El Papa aparta al cardenal británico denunciado por acoso sexual
Keith O'Brien ha presentado su renuncia, aceptada por Benedicto XVI, después de las quejas de cuatro sacerdotes
Era el único representante de Reino Unido en el cónclave
El cardenal primado de Escocia, Keith O’Brien, ha sido destituido en
sus funciones por el papa Benedicto XVI después de que trascendiera que
tres sacerdotes y un exsacerdote le han acusado de acoso sexual en los años 80. El cese significa que O’Brien no asistirá al cónclave que debe elegir al nuevo papa tras la dimisión de Benedicto.
Así lo admite el cardenal en un comunicado emitido por la Iglesia católica de Escocia. "No voy a unirme personalmente a ellos [el resto de cardenales] en el cónclave. No deseo que la atención mediática se centre en mí, sino en el papa Benedicto XVI y su sucesor", escribe.
El comunicado es llamativamente críptico. Presenta la marcha de O’Brien como una dimisión pero no cita cuáles serían las causas que le han llevado a tomar esa decisión. Sin embargo, una lectura atenta del texto hace pensar que no es el cardenal quien ha deseado marcharse ahora en lugar de esperar a su jubilación cuando el 17 de marzo cumpla 75 años, sino que es el Papa quien ha decidido que se vaya ahora.
El texto explica que O’Brien presentó su dimisión meses atrás por razones de edad y el papa la aceptó el 13 de noviembre bajo la fórmula "nunc pro tunc", es decir, "ahora, pero con efecto posterior". Ese efecto posterior hubiera sido el 17 de marzo, coincidiendo con el cumpleaños del arzobispo de Saint Andrews y Edimburgo, pero "el Santo Padre ha decidido ahora que mi dimisión tenga efecto hoy, 25 de febrero de 2013, y que nombrará a un administrador apostólico que gobierne la archidiócesis en mi lugar hasta que sea nombrado mi sucesor como arzobispo" , admite el cardenal caído en desgracia.
El Vaticano corta así de cuajo un posible foco de atención mediática en torno a uno de los asuntos que más parecen haber influido en la decisión de Benedicto XVI de abandonar el papado: su incapacidad para afrontar el problema de los abusos sexuales en la Iglesia católica.
O’Brien ha sido acusado por cuatro sacerdotes de haberles acosado sexualmente en los años 80, según reveló el domingo el dominical londinenses The Observer. Uno de ellos dejó el sacerdocio en 1985 al ver que O’Brien había sido nombrado obispo, lo que le dejaba bajo su autoridad.
Así lo admite el cardenal en un comunicado emitido por la Iglesia católica de Escocia. "No voy a unirme personalmente a ellos [el resto de cardenales] en el cónclave. No deseo que la atención mediática se centre en mí, sino en el papa Benedicto XVI y su sucesor", escribe.
El comunicado es llamativamente críptico. Presenta la marcha de O’Brien como una dimisión pero no cita cuáles serían las causas que le han llevado a tomar esa decisión. Sin embargo, una lectura atenta del texto hace pensar que no es el cardenal quien ha deseado marcharse ahora en lugar de esperar a su jubilación cuando el 17 de marzo cumpla 75 años, sino que es el Papa quien ha decidido que se vaya ahora.
El texto explica que O’Brien presentó su dimisión meses atrás por razones de edad y el papa la aceptó el 13 de noviembre bajo la fórmula "nunc pro tunc", es decir, "ahora, pero con efecto posterior". Ese efecto posterior hubiera sido el 17 de marzo, coincidiendo con el cumpleaños del arzobispo de Saint Andrews y Edimburgo, pero "el Santo Padre ha decidido ahora que mi dimisión tenga efecto hoy, 25 de febrero de 2013, y que nombrará a un administrador apostólico que gobierne la archidiócesis en mi lugar hasta que sea nombrado mi sucesor como arzobispo" , admite el cardenal caído en desgracia.
El Vaticano corta así de cuajo un posible foco de atención mediática en torno a uno de los asuntos que más parecen haber influido en la decisión de Benedicto XVI de abandonar el papado: su incapacidad para afrontar el problema de los abusos sexuales en la Iglesia católica.
O’Brien ha sido acusado por cuatro sacerdotes de haberles acosado sexualmente en los años 80, según reveló el domingo el dominical londinenses The Observer. Uno de ellos dejó el sacerdocio en 1985 al ver que O’Brien había sido nombrado obispo, lo que le dejaba bajo su autoridad.
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