Torres afirmó que a Urdangarin solo se le pidió que simulara estar fuera de Nóos
El juez resume: "Podía hacer lo que le viniera en gana", sin figurar en los órganos directivos
Torres replica: "En esencia, lo que el señor Romero le vino a decir era así"
Para Urdangarin fue "muy duro y muy difícil de aceptar" la orden de dejar el Instituto Nóos
Se hizo "un simulacro de apartamiento" por "presión mediática y por decir 'ya lo estoy dejando"
Andreu Manresa
Palma de Mallorca
22 FEB 2013 - 18:15 CET
El juez José Castro quiso saber el sábado pasado de boca de Diego
Torres, exsocio de Urdangarin, en qué situación había quedado el duque
de Palma después de que la Casa Real, a través de su asesor externo y
conde de Fontao, José Manuel Romero, le instase a dejar la presidencia
del Instituto Nóos y para dedicarse "a otro tipo de actividades". Por
eso, durante el interrogatorio al imputado, quiso hacer un resumen de lo
que el juez creía que había ocurrido: "Urdangarin podía hacer lo que le
viniera en gana, siempre y cuando no figurara en los órganos de
administración". Torres le contestó: "En esencia, lo que el señor Romero
le vino a decir era así". En las 138 páginas de transcripción literal
de las declaraciones de Diego Torres, el socio de Iñaki Urdangarin, del
sábado día 16, consta la versión sobre un supuesto pacto de silencio o
el eventual chantaje entre ambos ex socios.
Torres le contó al juez que para el marido de la Infanta Cristina era "muy duro y muy difícil de aceptar" dejar la presidencia del Instituto Nóos. Según la transcripción entregada hoy a los abogados, Urdangarin, pese a las instrucciones procedentes de la Casa Real, continuó detrás de los proyectos puesto que "seguía teniendo mucho interés en estas actividades". ¿Por qué se hizo entonces "ese simulacro de apartamiento"?, insistió Castro. "Por presión mediática y por decir 'ya lo estoy dejando".
En mitad del interrogatorio, el fiscal anticorrupción Pedro Horrach lanzó esta pregunta a Diego Torres: "¿Usted estaba extorsionando y pidiendo millones a Iñaki Urdangarin y su entorno para autoiculparse y eximirle de responsabilidad?". Diego Torres saltó: “¡Ultrajante! Definitivamente no... Es mentira, absolutamente mentira”. Horrach articuló su interrogatorio al socio de Iñaki Urdangarin, con su estilo, de manera seca. Es un duro amable. A veces introduce preguntas sorpresa, con repreguntas punzantes, que persiguen el efecto sacacorchos, destapar un tema importante que sospecha que se oculta.
Horrach aludió al supuesto precio millonario que supuestamente exigió Torres, en una extorsión a su socio, en aras a un posible acuerdo económico, extrajudicial, en el que Torres asumiría las responsabilidad en la causa judicial. "El exsocio de Ignacio Urdangarin negó, frontalmente, haber actuado así al yerno del Rey. Fue al revés, dice. Mantuvo, incómodo, la negativa para al final, lanzar su primera 'bomba' dijo", recoge el acta judicial, que transcribe este diálogo:
Torres: Lo que si sé es que ha habido personas que se han acercado, a mi abogado, incluso a mí, a hacernos ofertas de este tipo. A mí se me ha ofrecido trabajo y que se me remuneren los honorarios de mi abogado, que no podré pagar en el futuro, a cambio de asumir mayores cuotas de responsabilidad.
Fiscal: ¿Y quien se lo ha ofrecido?
Torres: No sé si es conveniente decir esto, me siento incómodo pero esto... Desgraciadamente a mi me gusta aportar documentos, y esto se me ha dicho verbalmente, pero es absolutamente cierto.
Fiscal: Si no me dice quién es muy difícil ¿no? Es un poco complicado
Torres: Sí, pero…
Fiscal. Porque esto es una especie de tirar balones al aire
Torres: Y no me gusta hablar de estas cosas, podría decir más cosas… pero sin documentos… ha habido aproximaciones a mi abogado. Esta se me ha hecho a mi en presencia de mi abogado en el despacho de mi abogado.
Fiscal: Le pregunto ¿quién se la ha hecho? Porque sino es como tirar balones al aire
Torres: Bueno, pues mire, el señor Mario Pascual [abogado de Urdangarin] aquí presente es uno de los que ha hecho, es el que me ha hecho personalmente esta propuesta y yo le he dicho que no, de ninguna manera, por muy desesperado que esté, ni por un puesto de trabajo ni porque me pague al abogado voy a contar algo que no sea cierto.
El imputado quedó pálido, en blanco, el rostro desencajado, según diferentes fuentes. Desconcertó a su defensa y Mario Pascual, habitualmente impertérrito, a la puerta de los juzgados negó la oferta y la escena en el bufete del adversario: "Cada uno se defiende como quiere". Sí reconoció que ambos letrados se han reunido en distintas ocasiones, en sus respectivos despachos.
Las citas entre juristas, hombres buenos y fiscales han existido a lo largo de meses a la búsqueda de un ya casi imposible pacto de defensas y de conformidad para mitigar la acusación y las posibles penas. Algún encuentro tuvo aires de película, en citas ocultas, en habitaciones de hoteles.
El juez también interrogó a la esposa de Torres, Ana Tejeiro, a la que le pidió que le aportase datos en el caso de que pensara que había que imputar a la infanta doña Cristina. "Para que no parezca que no lo está [imputada] por ser quien es", dijo en el interrogatorio a Ana Tejeiro, "ayuden a imputarla [con datos] si es que se tiene que imputar", dijo de forma retórica. Tejeiro fue tajante: "No puedo decir nada porque no sería justo".
Torres le contó al juez que para el marido de la Infanta Cristina era "muy duro y muy difícil de aceptar" dejar la presidencia del Instituto Nóos. Según la transcripción entregada hoy a los abogados, Urdangarin, pese a las instrucciones procedentes de la Casa Real, continuó detrás de los proyectos puesto que "seguía teniendo mucho interés en estas actividades". ¿Por qué se hizo entonces "ese simulacro de apartamiento"?, insistió Castro. "Por presión mediática y por decir 'ya lo estoy dejando".
En mitad del interrogatorio, el fiscal anticorrupción Pedro Horrach lanzó esta pregunta a Diego Torres: "¿Usted estaba extorsionando y pidiendo millones a Iñaki Urdangarin y su entorno para autoiculparse y eximirle de responsabilidad?". Diego Torres saltó: “¡Ultrajante! Definitivamente no... Es mentira, absolutamente mentira”. Horrach articuló su interrogatorio al socio de Iñaki Urdangarin, con su estilo, de manera seca. Es un duro amable. A veces introduce preguntas sorpresa, con repreguntas punzantes, que persiguen el efecto sacacorchos, destapar un tema importante que sospecha que se oculta.
Horrach aludió al supuesto precio millonario que supuestamente exigió Torres, en una extorsión a su socio, en aras a un posible acuerdo económico, extrajudicial, en el que Torres asumiría las responsabilidad en la causa judicial. "El exsocio de Ignacio Urdangarin negó, frontalmente, haber actuado así al yerno del Rey. Fue al revés, dice. Mantuvo, incómodo, la negativa para al final, lanzar su primera 'bomba' dijo", recoge el acta judicial, que transcribe este diálogo:
Torres: Lo que si sé es que ha habido personas que se han acercado, a mi abogado, incluso a mí, a hacernos ofertas de este tipo. A mí se me ha ofrecido trabajo y que se me remuneren los honorarios de mi abogado, que no podré pagar en el futuro, a cambio de asumir mayores cuotas de responsabilidad.
Fiscal: ¿Y quien se lo ha ofrecido?
Torres: No sé si es conveniente decir esto, me siento incómodo pero esto... Desgraciadamente a mi me gusta aportar documentos, y esto se me ha dicho verbalmente, pero es absolutamente cierto.
Fiscal: Si no me dice quién es muy difícil ¿no? Es un poco complicado
Torres: Sí, pero…
Fiscal. Porque esto es una especie de tirar balones al aire
Torres: Y no me gusta hablar de estas cosas, podría decir más cosas… pero sin documentos… ha habido aproximaciones a mi abogado. Esta se me ha hecho a mi en presencia de mi abogado en el despacho de mi abogado.
Fiscal: Le pregunto ¿quién se la ha hecho? Porque sino es como tirar balones al aire
Torres: Bueno, pues mire, el señor Mario Pascual [abogado de Urdangarin] aquí presente es uno de los que ha hecho, es el que me ha hecho personalmente esta propuesta y yo le he dicho que no, de ninguna manera, por muy desesperado que esté, ni por un puesto de trabajo ni porque me pague al abogado voy a contar algo que no sea cierto.
El imputado quedó pálido, en blanco, el rostro desencajado, según diferentes fuentes. Desconcertó a su defensa y Mario Pascual, habitualmente impertérrito, a la puerta de los juzgados negó la oferta y la escena en el bufete del adversario: "Cada uno se defiende como quiere". Sí reconoció que ambos letrados se han reunido en distintas ocasiones, en sus respectivos despachos.
Las citas entre juristas, hombres buenos y fiscales han existido a lo largo de meses a la búsqueda de un ya casi imposible pacto de defensas y de conformidad para mitigar la acusación y las posibles penas. Algún encuentro tuvo aires de película, en citas ocultas, en habitaciones de hoteles.
El juez también interrogó a la esposa de Torres, Ana Tejeiro, a la que le pidió que le aportase datos en el caso de que pensara que había que imputar a la infanta doña Cristina. "Para que no parezca que no lo está [imputada] por ser quien es", dijo en el interrogatorio a Ana Tejeiro, "ayuden a imputarla [con datos] si es que se tiene que imputar", dijo de forma retórica. Tejeiro fue tajante: "No puedo decir nada porque no sería justo".
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