El presidente de Bolivia, Evo Morales, anuló esta noche el decreto que subió el precio de los principales combustibles hasta en 82 por ciento, tras la ola de protestas que vivió el país andino estos días y ante las amenazas de más movilizaciones desde el lunes.
En un mensaje poco antes de la medianoche, Morales dijo que ha decidido dejar sin efecto la normativa, después de haberse reunido estos días con sindicatos y organizaciones indígenas que le dijeron que el aumento del coste de carburantes era "inoportuno".
"Esto quiere decir que todas las medidas quedan sin efecto. No existe ninguna justificación ahora para subir los pasajes (de transporte), ni aumentar el precio de los alimentos, ni la especulación. Todo vuelve a la situación anterior", sostuvo.
Morales pronunció el mensaje flanqueado por su vicepresidente, Álvaro García Linera, y el canciller, David Choquehuanca, tras haberse reunido hoy durante varias horas con sus bases sociales en la zona del Chapare y con sus ministros en Palacio.
Esta semana el mandatario izquierdista fue criticado por los sindicatos y movimientos sociales que le acusaron de tomar medidas "neoliberales" e incluso llegaron a pedir su renuncia durante sus protestas.
Las movilizaciones más violentas tuvieron lugar el jueves, en especial en la ciudad de El Alto, vecina de La Paz, que hasta entonces había sido una aliada incondicional del mandatario aimara.
Para el lunes estaban previstas nuevas protestas, entre ellas una marcha de miles de mineros desde el altiplano a La Paz, además de un paro en las empresas del sector y un bloqueo campesino de rutas, si es que Morales no derogaba el decreto.
En la práctica, es complejo combinar medidas económicas con la política. Bolivia no es el único caso. El mundo entero está luchando por ajustar sus cuentas financieras con sus promesas sociales de equidad y justicia social. Vemos el pantano socio político de Grecia, Portugal, Irlanda, incluso Alemania, Reino Unido, Francia, España y los mismos Estados Unidos. De algún lado tienen que salir los subsidios para financiar el precio de la gasolina, los servicios médicos, los alimenetos y las medicinas así como la educación. Seguiremos viviendo y leyendo los mismos encabezados y políticas de arranque y frenazos.
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