domingo, 17 de marzo de 2013

El exilio cubano dividido

División en el exilio ante la política del Departamento de Estado hacia Cuba

La reformas del régimen, que unos consideran significativas y otros solo amagos, y el tipo de medidas aperturistas que pueda adoptar Obama separan a los grupos

Unos cubanos con una bandera de la isla. / PEDRO LADEIRA (AFP)

Aunque no sea un tema que polarice la política internacional en Estados Unidos, las reformas que está adoptando el régimen castrista en Cuba, lógicamente, no pasan desapercibidas en este país. Roberta Jacobson, la subsecretaria de Estado para América Latina, reconoció en una entrevista a este periódico que la Administración Obama había observado de manera favorable los cambios económicos que se están produciendo en la isla y que el presidente había adoptado medidas para impulsar la sociedad civil cubana, pero que esas reformas todavía no eran suficientes para levantar el embargo. La reacción del exilio cubano a sus declaraciones ha sido dispar, un signo de la clara división que sigue suscitando cualquier decisión política del Gobierno castrista y su correspondiente respuesta por parte de EE UU.
El Cuba Study Group, el primer grupo de exiliados cubanos que ha exigido de manera pública el fin del embargo a la isla, se ha mostrado satisfecho por las palabras de Jacobson, pero cree que no demuestran un compromiso de apertura suficiente por parte del Departamento de Estado ante los cambios del régimen castrista. “Es muy bueno que se reconozca que Cuba está adoptando pasos positivos pero se debería ir más allá”, señala en conversación telefónica Tomás Bilbao, su director ejecutivo. “El Gobierno de EE UU debería aprovechar el poder ejecutivo del que dispone para facilitar el intercambio de recursos entre ambos países”, asegura.
Es muy bueno que se reconozca que Cuba está adoptando pasos positivos pero se debería ir más allá”
Cuba Study Group
El CSG ha pedido a Obama que atenúe los efectos del embargo mediante órdenes ejecutivas, que el presidente puede adoptar al margen del Congreso, que favorezcan la transición democrática en la isla. Ramón Saúl Sánchez, presidente de Movimiento Democracia, una organización de cubanos en el exilio radicada en Miami, sostiene que EE UU únicamente debería responder con medidas de apertura cuando realmente Cuba adopte “verdaderas reformas y no cambios cosméticos”.
“El presidente puede, dentro del encuadre de la Ley Helms-Burton, dar pasos calibrados y de estímulos en respuesta a las reformas que haga el régimen de Cuba, pero el problema es que en Cuba no se están haciendo reformas, sólo son apariencias”, asegura Sánchez. El calibre y el alcance de los cambios que está abordando el régimen castrista es el primer punto de desencuentro entre el exilio cubano y otras asociaciones de EE UU centradas en Cuba.
Para Sánchez, que Raúl Castro haya autorizado a los ciudadanos de la isla que puedan viajar al exterior no es una reforma, “es un paso”. La verdadera reforma, asegura, se producirá “cuando los cubanos puedan moverse libremente por Cuba”. El punto de vista de Bilbao es distinto. “Estoy aquí sentado en Nueva York en una conferencia con Yoani Sánchez”, señala. “Este hecho es muy significativo, aunque, por supuesto, no es suficiente”.
EE UU únicamente debería responder con medidas de apertura cuando realmente Cuba adopte verdaderas reformas y no cambios cosméticos”
Movimiento Democracia
Wayne Smith, director del Proyecto Cuba del Center for International Policy, se muestra extremadamente crítico con las declaraciones de Jacobson. “Sus palabras son más de lo mismo, es el mismo discurso que lleva predicando el Departamento de Estado, es una evidencia de su intención de continuar con una política inmovilista, pese a los evidentes cambios que se están desarrollando en Cuba”, asegura.
La estrategia inmovilista que critica Smith es defendida por Sánchez, quien la califica de “política inteligente”. El presidente de Movimiento Democracia es contrario al embargo pero considera que EE UU no debería dar pasos hasta que Cuba no haga cambios manifiestos que, para él, pasan por “el reconocimiento de una oposición pacífica en la isla, una reforma jurídica que garantice la separación de poderes, el cese de la represión y la liberación de los presos políticos”.
Bilbao, por el contrario, se muestra favorable a colaborar con el Gobierno de EE UU para que impulse medidas que puedan acelerar la transición en la isla. Desde Latin American Working Group, Mavis Anderson, insta a Obama a que adopte más medidas ejecutivas para ayudar a la consolidación de las reformas en la isla -algo que también defiende el CSG- y exige al presidente que permita que todos los ciudadanos estadounidenses puedan viajar a Cuba sin restricciones. Mavis es muy crítica con la actitud de EE UU hacia la isla. “Si este país no impone el sistema político a ningún país, tampoco debería hacerlo con Cuba. Es hora de que ambos Estados se sienten y normalicen sus relaciones.”

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