Jean-Claude Duvalier vestía este martes el mismo traje azul que traía puesto el domingo, a su llegada a Puerto Príncipe. Una decena de policías haitianos y de Naciones Unidas equipados como para un asalto lo sacaron de su hotel para llevarlo a la sede de la fiscalía.
No llevaba esposas, no se lo llevaban arrestado. Cinco horas después, la fiscalía presentó cargos en su contra por corrupción, robo y malversación de fondos públicos. Al cabo de varias horas en el Palacio de Justicia, Baby Doc salió en libertad pero quedaba a disposición de los jueces, según indicaron sus propios abogados.
Lo que querían las autoridades haitianas era interrogarle para determinar si Duvalier robó millones de los fondos públicos mientras gobernó Haití como dictador, entre 1971 y 1986. Mientras esto ocurría, decenas de seguidores de Duvalier protestaban fuera del edificio; quemando llantas y coreaban la consiga "arresten a [René] Préval", el actual presidente de Haití.
Duvalier, conocido entre los haitianos como Baby Doc, volvió a Puerto Príncipe el domingo pasado, tras los 25 años de exilio en Francia que siguieron a la caída de su régimen. El mismo cuerpo de policía que le escoltó ese día en el camino del aeropuerto al barrio de Petionville, tomó la calle de su hotel desde muy temprano. Cinco horas después, la fiscalía presentó cargos en su contra por corrupción, robo y malversación de fondos públicos. Al cabo de varias horas en el Palacio de Justicia, Baby Doc salió en libertad pero quedaba a disposición de los jueces, según indicaron sus propios abogados.
A la una de la tarde los agentes lo subieron a una camioneta Nissan de cristales tintados escoltada por varias patrullas de policía. Poco antes estuvieron en la habitación de Duvalier el juez Gabriel Ambroise y el fiscal Aristides Auguste, para explicarle la situación. Minutos después llegó Georges Reynold, el abogado que eligió Duvalier para ejercer su defensa.
A medida que llegaban más policías al hotel donde se hospedaba Duvalier, decenas de manifestantes se concentraban fuera del edificio y aclamaban al dictador mientras ondeaban viejas fotografías de Francois Duvalier, Papá Doc, el padre de Jean-Claude, quien fue dictador de Haití entre 1957 y 1971 y que al morir legó el Gobierno a su hijo. Fue así como Jean-Claude Duvalier se hizo con el poder en Haití a los 19 años. Su mandato estuvo marcado por los asesinatos cometidos por las milicias gubernamentales de los tonton-macoutes y por el despilfarro de los dineros públicos.
"Bajo la presidencia de Duvalier y sus escuadrones de la muerte, miles de personas fueron asesinadas y torturadas y cientos de miles de haitianos huyeron al exilio", recordó el lunes el director para las Américas de Humans Right Watch, José Miguel Vivanco.
Prudencia internacional
Sin embargo, es otro el recuerdo que Clébert Joseph, un haitiano de 65 que daba vivas al dictador mientras se lo llevaba la policía, tiene de Duvalier: "Jean-Claude no es un mal hombre, él es un haitiano más y ha vuelto a su patria. Todos los gobernantes en este país han matado a alguien".
Antes de que a Duvalier se lo llevara la policía, la alta comisaría de Organización de Naciones Unidas para los Derechos Humanos había manifestado sus dudas acerca de que fuese posible juzgar a Jean-Claude Duvalier, tanto por sus faltas a la administración pública haitiana como por sus crímeses de lesa humanidad.
"No está claro si Haití está en posición de poder arrestar y abrir un proceso a Duvalier, conocido como Baby Doc", dijo desde Ginebra Rupert Colville, portavoz de la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay. La gran pregunta es si lo delitos que se achacan a Duvalier han prescrito o no de acuerdo a la legislación haitiana.
El Gobierno de Estados Unidos, que ejerce una fuerte influencia sobre el de Haití, ha sido cauto en sus declaraciones respecto al caso de Duvalier.
"Cualquier líder político, presente o pasado, debería centrarse no en sí mismo, sino en lograr avances hacia una serie de importantes metas, como los derechos humanos, el proceso electoral y la reconstrucción del país", fueron las únicas palabras que el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, dedicó ayer al tema de Baby Doc.
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