Miles de manifestantes en Madrid: “Tus sobres, mis recortes”
Los manifestantes protestan contra el tijeretazo en los servicios
Han gritado "dimisión, dimisión" junto al cordón policial que protege el Congreso
Al menos 40 detenidos tras los enfrentamientos con la policía
Médicos, profesores, bomberos, mineros, afectados por las preferentes e hipotecas abusivas, miembros del 15-M, representantes de partidos políticos como Izquierda Unida o Equo,
jóvenes, pensionistas… Miles de personas salieron a la calle este
sábado en 16 ciudades españolas para manifestarse contra un mismo
enemigo, el Gobierno, y con un lema común: Contra los recortes y por una verdadera democracia. La llamada Marea Ciudadana Unida, aglutinadora de más de 300 colectivos y convocante de la protesta, eligió la fecha del 23-F,
32 aniversario del fallido golpe de Estado, porque considera que el
origen de los recortes es otro golpe, este de los mercados.
“El 23 de febrero de 1981 yo pasé mucho miedo porque pensé que venían de nuevo los franquistas. Ahora tengo miedo de que la situación siga empeorando y de que mis hijos no vuelvan a encontrar trabajo”, explicaba en Madrid Manuel, de 66 años. “Aquel fue un golpe militar y este es un golpe social y económico”, añadía Felipe Ruiz, de 72 años. “Este Gobierno ha barrido todo lo que hemos conseguido en democracia. Vamos a sufrir mucho, por eso tenemos que salir a la calle y protestar todos juntos contra los recortes y contra la corrupción y ese nombre que ahora el PP es incapaz de pronunciar: Bár-ce-nas”.
Tanto Manuel como Felipe declaraban orgullosos haber asistido a más de una decena de manifestaciones en el último año. En Madrid, en 2012, hubo diez de media al día, un 74% más que el año anterior. En la de ayer, como en las anteriores, había multitud de batas blancas (las de los médicos que protestan contra la precarización de la sanidad), de camisetas verdes (de los profesores contra la privatización) o negras (empleados públicos), pero en el paisaje de la protesta se impuso una novedad: compitiendo con la omnipresente tijera en alusión a los recortes, los manifestantes portaban cientos de sobres con gaviotas a modo de matasellos e idéntico remite: Luis Bárcenas.
Alejandro, de 30 años, estudiante de un máster de agrobiotecnología, incluso acudió a la protesta de Madrid desde Salamanca vestido de sobre. Muchos le habían imitado y a veces, entre los hombres-sobre, se cruzaban otros que portaban ristras de chorizos en alusión a los protagonistas de los últimos escándalos de corrupción.
“Yo ya sé que cuando termine de estudiar me toca irme de España, por eso me he apuntado a un curso de inglés”, explicaba Alejandro embutido en un sobre de tela, que, según decía, le estaba sirviendo además para combatir el frío que ayer hacía en la capital. “Vengo a todas las manifestaciones. Hay gente que cree que no sirven para nada, y es verdad que mañana Rajoy seguirá en su sitio, pero cuantos más seamos y más protestemos, más le va a costar ignorarnos”.
“¡Tus sobres, mis recortes!”, “¡Tijeretazo, tejerazo!”, “Dimitir no es un nombre ruso”, “Mariano, imita al Papa” y “¡Sí se puede!” fueron algunos de los lemas más coreados. Las banderas republicanas y las pancartas contra Urdangarin y el Rey también eran ayer, día en que el duque de Palma declaró ante el juez del caso Nóos, más numerosas que en anteriores manifestaciones.
Los asistentes protestaron gritando, cantando y guardando un minuto de silencio con las manos en alto. Representantes de las distintas mareas que confluyeron en la plaza de Neptuno, la más cercana al Congreso de los Diputados, leyeron varios manifiestos y finalmente uno común contra “la presión de los mercados financieros”, “las brutales políticas de ajuste” y “la corrupción y la pérdida de legitimidad de las instituciones”.
Un fuerte dispositivo policial, 1.400 agentes antidisturbios, controló la manifestación en Madrid, donde no se produjeron incidentes de gravedad, aunque al cierre de la protesta algunos asistentes lanzaron contra los policías varias piedras que traspasaron la valla que separaba a los manifestantes del Congreso.
En Barcelona también fueron miles de personas las que salieron a la calle al grito de “¡Fem-los fora!” (Echémoslos). Muchas de las pancartas se solidarizaban con Esther Quintana, la mujer que perdió un ojo por el impacto de una pelota de goma lanzada por los Mossos d’Esquadra en una manifestación anterior. En San Sebastián, pese a la intensa nevada, varios cientos de personas recorrieron el centro de la ciudad detrás de una gran pancarta con el lema No a los recortes. En Valencia, los manifestantes llevaron la protesta a la casa del expresidente de la Generalitat Francisco Camps.
La protesta pacífica se vio ensombrecida por los disturbios que se produjeron a última hora en las inmediaciones de la estación de Atocha en Madrid. La Policía detuvo a un total de 40 personas tras los incidentes, después de cargar contra un grupo de varios jóvenes encapuchados, entre la Glorieta CarlosV y la Calle Atocha. Según la Jefatura Superior de Policía de Madrid, se prevén más detenciones por estos altercados.
Los efectivos de la Policía empezaron a cargar después de que los jóvenes encapuchados les empezaran a increpar. Las cargas han sido puntuales y han llegado hasta la zona del Museo Reina Sofía.
Con información de Álvaro de Cózar, Lluís Pellicer, Javier Rivas, Miguel Ángel Medina y Ferran Bono.
“El 23 de febrero de 1981 yo pasé mucho miedo porque pensé que venían de nuevo los franquistas. Ahora tengo miedo de que la situación siga empeorando y de que mis hijos no vuelvan a encontrar trabajo”, explicaba en Madrid Manuel, de 66 años. “Aquel fue un golpe militar y este es un golpe social y económico”, añadía Felipe Ruiz, de 72 años. “Este Gobierno ha barrido todo lo que hemos conseguido en democracia. Vamos a sufrir mucho, por eso tenemos que salir a la calle y protestar todos juntos contra los recortes y contra la corrupción y ese nombre que ahora el PP es incapaz de pronunciar: Bár-ce-nas”.
Tanto Manuel como Felipe declaraban orgullosos haber asistido a más de una decena de manifestaciones en el último año. En Madrid, en 2012, hubo diez de media al día, un 74% más que el año anterior. En la de ayer, como en las anteriores, había multitud de batas blancas (las de los médicos que protestan contra la precarización de la sanidad), de camisetas verdes (de los profesores contra la privatización) o negras (empleados públicos), pero en el paisaje de la protesta se impuso una novedad: compitiendo con la omnipresente tijera en alusión a los recortes, los manifestantes portaban cientos de sobres con gaviotas a modo de matasellos e idéntico remite: Luis Bárcenas.
Alejandro, de 30 años, estudiante de un máster de agrobiotecnología, incluso acudió a la protesta de Madrid desde Salamanca vestido de sobre. Muchos le habían imitado y a veces, entre los hombres-sobre, se cruzaban otros que portaban ristras de chorizos en alusión a los protagonistas de los últimos escándalos de corrupción.
“Yo ya sé que cuando termine de estudiar me toca irme de España, por eso me he apuntado a un curso de inglés”, explicaba Alejandro embutido en un sobre de tela, que, según decía, le estaba sirviendo además para combatir el frío que ayer hacía en la capital. “Vengo a todas las manifestaciones. Hay gente que cree que no sirven para nada, y es verdad que mañana Rajoy seguirá en su sitio, pero cuantos más seamos y más protestemos, más le va a costar ignorarnos”.
“¡Tus sobres, mis recortes!”, “¡Tijeretazo, tejerazo!”, “Dimitir no es un nombre ruso”, “Mariano, imita al Papa” y “¡Sí se puede!” fueron algunos de los lemas más coreados. Las banderas republicanas y las pancartas contra Urdangarin y el Rey también eran ayer, día en que el duque de Palma declaró ante el juez del caso Nóos, más numerosas que en anteriores manifestaciones.
Los asistentes protestaron gritando, cantando y guardando un minuto de silencio con las manos en alto. Representantes de las distintas mareas que confluyeron en la plaza de Neptuno, la más cercana al Congreso de los Diputados, leyeron varios manifiestos y finalmente uno común contra “la presión de los mercados financieros”, “las brutales políticas de ajuste” y “la corrupción y la pérdida de legitimidad de las instituciones”.
Un fuerte dispositivo policial, 1.400 agentes antidisturbios, controló la manifestación en Madrid, donde no se produjeron incidentes de gravedad, aunque al cierre de la protesta algunos asistentes lanzaron contra los policías varias piedras que traspasaron la valla que separaba a los manifestantes del Congreso.
En Barcelona también fueron miles de personas las que salieron a la calle al grito de “¡Fem-los fora!” (Echémoslos). Muchas de las pancartas se solidarizaban con Esther Quintana, la mujer que perdió un ojo por el impacto de una pelota de goma lanzada por los Mossos d’Esquadra en una manifestación anterior. En San Sebastián, pese a la intensa nevada, varios cientos de personas recorrieron el centro de la ciudad detrás de una gran pancarta con el lema No a los recortes. En Valencia, los manifestantes llevaron la protesta a la casa del expresidente de la Generalitat Francisco Camps.
La protesta pacífica se vio ensombrecida por los disturbios que se produjeron a última hora en las inmediaciones de la estación de Atocha en Madrid. La Policía detuvo a un total de 40 personas tras los incidentes, después de cargar contra un grupo de varios jóvenes encapuchados, entre la Glorieta CarlosV y la Calle Atocha. Según la Jefatura Superior de Policía de Madrid, se prevén más detenciones por estos altercados.
Los efectivos de la Policía empezaron a cargar después de que los jóvenes encapuchados les empezaran a increpar. Las cargas han sido puntuales y han llegado hasta la zona del Museo Reina Sofía.
Con información de Álvaro de Cózar, Lluís Pellicer, Javier Rivas, Miguel Ángel Medina y Ferran Bono.
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