Bárcenas ya está en la cárcel
El juez ordena que ingrese en prisión incondicional y sin fianza por riesgo de fuga
La fiscalía había solicitado la prisión al apreciar que había aumentado el riesgo de fuga
También pidió una fianza civil de 28 millones por cuatro delitos fiscales
La simulación de una venta de arte para justificar el ingreso de 500.000 euros, el detonante
Ruz considera que puede destruir y hacer desparecer pruebas
Ingresa en la cárcel de Soto del Real, en Madrid
El extesorero del PP Luis Bárcenas
duerme en la madrileña cárcel de Soto del Real en la que fue ingresado a
última hora de este jueves por orden del juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz.
Bárcenas fue encarcelado ante el riesgo de fuga y para que no pueda
manipular, destruir o construir pruebas del procedimiento en el que está
imputado por blanqueo de dinero, fraude fiscal, falsedad de documentos y
estafa procesal.
El juez Ruz ordenó la prisión incondicional (sin posibilidad de pagar una fianza) después de que, tras dos horas de declaración, solo ofreciera una explicación “parcial, inconsistente y manifiestamente insuficiente” acerca de los trasvases de dinero desde sus cuentas suizas una vez estalló el caso Gürtel, en febrero de 2009. Y porque también en su comparecencia ante el juez ofreció una respuesta “vaga” ante el descubrimiento de que hizo un viaje a Argentina, de solo 14 horas, cuatro días antes de que presentaran la documentación con la que trató de justificar un ingreso realizado por su esposa, Rosalía Iglesias, de 560.000 euros. Ambos dijeron que procedían de una compraventa de obras de arte pero la marchante a través de la que, según dijeron, cerraron la operación, negó rotundamente haberla realizado.
Esos mismos motivos, la falta de solidez en las respuestas de Bárcenas y la inconsistencia de sus explicaciones, son los que llevaron la Fiscalía Anticorrupción a dar un giro sorpresa sobre la situación del extesorero y a pedir la prisión incondicional que apoyaron las acusaciones y que el juez acabó concediendo.
Luis Bárcenas llegó a la Audiencia Nacional poco antes de las diez de la mañana y, sin abandonar la sede, conoció nueve horas después el auto por el que el magistrado ha mandado a prisión a quien manejó las cuentas del PP durante dos décadas. Llegó en un coche de alta gama, con los cristales ahumados y salió en un furgón policial, con destino a la cárcel de Soto del Real.
En su auto, Ruz detalla los “nuevos hechos” que le llevaron a tomar esta resolución. El juez señala que el intento de simular la compraventa de arte para justificar el ingreso efectuado por su esposa en metálico tenía la intención de “inducir a error a los órganos jurisdiccionales y obtener el archivo de la causa respecto del delito fiscal investigado con el consiguiente perjuicio para la Hacienda Pública”.
Ruz abunda además en el sistema del que se ha valido el extesorero del PP para blanquear dinero, supuestamente. Así explica que la documentación remitida por las autoridades suizas respecto a las cuentas que Bárcenas abrió y manejó en aquel país, confirman “los indicios hasta el momento mantenidos respecto del presunto delito de blanqueo de capitales por el concepto de IRPF y del Impuesto de Patrimonio de los ejercicios 2002, 2003 y 2007” así como su cooperación necesaria para el cometido por su esposa, Rosalía Iglesias, en 2006, cuando efectuó el ingreso de 560.000 euros.
La operativa en el proceso de blanqueo de dinero tenía tres fases, según el juez. Primero, Luis Bárcenas colocaba “fondos derivados en parte de las comisiones generadas por su participación, en unión del imputado Francisco Correa en las adjudicaciones de contratos públicos realizadas a empresas afines”. Así vincula al cabecilla de la trama corrupta Gürtel con el extesorero del PP que, además, utilizaba de forma “masiva” los ingresos en metálico como fuente para engordar sus cuentas, según expone el juez.
La segunda fase consistía en el “encubrimiento y estratificación” con la que Bárcenas pretendía, a través de complejas operaciones financieras, desvincular el origen de los fondos, convirtiéndolos en valores mobiliarios. La estrategia finalizaba, según Pablo Ruz, con la “integración de los fondos ya blanqueados y su retorno al sector de la economía real”. Para ello “el imputado se vale de presuntos testaferros y estructuras societarias que aparecen desvinculadas del beneficiario real” que no era otro que el propio Bárcenas. De esta manera se produjo un “aumento desproporcionado del patrimonio” del extesorero del PP, tal como lo califica el juez en su auto de prisión.
La última documentación aportada por las autoridades suizas también ha influido en la decisión de encarcelar a Luis Bárcenas, ya que de ella se desprende que la fortuna que llegó a atesorar en las cuentas helvéticas alcanza los 48.292.341,35 euros.
Pero el continuo engorde de esas cuentas cambió el 6 de febrero de 2009, cuando el entonces juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón destapó el caso Gürtel. A partir de entonces, Bárcenas compró una sociedad en Uruguay (Tesedul) y otra en Panamá (Granda Global), otorgó poderes al que luego se ha desvelado como su testaferro, Iván Yáñez, y comenzó a hacer transferencias y a traspasar activos de unas cuentas a otras y cuando ya estaba imputado en el procedimiento.
El juez Ruz ha tenido en cuenta ahora, además, el último informe de la la Agencia Tributaria en el que advertía de que, previsiblemente, las responsabilidades fiscales que se le puedan acabar atribuyendo a Bárcenas son el doble de lo detectado hasta ahora; que el extesorero del PP es “el titular único y real de los saldos y activos” que se han estado analizando y la posibilidad de que el extesorero “pueda ser titular de otros activos depositados en cuentas en Estados Unidos, en Uruguay así como en Bahamas”.
Con todo ello, ante el “ingente acervo indiciario acumulado”, ante lo elevado de las penas a las que puede ser condenado, por la elevada previsión de la responsabilidad pecuniaria, es decir, la multa que se le podría imponer si es condenado por los fraudes fiscales y los delitos de cohecho y blanqueo y dado el “avanzado estado de la presente instrucción”, Pablo Ruz decidió mandar a la cárcel a Bárcenas.
Antes de eso, la esposa del extesorero, Rosalía Iglesias, también pasó, para declarar, por la Audiencia Nacional. En menos de una hora, alegó que ella firmaba lo que le decía su esposo, dada su plena confianza en él.
El juez se fija especialmente en un viaje que hizo Bárcenas a Buenos Aires solo cuatro días antes de entregar los documentos al juez con los que quiso justificar el ingreso de 500.000 euros en billetes de 500 que hizo su mujer en una cuenta de Madrid como supuesta contraprestación por la venta de los cuadros. Dicho viaje, detalla Ruz, se hizo el 16 de junio de 2011, "llegando [Bárcenas] a las 05:22:11 hora local y regresando a España ese mismo día con hora de salida a las 19:10:52 horas, permaneciendo en territorio argentino aproximadamente catorce horas".
Justo ese día, Pablo Lago Bornstein, en representación de Rosalía Iglesias Villar, "compareció ante la inspección de la Agencia Tributaria sin aportar ningún tipo de documentación". Curiosamente, sí pudo encontrarla cuatro días después. Y lo que presentó fueron los documentos presuntamente manipulados y fechados en 2004 y 2006 sobre la sospechosa venta de cuadros por 500.000 euros.
Barcenas, en su declaración de hoy, se ha mantenido firme y ha insistido en la validez de los documentos, "negando validez a las manifestaciones de la testigo en sede judicial, aduciendo que la misma padece una enajenación mental y anunciando acciones legales frente a la Sra. Mackinlay por falso testimonio". Sobre el raro viaje de 14 horas a Buenos Aires, el extesorero del PP ha dado "una respuesta vaga, imprecisa e incoherente al respecto, señalando que mantuvo una reunión de negocios con tres personas pertenecientes a un importante grupo empresarial, mas sin recordar la identidad de ninguno de los intervinientes en tal reunión ni tampoco el nombre del grupo empresarial a que hace referencia".
Rosalía Iglesias ha asegurado que no recordaba ese salto del charco de su marido. Y, como en anteriores ocasiones, ha asegurado que ella se limitaba a firmar los documentos que le ponía delante su esposo, sin más lectura. Bárcenas ha intentado desacreditar a la pintora argentina Isabel Mackinlay, que desmontó su versión sobre la venta de cuadros. El abogado del extesorero va a solicitar que la mujer sea sometida a una prueba psiquiátrica pericial.
Iglesias abandonó el juzgado alrededor de la una y media de la tarde cuando todo apuntaba a que la única petición de cárcel iba a ser la anunciada por una de las acusaciones populares, la de la asociación de abogados progresista ADADE, que, además, iba a condicionar el ingreso en prisión a la fianza que el juez estipulara oportuna. Pero en la vistilla en la que se formuló la petición, poco después de las tres y media de la tarde, saltó la sorpresa. La Fiscalía Anticorrupción pidió la cárcel incondicional. El resto de acusaciones se acogieron a la misma medida. Todos excepto la representación del PSOE de Madrid, cuyo letrado no acudió a la Audiencia Nacional.
El abogado del extesorero, Alfonso Trallero, ya ha anunciado que la próxima semana recurrirá el auto de encarcelamiento porque considera que no hay riesgo de fuga. Trallero dijo no entender porqué la Fiscalía pidió prisión incondicional “sorprendentemente” después de que ADADE solicitara prisión eludible con la fianza. Pero, además, la defensa se tendrá que ocupar de otra cosa, la denuncia por amenazas que el abogado de ADADE presentó contra Bárcenas después de esa vistilla que acabó con su ingreso en prisión y en la que le espetó: “Ya nos encontraremos”.
El juez Ruz ordenó la prisión incondicional (sin posibilidad de pagar una fianza) después de que, tras dos horas de declaración, solo ofreciera una explicación “parcial, inconsistente y manifiestamente insuficiente” acerca de los trasvases de dinero desde sus cuentas suizas una vez estalló el caso Gürtel, en febrero de 2009. Y porque también en su comparecencia ante el juez ofreció una respuesta “vaga” ante el descubrimiento de que hizo un viaje a Argentina, de solo 14 horas, cuatro días antes de que presentaran la documentación con la que trató de justificar un ingreso realizado por su esposa, Rosalía Iglesias, de 560.000 euros. Ambos dijeron que procedían de una compraventa de obras de arte pero la marchante a través de la que, según dijeron, cerraron la operación, negó rotundamente haberla realizado.
Esos mismos motivos, la falta de solidez en las respuestas de Bárcenas y la inconsistencia de sus explicaciones, son los que llevaron la Fiscalía Anticorrupción a dar un giro sorpresa sobre la situación del extesorero y a pedir la prisión incondicional que apoyaron las acusaciones y que el juez acabó concediendo.
Luis Bárcenas llegó a la Audiencia Nacional poco antes de las diez de la mañana y, sin abandonar la sede, conoció nueve horas después el auto por el que el magistrado ha mandado a prisión a quien manejó las cuentas del PP durante dos décadas. Llegó en un coche de alta gama, con los cristales ahumados y salió en un furgón policial, con destino a la cárcel de Soto del Real.
En su auto, Ruz detalla los “nuevos hechos” que le llevaron a tomar esta resolución. El juez señala que el intento de simular la compraventa de arte para justificar el ingreso efectuado por su esposa en metálico tenía la intención de “inducir a error a los órganos jurisdiccionales y obtener el archivo de la causa respecto del delito fiscal investigado con el consiguiente perjuicio para la Hacienda Pública”.
Ruz abunda además en el sistema del que se ha valido el extesorero del PP para blanquear dinero, supuestamente. Así explica que la documentación remitida por las autoridades suizas respecto a las cuentas que Bárcenas abrió y manejó en aquel país, confirman “los indicios hasta el momento mantenidos respecto del presunto delito de blanqueo de capitales por el concepto de IRPF y del Impuesto de Patrimonio de los ejercicios 2002, 2003 y 2007” así como su cooperación necesaria para el cometido por su esposa, Rosalía Iglesias, en 2006, cuando efectuó el ingreso de 560.000 euros.
La operativa en el proceso de blanqueo de dinero tenía tres fases, según el juez. Primero, Luis Bárcenas colocaba “fondos derivados en parte de las comisiones generadas por su participación, en unión del imputado Francisco Correa en las adjudicaciones de contratos públicos realizadas a empresas afines”. Así vincula al cabecilla de la trama corrupta Gürtel con el extesorero del PP que, además, utilizaba de forma “masiva” los ingresos en metálico como fuente para engordar sus cuentas, según expone el juez.
La segunda fase consistía en el “encubrimiento y estratificación” con la que Bárcenas pretendía, a través de complejas operaciones financieras, desvincular el origen de los fondos, convirtiéndolos en valores mobiliarios. La estrategia finalizaba, según Pablo Ruz, con la “integración de los fondos ya blanqueados y su retorno al sector de la economía real”. Para ello “el imputado se vale de presuntos testaferros y estructuras societarias que aparecen desvinculadas del beneficiario real” que no era otro que el propio Bárcenas. De esta manera se produjo un “aumento desproporcionado del patrimonio” del extesorero del PP, tal como lo califica el juez en su auto de prisión.
La última documentación aportada por las autoridades suizas también ha influido en la decisión de encarcelar a Luis Bárcenas, ya que de ella se desprende que la fortuna que llegó a atesorar en las cuentas helvéticas alcanza los 48.292.341,35 euros.
Pero el continuo engorde de esas cuentas cambió el 6 de febrero de 2009, cuando el entonces juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón destapó el caso Gürtel. A partir de entonces, Bárcenas compró una sociedad en Uruguay (Tesedul) y otra en Panamá (Granda Global), otorgó poderes al que luego se ha desvelado como su testaferro, Iván Yáñez, y comenzó a hacer transferencias y a traspasar activos de unas cuentas a otras y cuando ya estaba imputado en el procedimiento.
El juez Ruz ha tenido en cuenta ahora, además, el último informe de la la Agencia Tributaria en el que advertía de que, previsiblemente, las responsabilidades fiscales que se le puedan acabar atribuyendo a Bárcenas son el doble de lo detectado hasta ahora; que el extesorero del PP es “el titular único y real de los saldos y activos” que se han estado analizando y la posibilidad de que el extesorero “pueda ser titular de otros activos depositados en cuentas en Estados Unidos, en Uruguay así como en Bahamas”.
Con todo ello, ante el “ingente acervo indiciario acumulado”, ante lo elevado de las penas a las que puede ser condenado, por la elevada previsión de la responsabilidad pecuniaria, es decir, la multa que se le podría imponer si es condenado por los fraudes fiscales y los delitos de cohecho y blanqueo y dado el “avanzado estado de la presente instrucción”, Pablo Ruz decidió mandar a la cárcel a Bárcenas.
Antes de eso, la esposa del extesorero, Rosalía Iglesias, también pasó, para declarar, por la Audiencia Nacional. En menos de una hora, alegó que ella firmaba lo que le decía su esposo, dada su plena confianza en él.
El juez se fija especialmente en un viaje que hizo Bárcenas a Buenos Aires solo cuatro días antes de entregar los documentos al juez con los que quiso justificar el ingreso de 500.000 euros en billetes de 500 que hizo su mujer en una cuenta de Madrid como supuesta contraprestación por la venta de los cuadros. Dicho viaje, detalla Ruz, se hizo el 16 de junio de 2011, "llegando [Bárcenas] a las 05:22:11 hora local y regresando a España ese mismo día con hora de salida a las 19:10:52 horas, permaneciendo en territorio argentino aproximadamente catorce horas".
Justo ese día, Pablo Lago Bornstein, en representación de Rosalía Iglesias Villar, "compareció ante la inspección de la Agencia Tributaria sin aportar ningún tipo de documentación". Curiosamente, sí pudo encontrarla cuatro días después. Y lo que presentó fueron los documentos presuntamente manipulados y fechados en 2004 y 2006 sobre la sospechosa venta de cuadros por 500.000 euros.
Barcenas, en su declaración de hoy, se ha mantenido firme y ha insistido en la validez de los documentos, "negando validez a las manifestaciones de la testigo en sede judicial, aduciendo que la misma padece una enajenación mental y anunciando acciones legales frente a la Sra. Mackinlay por falso testimonio". Sobre el raro viaje de 14 horas a Buenos Aires, el extesorero del PP ha dado "una respuesta vaga, imprecisa e incoherente al respecto, señalando que mantuvo una reunión de negocios con tres personas pertenecientes a un importante grupo empresarial, mas sin recordar la identidad de ninguno de los intervinientes en tal reunión ni tampoco el nombre del grupo empresarial a que hace referencia".
Rosalía Iglesias ha asegurado que no recordaba ese salto del charco de su marido. Y, como en anteriores ocasiones, ha asegurado que ella se limitaba a firmar los documentos que le ponía delante su esposo, sin más lectura. Bárcenas ha intentado desacreditar a la pintora argentina Isabel Mackinlay, que desmontó su versión sobre la venta de cuadros. El abogado del extesorero va a solicitar que la mujer sea sometida a una prueba psiquiátrica pericial.
Iglesias abandonó el juzgado alrededor de la una y media de la tarde cuando todo apuntaba a que la única petición de cárcel iba a ser la anunciada por una de las acusaciones populares, la de la asociación de abogados progresista ADADE, que, además, iba a condicionar el ingreso en prisión a la fianza que el juez estipulara oportuna. Pero en la vistilla en la que se formuló la petición, poco después de las tres y media de la tarde, saltó la sorpresa. La Fiscalía Anticorrupción pidió la cárcel incondicional. El resto de acusaciones se acogieron a la misma medida. Todos excepto la representación del PSOE de Madrid, cuyo letrado no acudió a la Audiencia Nacional.
El abogado del extesorero, Alfonso Trallero, ya ha anunciado que la próxima semana recurrirá el auto de encarcelamiento porque considera que no hay riesgo de fuga. Trallero dijo no entender porqué la Fiscalía pidió prisión incondicional “sorprendentemente” después de que ADADE solicitara prisión eludible con la fianza. Pero, además, la defensa se tendrá que ocupar de otra cosa, la denuncia por amenazas que el abogado de ADADE presentó contra Bárcenas después de esa vistilla que acabó con su ingreso en prisión y en la que le espetó: “Ya nos encontraremos”.
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