dije.
Después de casi tres horas, durante las cuales mi Brenda le dió rienda suelta a sus fantasías de la niñez, yo le incumplí su encomienda, me dediqué a escribir en su computadora portátil, conb bastante disimulo. A ratos la volteaba a ver y me complacían sus gritos desaforados que la emoción del juego le provocaban.
Cuando por fin dijo:- ya tuve suficiente por hoy- Yo asentí.
Salimos de ese parque de diversiones agotados, ella de gritar y yo de esperar.
Estamos de nuevo en la habitación del hotel más elegante de la ciudad de México, tenemos una vista privilegiada de toda la urbe, brumosa la vista el día de hoy pero impresionante de todas maneras. Ella quiere que todo el día nos quedemos a disfrutar de nuestro reencuentro amoroso, comeremos en la habitación y beberemos champaña, cosa que a mi no me agrada demasiado. En primer lugar la champaña siempre me ha parecido una bebida sin chiste, prefiero un buen wisky en las rocas. Ella bebe ron con coca cola, cosa que yo detesto.
La Brenda por su padecimiento de bipolaridad no debe beber alcohol, está contraindicado, además no ha traído consigo sus pastillas para controlar ese mal.
Advierto peligro inminente, La Brenda alcoholizada puede ser capaz de cualquier locura...
Ella pidió alojarse en un hotel internacional situado en el Paseo de la Reforma, El NIkko, estamos en la habitación 2000 del piso veinte.
Los planes de La Brenda siempre son ocultos y misteriosos. Ella me deja proponer algo de interés para los dos. Ella odia los museos y las visitas a sitios culturales, le parece una tremenda pérdida de tiempo para una vida tan corta, habiendo otras diversiones más excitantes.
Me ha pedido que la lleve a un lugar lejano de la ciudad, en el profundo Sur de la ciudad de México, El Ajusco, porque quiere realizar una fantasía infantil.
Rentó un anutomóvil automático para que yo pudiera manejarlo con facilidad, y luego emprendimos el recorrido a esos límites de la gran ciudad de México. Me dijo: -Párate ahí- Yo obedecí.
Estabamos estacionados frente al parque de diversiones más grande de América Latina: Six Flags, antes Reino Aventura.
La Brenda se bajó agilmente del automóvil y se introdujo de inmediato al parque de diversiones, éramos los primeros visitantes del día, eran las nueve de la mañana.
Observé que ella compró una tira de boletos para subirse a varios juegos mecánicos, de lejos le indiqué que no comprara nada para mi, soy un enemigo jurado de esas máquinas que usan los niños para experimentar vértigo y otras emociones escandalosas.
Le expliqué amorosamente a mi Brenda, las razones de mi negativa a a compañarla a los juegos de velocidad y de subidas y bajadas bruscas, ella entendió mi punto de vista, pero me exigió con lágrimas en los ojos:- negrito, no dejes de mirarme todo el tiempo que yo esté en los juegos- Sí, le dije.
Después de casi tres horas, durante las cuales mi Brenda le dió rienda suelta a sus fantasías de la niñez, yo le incumplí su encomienda, me dediqué a escribir en su computadora portátil, conb bastante disimulo. A ratos la volteaba a ver y me complacían sus gritos desaforados que la emoción del juego le provocaban.
Cuando por fin dijo:- ya tuve suficiente por hoy- Yo asentí.
Salimos de ese parque de diversiones agotados, ella de gritar y yo de esperar.
Estamos de nuevo en la habitación del hotel más elegante de la ciudad de México, tenemos una vista privilegiada de toda la urbe, brumosa la vista el día de hoy pero impresionante de todas maneras. Ella quiere que todo el día nos quedemos a disfrutar de nuestro reencuentro amoroso, comeremos en la habitación y beberemos champaña, cosa que a mi no me agrada demasiado. En primer lugar la champaña siempre me ha parecido una bebida sin chiste, prefiero un buen wisky en las rocas. Ella bebe ron con coca cola, cosa que yo detesto.
La Brenda por su padecimiento de bipolaridad no debe beber alcohol, está contraindicado, además no ha traído consigo sus pastillas para controlar ese mal.
Advierto peligro inminente, La Brenda alcoholizada puede ser capaz de cualquier locura...
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La Brenda alcoholizada
Ana Carolina, un amor tatuado.
Ana Carolina es una bella mujer, que en sus tiempos mozos laboró como azafata de una línea aérea, hoy es una mujer emprendedora en los negocios de la belleza. Anacarol, como la conocen sus amigos de La Condesa, es muy enamorada del amor, quiere sentir día a día la cosquilla del deseo, quiere conocer a un hombre apuesto, rico y dispuesto a formar una linda familia.
Ella nació en una región del norte del país, que se caracteriza por la hermosura de sus mujeres, solamente competida por Guadalajara en donde las mujeres bellas salen hasta debajo de las piedras.
Cuando Anacarol era una adolescente y vivía en su pequeña ciudad natal, se enamoró de un vecino, Juan Pablo, joven estudiante universitario. Las familias se conocían bastante entre sí, al grado de compartir las celebraciones importantes como los cumpleaños y las fiestas de navidad y año nuevo.
Anacarol no podía disimular su admiración y emoción ante la presencia de Juan Pablo, él se hacía el indiferente, como si ella no existiera.
En una ocasión Anacarol le pidió a Juan Pablo que le prestara un poco de su música, esa petición motivó que ambos fueran a la habitación donde dormía Juan Pablo y dos hermanos más, ella escogió la música que deseaba y él accedió a ello con la condición de que pronto la devolviera. Ella accedió, mostrándole una bella sonrisa y una caída de ojos de lo más seductora. En ese instante, Anacarol observó que encima de un mueble estaba colocada una fotografía de Juan Pablo, casi de perfíl, tres cuartos dirían los fotógrafos, a color, tomada recientemente. En un santiamén, Ana Carol introdujo la fotografía en su enorme bolso de mano, y salió muy campante con el trofeo en su poder.
Al paso de los años, Juan Pablo se fue a realizar estudios de maestria en administración de empresas a la industriosa ciudad de Monterrey, y ella se dedicó a volar por los cielos de todo el mundo, pero sin poder olvidar al amor de su juventud.
En uno de sus frecuentes viajes a Europa, le tocaba ir a Barcelona tres o cuatro veces al mes, ahí aprovechó para realizar su sueño dorado, llevar a Juan Pablo en su pecho.
Mes a mes visitó un estudio artístico de excelente fama internacional, en donde se convirtió en una clienta frecuente.
Hoy a sus años, se arrepiente demasiado haber hecho eso.
La vieja fotografía de color que ella sustrajo indebidamente de la habitación de Juan Pablo, la hizo tatuar en su pecho, también a color.
Cuando ella hace el amor con su enamorado actual tiene que dar demasiadas exsplicaciones de por qué trae tatuado el retrato de ese joven en su pecho...y a todo color.
Un arrebato juvenil trae las consecuencias de no podérselo sacar del pecho de ninguna forma, !vaya, ni con lasser¡
Ella nació en una región del norte del país, que se caracteriza por la hermosura de sus mujeres, solamente competida por Guadalajara en donde las mujeres bellas salen hasta debajo de las piedras.
Cuando Anacarol era una adolescente y vivía en su pequeña ciudad natal, se enamoró de un vecino, Juan Pablo, joven estudiante universitario. Las familias se conocían bastante entre sí, al grado de compartir las celebraciones importantes como los cumpleaños y las fiestas de navidad y año nuevo.
Anacarol no podía disimular su admiración y emoción ante la presencia de Juan Pablo, él se hacía el indiferente, como si ella no existiera.
En una ocasión Anacarol le pidió a Juan Pablo que le prestara un poco de su música, esa petición motivó que ambos fueran a la habitación donde dormía Juan Pablo y dos hermanos más, ella escogió la música que deseaba y él accedió a ello con la condición de que pronto la devolviera. Ella accedió, mostrándole una bella sonrisa y una caída de ojos de lo más seductora. En ese instante, Anacarol observó que encima de un mueble estaba colocada una fotografía de Juan Pablo, casi de perfíl, tres cuartos dirían los fotógrafos, a color, tomada recientemente. En un santiamén, Ana Carol introdujo la fotografía en su enorme bolso de mano, y salió muy campante con el trofeo en su poder.
Al paso de los años, Juan Pablo se fue a realizar estudios de maestria en administración de empresas a la industriosa ciudad de Monterrey, y ella se dedicó a volar por los cielos de todo el mundo, pero sin poder olvidar al amor de su juventud.
En uno de sus frecuentes viajes a Europa, le tocaba ir a Barcelona tres o cuatro veces al mes, ahí aprovechó para realizar su sueño dorado, llevar a Juan Pablo en su pecho.
Mes a mes visitó un estudio artístico de excelente fama internacional, en donde se convirtió en una clienta frecuente.
Hoy a sus años, se arrepiente demasiado haber hecho eso.
La vieja fotografía de color que ella sustrajo indebidamente de la habitación de Juan Pablo, la hizo tatuar en su pecho, también a color.
Cuando ella hace el amor con su enamorado actual tiene que dar demasiadas exsplicaciones de por qué trae tatuado el retrato de ese joven en su pecho...y a todo color.
Un arrebato juvenil trae las consecuencias de no podérselo sacar del pecho de ninguna forma, !vaya, ni con lasser¡
martes, 20 de julio de 2010
Sakineh Ashtianí, la adúltera.
Hay una campaña mundial para salvar la vida de una mujer iraní, viuda, con hijos pequeños, cuyo pecado fue tener relaciones sexuales con un hombre, muchos años después de que hubiera muerto su marido.
Su nombre es este: Sakineh Ashtianí, seguramente será olvidado muy pronto, no importa. Hay que salvarle la vida a esta indefensa mujer, porque es algo ético en el ser humano, luchar en contra de una injusticia, aunque esa condena a morir lapidada se apoye en el Corán.
La pena que se le quiere aplicar a esta mujer adúltera, consiste en enterrar su cuerpo hasta la altura del pecho, dejando descubierto su rostro y su cabeza, para que varios hombres le arrojen piedras hasta matarla lentamente. Hace algún tiempo, cuando fue descubierta en falta, fue azotada en la espalda con una látigo por noventa y nueve veces. También con base en El Corán.
El deseo sexual es un asunto que no se puede evitar, restringir, disimular, y mucho menos castigar. Aunque muchas religiones, incluída la católica, por supuesto, le han impuesto penas y castigos a sus fieles y a sus monjas y sacerdotes, por sentir deseo carnal. Para eso se inventaron los látigos personales, grandes tiras de cuero con bolitas de acero en las puntas, que sirven para lacerarse la espalda al menor síntoma de deseo carnal.
El ser humano es un ser "deseante", solamente los muertos carecen de deseo. Para los que desean tener relación sexual con alguien, y eso está prohibido, entonces se ha creado el infierno y los castigos corporales, en primera instancia.
La pederastia, la pedofilia, entre los religiosos de todo el mundo, es la expresión cruda y brutal del deseo carnal que encuentra en los menores un escape fácil. Si todas las víctimas del mundo entero que han sido sodomizados por los curas, se atrevieran a demandar judicial y económicamente a la Iglesia, esta vieja institución entraría en su peor crisis, no solo de credibilidad y modelo de virtud, sino también de tipo financiera. Sería la quiebra de la Santa Madre Iglesia Católica, Apostólica y Romana, en tanto transnacional de la fe.
Su nombre es este: Sakineh Ashtianí, seguramente será olvidado muy pronto, no importa. Hay que salvarle la vida a esta indefensa mujer, porque es algo ético en el ser humano, luchar en contra de una injusticia, aunque esa condena a morir lapidada se apoye en el Corán.
La pena que se le quiere aplicar a esta mujer adúltera, consiste en enterrar su cuerpo hasta la altura del pecho, dejando descubierto su rostro y su cabeza, para que varios hombres le arrojen piedras hasta matarla lentamente. Hace algún tiempo, cuando fue descubierta en falta, fue azotada en la espalda con una látigo por noventa y nueve veces. También con base en El Corán.
El deseo sexual es un asunto que no se puede evitar, restringir, disimular, y mucho menos castigar. Aunque muchas religiones, incluída la católica, por supuesto, le han impuesto penas y castigos a sus fieles y a sus monjas y sacerdotes, por sentir deseo carnal. Para eso se inventaron los látigos personales, grandes tiras de cuero con bolitas de acero en las puntas, que sirven para lacerarse la espalda al menor síntoma de deseo carnal.
El ser humano es un ser "deseante", solamente los muertos carecen de deseo. Para los que desean tener relación sexual con alguien, y eso está prohibido, entonces se ha creado el infierno y los castigos corporales, en primera instancia.
La pederastia, la pedofilia, entre los religiosos de todo el mundo, es la expresión cruda y brutal del deseo carnal que encuentra en los menores un escape fácil. Si todas las víctimas del mundo entero que han sido sodomizados por los curas, se atrevieran a demandar judicial y económicamente a la Iglesia, esta vieja institución entraría en su peor crisis, no solo de credibilidad y modelo de virtud, sino también de tipo financiera. Sería la quiebra de la Santa Madre Iglesia Católica, Apostólica y Romana, en tanto transnacional de la fe.
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La Brenda, eufórica.
Hemos abandonado Playa del Carmen y sus hermosas playas de arenas blancas y finas, vamos rumbo a Cancún en búsqueda de la ropa de lino blanco que yo necesito.
La Brenda ignora por completo la suerte que corrió mi traje de lino blanco que usé en mi última boda. Ese día de la boda, me preparé como siempre para cumplir con elegancia y decoro, me puse el traje de lino blanco que recién había comprado para tan magna ocasión. Es más, La Brenda no sabe que me he casado un par de veces, pero esa última boda fue apoteósica. Me casé en el fondo de una cueva, en lo alto de un cerro, la esposa era una mujer joven, antropóloga mexicana, que se dedica al estudio de la historia prehispánica, y por ello me pidió que hicieramos algo novedoso, al estilo de los antiguos mexicanos.
Yo acepté que el rito fuera al estilo de los meshicas del Valle de México. Nos introdujimos a la cueva, los invitados que no pasaban de treinta personas, el shaman casamentero y nosotros, la pareja en cuestión. En la más absoluta oscuridad, se inició la ceremonia, con una música de tambores y caracoles, y cantos en nahuatl que entonaban las mujeres invitadas, que después percibí, entre las penumbras, que iban adornadas con plumas y taparrabos, como los antiguos mexicanos.
El shaman preparó una fogata en medio de la cueva, una gran fogata, con carbón vegetal, a la cual arrojaba de vez en cuando, varios kilos de chocolate, azúcar, canela, clavo y algunas hierbas aromáticas, que despedían un aroma embriagador. Mientras tanto, los novios estuvimos hincados por varias horas, envueltos en una nube intensa con olor a chocolate. Nos colocaron muy próximos a la fogata, la novia y yo resultamos con los atuendos quemados por las chispas ardientes que despedía el fuego, mi traje de lino blanco estaba perforado por una infinidad de pequeños agujeros, sobre todo el saco. El pantalón de lino blanco se destruyó en la parte de las rodillas por el roce con las piedras del suelo.
Por eso, hoy quiero un traje de lino blanco para reponer aquel que destruyó el rito mexicano de los prehistóricos.
Estamos La Brenda y yo en una elegante boutique de Cancún, que tiene una colección de ropa para caballero de una firma italiana. Ya me probé el traje de lino blanco y me quedó estupendamente bien. La Brenda lo pagó con una tarjeta de crédito de American Express, platina, sin chistar por el precio. Me estampó un beso prolongado en la boca y salimos felices y contentos al malecón.
La Brenda tiene muchas ganas de gastar la plata que tiene depositada en sus tarjetas de crédito internacionales. Ahora me toca a mi acompañarla a que escoja algunos trapos elegantes, que se encuentran dispersos en varias boutiques de este bello puerto del Caribe mexicano.
Le he pedido que mejor la espero en un café, leyendo los diarios locales y nacionales y bebiendo café de primera clase, Illy el italiano.
Ella viene hacia mi, después de tres horas de intensas compras, cargada con varias bolsas gigantes que anuncian a marcas elegantes, muy sonriente, dichosa, con paso firme y cadencioso.
Ella y yo sabemos que lo que acaba de suceder es un síntoma de su fase maniaca, ese deseo desbordado de gastar la plata en lo que sea. Nos miramos y comprendemos de qué se trata este safari de compras salvajes.
La Brenda ignora por completo la suerte que corrió mi traje de lino blanco que usé en mi última boda. Ese día de la boda, me preparé como siempre para cumplir con elegancia y decoro, me puse el traje de lino blanco que recién había comprado para tan magna ocasión. Es más, La Brenda no sabe que me he casado un par de veces, pero esa última boda fue apoteósica. Me casé en el fondo de una cueva, en lo alto de un cerro, la esposa era una mujer joven, antropóloga mexicana, que se dedica al estudio de la historia prehispánica, y por ello me pidió que hicieramos algo novedoso, al estilo de los antiguos mexicanos.
Yo acepté que el rito fuera al estilo de los meshicas del Valle de México. Nos introdujimos a la cueva, los invitados que no pasaban de treinta personas, el shaman casamentero y nosotros, la pareja en cuestión. En la más absoluta oscuridad, se inició la ceremonia, con una música de tambores y caracoles, y cantos en nahuatl que entonaban las mujeres invitadas, que después percibí, entre las penumbras, que iban adornadas con plumas y taparrabos, como los antiguos mexicanos.
El shaman preparó una fogata en medio de la cueva, una gran fogata, con carbón vegetal, a la cual arrojaba de vez en cuando, varios kilos de chocolate, azúcar, canela, clavo y algunas hierbas aromáticas, que despedían un aroma embriagador. Mientras tanto, los novios estuvimos hincados por varias horas, envueltos en una nube intensa con olor a chocolate. Nos colocaron muy próximos a la fogata, la novia y yo resultamos con los atuendos quemados por las chispas ardientes que despedía el fuego, mi traje de lino blanco estaba perforado por una infinidad de pequeños agujeros, sobre todo el saco. El pantalón de lino blanco se destruyó en la parte de las rodillas por el roce con las piedras del suelo.
Por eso, hoy quiero un traje de lino blanco para reponer aquel que destruyó el rito mexicano de los prehistóricos.
Estamos La Brenda y yo en una elegante boutique de Cancún, que tiene una colección de ropa para caballero de una firma italiana. Ya me probé el traje de lino blanco y me quedó estupendamente bien. La Brenda lo pagó con una tarjeta de crédito de American Express, platina, sin chistar por el precio. Me estampó un beso prolongado en la boca y salimos felices y contentos al malecón.
La Brenda tiene muchas ganas de gastar la plata que tiene depositada en sus tarjetas de crédito internacionales. Ahora me toca a mi acompañarla a que escoja algunos trapos elegantes, que se encuentran dispersos en varias boutiques de este bello puerto del Caribe mexicano.
Le he pedido que mejor la espero en un café, leyendo los diarios locales y nacionales y bebiendo café de primera clase, Illy el italiano.
Ella viene hacia mi, después de tres horas de intensas compras, cargada con varias bolsas gigantes que anuncian a marcas elegantes, muy sonriente, dichosa, con paso firme y cadencioso.
Ella y yo sabemos que lo que acaba de suceder es un síntoma de su fase maniaca, ese deseo desbordado de gastar la plata en lo que sea. Nos miramos y comprendemos de qué se trata este safari de compras salvajes.
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La compulsión por gastar
La Brenda al desnudo
Anoche llegamos a Cancún La Brenda y yo, muy cansados del viaje y de la larga espera en el aeropuerto de la ciudad de México, el vuelo salió retrasado dos horas. Nos alojamos en un hotel de cinco estrellas, por que La Brenda tiene convenios con las cadenas hoteleras estadunidenses, que suscribe en nombre de la firma de cosméticos franceses que ella representa.
Rentamos un automóvil, en realidad un Jeep, y nos lanzamos a Playa del Carmen para alojarnos en un hotel Med, que tiene bellas playas privadas y que permite la práctica del nudismo para viajeros procedentes de Europa.
La Brenda se puso un diminuto biquini de colores exóticos, como si fuera hawaiana, y traía consigo todo un arsenal de cremas faciales, lociones, bronceadores, protectores solares, etcétera. Ya desnudos los dos en la playa de fina arena blanca, tumbados boca abajo nos dimos mutuamente una aplicación de bronceador, que nos dejó la piel con un tono elevado color zanahoria. Estabamos acostados sobre una grandes toallas que el hotel proporciona a sus huéspedes, y un servicio de bar hasta la orilla misma del mar.
El agua del caribe mexicano es azul turquesa y sin oleaje, pareciera una piscina gigantesca.
El escultural cuerpo de La Brenda llamó la atención de las parejas de franceses, ingleses y españoles, ya que ellas son sobre todo delgadas y descoloridas; en cambio La Brenda es morena clara, con curvas naturales por todos lados, y una cabellera envidiable por su extensión y cantidad pilosa. Yo, a su lado, me sentía un tanto incómodo con las miradas que le dirigían a mi mujer, cuando todos estaban como adanes y evas en el paraíso.
Un buen rato nos quedamos en silencio viendo el horizonte del mar, sumidos en nuestros pensamientos más íntimos, sólo escuchando nuestras respiraciones pausadas y oliendo al bronceador que nos saturaba el cuerpo.
El mesero asignado a nosotros, no paraba de ir a ver qué se nos ofrecía, era muy solícito el muchacho, pero a los demás turistas los ignoraba por completo. Pienso que le encantó La Brenda, también, como a los demás que tapizaban la playa.
Al poco tiempo, las bebidas espirituosas habían hecho estragos en nosotros, todo nos daba vuelta en la cabeza, y nos mirabamos y nos reímos como un par de tontos adolescentes. Nuestras miradas irradiaban una luz interior que denotaba el enorme cariño que nos tenemos, ya no había necesidad de aplicar gotas de colirio en ellos para que brillaran.
El tema tenía que saltar tarde o temprano ¿qué pasó en el psiquiátrico? Los ojos de La Brenda se humedecieron y me relató lo horrible que fue la experiencia de encierro en el manicomio. pero el diagnóstico sigue siendo muy confuso: no fue un ataque de pánico, tampoco un brote psicótico, sino que un crisis por una bipolaridad que todos desconocíamos en ella.
La Brenda es maniaco-depresiva, tiene altas de manía, euforia incontenible, y fases de dura depresión, con tendencia al suicidio.
Pero aún así la amo, y la voy a cuidar de aquí en adelante.
Volvimos al hotel a la hora del almuerzo, que ya nos esperaban con ricas viandas de
mariscos frescos, bien dispuestos en un amplio buffet. Y seguía el mesero joven muy solícito a nuestros deseos, sobre todo a los deseos de La Brenda.
Nos bañamos en el jacuzzi, con todo y masajes hidráulicos, nos encremamos todo el cuerpo y disfrutamos de las caricias largamente olvidadas de nuestra primera etapa de amantes.
Yo quise buscar la pastillita azul, por si fuera el caso necesaria, pero ella me detuvo y no me dejó levantar de la cama. Nos besamos como amantes de veinteaños, sin pausa, sin tregua.
Por la tarde salimos de compras, yo sigo sin ropa adecuada para el verano ardiente de este caribe mexicano, no encuentro lasw camisas y los pantalones de lino blanco que me prometió mi amada, a ver si los conseguimos en Cancún, eso será otro día...
Rentamos un automóvil, en realidad un Jeep, y nos lanzamos a Playa del Carmen para alojarnos en un hotel Med, que tiene bellas playas privadas y que permite la práctica del nudismo para viajeros procedentes de Europa.
La Brenda se puso un diminuto biquini de colores exóticos, como si fuera hawaiana, y traía consigo todo un arsenal de cremas faciales, lociones, bronceadores, protectores solares, etcétera. Ya desnudos los dos en la playa de fina arena blanca, tumbados boca abajo nos dimos mutuamente una aplicación de bronceador, que nos dejó la piel con un tono elevado color zanahoria. Estabamos acostados sobre una grandes toallas que el hotel proporciona a sus huéspedes, y un servicio de bar hasta la orilla misma del mar.
El agua del caribe mexicano es azul turquesa y sin oleaje, pareciera una piscina gigantesca.
El escultural cuerpo de La Brenda llamó la atención de las parejas de franceses, ingleses y españoles, ya que ellas son sobre todo delgadas y descoloridas; en cambio La Brenda es morena clara, con curvas naturales por todos lados, y una cabellera envidiable por su extensión y cantidad pilosa. Yo, a su lado, me sentía un tanto incómodo con las miradas que le dirigían a mi mujer, cuando todos estaban como adanes y evas en el paraíso.
Un buen rato nos quedamos en silencio viendo el horizonte del mar, sumidos en nuestros pensamientos más íntimos, sólo escuchando nuestras respiraciones pausadas y oliendo al bronceador que nos saturaba el cuerpo.
El mesero asignado a nosotros, no paraba de ir a ver qué se nos ofrecía, era muy solícito el muchacho, pero a los demás turistas los ignoraba por completo. Pienso que le encantó La Brenda, también, como a los demás que tapizaban la playa.
Al poco tiempo, las bebidas espirituosas habían hecho estragos en nosotros, todo nos daba vuelta en la cabeza, y nos mirabamos y nos reímos como un par de tontos adolescentes. Nuestras miradas irradiaban una luz interior que denotaba el enorme cariño que nos tenemos, ya no había necesidad de aplicar gotas de colirio en ellos para que brillaran.
El tema tenía que saltar tarde o temprano ¿qué pasó en el psiquiátrico? Los ojos de La Brenda se humedecieron y me relató lo horrible que fue la experiencia de encierro en el manicomio. pero el diagnóstico sigue siendo muy confuso: no fue un ataque de pánico, tampoco un brote psicótico, sino que un crisis por una bipolaridad que todos desconocíamos en ella.
La Brenda es maniaco-depresiva, tiene altas de manía, euforia incontenible, y fases de dura depresión, con tendencia al suicidio.
Pero aún así la amo, y la voy a cuidar de aquí en adelante.
Volvimos al hotel a la hora del almuerzo, que ya nos esperaban con ricas viandas de
mariscos frescos, bien dispuestos en un amplio buffet. Y seguía el mesero joven muy solícito a nuestros deseos, sobre todo a los deseos de La Brenda.
Nos bañamos en el jacuzzi, con todo y masajes hidráulicos, nos encremamos todo el cuerpo y disfrutamos de las caricias largamente olvidadas de nuestra primera etapa de amantes.
Yo quise buscar la pastillita azul, por si fuera el caso necesaria, pero ella me detuvo y no me dejó levantar de la cama. Nos besamos como amantes de veinteaños, sin pausa, sin tregua.
Por la tarde salimos de compras, yo sigo sin ropa adecuada para el verano ardiente de este caribe mexicano, no encuentro lasw camisas y los pantalones de lino blanco que me prometió mi amada, a ver si los conseguimos en Cancún, eso será otro día...
lunes, 19 de julio de 2010
La Brenda, exótica y divina.
Tal como amenazó La Brenda, hoy llegó a la ciudad de México, no en su lujoso automóvil como me lo esperaba, si no en avión comercial. Fui por ella al aeropuerto, y entre miles de viajeros que deambulaban por la terminal aérea, ya que son días de vacaciones escolares, no encontraba a La Brenda en esa multitud. La razón es muy simple, ella cambió de estilo radicalmente; su larga cabellera negra azabache se la rizó, en un estilo afro, me pareció notar que se tatuó las sombras de los ojos y las cejas también. Sus ojos brillaban intensamente, quizá se puso unas gotas de colirio o belladona para resaltar sus enormes ojazos verdes. Venía ataviada con un traje sastre negro y una blusa turquesa que le hacía juego con una mascada del mismo tono. Pero además, el conunto era perfecto: zapatos, bolsa, aretes y collar en una armonía y combinación exacta.
No se olviden amigos mios, que La Brenda es representante de una de las firmas francesas de productos de belleza más importante del mundo, siempre está elegante, no, elegantísima.
Yo soy el típico psicoanalista y profesor universitario, que viste informalmente, jamás me pongo una corbata, y solo uso camisas de cuello de tortuga y sacos de corduroy con parches de cuero en los codos. Eso le gusta a La Brenda, que la elegancia sea algo de su personalidad, y a mi me deja que yo me ocupe de divertirla y la haga reír con mis ocurrencias, no con chistes; soy muy mal contador de chistes.
Y también espera, que en la cama la haga inmensamente feliz, aunque exclame !!VIAGRAme dios ¡¡ a cada momento, al saber que necesito tomar una pastillita azul por la noche, por la mañana o por la tarde, según sea la oportunidad de de tendernos a retozar entre las sábanas.
La sorpresa que me da La Brenda ahora, es que ya me presumió su elegante lencería negra que le trajo una amiga, por encargo, de Londres. Esas delicadas prendas las trae en una especie de necesser, que no deja de lado por ningún motivo. Ahí trae también sus joyas finas.
En el aeropuerto de la ciudad de México, me dice La Brenda: Negrito, nos vamos en una hora a Cancún, ya compré los boletos. Me quedé perplejo, no iba preparado para viajar a ninguna parte, menos al Caribe mexicano. Le contesté con otra pregunta: Mi amor, no traigo ropa para el viaje, no sabía de tus planes. La carcajada de La Brenda rebotó por todos los pasillos de la terminal aérea. Y, luego, me confió, te quiero regalar un gtuardarropa de ropa de lino blanco que tanto te gusta. Eso lo compraremos en Cancún al llegar.
En estos momentos estoy en un café-internet del aeropuerto capitalino, narrando esta nueva boli-aventura con la Brenda, la loca de La Brenda. Me fascinan sus desvaríos y sus planes inconsultos.
Yo tenía esta noche un paciente que atender de una severa crisis, escribir un par de cuentos para un periódico de Veracruz, cuya entrega debe ser esta misma noche. Pero acá tengo entre mis manos un par de boletos en primera clase del Vuelo 830 de Aeroméxico, que sale de la ciudad de México a las 20 horas en punto.
No sé si estoy haciendo bien las cosas, o no. Pero creo que no me importa demasiado, si voy con la mujer de mi vida...
No se olviden amigos mios, que La Brenda es representante de una de las firmas francesas de productos de belleza más importante del mundo, siempre está elegante, no, elegantísima.
Yo soy el típico psicoanalista y profesor universitario, que viste informalmente, jamás me pongo una corbata, y solo uso camisas de cuello de tortuga y sacos de corduroy con parches de cuero en los codos. Eso le gusta a La Brenda, que la elegancia sea algo de su personalidad, y a mi me deja que yo me ocupe de divertirla y la haga reír con mis ocurrencias, no con chistes; soy muy mal contador de chistes.
Y también espera, que en la cama la haga inmensamente feliz, aunque exclame !!VIAGRAme dios ¡¡ a cada momento, al saber que necesito tomar una pastillita azul por la noche, por la mañana o por la tarde, según sea la oportunidad de de tendernos a retozar entre las sábanas.
La sorpresa que me da La Brenda ahora, es que ya me presumió su elegante lencería negra que le trajo una amiga, por encargo, de Londres. Esas delicadas prendas las trae en una especie de necesser, que no deja de lado por ningún motivo. Ahí trae también sus joyas finas.
En el aeropuerto de la ciudad de México, me dice La Brenda: Negrito, nos vamos en una hora a Cancún, ya compré los boletos. Me quedé perplejo, no iba preparado para viajar a ninguna parte, menos al Caribe mexicano. Le contesté con otra pregunta: Mi amor, no traigo ropa para el viaje, no sabía de tus planes. La carcajada de La Brenda rebotó por todos los pasillos de la terminal aérea. Y, luego, me confió, te quiero regalar un gtuardarropa de ropa de lino blanco que tanto te gusta. Eso lo compraremos en Cancún al llegar.
En estos momentos estoy en un café-internet del aeropuerto capitalino, narrando esta nueva boli-aventura con la Brenda, la loca de La Brenda. Me fascinan sus desvaríos y sus planes inconsultos.
Yo tenía esta noche un paciente que atender de una severa crisis, escribir un par de cuentos para un periódico de Veracruz, cuya entrega debe ser esta misma noche. Pero acá tengo entre mis manos un par de boletos en primera clase del Vuelo 830 de Aeroméxico, que sale de la ciudad de México a las 20 horas en punto.
No sé si estoy haciendo bien las cosas, o no. Pero creo que no me importa demasiado, si voy con la mujer de mi vida...
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un viaje inesperado.,
Una mujer exótica y divertida
Brenda, el amor de mi vida.
Brenda y yo nos conocimos en el verano del 2006, en la bella ciudad colonial de Querétaro, México. Fue un amor a primera vista, como dirían los enamorados cursis. Aunque a mi me fue presentada por una buena amiga mútua, quien le había contado a Brenda detalles significativos de mi currículum vitae, que a ella le sorprendieron y la cautivaron. Por ejemplo, el que tuviera ancestros cubanos de origen africano, mientras que mis doctorados en antropología y psicoanálisis, no le causaron ningún interés.
También le fascinó el hecho de que hubiera vivido algunos años en Italia, España y Francia, ya que a su criterio muy personal, eso me convertía en "un hombre de mundo". En esa época en que conocí y me enamoré de la Brenda, ella aún no se atrevía a viajar fuera de las fronteras mexicanas. Después, emprendió un largo periplo por Europa y Africa, que yo quiero entender que fue a buscar mis raíces e identidad, nada más que mi Brenda, un tanto ignorante en materia de geografía e historia, fue a rastrear mis huellas culturales a la parte norte de Africa, Marruecos, muy lejos de donde provinieron mis ancestros, Angola.
Con la Brenda he vivido los años más felices de mi vida adulta, fueron solamente dos, pero nutridos de experiencias vitales y trascendentales.
La última vez que nos vimos, ella tuvo un ataque de pánico incontrolable, que me hizo internarla en un hospital psiquiátrico de la región central del país, para que la controlaran. Para mi el diagnóstico sobre lo que le ocurrió a mi amada Brenda, fue un brote psicótico. Y, gracias a mis contactos profesionales con el campo de la psiquiatría, mis colegas hicieron el favor de internarla y someterla a un tratamiento de un par de meses en dicho sanatorio, sin que tuviera yo que desembolsar un solo peso.
La Brenda está muy recuperada de su salud mental, no ha tenido otra reacaída desde aquella vez en que la interné en la clínica psiquiátrica.
Yo sabía que entre la Brenda y yo había una suerte de locura amorosa, ese romance nos desbordó a los dos, al grado de cometer actos insólitos que por mi carácter apacible y ordenado, no me los autorizaba. Me decía ella, eufórica, amor quiero bailar toda la noche, yo aceptaba la invitación a desfogarnos bailando en centros nocturnos de mala muerte, ubicados en barrios peligrosos de la ciudad de México, atestados de maleantes y protitutas baratas. Ahí se sentía la Brenda, plena y realizada como mujer. Otras veces, después de hacer el amor como veinteañeros, disponíamos viajar al mar, a Acapulco, cuyos quinientos kilómetros devorabamos en su auto nuevo, a toda velocidad, manejando ella.
Esos viajes a ningún destino definido, me encantaban y me liberaban de mis obligaciones laborales, le pedía a mi secretaría que cancelara todas las citas con mis pacientes y mis cursos en la universidad, durante una semana, al menos. Viví plenamente el romance con la mujer más bella y loca que había conocido hasta ese momento. Era guapa, hermosa y voluptuosa la Brenda. La cama fue el refugio ideal para nuestra felicidad y el auto que nos brindaba libertad de movimiento.
Ella y yo siempre mantuvimos relaciones amorosas convencionales y aburridas, antes de conocernos.
A mis sesenta años y a los cuarenta y ocho de ella, parecía, a simple vista, que no podríamos funcionar como una pareja enamorada. Pero, sí pudimos echar andar una bella relación sin límites, creativa y lúdica. Nos besábamos torridamente en los parque públicos, ante las miradas incrédulas de los ancianos que descansaban plácidamente en las bancas, manchadas de mierda de palomas.
Algunas personas sonreían ante tanta efusividad en el abrazo, y en el beso prolongado, que mordisqueaba los labios hasta sangrarlos. Otras personas, nos censuraban con su mirada gélida y reprobatoria.
La Brenda y yo le mostramos al mundo cuán felices éramos juntos, todo el tiempo.
Hasta que la Brenda cayó en ese bache psicótico que me asustó demasiado y me hizo internarla por un breve tiempo.
Ayer, la Brenda me localizó en el teléfono celular que traigo desde aquella época de nuestra relación, y me planteó la pregunta. ¿Negrito, quieres que te vaya a buscar a México?
Después del paso del tiempo, no sé cómo está ella ahora, de su cabeza. Quiero suponer, necesito creer que ella está sana. La deseo y me muero por volver a verla otra vez.
Quizá mañana que venga hacia mi, resolvamos volver a intentarlo de nuevo, y partamos velozmente a Acapulco a celebrar este dichoso reencuentro...
También le fascinó el hecho de que hubiera vivido algunos años en Italia, España y Francia, ya que a su criterio muy personal, eso me convertía en "un hombre de mundo". En esa época en que conocí y me enamoré de la Brenda, ella aún no se atrevía a viajar fuera de las fronteras mexicanas. Después, emprendió un largo periplo por Europa y Africa, que yo quiero entender que fue a buscar mis raíces e identidad, nada más que mi Brenda, un tanto ignorante en materia de geografía e historia, fue a rastrear mis huellas culturales a la parte norte de Africa, Marruecos, muy lejos de donde provinieron mis ancestros, Angola.
Con la Brenda he vivido los años más felices de mi vida adulta, fueron solamente dos, pero nutridos de experiencias vitales y trascendentales.
La última vez que nos vimos, ella tuvo un ataque de pánico incontrolable, que me hizo internarla en un hospital psiquiátrico de la región central del país, para que la controlaran. Para mi el diagnóstico sobre lo que le ocurrió a mi amada Brenda, fue un brote psicótico. Y, gracias a mis contactos profesionales con el campo de la psiquiatría, mis colegas hicieron el favor de internarla y someterla a un tratamiento de un par de meses en dicho sanatorio, sin que tuviera yo que desembolsar un solo peso.
La Brenda está muy recuperada de su salud mental, no ha tenido otra reacaída desde aquella vez en que la interné en la clínica psiquiátrica.
Yo sabía que entre la Brenda y yo había una suerte de locura amorosa, ese romance nos desbordó a los dos, al grado de cometer actos insólitos que por mi carácter apacible y ordenado, no me los autorizaba. Me decía ella, eufórica, amor quiero bailar toda la noche, yo aceptaba la invitación a desfogarnos bailando en centros nocturnos de mala muerte, ubicados en barrios peligrosos de la ciudad de México, atestados de maleantes y protitutas baratas. Ahí se sentía la Brenda, plena y realizada como mujer. Otras veces, después de hacer el amor como veinteañeros, disponíamos viajar al mar, a Acapulco, cuyos quinientos kilómetros devorabamos en su auto nuevo, a toda velocidad, manejando ella.
Esos viajes a ningún destino definido, me encantaban y me liberaban de mis obligaciones laborales, le pedía a mi secretaría que cancelara todas las citas con mis pacientes y mis cursos en la universidad, durante una semana, al menos. Viví plenamente el romance con la mujer más bella y loca que había conocido hasta ese momento. Era guapa, hermosa y voluptuosa la Brenda. La cama fue el refugio ideal para nuestra felicidad y el auto que nos brindaba libertad de movimiento.
Ella y yo siempre mantuvimos relaciones amorosas convencionales y aburridas, antes de conocernos.
A mis sesenta años y a los cuarenta y ocho de ella, parecía, a simple vista, que no podríamos funcionar como una pareja enamorada. Pero, sí pudimos echar andar una bella relación sin límites, creativa y lúdica. Nos besábamos torridamente en los parque públicos, ante las miradas incrédulas de los ancianos que descansaban plácidamente en las bancas, manchadas de mierda de palomas.
Algunas personas sonreían ante tanta efusividad en el abrazo, y en el beso prolongado, que mordisqueaba los labios hasta sangrarlos. Otras personas, nos censuraban con su mirada gélida y reprobatoria.
La Brenda y yo le mostramos al mundo cuán felices éramos juntos, todo el tiempo.
Hasta que la Brenda cayó en ese bache psicótico que me asustó demasiado y me hizo internarla por un breve tiempo.
Ayer, la Brenda me localizó en el teléfono celular que traigo desde aquella época de nuestra relación, y me planteó la pregunta. ¿Negrito, quieres que te vaya a buscar a México?
Después del paso del tiempo, no sé cómo está ella ahora, de su cabeza. Quiero suponer, necesito creer que ella está sana. La deseo y me muero por volver a verla otra vez.
Quizá mañana que venga hacia mi, resolvamos volver a intentarlo de nuevo, y partamos velozmente a Acapulco a celebrar este dichoso reencuentro...
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La Brenda y yo,
un binomio irresistible.,
Un loco amor
Fe de Ratas
En el artículo sobre el acoso moral y físico en las escuelas, se coló un error grave, la palabra que conceptualiza el fenómeno es : BULLING, no "buying" como lo escribí en un lapsus lamentable.
domingo, 18 de julio de 2010
Ronaldo, le tiene fobia a la escuela.
Ronaldooooo, grita su madre todas las mañanas y él hace de cuenta que no escuchó los gritos de su progenitora.
Ronaldo tiene un comportamiento extraño desde hace varios meses, no quiere ir a la escuela por ningún motivo. Se queda dormido hasta las diez de la mañana, cuando debería estar en la escuela desde las ocho, es evidente que hay un rechazo fuerte a cumplir con sus obligaciones.
En todo el mundo ha surgido un nuevo problema escolar, denominado "buying". Esto significa que los estudiantes ejercen presión o acoso moral y físico sobre ciertos condiscípulos, hasta que logran su propósito, desquiciarlos y que abandonen las aulas y busquen otros colegios o escuelas.
En México se le conoce a este fenómeno como "agarrar de su puerquito a alguien", eso le sucede mucho a los alumnos obesos, y también a los que dan señales de lento aprendizaje, suelen ser objetos de incontables burlas y daños físicos, hasta que fracasan en su intento por ser aceptados por su compañeros.
En España, el problema es grave, y se ha extendido a los profesores también, hay estudiantes que amenazan con golpear a sus mentores por cualquier motivo (bajas calificaciones, etcétera).
Pero la historia de Ronaldo es diferente, ya que él no quiere volver a la escuela todos los días que le corresponde asistir a cumplir con sus obligaciones, por un miedo paralizante, es algo neurótico que el quisiera corregir y no puede. Le han ofrecido ayuda psicológica y él la rechaza tajantemente.
Su madre, una vieja maestra jubilada, sufre con Ronaldo y no sabe cómo ayudarlo a que supere su fobia a la escuela. Le grita, le esparce agua fría en el rostro cuando está dormido, le pone la música del radio a todo volúmen, la arranca las sábanas con violencia y lo deja desnudo tiritando de frío, y ni así Ronaldo reacciona.
Lo irónico de la fobia de Ronaldo a la escuela es que, él es el DIRECTOR.
Ronaldo tiene un comportamiento extraño desde hace varios meses, no quiere ir a la escuela por ningún motivo. Se queda dormido hasta las diez de la mañana, cuando debería estar en la escuela desde las ocho, es evidente que hay un rechazo fuerte a cumplir con sus obligaciones.
En todo el mundo ha surgido un nuevo problema escolar, denominado "buying". Esto significa que los estudiantes ejercen presión o acoso moral y físico sobre ciertos condiscípulos, hasta que logran su propósito, desquiciarlos y que abandonen las aulas y busquen otros colegios o escuelas.
En México se le conoce a este fenómeno como "agarrar de su puerquito a alguien", eso le sucede mucho a los alumnos obesos, y también a los que dan señales de lento aprendizaje, suelen ser objetos de incontables burlas y daños físicos, hasta que fracasan en su intento por ser aceptados por su compañeros.
En España, el problema es grave, y se ha extendido a los profesores también, hay estudiantes que amenazan con golpear a sus mentores por cualquier motivo (bajas calificaciones, etcétera).
Pero la historia de Ronaldo es diferente, ya que él no quiere volver a la escuela todos los días que le corresponde asistir a cumplir con sus obligaciones, por un miedo paralizante, es algo neurótico que el quisiera corregir y no puede. Le han ofrecido ayuda psicológica y él la rechaza tajantemente.
Su madre, una vieja maestra jubilada, sufre con Ronaldo y no sabe cómo ayudarlo a que supere su fobia a la escuela. Le grita, le esparce agua fría en el rostro cuando está dormido, le pone la música del radio a todo volúmen, la arranca las sábanas con violencia y lo deja desnudo tiritando de frío, y ni así Ronaldo reacciona.
Lo irónico de la fobia de Ronaldo a la escuela es que, él es el DIRECTOR.
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Acoso moral y físico,
fobia a la escuela.
sábado, 17 de julio de 2010
Un hombre excepcional.
Conocí a Gerardo en el café donde suelo reunirme con mis contertulios de todos los días, quien lo llevó a mi mesa fue Aldo de Luca, a quien agradezco esa deferencia de presentarme a este hombre singular.
Charlamos varias horas, intercalando ricos cafés "cortaditos", como dirían en La Habana, Cuba. La conversación giró todo el tiempo alrededor de la historia contemporánea de América latina, de sus personajes políticos y culturales. Gerardo posee una amplia visión del mundo y una erudición admirable.
Yo gozaba con la conversación amena entablada con un hombre, hasta ese momento, desconocido para mi. Siendo él un extranjero, que radica actualmente en Ohio, EEUU, también había residido en México y se había vinculado con el mundillo cultural de este país.
Hablamos de los literatos, pintores y artistas del cine nacional, pero Gerardo me podía contar anécdotas de ellos porque los conoció personalemente, no como yo que tengo referencias históricas y hemerográficas, solamente.
No eran chismes sobre los personajes famosos de la segunda mitad del siglo XX, sino detalles chuscos y divertidos sobre Juan Rulfo, Alfonso Reyes, María Felix, Agustín Lara y otros más. Enriqueció bastante mi cultura general sobre los mexicanos destacados del siglo pasado.
Hablamos de Cuba, por supuesto, y de sus personajes clásicos Fidel y Raúl.
Gerardo es cubano y tiene noventa y cuatro años, vivió en muchos países desde que abandono su país en el año de 1959, al ir a cumplir una labor diplomática a Indonesia representado a la Isla. Es un hombre lúcido, memorioso, con un gran sentido del humor, y un artesano de la conversación, así como eran la gente de antes.
Pasaron las horas en el café, sin sentirlas, la conversación con Gerardo me nutrió de experiencias maravillosas, que él trasmitió con singular entusiasmo.
Cuando yo sea un hombre de noventa y cuatro años, quiero ser como mi amigo Gerardo, el cubano.
Charlamos varias horas, intercalando ricos cafés "cortaditos", como dirían en La Habana, Cuba. La conversación giró todo el tiempo alrededor de la historia contemporánea de América latina, de sus personajes políticos y culturales. Gerardo posee una amplia visión del mundo y una erudición admirable.
Yo gozaba con la conversación amena entablada con un hombre, hasta ese momento, desconocido para mi. Siendo él un extranjero, que radica actualmente en Ohio, EEUU, también había residido en México y se había vinculado con el mundillo cultural de este país.
Hablamos de los literatos, pintores y artistas del cine nacional, pero Gerardo me podía contar anécdotas de ellos porque los conoció personalemente, no como yo que tengo referencias históricas y hemerográficas, solamente.
No eran chismes sobre los personajes famosos de la segunda mitad del siglo XX, sino detalles chuscos y divertidos sobre Juan Rulfo, Alfonso Reyes, María Felix, Agustín Lara y otros más. Enriqueció bastante mi cultura general sobre los mexicanos destacados del siglo pasado.
Hablamos de Cuba, por supuesto, y de sus personajes clásicos Fidel y Raúl.
Gerardo es cubano y tiene noventa y cuatro años, vivió en muchos países desde que abandono su país en el año de 1959, al ir a cumplir una labor diplomática a Indonesia representado a la Isla. Es un hombre lúcido, memorioso, con un gran sentido del humor, y un artesano de la conversación, así como eran la gente de antes.
Pasaron las horas en el café, sin sentirlas, la conversación con Gerardo me nutrió de experiencias maravillosas, que él trasmitió con singular entusiasmo.
Cuando yo sea un hombre de noventa y cuatro años, quiero ser como mi amigo Gerardo, el cubano.
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Un cubano excepcional,
un hombre de dos siglos.
viernes, 16 de julio de 2010
Penélope, te hemos perdido.
Penélope, la diva de nuestros sueños, se ha convertido en la compañera sentimental de javier Bardem, eso nos incomoda a los miles de seguidores de la bellísima actriz hispana. Pero la vida es así de cruel con los fanáticos de las estrellas del celuloide, no importa que ellas o ellos se casen y tengan hijos, en el imaginario colectivo quedan grabadas las imágenes de nuestros ídolos, impecables, sin que el tiempo pase sobre ellos, como sí lo hace sobre nosotros simples mortales.
Penélope, te hemos visto en varias películas memorables y te hemos admirado mucho, sí por tu belleza sin igual, pero también por tu madera de buena actriz. Hasta Woody Allen te "descubrió", y aunque estuviste estupenda en tu papel de mujer histérica desbordada y celosa enferma, creo que has podido hacer otras actuaciones mejores que esa.
Querida Penélope, larga vida al lado del amor de tu vida, desde que estuvieron juntos en la vieja película de Jamón, Jamón, ya sospechabamos que ustedes se gustaban bastante. Ni modo, dirían en México, eso nos pasa por no tener una cuenta bancaria monumental.
Seguiré ahorrando, por si acaso...
Penélope, te hemos visto en varias películas memorables y te hemos admirado mucho, sí por tu belleza sin igual, pero también por tu madera de buena actriz. Hasta Woody Allen te "descubrió", y aunque estuviste estupenda en tu papel de mujer histérica desbordada y celosa enferma, creo que has podido hacer otras actuaciones mejores que esa.
Querida Penélope, larga vida al lado del amor de tu vida, desde que estuvieron juntos en la vieja película de Jamón, Jamón, ya sospechabamos que ustedes se gustaban bastante. Ni modo, dirían en México, eso nos pasa por no tener una cuenta bancaria monumental.
Seguiré ahorrando, por si acaso...
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Javier Bardem.,
Penélope Cruz
Cuando salí de Cuba.
La Isla de Cuba es un país que debe plantearse ya, con urgencia, los grandes cambios sociales que su sociedad demanda, y quizá el mundo entero también.
Hay algunas libertades restringidas en Cuba, como por ejemplo: de movimiento, de pensamiento, de libre expresión de las ideas, entre otras, por lo que es preciso que los individuos gocen de las libertades elementales que consigna la Carta de las Naciones Unidas, esos son valores básicos de toda democracia que no se pueden coartar bajo ninguna situación política especial.
El exilio es un castigo que se viene aplicando desde tiempo de los griegos clásicos, a todos aquellos seres controvertidos y críticos del régimen en turno.
En las dictaduras latinoamericanas de los años sesentas y setentas, se puso de moda una frase para los opositores de los regímenes militares y dictatoriales: "Qué prefieren: ¿encierro, destierro o entierro?
La mayoría de los opositores a las dictaduras sudamericanas y centroamericanas, también, optaron por el destierro hacia países amigos. México, desde siempre jugó un papel vital para salvaguardar la vida de miles de argentinos, uruguayos, bolivianos, peruanos, chilenos, guatemaltecos, nicaraguenses, salvadoreños.
Hoy España se ha convertido para los cubanos de la oposición en un refugio seguro, ya el gobierno cubano, la Iglesia Católica y el Ministro de Relaciones Exteriores de España, acordaron la liberación de los primeros cincuenta y dos presos de conciencia.
Aunque algunos cubanos presos, incluidos en el acuerdo tripartito, no desean abandonar su patria, el resto ya empezó a salir rumbo a España.
Algunos cubanos ilustres del siglo XIX, también tuvieron que irse del país y proseguir la lucha desde afuera, es el paradigmático caso de José Martí; y en el siglo XX, paradójicamente, Fidel Castro y su hermano menor, Raúl.
La historia de la humanidad está repleta de casos de desterrados ilustres algunos, y de seres comunes y corrientes la mayoría de ellos.
Para México, el destierro español, marcó una etapa de su vida intelectual. La Guerra Civil Española nos trajo a brillantes pensadores de los cuales nuestra cultura se aprovechó fructíferamente.
Cuba nos preocupa a los intelectuales que militamos en la izquierda, ya que aspiramos a una nación libre y democrática.
Estamos en presencia de los primeros pasos en esa dirección, España tendrá un papel decisivo en ese proceso cubano de grandes transformaciones sociales y políticas.
Hay algunas libertades restringidas en Cuba, como por ejemplo: de movimiento, de pensamiento, de libre expresión de las ideas, entre otras, por lo que es preciso que los individuos gocen de las libertades elementales que consigna la Carta de las Naciones Unidas, esos son valores básicos de toda democracia que no se pueden coartar bajo ninguna situación política especial.
El exilio es un castigo que se viene aplicando desde tiempo de los griegos clásicos, a todos aquellos seres controvertidos y críticos del régimen en turno.
En las dictaduras latinoamericanas de los años sesentas y setentas, se puso de moda una frase para los opositores de los regímenes militares y dictatoriales: "Qué prefieren: ¿encierro, destierro o entierro?
La mayoría de los opositores a las dictaduras sudamericanas y centroamericanas, también, optaron por el destierro hacia países amigos. México, desde siempre jugó un papel vital para salvaguardar la vida de miles de argentinos, uruguayos, bolivianos, peruanos, chilenos, guatemaltecos, nicaraguenses, salvadoreños.
Hoy España se ha convertido para los cubanos de la oposición en un refugio seguro, ya el gobierno cubano, la Iglesia Católica y el Ministro de Relaciones Exteriores de España, acordaron la liberación de los primeros cincuenta y dos presos de conciencia.
Aunque algunos cubanos presos, incluidos en el acuerdo tripartito, no desean abandonar su patria, el resto ya empezó a salir rumbo a España.
Algunos cubanos ilustres del siglo XIX, también tuvieron que irse del país y proseguir la lucha desde afuera, es el paradigmático caso de José Martí; y en el siglo XX, paradójicamente, Fidel Castro y su hermano menor, Raúl.
La historia de la humanidad está repleta de casos de desterrados ilustres algunos, y de seres comunes y corrientes la mayoría de ellos.
Para México, el destierro español, marcó una etapa de su vida intelectual. La Guerra Civil Española nos trajo a brillantes pensadores de los cuales nuestra cultura se aprovechó fructíferamente.
Cuba nos preocupa a los intelectuales que militamos en la izquierda, ya que aspiramos a una nación libre y democrática.
Estamos en presencia de los primeros pasos en esa dirección, España tendrá un papel decisivo en ese proceso cubano de grandes transformaciones sociales y políticas.
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Cuba democrática,
desterrados a España.
jueves, 15 de julio de 2010
Una boda sensacional.
El día de su casamiento, fue para Sabina una ocasión especial, como para todas las novias que suspiran por salir vestidas de blanco y del brazo de sus padres. Pero esta boda era muy especial, se habían logrado vencer mil y un obstáculos de todo tipo; pero el día llegó y hasta la prensa estaba atenta a dicho acontecimiento.
Sabina fue una niña precoz, inteligente y bonita, tenía una energía física incontenible, jugaba de todo, no se limitaba ante las advertencias de sus amigas y maestras: "eso no es juego para niñas", "las niñas tiene que sentarse con las piernas cerradas", "las niñas no leen"; Sabina desoía todos los sabios consejos femeninos que la atosigaban siempre. Vivió como se le dio la gana, a su aire.
Sabina se me inscribió en la mejor escuela de teatro de su época, la escuela que dirigía Luis de Tavira. Y pudo con esa exigencia desmesurada de sus mentores. Actuó en varias obras dramáticas y en algunas comedias simpáticas. Pero lo suyo era escribir, después de haberse devorado toda la obra de los grandes maestros de la literatura universal, Shakespeare incluido.
Sabina empezó escribiendo obras de contenido psicoanalítico, influenciada por sus lecturas atentas a la obra del doctor Freud, ella quería penetrar en la psique de sus personajes femeninos, y lo logró con una obra que estuvo en cartelera durante más de un año, y siempre con llenos totales.
Sabina no se había dado el tiempo suficiente para dedicarse a su vida personal, afectiva, amorosa, la absorbía demasiado el teatro, aparte de escribir también se metió a dirigir sus propias obras.
Dentro del mundo del teatro conoció a una bella actriz, más joven que ella, la cual la atrajo con mucha intensidad y pasión, la introdujo en su compañía y la tenía a su lado todo el tiempo. La complicidad afloró entre ellas, tenían los mismos proyectos profesionales y sus corazones empezaban a latir con el mismo ritmo y fuerza.
Un día ambas decidieronque ya era hora de mostrar su amor en público, siendo ellas personajes del mundillo artístico, pero anunciando una boda sensacional. La prensa estuvo atenta a la fecha de esa boda, era el acontecimiento del año en el mundo cultural mexicano.
El día que se casaron Sabina y María, fue precisamente el día en que entró en vigor en la ciudad de México, la Ley de Matrimonios de Personas del Mismo Sexo. La noticia le dio la vuelta al mundo, la nueva legislación había sido un triunfo sobre la Iglesia Católica y sus opiniones medievales acerca del sexo y otras cuestiones morales. Los grupos de ultracatólicos quisieron sabotear la ceremonia de matrimonio de estas dos valientes mujeres mexicanas y fueron arrojadas del lugar enmedio de una lluvia de improperios que les lanzaron los seguidores de esta singular pareja.
Esta fue la boda del siglo XXI, en la cual la diversidad ocupó un sitio privilegiado.
Ahora viene la otra lucha, la de legislar sobre la adopción de niños por parte de matrimonios de personas del mismo sexo.
Ese lucha continúa y los opositores son los mismos y, ahora, más histéricos.
Sabina fue una niña precoz, inteligente y bonita, tenía una energía física incontenible, jugaba de todo, no se limitaba ante las advertencias de sus amigas y maestras: "eso no es juego para niñas", "las niñas tiene que sentarse con las piernas cerradas", "las niñas no leen"; Sabina desoía todos los sabios consejos femeninos que la atosigaban siempre. Vivió como se le dio la gana, a su aire.
Sabina se me inscribió en la mejor escuela de teatro de su época, la escuela que dirigía Luis de Tavira. Y pudo con esa exigencia desmesurada de sus mentores. Actuó en varias obras dramáticas y en algunas comedias simpáticas. Pero lo suyo era escribir, después de haberse devorado toda la obra de los grandes maestros de la literatura universal, Shakespeare incluido.
Sabina empezó escribiendo obras de contenido psicoanalítico, influenciada por sus lecturas atentas a la obra del doctor Freud, ella quería penetrar en la psique de sus personajes femeninos, y lo logró con una obra que estuvo en cartelera durante más de un año, y siempre con llenos totales.
Sabina no se había dado el tiempo suficiente para dedicarse a su vida personal, afectiva, amorosa, la absorbía demasiado el teatro, aparte de escribir también se metió a dirigir sus propias obras.
Dentro del mundo del teatro conoció a una bella actriz, más joven que ella, la cual la atrajo con mucha intensidad y pasión, la introdujo en su compañía y la tenía a su lado todo el tiempo. La complicidad afloró entre ellas, tenían los mismos proyectos profesionales y sus corazones empezaban a latir con el mismo ritmo y fuerza.
Un día ambas decidieronque ya era hora de mostrar su amor en público, siendo ellas personajes del mundillo artístico, pero anunciando una boda sensacional. La prensa estuvo atenta a la fecha de esa boda, era el acontecimiento del año en el mundo cultural mexicano.
El día que se casaron Sabina y María, fue precisamente el día en que entró en vigor en la ciudad de México, la Ley de Matrimonios de Personas del Mismo Sexo. La noticia le dio la vuelta al mundo, la nueva legislación había sido un triunfo sobre la Iglesia Católica y sus opiniones medievales acerca del sexo y otras cuestiones morales. Los grupos de ultracatólicos quisieron sabotear la ceremonia de matrimonio de estas dos valientes mujeres mexicanas y fueron arrojadas del lugar enmedio de una lluvia de improperios que les lanzaron los seguidores de esta singular pareja.
Esta fue la boda del siglo XXI, en la cual la diversidad ocupó un sitio privilegiado.
Ahora viene la otra lucha, la de legislar sobre la adopción de niños por parte de matrimonios de personas del mismo sexo.
Ese lucha continúa y los opositores son los mismos y, ahora, más histéricos.
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la adopción de niños.,
la Ley avala
miércoles, 14 de julio de 2010
Gringo viejo.
Scott es un gringo avecindado en México desde hace muchos años, tiene cerca de cincuenta años, aunque representa muchos más, es un gringo viejo.
Scott es maniático de la limpieza, desde niño su madre le impuso el aseo como una norma disciplinaria, y él recuerda cuando siendo un chiquillo de tres años, hizo un gran berrinche porque su mano derecha tenía una mancha de leche seca, pedía a gritos que su madre le limpiara esa mácula horrible.
Desde temprana edad no soporta la suciedad y la inmundicia del mundo, sufre demasiado limpiándo todo lo que lo rodea. Es un perfeccionista en cuanto a la limpieza, por eso no se ha casado nunca, a las mujeres las cataloga como impuras por aquello de la menstruación. Eso le ha servido para esconder adecuadamente su homosexualidad latente.
En su casa recibe a sus amigos y amigas, para agasajarlos con ricas viandas y bebidas espirituosas, lo que nadie sabe es que Scott al finalizar la reunión y las visitas se van a sus casas, él toma todos los platos y los cubiertos, y los bota a la basura, por aquello de los microbios y los contagios de males insospechados que puedan dejarle sus amigos.
En el café del parque México, en el barrio de La Condesa, donde suelo reunirme en animadas tertulias con un nutrido grupo de amigos, Scott se ha logrado integrar con nosotros, acude diariamente y nos cuenta sus proyectos cinematográficos frustrados.
Pero los empleados del café, saben que Scott siempre pide su café en un vaso desechable y con una cucharita desechable también.
No saluda a nadie de mano porque lo pueden infectar, pero si alguien osa tomarlo de la mano, inmediatamente se desinfecta la mano con una toallita impregnada con alcohol. Los besos en la mejilla que le dan sus amigas, le producen asco y, a veces, vómito.
Tampoco usa el transporte público porque ahí viaja mucha gente enferma y sucia.
Este gringo viejo está por irse a vivir a Miami, donde la limpieza es absoluta, eso cree él. Pobre gringo viejo, por joder sus amigos lo toman de la mano por largo rato y él no sabe qué hacer. Sufre.
Scott es maniático de la limpieza, desde niño su madre le impuso el aseo como una norma disciplinaria, y él recuerda cuando siendo un chiquillo de tres años, hizo un gran berrinche porque su mano derecha tenía una mancha de leche seca, pedía a gritos que su madre le limpiara esa mácula horrible.
Desde temprana edad no soporta la suciedad y la inmundicia del mundo, sufre demasiado limpiándo todo lo que lo rodea. Es un perfeccionista en cuanto a la limpieza, por eso no se ha casado nunca, a las mujeres las cataloga como impuras por aquello de la menstruación. Eso le ha servido para esconder adecuadamente su homosexualidad latente.
En su casa recibe a sus amigos y amigas, para agasajarlos con ricas viandas y bebidas espirituosas, lo que nadie sabe es que Scott al finalizar la reunión y las visitas se van a sus casas, él toma todos los platos y los cubiertos, y los bota a la basura, por aquello de los microbios y los contagios de males insospechados que puedan dejarle sus amigos.
En el café del parque México, en el barrio de La Condesa, donde suelo reunirme en animadas tertulias con un nutrido grupo de amigos, Scott se ha logrado integrar con nosotros, acude diariamente y nos cuenta sus proyectos cinematográficos frustrados.
Pero los empleados del café, saben que Scott siempre pide su café en un vaso desechable y con una cucharita desechable también.
No saluda a nadie de mano porque lo pueden infectar, pero si alguien osa tomarlo de la mano, inmediatamente se desinfecta la mano con una toallita impregnada con alcohol. Los besos en la mejilla que le dan sus amigas, le producen asco y, a veces, vómito.
Tampoco usa el transporte público porque ahí viaja mucha gente enferma y sucia.
Este gringo viejo está por irse a vivir a Miami, donde la limpieza es absoluta, eso cree él. Pobre gringo viejo, por joder sus amigos lo toman de la mano por largo rato y él no sabe qué hacer. Sufre.
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La seducción inconsciente.
La seducción es algo que en tiempos posmodernos empieza a hacer crisis, ya casi nadie sabe seducir, las reglas se han roto, los modos han cambiado radicalmente, al grado que el mundo entero se refugia en la Red de la Internet para practicar la seducción.
Los encuentros cara a cara son temidos, generan inseguridad en los posibles amantes, se opta por la comunicación virtual a través de la computadora, y así se vive la fantasía de que todos somos unos grandes seductores.
Las personas no saben charlar, no saben conversar, no saben ver a los ojos directamente, por eso prefieren inventarse una existencia a su modo, que pueda ser "vendida" a otros como si fuera verdadera. Second life, dirían los gringos.
No existen lugares apropiados para los encuentros personales, la posmodernidad ha dado lugar a la creación de "los NO lugares, que son espacios arquitectónicos desprovistos de vida social, planeados para el no encuentro de los humanos. Son espacios y edificaciones que repelen a los seres humanos, son espacios que expulsan a sus visitantes o usuarios.
El único refugio actual para las relaciones amorosas y de amistad, es FACEBOOK. !!Qué horror¡¡
Siempre he deseado impartir un curso rápido de seducción para la posmodernidad y sus habitantes.
La primera regla de oro es: el VERBO, siempre el verbo. la palabra va por encima de belleza física, dinero, fama, etcétera. las mujeres se conquistan con palabras, solamente; ellas sucumben ante las palabras de amor y amistad.
Los hombres solo se fijan en los atributos físicos de las mujeres, quieren que sean sexis y atractivas, con curvas y poca conversación.
Los criterios de selección de una pareja, siempre son inconscientes, pero en ellos predomina la biología y la psicología.
Por ejemplo, la SIMETRÍA, es algo que domina el pensamiento de los futuros enamorados, simetría en el rostro y en el cuerpo.
Para los hombres, las mujeres perfectas son simétricas en su rostro, más no en su cuerpo. Las prefieren con las piernas largas y el torso corto.
Para las mujeres la simetría del hombre es fundamental, también la simetría del rostro, de preferencia con la mandíbula fuerte, y los cuerpos en V, anchos de hombros y estrechos de cintura.
Pero a las mujeres los hombres con las piernas demasiado largas, no les gustan tanto.
Los hombres se fijan inconscientemente en las caderas y la cintura de las mujeres, por aquello de la procreación de los hijos.
Las mujeres se fijan inconscientemente en el aspecto sano de los hombres, un hombre con cara de enfermo, delgado, demacrado, no atrae a ninguna mujer cuerda y sensata.
Los hombres expelen al aire esos aromas de la testosterona que las mujeres detectan con su fino olfato, y se vuelven locas de emoción.
El coctel de la seducción se compone por sustancias químicas diversas, emociones y rasgos psicológicos, que nos hacen recordar a una prima, un primo, a nuestra madre, a nuestro padre, o a una tía o tío.
La atracción de las parejas es algo que seguirá funcionando dentro y fuera de la RED, pero las complicaciones cada día son mayores, pero la inteligencia de los humanos sabrán superar con creces.
Los encuentros cara a cara son temidos, generan inseguridad en los posibles amantes, se opta por la comunicación virtual a través de la computadora, y así se vive la fantasía de que todos somos unos grandes seductores.
Las personas no saben charlar, no saben conversar, no saben ver a los ojos directamente, por eso prefieren inventarse una existencia a su modo, que pueda ser "vendida" a otros como si fuera verdadera. Second life, dirían los gringos.
No existen lugares apropiados para los encuentros personales, la posmodernidad ha dado lugar a la creación de "los NO lugares, que son espacios arquitectónicos desprovistos de vida social, planeados para el no encuentro de los humanos. Son espacios y edificaciones que repelen a los seres humanos, son espacios que expulsan a sus visitantes o usuarios.
El único refugio actual para las relaciones amorosas y de amistad, es FACEBOOK. !!Qué horror¡¡
Siempre he deseado impartir un curso rápido de seducción para la posmodernidad y sus habitantes.
La primera regla de oro es: el VERBO, siempre el verbo. la palabra va por encima de belleza física, dinero, fama, etcétera. las mujeres se conquistan con palabras, solamente; ellas sucumben ante las palabras de amor y amistad.
Los hombres solo se fijan en los atributos físicos de las mujeres, quieren que sean sexis y atractivas, con curvas y poca conversación.
Los criterios de selección de una pareja, siempre son inconscientes, pero en ellos predomina la biología y la psicología.
Por ejemplo, la SIMETRÍA, es algo que domina el pensamiento de los futuros enamorados, simetría en el rostro y en el cuerpo.
Para los hombres, las mujeres perfectas son simétricas en su rostro, más no en su cuerpo. Las prefieren con las piernas largas y el torso corto.
Para las mujeres la simetría del hombre es fundamental, también la simetría del rostro, de preferencia con la mandíbula fuerte, y los cuerpos en V, anchos de hombros y estrechos de cintura.
Pero a las mujeres los hombres con las piernas demasiado largas, no les gustan tanto.
Los hombres se fijan inconscientemente en las caderas y la cintura de las mujeres, por aquello de la procreación de los hijos.
Las mujeres se fijan inconscientemente en el aspecto sano de los hombres, un hombre con cara de enfermo, delgado, demacrado, no atrae a ninguna mujer cuerda y sensata.
Los hombres expelen al aire esos aromas de la testosterona que las mujeres detectan con su fino olfato, y se vuelven locas de emoción.
El coctel de la seducción se compone por sustancias químicas diversas, emociones y rasgos psicológicos, que nos hacen recordar a una prima, un primo, a nuestra madre, a nuestro padre, o a una tía o tío.
La atracción de las parejas es algo que seguirá funcionando dentro y fuera de la RED, pero las complicaciones cada día son mayores, pero la inteligencia de los humanos sabrán superar con creces.
martes, 13 de julio de 2010
El síndrome del novio canadiense.
Mi gran amigo el doctor Moisés Yvker, ejerció mucho tiempo en la ciudad de Nueva York como psicoanalista de la comunidad judía neoyorquina, y por ello descubrió una constante entre sus pacientes mujeres, resulta que casi todas ellas decían tener una relación amorosa con alguien que radicaba en Canadá.
El misterio intrigó a mi colega, ¿por qué todas mis pacientes histéricas dicen tener un novio canadiense?.
Ahora en la era de la Internet donde la mayoría de las personas tienen acceso directo a la Red, facilita la relación (imaginaria) con hombres y mujeres que viven en sitios remotos y distantes, inventándose grandes romances o relaciones eróticas con personajes fictícios, siempre extranjeros.
El famoso "síndrome del novio canadiense", se ha transformado en síndrome del novio neoyorquino, australiano, parisino, italiano, inglés. Hay una especie de globalización de la neurosis histérica.
Las histéricas de todo el mundo saben bien que lo suyo es seducir, a hombres y mujeres por igual, quieren ser el centro de atención constante, foco de atracción de todas las miradas, provocadoras de fantasías eróticas sin fin. Son aquellas que los españoles denominan gráficamente como: "calienta huevos". Los mexicanos tienen un concepto parecido acerca de las histéricas: "prenden el boiler (calentador de agua) y no se meten a bañar".
Las histéricas juegan con el erotismo pero no quieren tener sexo, la seducción es lo que les importa mucho, es creer que tienen a todos los hombres bajo sus botas y minifaldas, son "come-hombres" de mentiritas.
El síndrome del novio canadiense se explica como un nuevo mecanismo de defensa, para alejar a pretendientes serios o no, que buscan la cama como objetivo fundamental, es plantear el mensaje indirecto al otro de: "tengo novio en el extranjero y eso no me permite salir contigo".
Los novios o amantes fictícios han existido toda la vida a lo largo de la historia,y siempre han servido como excusa para la creación literaria, para fomentar la melancolía, para hacer crecer la depresión, para inspirar poemas, para muchas otras cosas.
Las pacientes que acuden a los consultorios de los psicoanalistas, tienen que tener un sexto sentido para detectar cuando surge el síndrome del novio canadiense y cuestionar a la paciente sobre su imposibilidad de amar o sobre el miedo a las relación amorosa.
Me imagino que los pobres hombres canadienses ni se imaginan que son utilizados como coartada de miles de histéricas para no aceptar compromisos amorosos con nadie.
Ver para creer¡¡
El misterio intrigó a mi colega, ¿por qué todas mis pacientes histéricas dicen tener un novio canadiense?.
Ahora en la era de la Internet donde la mayoría de las personas tienen acceso directo a la Red, facilita la relación (imaginaria) con hombres y mujeres que viven en sitios remotos y distantes, inventándose grandes romances o relaciones eróticas con personajes fictícios, siempre extranjeros.
El famoso "síndrome del novio canadiense", se ha transformado en síndrome del novio neoyorquino, australiano, parisino, italiano, inglés. Hay una especie de globalización de la neurosis histérica.
Las histéricas de todo el mundo saben bien que lo suyo es seducir, a hombres y mujeres por igual, quieren ser el centro de atención constante, foco de atracción de todas las miradas, provocadoras de fantasías eróticas sin fin. Son aquellas que los españoles denominan gráficamente como: "calienta huevos". Los mexicanos tienen un concepto parecido acerca de las histéricas: "prenden el boiler (calentador de agua) y no se meten a bañar".
Las histéricas juegan con el erotismo pero no quieren tener sexo, la seducción es lo que les importa mucho, es creer que tienen a todos los hombres bajo sus botas y minifaldas, son "come-hombres" de mentiritas.
El síndrome del novio canadiense se explica como un nuevo mecanismo de defensa, para alejar a pretendientes serios o no, que buscan la cama como objetivo fundamental, es plantear el mensaje indirecto al otro de: "tengo novio en el extranjero y eso no me permite salir contigo".
Los novios o amantes fictícios han existido toda la vida a lo largo de la historia,y siempre han servido como excusa para la creación literaria, para fomentar la melancolía, para hacer crecer la depresión, para inspirar poemas, para muchas otras cosas.
Las pacientes que acuden a los consultorios de los psicoanalistas, tienen que tener un sexto sentido para detectar cuando surge el síndrome del novio canadiense y cuestionar a la paciente sobre su imposibilidad de amar o sobre el miedo a las relación amorosa.
Me imagino que los pobres hombres canadienses ni se imaginan que son utilizados como coartada de miles de histéricas para no aceptar compromisos amorosos con nadie.
Ver para creer¡¡
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novio canadiense.
Ingrid, la hipócrita.
Ingrid fue una niña mimada por su familia a grados extremos, quizá por su aguda inteligencia y sus ambiciones de ser alguien importante algún día.
Ingrid estudió en el Liceo Francés como corresponde a los hijos de las familias de origen francés que radican en el país. Ingrid es más francesa que nativa del país donde radicó muchos años. Culturalmente era francesa y defendía su identidad gala todo el tiempo, es más siempre hablaba en francés aunque sabía el español perfectamente.
Se casó muy joven con un hombre de empresa, exitoso y con un gran provenir económico; la familia de Ingrid es una de las más potentada del país, así que unieron fortunas ambas familias recien emparentadas. Ingrid tuvo hijos e igualmente los educó según la tradición francesa.
Las aspiraciones políticas de Ingrid aparecieron de la noche a la mañana, postulándose como candidata a la presidencia, bajo las siglas de un partido político menor, antisistema pero no revolucionario.
Así surge esta "enfant terrible", que nace de la más rancia oligarquía del país, para aspirar a dirigir los destinos de la nación. durante su campaña política previa a las elecciones se le ocurrió la brillante idea de incursionar por los territorios ocupados y controlados por la guerrilla más vieja de América Latina, las FARC, lo que provocó su sonado secuestro durante seis largos años.
Después de una "exitosa" operación de rescate a cargo del ejército y con el apoyo estratégico de los Estados Unidos, se logró "liberar" a Ingrid y a otros secuestrados por la guerrilla.
La Operación Jaque deja muchas dudas acerca de su veracidad, ¿cómo es posible que las FARC con toda la ingenuidad del mundo caigan en esa burda maniobra? Un día sabremos la verdad sobre esa dichosa operación de rescate de secuestrados por las FARC.
Hoy Ingrid reclama al gobierno colombiano la cantidad astronómica de 6.3 millones de euros "por reparación del daño" ocasionado por los seis años de encierro en la selva colombiana.
NO tiene verguenza ni ética política la famosa Ingrid Betancourt, siempre se le consideró una Juana de Arco, por su valentía y arrojo, pero ahora se le conoce como Juana de Arcas.
La frivolidad de esta francesa avecindada en Paris, después de vivir en cautiverio largo tiempo, piensa cobrar por esa suerte de desgracia que ella misma escogió.
Ingrid es una hipócrita y una codiciosa ex prisionera de guerra, que no tuvo empacho en romper con su marido, con sus hijos y con su país de adopción.
Ingrid estudió en el Liceo Francés como corresponde a los hijos de las familias de origen francés que radican en el país. Ingrid es más francesa que nativa del país donde radicó muchos años. Culturalmente era francesa y defendía su identidad gala todo el tiempo, es más siempre hablaba en francés aunque sabía el español perfectamente.
Se casó muy joven con un hombre de empresa, exitoso y con un gran provenir económico; la familia de Ingrid es una de las más potentada del país, así que unieron fortunas ambas familias recien emparentadas. Ingrid tuvo hijos e igualmente los educó según la tradición francesa.
Las aspiraciones políticas de Ingrid aparecieron de la noche a la mañana, postulándose como candidata a la presidencia, bajo las siglas de un partido político menor, antisistema pero no revolucionario.
Así surge esta "enfant terrible", que nace de la más rancia oligarquía del país, para aspirar a dirigir los destinos de la nación. durante su campaña política previa a las elecciones se le ocurrió la brillante idea de incursionar por los territorios ocupados y controlados por la guerrilla más vieja de América Latina, las FARC, lo que provocó su sonado secuestro durante seis largos años.
Después de una "exitosa" operación de rescate a cargo del ejército y con el apoyo estratégico de los Estados Unidos, se logró "liberar" a Ingrid y a otros secuestrados por la guerrilla.
La Operación Jaque deja muchas dudas acerca de su veracidad, ¿cómo es posible que las FARC con toda la ingenuidad del mundo caigan en esa burda maniobra? Un día sabremos la verdad sobre esa dichosa operación de rescate de secuestrados por las FARC.
Hoy Ingrid reclama al gobierno colombiano la cantidad astronómica de 6.3 millones de euros "por reparación del daño" ocasionado por los seis años de encierro en la selva colombiana.
NO tiene verguenza ni ética política la famosa Ingrid Betancourt, siempre se le consideró una Juana de Arco, por su valentía y arrojo, pero ahora se le conoce como Juana de Arcas.
La frivolidad de esta francesa avecindada en Paris, después de vivir en cautiverio largo tiempo, piensa cobrar por esa suerte de desgracia que ella misma escogió.
Ingrid es una hipócrita y una codiciosa ex prisionera de guerra, que no tuvo empacho en romper con su marido, con sus hijos y con su país de adopción.
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Ingrid Betancourt
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