Cuando el país aún llora la muerte de Néstor Kirchner, una ex secretaria desató ayer un escándalo al revelar a una revista que fue amante del ex presidente argentino.
La declaración amenaza con fracturar la imagen de viuda desconsolada de la presidenta Cristina Kirchner, quien habría tolerado la relación y, una vez fallecido su esposo, se habría encargado de despedir a la tercera en discordia.
Miriam Quiroga fue la encargada de hacer estallar la bomba, al asegurar que, además de secretaria y funcionaria de confianza de Néstor Kirchner, fue su amante. “Era vox populi que yo era la amante de Kirchner”, dijo Quiroga, de 50 años y con cinco hijos, al semanario Noticias, en una entrevista difundida ayer bajo el título de “La Otra Viuda de Kirchner” y en la que acusó a varios funcionarios de haberla expulsado, el 5 de enero, de su cargo de directora del Centro de Documentación Presidencial.
Quiroga atribuyó su despido a su relación con Kirchner. “Cristina debe haberlo oído”, señaló. Durante años, en los corrillos políticos se ligó el nombre de Quiroga a la vida sentimental del ex presidente. No faltaron los rumores de que Néstor y la presidenta sólo guardaban las formas y que el suyo era “un matrimonio distanciado”. Sin embargo, todo se limitaba a eso: rumores.
Según lo que dijo Quiroga, “con Kirchner teníamos una unión muy fuerte. Dejé todo para venirme con él desde el sur, dejé mi familia…”.
Aseguró haber conocido al ex presidente en 1990, cuando éste aún era intendente (alcalde) de Río Gallegos. Periodista y locutora en la ciudad santacruceña de Caleta Olivia, Quiroga comenzó a fungir como locutora oficial de la gobernación y luego como secretaria privada cuando Kirchner asumió como gobernador de Santa Cruz.
Desmienten existencia de hija
Entre los kirchneristas, Quiroga era conocida por ser una persona sumamente próxima al ex mandatario. Pronto se desataron los rumores de que su relación iba más allá de lo laboral y hasta se dijo que Kirchner “tenía un hija con ella”, una versión que fue desmentida por Quiroga en la entrevista.
“Los que dicen que mi hija de 11 años es de Kirchner están equivocados. La tuve con un novio que me duró muy poco y le puse mi apellido porque cuando quedé embarazada ya nos estábamos separando. ¡Ojalá fuera de él (Kirchner)! Hoy no tendría problemas de plata (dinero).
Algunos llegaron a decir que Néstor me dejó una cuenta en Suiza (risas) ¡Estoy esperando que me digan el número…!”, disparó la ex funcionaria, quien dejó entrever que sabe muchas cosas de los funcionarios del kirchnerismo. De hecho, en un pasaje de la entrevista, dijo que el ex secretario de Transportes, Ricardo Jaime, acusado por la Justicia de enriquecimiento ilícito, llegó “de Córdoba a Santa Cruz con una mano atrás y otra adelante. No tenía la plata que tiene ahora…”.
Un ex miembro del gabinete de Kirchner consultado por EL UNIVERSAL, señaló que “el repentino testimonio” de Quiroga “no merece comentario porque tiene el tufo (olor) de un chisme de revista del corazón”, aunque en su opinión “esto puede ayudar a la victimización en la imagen de Cristina”.
Otros opinan lo contrario, por aquello de que la presidenta sabía de esta infidelidad y la toleró.
Siempre según el relato de Quiroga, fue el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, quien le anunció su despido por orden de la mandataria. Fue reemplazada por Mariana Larroque, hermana de Andrés Larroque, uno de los líderes de la agrupación “La Campora” que lidera Máximo Kirchner, hijo de la pareja presidencial.
Despechada, “dolida porque me echaron como a un perro”, Quiroga no se olvidó de la presidenta en la entrevista. “Cristina es una persona muy particular, que no quiere mucha gente a su alrededor. La verdad, con ella no sé dónde quedó el proyecto de Néstor, de Néstor con la gente. ¿Dónde quedó eso? Se perdió el legado de Néstor con la gente”. En cambio, aseguró que “con (el gobernador bonaerense, Daniel) Scioli, tengo buena relación”.
Y es justamente Scioli el que, agazapado espera que Cristina abandone sus aspiraciones reeleccionistas, para que quede allanado su camino al poder.
Eso Quiroga lo sabe muy bien. Tan bien como los múltiples secretos del gobierno y del planeta K, que todos creían que Néstor Kirchner se había llevado a la tumba.
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