España se queja a la FIFA
Los problemas con los viajes, el hospedaje y los campos de entrenamiento enfadan a la selección
J. SÁMANO /
L. MARTÍN
Río de Janeiro
28 JUN 2013 - 22:15 CET668
La selección española se está encontrando con más trabas de las que
contaba en su tránsito por Brasil. Y no solo por la hostilidad de los
aficionados en los campos —a los que Sergio Ramos mandó callar tras anotar su penalti a Italia—
o el sensacionalismo mediático sobre supuestas juergas de los jugadores
en los hoteles, lo que los directivos españoles atribuyen a un intento
de desestabilización a favor del equipo canarinho, temeroso del
actual campeón mundial y europeo. En un clima enrarecido, la gota que
colmó el vaso español ha llegado tras la rotunda negativa de la FIFA a
permitir que la expedición volara de Fortaleza a Río de Janeiro al
finalizar el partido contra Italia. Así lo querían jugadores y técnicos,
y así lo aconsejaban los médicos y los fisioterapeutas, aún sin saber
el extenuante duelo que se dio con los italianos.
Los futbolistas tienen problemas para conciliar el sueño tras los partidos, máxime tras un desgaste como el de la semifinal, disputada a más de 30 grados. Hubieran deseado viajar a Río y amanecer ayer en la capital carioca. Sin embargo, pese a que la petición estaba cursada hace cinco días, la FIFA y la organización la denegaron, algo nada habitual. El argumento: no hay posibilidad de vuelo y hotel para la fecha solicitada. Una respuesta que sonó a excusa, puesto que los medios de comunicación españoles sí que pudieron encontrar avión y hospedaje. La Federación Española planteó que ella misma se encargaría de gestionar el viaje y la estancia. No hubo manera. Esta vez, la falta de beneplácito tuvo que ver con no se podría garantizar la seguridad de la comitiva.
Finalmente, España madrugó en Fortaleza y llegó ayer al mediodía a Río de Janeiro después de tres horas de vuelo. No pudo hacerlo al mismo hotel en el que residió antes del partido con Tahití, porque se lo ha reservado Brasil. Tampoco podrá entrenarse, como la pasada semana, en el campo del Vasco da Gama, el São Januario, que lo ha ocupado Brasil. Del Bosque dirigirá las sesiones previas a la final en un recinto anexo al estadio del Botafogo, donde ayer tuvo la primera sesión a las siete de la tarde hora local (medianoche en España).
Ya en el inicio de la Confederaciones, a España le sorprendió no poder elegir con libertad las estancias. Su idea era establecer un cuartel general apartado de las urbes, donde los jugadores tuvieran más libertad de movimientos. Tampoco hubo permiso de la FIFA, que impuso los hospedajes. Por todo ello, Ángel María Villar, presidente de la FEF, ha expresado su malestar a los directivos de la FIFA y el propio comité organizador. “Nunca fue así”, admitía ayer una fuente federativa, convencida de que no es una causa puntual contra España, sino que “a Italia le hubiera pasado lo mismo”. A Italia o a cualquier otro. En la primera fase, Uruguay ya se encontró con que no tenía donde entrenarse en Recife, antes de su choque con la Roja, porque se había inundado la instalación. Acabó de forma improvisada en un gimnasio. También algunos de sus jugadores se quedaron atrapados en el ascensor del hotel marcado por la organización cuando iban a un entrenamiento.
La FEF ha hecho llegar a los máximos dirigentes del fútbol internacional que “muchas cosas tendrán que cambiar de cara al Mundial de 2014”.
Los futbolistas tienen problemas para conciliar el sueño tras los partidos, máxime tras un desgaste como el de la semifinal, disputada a más de 30 grados. Hubieran deseado viajar a Río y amanecer ayer en la capital carioca. Sin embargo, pese a que la petición estaba cursada hace cinco días, la FIFA y la organización la denegaron, algo nada habitual. El argumento: no hay posibilidad de vuelo y hotel para la fecha solicitada. Una respuesta que sonó a excusa, puesto que los medios de comunicación españoles sí que pudieron encontrar avión y hospedaje. La Federación Española planteó que ella misma se encargaría de gestionar el viaje y la estancia. No hubo manera. Esta vez, la falta de beneplácito tuvo que ver con no se podría garantizar la seguridad de la comitiva.
Finalmente, España madrugó en Fortaleza y llegó ayer al mediodía a Río de Janeiro después de tres horas de vuelo. No pudo hacerlo al mismo hotel en el que residió antes del partido con Tahití, porque se lo ha reservado Brasil. Tampoco podrá entrenarse, como la pasada semana, en el campo del Vasco da Gama, el São Januario, que lo ha ocupado Brasil. Del Bosque dirigirá las sesiones previas a la final en un recinto anexo al estadio del Botafogo, donde ayer tuvo la primera sesión a las siete de la tarde hora local (medianoche en España).
Ya en el inicio de la Confederaciones, a España le sorprendió no poder elegir con libertad las estancias. Su idea era establecer un cuartel general apartado de las urbes, donde los jugadores tuvieran más libertad de movimientos. Tampoco hubo permiso de la FIFA, que impuso los hospedajes. Por todo ello, Ángel María Villar, presidente de la FEF, ha expresado su malestar a los directivos de la FIFA y el propio comité organizador. “Nunca fue así”, admitía ayer una fuente federativa, convencida de que no es una causa puntual contra España, sino que “a Italia le hubiera pasado lo mismo”. A Italia o a cualquier otro. En la primera fase, Uruguay ya se encontró con que no tenía donde entrenarse en Recife, antes de su choque con la Roja, porque se había inundado la instalación. Acabó de forma improvisada en un gimnasio. También algunos de sus jugadores se quedaron atrapados en el ascensor del hotel marcado por la organización cuando iban a un entrenamiento.
La FEF ha hecho llegar a los máximos dirigentes del fútbol internacional que “muchas cosas tendrán que cambiar de cara al Mundial de 2014”.
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