lunes, 26 de julio de 2010

El baile, la otra seducción.

Los hombres que saben bailar, que tienen ritmo y gracia para la danza, tienen asegurado el éxito en la seducción.

Durante el siglo pasado, los bailes pasaron de ser de pareja a individuales, cuando la evolucón era precisamente de bailes donde los hombres y las mujeres bailaban separados, por razones puritanas, para llegar al baile de pareja con la aparición del vals en los salones imperiales de la vieja Europa.

Uno pensaría que siempre se va a bailar acompasadamente con la pareja, con el hombre llevando el mando del baile con la mano derecha sobre la baja espalda de la dama y con la izquierda dándo ritmo a la cadera. Aunque hay mujeres que se resisten a ser "llevadas" por el hombre, ellas quieren "mandar" y marcar su propio ritmo, eso desconcierta al mejor bailarín.

En la era posmoderna los hombres y las mujeres bailan sólos, en una especie de "autismo" musical, cada quien por su lado, sin mirarse directamente a los ojos, es más se procura bailar con los ojos cerrados para indicarle al otro que es un ser prescindible, desechable. Puede ser tú la pareja u otro, eso no importa mucho en esta época.

En las culturas anglosajonas se tiende a evitar el contacto de los cuerpos, por eso inventaron las discotecas y otros tipos de salones de fiesta donde la música invita a bailar a solas, de hecho todos saltan a la pista y bailan hombres y mujeres cada quien por su lado, no se necesita la pareja, para nada.

En cambio, en las culturas latinoamericanas y caribeñas, el baile es la simulación de un coito vertical, el contacto de los cuerpos es indispensable para la seducción, esa mirada lánguida y esos labios entreabiertos, esa mano que aprieta delicadamente la espalda de la dama y la otra mano acariciando la mano derecha de ellas, son indispensables para que se genere la chispa que despierta el deseo y la atracción física.

El Merengue, la salsa, la cumbia, el vallenato, el tango, el danzón, son una prueba fehaciente de lo que significa juntar los cuerpos al vaivén de los tambores, maracas, guiros, tumbas, bandoleón, trompetas, saxofones, marimbas, violines, etcétera.

Después de una jornada de baile nocturno, los cuerpos están anhelantes de mayor contacto físico, es el paso previo a la cama pasional.

Es importante que los jóvenes aprendan el arte de la seducción bailando bien, esto es válido para mujeres y hombres jóvenes, todos tiene que dominar el arte de moverse con ritmo y sensualidad.

Hay bailes que son de cara a cara, donde se juntan las mejillas y es posible percibir la respiración del otro, y su emoción y deseo. Esos son los bailes interesantes para decirle al oído a la dama: "que linda vienes hoy" o "que rico hueles".

La posmodernidad acaba con las parejas y refuerza las individualidades, al grado de fomentar el onanismo como prueba de una satisfacción sin el otro.

!! Qué vivan los bailes de pareja, los bailes latinos ¡¡

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