Hace veinticinco años un nutrido grupo de jóvenes periodistas fudamos el mejor diario de izquierda de esa época: La Jornada. México venía saliendo de un oscurantismo noticioso y hacía falta una nueva práctica del oficio de informar, fue un proyecto digno y combativo en aras de informar con la verdad.
Hoy muchos años después, casi ninguno de los fundadores del diario continuamos en él, ni tampoco somos los jóvenes impetuosos de ayer.
Anoche nos reunimos un pequeño grupo de fundadores del diario, para celebrar una despedida en mi honor, ya que pronto volveré a Guatemala, en ese eterno peregrinar entre México y Guatemala, mis dos patrias.
Es inevitable discutir el presente y el futuro de aquel diario, cuyos ideales han sido cambiados ahora por un pragmatismo mercantil, aunque sigue siendo un referente dentro del periodismo nacional, como el sitio donde se ejerce la crítica el Estado mexicano.
Fue "un diario de iguales", donde la democracia imperaba en todos sus actos internos, eso se acabó irremediablemente hace mucho tiempo.
Hoy vemos, algunos colegas periodistas de izquierda, la necesidad de crear un nuevo periodismo escrito, que puede ser en la Red de la Internet, cuya eficacia está por demostrarse todavía, pero que puede ser el nicho donde los críticos del sistema encontremos cabida y difusión de nuestras ideas.
Recordar es vivir, dice la manida frase, pero es verdad.
Hoy hablamos de La Jornada de nuestros sueños juveniles, donde dejamos intensas horas de trabajo y demasiados desvelos.
Más viejos e igualmente críticos, seguimos nuestros caminos en otros senderos de la información, siempre con una ética de trabajo que ahora resulta obsoleta.
Qué nostalgia inmensa de aquellos años iniciales de La Jornada, en los que fuimos jóvenes entusiastas, felices y todos nos amábamos tanto. El diario, en efecto, ya no es ni sombra de lo que fue en esos primeros años, muchos nos fuimos, tomamos diferentes caminos, nos dispersamos, pero quedan los amigos entrañables que ahora, felizmente, nos hemos reencontrado y seguramente seremos amigos para siempre, gracias a esa joven Jornada inicial, ahora tan lejana.
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