miércoles, 19 de enero de 2011

Túnez es el ejemplo para otros países.

"Si el resto de regímenes autocráticos de la zona no quiere enfrentarse a manifestaciones populares multitudinarias como las de Túnez, tendrán que empezar a hacer concesiones". Así al menos lo cree Eugene Rogan, que ha pasado por Madrid para presentar su libro Los árabes. Del Imperio otomano a la actualidad. "Creo que en otros países sería más difícil derrocar a los gobernantes de lo que ha sido Túnez", admite, "pero todo es posible, porque tampoco nadie esperaba que pudiera ocurrir en este país. Ha sido un impacto tremendo ver caer tan rápido a Ben Ali".

El profesor de Historia Contemporánea de Oriente Próximo de la Universidad de Oxford reconoce el valor de la revuelta tunecina. "Es la primera vez en el mundo árabe que vemos a la gente levantarse para derrocar a un dictador sin un partido organizado detrás", señala, por lo que "su importancia es enorme". Sin embargo, no apuesta por que se extienda a los países vecinos. "Mucha gente está mirando a Túnez como la primera de muchas revoluciones, pero no creo que le sigan otras". En su opinión, lo fundamental en este caso ha sido que los militares se han negado a apoyar al ya expresidente, mientras que en el resto de los países de la zona los ejércitos están "más cerca" de los gobernantes.

El autor de Los Árabes afirma además que tanto el terrorismo como la autoinmolación demuestran el fracaso de los Estados en el mundo árabe para proporcionar lo más básico a la población, "La lucha de los árabes es la lucha por lo más básico, educación, sanidad, un buen trabajo con el que vivir con dignidad, en una buena casa, y formar una familia... el tipo de cosas que solemos tener garantizadas en Europa". Así, pone el énfasis en que uno de los principales problemas de Túnez -y de otros países de alrededor- es que la gente joven no puede encontrar un hogar, y se ven forzados a vivir con sus familias.

Rogan, que ha acudido a una charla en la Casa Árabe, explica que "la UE y EE UU han contribuido a hacer del principio del siglo XXI el periodo de mayor tensión en el mundo árabe contemporáneo". En este sentido, recuerda que Ben Alí estaba considerado por Occidente como un "buen aliado" en la guerra contra el terrorismo. Por eso, pide a los gobiernos europeos y norteamericanos que se impliquen para conseguir que los regímenes de la zona permitan libertad de expresión, de reunión, y liberen a los prisioneros políticos. "Ese es el reto de Mubarak, Assad, Gaddafi y Buteflika, entre otros", dice. "¿Podrán hacer concesiones ya para dar más oportunidades y libertades a la gente? Yo creo que es posible".

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