El Departamento de Estado norteamericano utilizó la figura de Ernesto Che Guevara para desacreditar al presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, y demostrar que carece de apoyos entre las clases populares de América Latina. El cable 131987, fechado el 29 de noviembre de 2007 por la embajada estadounidense en Tel Aviv , y clasificado secreto, demuestra que la Administración Bush estaba muy preocupada por la influencia del presidente de Irán, "visto como un héroe por algunos en el mundo árabe y [por] los izquierdistas de América Latina [que] le apoyan". Sostiene la nota que la negación del Holocausto le ha granjeado simpatías.
El documento cita una fuente del Servicio de Inteligencia Militar de Israel para afirmar que, pese a sus éxitos con algunos dirigentes, se supone que se refiere al venezolano Hugo Chávez y al nicaragüense Daniel Ortega, Ahmadineyad "está teniendo problemas para obtener el apoyo de la gente de la calle en América Latina". Y ofrece una explicación: "Estas personas no comparten la comparación de la Revolución iraní y sus revoluciones". En el documento secreto se afirma también: "Algunos líderes latinoamericanos están preocupados por estos intentos de Irán de llegar a sus pueblos".
El cable cita a otra fuente israelí, esta vez del Ministerio de Exteriores, que da cuenta de una conferencia organizada por el Gobierno iraní en Teherán en la que se trataba de establecer esa comparación revolucionaria. Una de las invitadas era la hija del Che, Aleida Guevara, quien "utilizó su discurso para criticar a la Revolución iraní y dejar claro que las ideas [de su padre] eran diferentes a las propagadas por los mulás de Irán".
La conferencia -titulada El Che como Chamran, en homenaje a un dirigente islamista iraní- fue organizada por los estudiantes de la Universidad de Teherán. Se celebró entre el 25 y el 29 de septiembre de 2007 y resultó un fracaso. La hija del guerrillero argentino refutó la opinión del primer orador, Saad Ghasemi, quien llegó a soltar perlas como esta: "La población de Cuba, Fidel Castro y el Che Guevara nunca fueron socialistas o comunistas. Fidel admitió varias veces que él, el Che y el pueblo de Cuba odiaban a los soviéticos por todo lo que habían hecho".
Aleida Guevara, que habló "en nombre del pueblo de Cuba", respondió indignada: "Somos una nación socialista", defendió el papel de la URRS y recomendó a Ghasemidejar dejar de leer malas traducciones de la obra del Che.
"Mi padre nunca habló de Dios. Nunca conoció a Dios. Mi padre sabía que no había una verdad absoluta". Después, se levantó y abandonó la sala acompañada de otros representantes latinoamericanos.
El desastre estaba servido, la base del cable secreto de EEUU, también. Las agencias oficiales de prensa iraníes dieron escasa relevancia al acto y excluyeron las críticas de la hija del Che.
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