De todas las especies de hombres, éstos son de los peores. No son malos, simplemente no saben lo que quieren. Están tan confundidos que osan enamorarte y sin darse cuenta. Se dejan llevar, vaya. Y una se deja llevar con ellos.
Tienen el tino de venderte una idea: la del hombre que soñaste ¿O será que tú solita te convences? Quizás ambas, si te sientas a pensarlo bien. Llegan en el preciso instante en que necesitas que aparezcan y te estremeces con cada una de las cosas que crees entender.
Utilizas las palabras "siempre" "nunca" "primera vez" (que en sí son totalmente extremas) según tú con mesura, cuando en realidad te ves intensa y apresurada. Te la crees porque al final del día simplemente te sientes sola y llega el güey que te dice las cosas más bonitas. Quién sabe cómo y quién sabe de dónde sienten una conexión "única" y crees que "this is the one". Ay, tu vida llena de clichés.
Ya estás "hasta las manitas" cuando de repente... ¡KAPUT! Quién sabe cómo, quién sabe cuándo y quién sabe por qué el susodicho en cuestión le baja a la intensidad cuando tú ya vas encarrerada. Te paran en seco y te mandan directito a la goma. Bueno, no. Dejan que tú te des cuenta solita.
Te dejan de llamar, te dejan de buscar y se portan de lo más cortantes. Y es ahí cuando empieza tu confusión. No eres capaz de entender por qué la insistencia y la luchita de al principio y de la nada la hostilidad repentina. Pasas horas, semanas o más tratando de explicarte a ti misma el porqué de su actuar. Pero, la cosa es sencilla: desde el principio el susodicho no sabía lo que quería.
No sabía lo que quería, creyó que eras algo que claramente no era así, se engañó igual que tú pero se dio cuenta más rápido de ello. Además, piénsalo bien ¿Entrabas en sus planes? Seguramente no. Un hombre es mucho más ambicioso y se aferra menos a las personas de lo que te aferras tú.
Tú te aferras a los detallitos y a la idea de que aunque los planes fueran distintos y aunque el susodicho en cuestión no tuviera ni la más mínima idea de que era lo qué quería "el amor todo lo puede" (versión inculcada a una en la más tradicional familia mexicana, las telenovelas y por supuesto las películas de Disney).
Entonces simplemente pregúntate: ¿Entra el tipo en tus planes? No, en verdad, ¿Entra en tus planes? Porque si sabes quién eres y hacia dónde vas, más te valdría saber si es éste "the one" o es mejor pasar de largo, evitándote la pena, las lágrimas, el enamoramiento y la decepción.
Lo dicho: nos vendría bien pensar más como hombres y menos como mujeres.
Diana Corres.
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