miércoles, 20 de febrero de 2013

Crisis moral

Rajoy elude el ‘caso Bárcenas’ y Rubalcaba denuncia una crisis moral

El líder de la oposición intenta acorralar al presidente: "Si quiere reinventarse, rectifique"

“Ha costado mucho sacrificio pero el barco no se ha hundido”, asegura el presidente

Rajoy rechaza la dación en pago para "no dañar la garantía hipotecaria"

Asegura que España ha superado los riesgos de intervención y evita referirse a Bárcenas

El presidente contesta aludiendo a la herencia recibida y a la etapa de Gobierno de Rubalcaba



El líder del principal partido de la oposición, Alfredo Pérez Rubacalcaba, ha intentado esta tarde  acorralar al presidente del Gobierno al poner el acento en los temas que este durante la mañana había evitado: recortes en educación, sanidad, pobreza y corrupción con nombre y apellidos: los del extesorero popular. "¿Se puede gobernar un país pendiente de [Luis] Bárcenas?", ha preguntado el secretario general de los socialistas en su intervención durante el debate sobre el estado de la nación. Rubalcaba se respondió a sí mismo: “No puede, por eso le pedí que se marchará”.
No ha insistido más el líder socialista en la petición de dimisión de Mariano Rajoy que ya formuló hace una semana. En el turno de réplica, el presidente del Gobierno se ha defendido: "Yo no voy a pedir su dimisión, porque ya se la piden dentro de su partido".
Al contrario que el presidente, el panorama que ha dibujado Rubalcaba ha sido bastante desolador, por lo que ha dicho no entender que el presidente del Gobierno solo ofrezca un pacto, solo uno: contra la corrupción. "Es el único que a usted le interesa”, ha interpretado. El líder socialista, que ha sido muy incisivo, ha afirmado "España está intervenida y que el estado de la nación "es crítico".
Ha traído a la Cámara el presidente del Gobierno una segunda generación de reformas que Rubalcaba ni se ha parado analizar, porque para él, lo primero, es que se “anulen los efectos” de la primera ola de reformas que han empobrecido a la sociedad, con millones de parados y ruptura de consensos en sanidad y educación.
“Si ustedes privatizan hospitales, nosotros cuando gobernemos lo devolveremos, y cuando lleguemos al poder, que será pronto, devolveremos los derechos a los colectivos despojados de ellos”, ha afirmado Rubalcaba. El presidente del Gobierno ha rechazado la posibilidad de establecer la dación en pago con carácter general "porque podría dañar, sin remedio, e impedir el acceso futuro al crédito hipotecario".
El líder de la oposición le ha aconsejado al jefe del Ejecutivo que "si quiere reinventarse, rectifique" y le ha acusado de haber ganado las elecciones con mentiras. Rubalcaba ha definido  la gestión de Rajoy como "recesión, desempleo y desigualdad". Rubalcaba ha dicho sí a la panoplia de medidas contra la corrupción que ha presentado Mariano Rajoy porque los ciudadanos no están contra la política “ sino contra la mala política”.
Para el final de su intervención, y en tono solemne, ha pedido la reforma constitucional, para resolver el problema territorial, para rehacer los consensos sociales y que la Sanidad sea un derecho constitucional y tengan la misma protección que la estabilidad presupuestaria. La Constitución de 1978 tiene que seguir siendo el marco de convivencia pero hay que “abordar un proceso de reforma constitucional”, también para que Cataluña y el resto de las comunidades autónomas tengan un mejor acomodo.
A la oposición le había parecido insuficiente, muy insuficiente, pero el Parlamento se tendrá que poner manos a la obra a abordar una legislación contra la corrupción inédita en España y muy avanzada en relación al entorno europeo. El primer debate sobre el estado de la nación de Mariano Rajoy quedará marcado por las propuestas que ha realizado en pro de la transparencia de la vida pública, los diques contra la corrupción y el incremento del castigo, en materia penal, a quien incurra en prácticas ilícitas.
El político estará vigilado durante su mando y al final, cuando se vaya. Será auditado para comprobar su patrimonio y sus bienes en relación a cuando entró en la política. Aún así, Rajoy proclamó que España “no está hundida en la corrupción” ni “todos los políticos son corruptos”, es más, para él, la inmensa mayoría sirve a su país con honradez. Para impedir que vuelva a escribirse la una nueva leyenda de la España negra, Rajoy llama a pactar sus medidas anticorrupción con todos los grupos, al entender, que todos se sienten concernidos en el desafecto ciudadano. No mencionó al extesorero del PP Luis Bárcenas, sino que habló de estas ilegalidades en sentido genérico sin poner nombres y apellidos.
En su primera parte del debate, que entusiasmó a los suyos y decepcionó, según todo manual de la oposición, a los grupos adversarios, las medidas más llamativas se refieren a la corrupción. Habrá un estatuto del cargo público, inmerso en una ley del ejercicio de las funciones políticas, en la que se regulará la escala de retribuciones, los sistema de protección social y los cargos de posibles compensaciones al ser destituido, que dirimirá una oficina de conflicto de intereses. Este órgano también vigilará las incompatibilidades a las que tendrá que atenerse cuando deje el cargo.
La futura ley de transparencia tomará un cariz que no estaba previsto cuando empezó su andadura, cual será incluir en la misma a los partidos políticos, sindicatos y organizaciones empresariales, tal como habían pedido la mayoría de los partidos de oposición. Pues bien, será un hecho si el presidente cumple su compromiso, así como la regulación de los grupos de intereses o lobbies, ya que ahora existen pero sin identidad propia.
Una a una  el presidente iba desgranando medidas, con el aplauso de la bancada popular, y el silencio de la oposición, salvo algunas apostillas cuando el presidente anunciaba alguna medida anticorrupción previamente propuesta por la oposición. Lo cierto es que todos los grupos pueden atribuirse la paternidad de alguna de ellas, como el PSOE, Izquierda Plural y UPyD.
Las medidas contra la corrupción, siempre con la reserva de su desarrollo, sí constituyen una novedad en contraste con las de tipo económico, salvo el tan demandado pago del IVA de los autónomos hasta que estos no hayan cobrado sus facturas. Esto ocurrirá a partir del 1 de enero de 2014 después de una durísima presión de los profesionales autónomos desde que la crisis económica se recrudeció.
Su entrada en el discurso, a las 12.05, fue muy efectista. Una cifra: 5.965.400 parados. Llamó la atención que a continuación los dividiera: 4.743.000 españoles y 1.222.000 inmigrantes, que cada mañana se enfrentan al paro. Este fue el territorio en el que marcó todo su discurso para explicar el porqué de la dureza de sus medidas y el porqué de sus incumplimientos electorales. No quería regodearse en la herencia recibida del anterior gobierno, pero no abandonó la referencia a esa gestión al explicar y justificar lo esencial de su política durante este primer año.
El presidente explicó lo hecho y lo que va a hacer con la enumeración de las reformas –solo en vigor la laboral – y las que están en marcha. Aunque el tono fue sobrio se apuntó muchos tantos y en algún momento bordeó un optimismo desbordante. “Hemos evitado el naufragio que amenazaba a nuestro país…” “ Fuera nadie apostaba por España hace un año; pues bien, nadie desde fuera piensa hoy que España no logrará salir adelante…” “Hemos dejado atrás la inminencia del desastre y ahora comenzamos a ver despejada la senda del futuro…”. El dato del déficit de 2012, aunque se equivocó y dijo 2.11 – fue la primera noticia que ofreció a la Cámara y alzando la voz informó de que se cerró con el 7%, lo que considera un auténtico éxito.
No quería la oposición que el debate de la nación se mezclara con la información del Consejo Europeo de la semana pasada celebrado en Bruselas la pasada semana donde se acordaron las perspectivas financieras pero Rajoy lo ha querido así. En este tramo fue quizá donde más satisfecho ha aparecido hasta ahora. Sus 36 horas sin dormir, tras una “dura negociación” ha llevado a un buen acuerdo porque España va a volver a ser beneficiaria nata y, además, las regiones más desfavorecidos por el paro tendrán financiación especial. Los murmullos y las tenues risas de los socialistas por la alusión del presidente a la noche en blanco le irritaron. “Algunos se fueron a las doce de la noche y pasó lo que pasó”. Un nuevo bofetón a alguna actuación del anterior presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en Bruselas, que no dejó la noche en blanco, en un Consejo Europeo en el que no hubo demasiadas buenas noticias para España. Ahora “España vuelve a ser relevante en Europa”, se ha atribuido Rajoy.
Ya no había ambiente para que los planes del gobierno catalán de CiU sobre una futura consulta en Cataluña para definir su vinculación con España ocuparan parte esencial del discurso de Rajoy. No mencionó a Cataluña sino a la lealtad constitucional a la que están obligados todos los gobernantes autonómicos, además de recordar que la soberanía reside en España, en su conjunto, y no en una de sus partes. Cada autonomía puede aspirar y defender lo que quiera siempre que no choque con la Constitución. Con esta alusión está todo dicho.
Se despidió como empezó, con la constancia y pesar por la dureza de la crisis, y las dosis de recuerdo a la gestión de Zapatero y sus culpas. “Vamos a seguir con las reformas, sin perder un minuto de tiempo, bastante lo ha perdido ya España”, se apostilló. “Ha habido sufrimiento pero el barco no se ha hundido”. Y así va a seguir, aunque le cueste la impopularidad.

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