Ocurrió el domingo en la mansión de Arcore.
Acongojado por la magnitud de la acusación de la fiscal de Milán Ilda Boccassini, que sostiene tener pruebas de que Silvio Berlusconi mantiene un harén de al menos 15 prostitutas y velinas, y de que ha pagado dinero a cambio de sexo a la joven marroquí Karima El Maghoud, más conocida como Ruby, sabiendo que era menor de edad, y de que obligó a la policía a ponerla en libertad abusando de su poder y diciendo que era "la sobrina de Hosni Mubarak", Il Cavaliere Dimezzato decidió pasar por fin al contraataque y emitió un vídeo-mensaje a través del Canal 4.
Junto a la esperada retahíla de descalificaciones a la justicia que le persigue por motivos políticos, y a la no menos tradicional cantinela de que él nunca en su vida ha pagado dinero por estar con una mujer, B. dejó uno de sus geniales recursos de vendedor de alfombras -ofendido en su honradez-, y, poniendo cara de santo, soltó sin inmutarse que jamás, que nunca, que es imposible porque él tiene una "relación estable con una persona", y es una persona que acude con él a las fiestas, y jamás le habría permitido dedicarse durante esas cenas elegantes y discretas y esas sobremesas tan relajantes y dignas ejecutar esas ridículas acusaciones que le imputan.
Lo que maravilla de la trola espacial, del desesperado enroque defensivo, de las fotos de la familia en la repisa posterior, es sobre todo que no se le haya ocurrido a él ni a sus asesores de imagen un poco antes, dado que la ocurrencia fue publicada el día enterior por la prensa afín de Libero y de Il Giornale ("Échate una novia, Silvio").
Pero lo mejor es que, tras pillar la coartada al vuelo y publicitarla en su infalible ágora televisiva, algunos ciudadanos, muchos seguidores y no pocos periodistas han picado el anzuelo y ayer pasaron el día preguntando y preguntándose quién será esa novia misteriosa, cómo será, dónde habrá encontrado este hombre a esa santa...
¿Se imaginan el acelerado casting que estarán montando los sesudos ideólogos del Pueblo de la Libertad? ¿Será sesentona? ¿Cincuentona? ¿Monja? ¿Fiscala?
Negativo. Es una enfermera diplomada. Eccola qua.
La teórica novia del soberano se llama Roberta Bonasia, ha vivido 26 primaveras, y además de enfermera fue Miss Turín y candidata a Miss Italia.
Eso al menos, afirma la web de 'Il Corriere della Sera', que con las cosas de B. siempre da una de cal y tres de arena.
Para los escépticos, los comunistas y los periodistas reales, la verdad del asunto la contó, en privado, Berlusconi a algunos de sus colaboradores nada más terminar de grabar el vídeo autoexculpatorio.
Alguien le preguntó quién era la afortunada y cómo se llamaba.
Y Él, que pese a la que está cayendo no había sido capaz de decir en el vídeo "una mujer" sino que dijo "una persona", no pudo reprimir una última barzeletta y soltó:
"Se llama Alfonso Signorini".
Signorini es el director de la revista de cotilleo Chi, y uno de los pocos gais que en Italia se han atrevido a revelar en público su identidad sexual.
El padre de la ragazza, Gino Bonasia, que vive en Nichelino, un populoso barrio del cinturón sur de Turín, tampoco se ha resistido a hacer una battuta cuando la agencia Ansa le ha preguntado por el noviazgo. "¿Mi hija con el presidente del consiglio? ¡Ojalá! Pero creemos que se trata de un caso de homonimia".
Otra cosa no, pero cuando por fin caiga Berlusconi (Dios no lo permita), en Vaticalia no nos vamos a divertir ni la mitad.
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