En los 250 mil documentos de Wikileaks la expresión "república bananera" aparece en 51 ocasiones. Diplomáticos de naciones como Turquía, Rusia, Marruecos y España (Miguel Ángel Moratinos en marzo de 2004) dejaron claro a sus interlocutores de Estados Unidos que sus países no eran una república bananera. Y sin embargo, en el caso más reciente de golpe de Estado en Latinoamérica, el concepto sobrevuela por muchos telegramas, pero no aparece por ningún lado.
Los cables redactados en la Embajada estadounidense de Honduras tras el golpe del 28 de junio de 2009 contra el presidente Manuel Zelaya muestran todo lo que se asocia con un país sin instituciones fiables y bajo la sombra de Estados Unidos: un político que ocupó la presidencia (Roberto Micheletti) en nombre de la honestidad y el despotismo tuvo que ser amenazado por Estados Unidos con la retirada del visado para que dejase el cargo. Micheletti, según la embajada, aprovechó la crisis provocada por el golpe para amañar contratos corruptos hasta el último minuto.
Otro político, Porfirio, Pepe, Lobo, el hombre que sucedió a Micheletti, intentó nombrar ministro de Defensa al general que perpetró el golpe (Romeo Vásquez Velásquez). El embajador estadounidense le aconsejó que destituyera al general para salvar la cara ante la comunidad internacional antes de tomar posesión del cargo de presidente.
Pepe Lobo le consultó sobre la posibilidad de poner a Vásquez Velásquez al mando de la Empresa Nacional de Electricidad y el embajador se pronunció en contra. Lobo le pidió consejo sobre personas a las que podía nombrar en puestos de Interior. Todo eso y mucho más quedó consignado en los telegramas. Bajo el nombre del embajador Hugo Llorens.
El antecesor de Llorens, el diplomático Charles A. Ford ya emitió un cable el 16 de marzo de 2006, con motivo de los primeros 45 días de José Manuel Zelaya en el poder, en el que expresaba los titubeos de Zelaya a la hora de seguir las indicaciones de Estados Unidos. Y eso, a pesar de que "cambió a su ministro de Exteriores" por indicación de Estados Unidos. Y a pesar de que hizo "literalmente" esperar a los presidentes de Centroamérica y al de México, Vicente Fox, para reunirse con el fiscal general, Alberto Gonzales, "en su primer encuentro oficial" como presidente.
"Zelaya debe basarse en su sincera actitud pro Estados Unidos e ignorar el aparente resentimiento hacia la dependencia de Honduras respecto a Estados Unidos, con algunos de sus consejeros molestos por el obvio poder económico y político de Estados Unidos", escribió Charles A. Ford.
El golpe de Estado
Sin embargo, Zelaya a mitad de su mandato estrechó su relación el presidente venezolano Hugo Chávez. Y se fue granjeando la enemistad de la élite económica hondureña. Hasta que en la noche del 28 de junio de 2009 fue sacado de su casa y expulsado en pijama y a punta de fusil hacia Costa Rica. Al día siguiente, Roberto Micheletti ocupaba su puesto. Unos le empezaron a llamar el presidente golpista; otros, como el venezolano Hugo Chávez, le apodaron Goriletti; y algunos, como el embajador estadounidense Hugo Llorens se referían a él como "presidente de hecho".
En cualquier caso, llegó al poder sin que nadie lo hubiese votado y abandonó la presidencia el 21 de enero, seis días antes de que Lobo jurase el cargo presionado por Estados Unidos para que se quitara de en medio de la escena política y no soliviantara a la comunidad internacional.
Un mes después del cese, el embajador de Estados Unidos escribía: "Mientras el presidente de facto, Roberto Micheletti, y sus colegas se retrataban a sí mismos como profesionales de un Gobierno honesto y eficiente, ellos parecen haber amañado tratos en la sombra que eran mayúsculos incluso para los estándares locales. La aprobación de un gran contrato hidroeléctrico con tan escaso beneficio para el Estado, justo una semana antes de que el régimen deje la oficina es el principal ejemplo. (...)
Fuentes fiables de la Embajada han implicado directamente a Micheletti y a algunos de sus socios más cercanos en este contrato. Miembros del Congreso y otros que en tiempos normales habrían efectuado un escrutinio del caso estaban distraídos con la crisis política y las elecciones".
Hugo Llorens se refería a la concesión de la licencia de explotación de la represa José Cecilio del Valle a un consorcio hondureño-italiano del que el propio Micheletti era socio. Aunque el cable del embajador no recoge este dato un informe del 22 de febrero de 2010 del Tribunal Superior de Cuentas hondureño revela que la concesión fue efectuada cuando aún no había concluido el contrato con la empresa española Elecnor.
La publicación de la concesión en La Gazeta -el equivalente en Honduras al Boletín Oficial del Estado (BOE) de Honduras- estuvo plagada de irregularidades. "Fue la primera vez que se falsificó La Gazeta en la historia de nuestro país", recordaba esta semana Manuel Gamero, director del diario hondureño Tiempo.
Y la prensa hondureña se centró en la aparente ocultación del contrato. Pero el embajador señalaba que la concesión en sí misma era más grave que la supuesta falta de transparencia.
"Según las fuentes de la Embajada, Micheletti fue uno de los socios hondureños que facilitó la concesión", indicaba el cable fechado el 20 de febrero de 2010. "Los principales facilitadores fueron Saavedra, el ministro de Obras Públicas de Micheletti, Saro Bonanno y los íntimos de Micheletti Johnny Kafati y Roberto Turcios. Es inconcebible que este contrato pudiera haberse conseguido sin el conocimiento de Micheletti".
Revisión de los contratos
El diplomático se mostraba confiado porque Pepe Lobo, el hombre que asumió el cargo de presidente tras unas elecciones no reconocidas ni por la Unión Europea ni por la Organización de Estados Americanos (OEA), había prometido revisar esos contratos.
Entre el embajador y el presidente electo de Honduras había buen entendimiento. Tras ganar las elecciones de noviembre de 2009, Pepe Lobo decidió irse de vacaciones a Nueva Orleans. Tras su regreso, acudió a la embajada el 4 de enero de 2010 y le agradeció a Hugo Llorens que hubiese notificado su visita a la Seguridad Diplomática de EEUU, con lo que pudo disfrutar de relativo anonimato y prescindir de gran parte de la seguridad que le correspondía llevar como presidente electo de Honduras.
Después, el embajador le dijo que tenía que insistir a Micheletti para que se vaya "inmediatamente" y dejase paso a un Gobierno de unidad nacional. Estados Unidos le ofrecería incentivos para dejar el Gobierno, pero en caso de que no lo hiciera le retiraría el visado.
Después, Lobo reconoció que él no era ningún experto en seguridad y pidió al embajador que le recomendara algunos nombres para el ministerio. El diplomático le prometió ayuda. Pero el embajador entró de lleno en un tema que durante las semanas siguiente iba a ocasionarle bastante trabajo: el caso del general golpista Vásquez Velásquez.
"[El embajador] hizo notar que había oído que el jefe de Estado Mayor de Defensa, Vásquez Velásquez, estaba presionando duramente para ser nombrado ministro de Defensa, y esto sería visto muy negativamente por la comunidad internacional, dado el papel que desempeñó Vásquez en el golpe. (...) Lobo dijo que Vásquez estaba en su lista para ministro de Defensa y que él no había considerado las implicaciones internacionales de tal nombramiento, pero veía claramente el argumento del embajador. Lobo dijo que no lo nombraría".
Días después, el 23 de enero, Lobo informó al embajador de que le había ofrecido a Vásquez Velásquez un puesto al frente de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica. Pero el embajador adujo que eso no sería bien visto por la comunidad internacional. Y mientras tanto, Vásquez Velásquez, continuó al mando del Ejército. Varias semanas después, el 14 de febrero de 2010 el diplomático recibió en su embajada durante 90 minutos al presidente de Honduras.
Hugo Llorens le recordó que ya habían discutido en dos ocasiones, el 23 y el 29 de enero, la necesidad de que eliminase de su Gobierno al responsable de Defensa, Lionel Sevilla, y al jefe del Estado Mayor, Romeo Vásquez Velásquez, miembros ambos del régimen de Micheletti. Lobo objetó que si actuaba precipitadamente, los militares podrían volverse contra él. Y reconoció que estaba recibiendo presiones para nombrar como jefe del Ejército al general García Piagget. El embajador le respondió que los dos militares más vinculados al golpe eran Piagget y Vásquez Velásquez.
Así que mejor haría en descartar esa idea. En su lugar, el diplomático sugirió el nombre del general Doblado, "un meticuloso y altamente respetado oficial". Y añadió que si esperaba más tiempo para poner orden Defensa, "las críticas de la comunidad internacional no tardarían en llegar y su decisión sería vista como un sometimiento a la influencia exterior, lo que sería peor".
Espionaje telefónico
Finalmente, un mes después, en marzo de 2010, Romeo Vásquez Velásquez fue destituido del Ejército. No obtuvo la presidencia de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica pero sí la gerencia de la Empresa Hondureña de Telecomunicaciones, Hondutel. Las voces críticas indicaron que con ese nombramiento se incrementaría el espionaje telefónico.
Su sustituto no fue el hombre que recomendó el embajador en un principio, sino el general Carlos Antonio Cuellar, uno de los seis militares acusados por el fiscal general de abuso de autoridad al detener y expulsar al presidente de Zelaya.
En otro documento del ocho de enero de 2010 se informa de que el general Vásquez Velásquez le dijo al embajador que los militares respetarían la autoridad del ministerio público, pero... "[el general] expresó su esperanza de que el Congreso aprobaría una amnistía que afectaría a todos los que intervinieron en la crisis política de Honduras y en el golpe".
Así ocurrió el martes 26 de enero de 2010. Cuéllar fue nombrado jefe del Estado Mayor del Ejército en marzo. Y los cables filtrados por Wikileaks solo abarcan hasta febrero de 2010.
El pasado viernes 28 de enero, Cuéllar fue relevado en su cargo por el general René Osorio Canales, jefe de la guardia de honor presidencial de Porfirio, Pepe, Lobo. Osorio Canales fue el oficial que entró en la casa del presidente Zelaya para sacarlo en pijamas a punta de fusil en mitad de la noche. Ahora, es el jefe del Ejército en Honduras.
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