¿A la tercera, Madrid?
Tras fracasar en los dos intentos anteriores, la capital de España pelea por los Juegos Olímpicos de 2020 con un proyecto, ¡qué remedio!, más austero
Si en la elección pesara la perseverancia, Madrid tendría algunos
puntos extras para lograr ser la organizadora de los Juegos Olímpicos de
2020. Por tercera vez en la última década, las autoridades locales,
regionales y nacionales se han volcado en la presentación de su
candidatura ante los nueve examinadores del Comité Olímpico
Internacional (COI), que han sido tratados, literalmente, como reyes.
Debe ser entretenido formar parte de ese grupo. El jueves abandonaron
Madrid camino de Estambul, donde seguro que recibirán las mismas
atenciones de las que han sido objeto ya en Madrid y en Tokio. Eso sí
que es ser un turista VIP. En septiembre llegará el veredicto. Dos
quedarán fuera de concurso, una amarga experiencia que ya ha conocido
Madrid frente a Londres (2012) y Río de Janeiro (2016). ¿Será la tercera
la vencida?
Este primer examen se desarrolla en un calculado secretismo, lo que tiene sus ventajas: permite el triunfalismo y Rajoy puede dar otra rueda de prensa sin preguntas sin que ello llame la atención.
Lo poco que ha trascendido sobre la impresión de los examinadores es que ven positivamente el entusiasmo, la cercanía entre sí de las distintas instalaciones deportivas y la relativa austeridad del proyecto.
A la fuerza ahorcan. Las administraciones públicas españolas ya han invertido 6.672 millones de euros y han recortado los gastos restantes (hasta los 8.340) a base, por ejemplo, de aprovechar escenarios ya en pie. ¿Para qué crear un nuevo pabellón si se puede techar Las Ventas? ¿Por qué buscar otro acomodo para el voley playa pudiendo acondicionar el Retiro? Haciendo de la necesidad virtud, los deportistas y los espectadores disfrutarán al tiempo de los campeonatos y del centro de la ciudad.
A estas alturas, Madrid necesita los Juegos para amortizar la inversión y, de paso, con suerte, contar algún día con un estadio, el de la Peineta, del que puedan disfrutar los madrileños. Mientras tanto no conviene ni echar las campanas al vuelo ni tomarse muy en serio a los promotores de Eurovegas, que creen que sus instalaciones serán un apoyo a la candidatura. Puede que sí, pero también puede que sea un punto en contra. La respuesta, en septiembre.
Este primer examen se desarrolla en un calculado secretismo, lo que tiene sus ventajas: permite el triunfalismo y Rajoy puede dar otra rueda de prensa sin preguntas sin que ello llame la atención.
Lo poco que ha trascendido sobre la impresión de los examinadores es que ven positivamente el entusiasmo, la cercanía entre sí de las distintas instalaciones deportivas y la relativa austeridad del proyecto.
A la fuerza ahorcan. Las administraciones públicas españolas ya han invertido 6.672 millones de euros y han recortado los gastos restantes (hasta los 8.340) a base, por ejemplo, de aprovechar escenarios ya en pie. ¿Para qué crear un nuevo pabellón si se puede techar Las Ventas? ¿Por qué buscar otro acomodo para el voley playa pudiendo acondicionar el Retiro? Haciendo de la necesidad virtud, los deportistas y los espectadores disfrutarán al tiempo de los campeonatos y del centro de la ciudad.
A estas alturas, Madrid necesita los Juegos para amortizar la inversión y, de paso, con suerte, contar algún día con un estadio, el de la Peineta, del que puedan disfrutar los madrileños. Mientras tanto no conviene ni echar las campanas al vuelo ni tomarse muy en serio a los promotores de Eurovegas, que creen que sus instalaciones serán un apoyo a la candidatura. Puede que sí, pero también puede que sea un punto en contra. La respuesta, en septiembre.
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