jueves, 21 de febrero de 2013

La ira de la Primera Dama

Otro ataque de ira de Valèrie Trierweiler

La primera dama de Francia abronca al director de ‘Paris Match’ por dedicar cuatro páginas a narrar un supuesto “paréntesis amoroso” con Hollande

Acusó al semanario, en el que ella misma colabora, de hacer “solo mierda”


PIERRE ANDRIEU (REUTERS)

Se diría que la primera dama de hecho y todavía periodista de Paris Match, Valérie Trierweiler, tiene las horas contadas en la revista para la que trabaja desde hace 24 años. Según revela este miércoles el semanario satírico Le canard enchaîné, Trierweiler se ha tomado francamente mal un reciente reportaje de su revista, que dedicó la portada y cuatro páginas a narrar el “paréntesis amoroso” —un bucólico paseo— protagonizado por la reportera y su compañero, el presidente de la República, François Hollande.
Según el relato del siempre bien informado Le canard enchaîné, cuando Trierweiler se echó a la cara la inocente nota romántica, llamó a su jefe, el director de Paris Match, Olivier Royant, para recriminarle “violentamente” la historia publicada. La primera dama tiró de teléfono, y al no encontrar a Royant le dejó un mensaje de contenido poco versallesco. “Acabo de ver tu reportaje de mierda”, bramó colérica, antes de referirse a las “fotos de mierda”, y al propio Paris Match, “que solo hace mierda”, escribe el semanario.
Palabras crudas, pronunciadas el 6 de febrero, y confiadas a Le Canard enchaîné por varios periodistas de Paris Match, que cuentan que el director se quedó “chocado” por el mensaje, pese a que está “bastante habituado” a las “erupciones” de la volcánica Trierweiler. Las fuentes añadieron, no sin malicia, que Royant “dejará correr” el incidente.
Contactado por el semanario satírico, el jefe de gabinete de la primera dama, Patrice Biancone, niega que su jefa pronunciara frases escatológicas, aunque admite el malestar. “Ella no utiliza esa clase de palabras (…) Ha protestado pero en términos más corteses”, asegura.
Trierweiler es periodista de Paris Match desde 1989, aunque desde las elecciones presidenciales no va por la redacción y se limita a enviar su crónica literaria cada 15 días. Este régimen de colaboradora, que supone evidentes ventajas de conciliación, impide a la primera dama enterarse a tiempo de los contenidos que va a publicar la revista.
Según Le Canard enchaîné, la lejanía ha favorecido al menos otro episodio desagradable; en un número anterior, la revista añadió un despiece —recuadro— firmado por otra periodista a la columna cultural de la primera dama, y esta protestó airadamente por el pegote.
Tras un inicio de mandato agitado, en el que Trierweiler provocó un terremoto político-familiar al enviar un inoportuno tuit de apoyo al rival electoral de Ségolène Royal, expareja de Hollande y madre de sus cuatro hijos, la primera dama se quitó de Twitter y poco a poco ha logrado reconstruir su imagen con una actitud más calmada, solidaria y funcionarial.
Pero la fama de su temperamento la precede, y algunos medios aprovecharon ayer el último desliz para recordar que, durante un reciente viaje oficial a Nueva Delhi, Trierweiler impuso ser acompañada por los medios que seguían al presidente a una fundación para niños pobres. La primera dama vetó a la prensa escrita y eligió a las televisiones, pero dejó fuera al popular TF1, cuya sección política dirige Christophe Jakubyszyn, coautor de su biografía La Frondeuse, al que Trierweiler ha demandado por injurias.

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