Por razones de trabajo La Brenda se fue este fin de semana a Nueva York, la idea de ella es completar el ajuar de la boda, le faltan los zapatos, la bolsa, y todos los accesorios que ella es capaz de ponerse encima.
Me habló largamente por teléfono para contarme sus planes de trabajo y de placer, además de ofrecerme algo de ropa para el invierno, ella ignora que en Guatemala solamente hay dos estaciones: la de lluvias y la del ferrocarril; no hay invierno como en Canadá, treinta grados bajo cero. Guatemal es el país de la eterna primavera, siempre calientito el ambiente y muchas lluvias torrenciales, somos un país tropical lluvioso.
Le sugerí a la Brenda que en Nueva York visitara un par de exposiciones de arte, que se alojan en el Museo de Arte Moderno, y que visitara un sitio donde se reunen varios artistas a tocar jazz, cerca del Central Park, además que visite "La Zona Cero", donde estaban Las Torres Gemelas del World Trade Center, antes de que construyan el proyecto arquitectónico más impresionante del siglo XXI.
Pero La Brenda me respondió con un largo silencio, que interpreto como: "un no me interesan esas cosas".
Ella va a estar hoy en La Quinta Avenida, en la famosa tienda Sacks aprovechando las ofertas de verano, y por ahí se meterá a un espectáculo de teatro o variedades en los sitios de moda. Ella es frívola y así la acepto, la cultura le produce alergias en todo el cuerpo, se llena de urticaria, casi siempre que me acompaña a los museos o a la ópera en Bellas Artes. Tampoco lee los periódicos, ella opina que los periódicos son excelentes para envolver papayas, plátanos verdes, y para limpiar vidrios.
Yo leo diariamente cinco periódicos entre el español El País y cuatro diarios nacionales: La Jornada, El Universal, Milenio y El Reforma. Son resabios de cuando me dedicaba al periodismo, es un hábito aunque mis exmujeres digan que es un vicio que mata la comunicación con la pareja, porque me aislo varias horas sumergido en la lectura cuidadosa de artículos y editoriales.
A La Brenda solamente le he pedido que me consiga una gabardina tradicional de Christian Dior, de esas que usaba Bogart en sus películas, de esas clásicas de los investigadores policiacos de las series gringas. Ella ya me entendió y sabe perfectamente dónde comprarla.
Me asusta la idea de La Brenda comprando el ajuar de novia, eso significa que ella sigue empeñada en que nos casemos este año, yo tengo mis serias dudas al respecto.
Le voy a proponer cuando regrese de Nueva York, lo siguiente: Hacemos la ceremonia religiosa para que luzca su vestido de novia elegantísimo, pero no firmamos ningún papel ante el registro civil, creo que ella aceptará mi oferta con tal de salir de blanco y postrarse ante el altar, es muy creyente. La otra cuestión importante es la que se refiere al esquema amoroso de "la toalla" (tú allá y yo acá); es decir juntos pero separados, cada quien en su casa y dios en la de todos. Esta genial idea no creo que le parezca adecuada para sus proyectos de vida en común. Quizá llegemos al acuerdo de que cada quien tenga un espacio aparte dentro de la casa, inclusive para dormir. Vamos a ver qué piensa La Brenda de mis planes matrimoniales, en cuanto a la convivencia. Tengo mucha experiencia en vivir en pareja bajo el mismo techo, y siempre al rutina corrompe la relación, por cansancio o aburrimiento. Yo quiero que eso no ocurre entre la Brenda y yo.
Esperemos que vuelva mi amada Dulcinea de Nueva York, para plantearle estas ideas sobre el amor en pareja...
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