Hay una campaña mundial para salvar la vida de una mujer iraní, viuda, con hijos pequeños, cuyo pecado fue tener relaciones sexuales con un hombre, muchos años después de que hubiera muerto su marido.
Su nombre es este: Sakineh Ashtianí, seguramente será olvidado muy pronto, no importa. Hay que salvarle la vida a esta indefensa mujer, porque es algo ético en el ser humano, luchar en contra de una injusticia, aunque esa condena a morir lapidada se apoye en el Corán.
La pena que se le quiere aplicar a esta mujer adúltera, consiste en enterrar su cuerpo hasta la altura del pecho, dejando descubierto su rostro y su cabeza, para que varios hombres le arrojen piedras hasta matarla lentamente. Hace algún tiempo, cuando fue descubierta en falta, fue azotada en la espalda con una látigo por noventa y nueve veces. También con base en El Corán.
El deseo sexual es un asunto que no se puede evitar, restringir, disimular, y mucho menos castigar. Aunque muchas religiones, incluída la católica, por supuesto, le han impuesto penas y castigos a sus fieles y a sus monjas y sacerdotes, por sentir deseo carnal. Para eso se inventaron los látigos personales, grandes tiras de cuero con bolitas de acero en las puntas, que sirven para lacerarse la espalda al menor síntoma de deseo carnal.
El ser humano es un ser "deseante", solamente los muertos carecen de deseo. Para los que desean tener relación sexual con alguien, y eso está prohibido, entonces se ha creado el infierno y los castigos corporales, en primera instancia.
La pederastia, la pedofilia, entre los religiosos de todo el mundo, es la expresión cruda y brutal del deseo carnal que encuentra en los menores un escape fácil. Si todas las víctimas del mundo entero que han sido sodomizados por los curas, se atrevieran a demandar judicial y económicamente a la Iglesia, esta vieja institución entraría en su peor crisis, no solo de credibilidad y modelo de virtud, sino también de tipo financiera. Sería la quiebra de la Santa Madre Iglesia Católica, Apostólica y Romana, en tanto transnacional de la fe.
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ResponderEliminarMuy buen escrito. Saludos desde Puerto Rico.
ResponderEliminarDebemos seguir protestanto por esta injusticia.
Te comparto esto que acaba de salir en El País
http://www.elpais.com/articulo/internacional/Senti/odio/vi/daban/madre/99/latigazos/elpepuint/20100902elpepuint_11/Tes
Los casos de pederastia van saliendo cada vez más a la luz pública... la respuesta de las autoridades católicas, ha sido desde la indiferencia, pasando por la tibieza hasta llegar ahora a un nerviosismo cada vez más evidente... la decadencia de la institución está provocando su caída, que se hace más evidente cada día y ésto contradictoriamente, llena de felicidad profunda a mi parte conservadora, esa que tiene su origen justo desde la tradición católica.
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