Los estudiantes chilenos radicalizan las movilizaciones a días de las primarias
Su protesta reúne a 100.000 manifestantes en el centro de Santiago, según los organizadores, y son apoyados por trabajadores del cobre y portuarios
RODRIGO CEA
Santiago de Chile
27 JUN 2013 - 02:05 CET44
Tal como lo anunciaron a comienzos de junio, los estudiantes cumplieron su promesa de radicalizar sus movilizaciones.
A cuatro días de las primarias presidenciales que se desarrollarán el
domingo próximo, la cuarta jornada estudiantil de protesta del año contó
por primera vez con el apoyo de trabajadores del cobre y portuarios,
quienes temporalmente bloquearon el acceso a minas y puertos durante la
mañana.
Los incidentes comenzaron en la madrugada en la capital chilena cuando una veintena de esquinas fueron bloqueadas con barricadas y fogatas. Los hechos se produjeron en sectores cercanos a universidades públicas y privadas, generando daños en locales comerciales aledaños, en un cuartel de carabineros que fue atacado con un bomba incendiaria y caos general en el tránsito vehicular.
Las protestas matinales generaron la reacción inmediata del ministro del Interior, Andrés Chadwick. “Son violentistas que han actuado en forma coordinada”, acusó el secretario de Estado, quien anunció querellas y llamó a los organizadores de la marcha programada para las primeras horas de la tarde a controlar a los manifestantes encapuchados y marchar de manera pacífica. Sin embargo, eso no sucedió y a partir de las 13:00 horas se desataron decenas de actos vandálicos en distintos puntos del centro de Santiago. Las escenas más violentas se produjeron en la Plaza Los Héroes en la Alameda, la avenida más importante de la ciudad.
Con destrozos de paradas de autobuses, semáforos y saqueos de locales comerciales, los enfrentamientos terminaron alrededor de las 18:00 hora local con un saldo de 16 detenidos, según un informe de carabineros, además de una decena de estudiantes y policías lesionados.
Los organizadores de la marcha condenaron el vandalismo y destacaron que reunieron a más de 100.000 manifestantes. “Con el respaldo de los trabajadores portuarios y los cobre en Chiquicamata y El Teniente [los yacimientos mineros más importantes del país], hoy quedó confirmado que las demandas no son sólo de los estudiantes, sino que de toda la sociedad”, dijo a EL PAÍS Andrés Fielbaum, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh), la más importante del país.
En regiones, las movilizaciones de los trabajadores del cobre comenzaron al amanecer en Calama, ciudad del norte, donde estudiantes junto a funcionaros municipales y trabajadores de la mina Chuquicamata –la más grande de Chile– bloquearon el acceso al yacimiento. Lo mismo sucedió en el mineral de cobre El Teniente, ubicado 100 kilómetros al sur de Santiago. En tanto, 2.000 operarios portuarios permanecieron en Talcahuano, San Antonio y Valparaíso, entre otros embarcaderos.
El presidente Sebastián Piñera condenó los actos de violencia y además anunció que en los próximos días enviará al Congreso “un proyecto de ley que establece la identificación preventiva en casos de desórdenes públicos o de marchas masivas”. En la práctica, la medida permitiría pedir identificación a quienes participen en marchas sin necesidad de que estén cometiendo un delito flagrante. Según Piñera, el objetivo de la iniciativa no es restringir la libertad, cuestión con la que discrepa el presidente de la FECh, Andrés Fielbaum, para quien la medida “huele a una detención por sospecha”.
Las movilizaciones de hoy se enmarcan en la crisis de la educación pública chilena que comenzó en 2006 con los secundarios como protagonistas. Luego, en 2011 –con la dirigente Camila Vallejo como principal figura–, los universitarios lograron imponer sus banderas de “fin al lucro” y “educación gratuita de calidad” en la agenda pública.
Hoy las demandas estudiantiles son parte fundamental de las propuestas de los precandidatos presidenciales, especialmente entre los de la oposición de centroizquierda, quienes se enfrentarán el próximo domingo en elecciones primarias. Según todas las encuestas, la expresidenta Michelle Bachelet –quien criticó duramente los disturbios– será vencedora por un amplio margen y el 17 de noviembre competirá por volver a La Moneda con Andrés Allamand o Pablo Longueira, los precandidatos oficialista que llegan muy parejos a los comicios.
Con alrededor de 30 universidades movilizadas, hasta el momento hay una veintena de colegios tomados por secundarios en donde está previsto desarrollar las elecciones del domingo. Mientras en el Servicio Electoral y el Ministerio de Interior trabajan para solucionar el problema, algunos alcaldes han propuesto abrir establecimientos alternativos para las elecciones. A casi 24 horas de que se cumpla el plazo, aún no hay certeza de qué sucederá cuando los militares deban –por ley–tomar control de los colegios este viernes a las 00:00 horas.
Los incidentes comenzaron en la madrugada en la capital chilena cuando una veintena de esquinas fueron bloqueadas con barricadas y fogatas. Los hechos se produjeron en sectores cercanos a universidades públicas y privadas, generando daños en locales comerciales aledaños, en un cuartel de carabineros que fue atacado con un bomba incendiaria y caos general en el tránsito vehicular.
Las protestas matinales generaron la reacción inmediata del ministro del Interior, Andrés Chadwick. “Son violentistas que han actuado en forma coordinada”, acusó el secretario de Estado, quien anunció querellas y llamó a los organizadores de la marcha programada para las primeras horas de la tarde a controlar a los manifestantes encapuchados y marchar de manera pacífica. Sin embargo, eso no sucedió y a partir de las 13:00 horas se desataron decenas de actos vandálicos en distintos puntos del centro de Santiago. Las escenas más violentas se produjeron en la Plaza Los Héroes en la Alameda, la avenida más importante de la ciudad.
Con destrozos de paradas de autobuses, semáforos y saqueos de locales comerciales, los enfrentamientos terminaron alrededor de las 18:00 hora local con un saldo de 16 detenidos, según un informe de carabineros, además de una decena de estudiantes y policías lesionados.
Los organizadores de la marcha condenaron el vandalismo y destacaron que reunieron a más de 100.000 manifestantes. “Con el respaldo de los trabajadores portuarios y los cobre en Chiquicamata y El Teniente [los yacimientos mineros más importantes del país], hoy quedó confirmado que las demandas no son sólo de los estudiantes, sino que de toda la sociedad”, dijo a EL PAÍS Andrés Fielbaum, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh), la más importante del país.
En regiones, las movilizaciones de los trabajadores del cobre comenzaron al amanecer en Calama, ciudad del norte, donde estudiantes junto a funcionaros municipales y trabajadores de la mina Chuquicamata –la más grande de Chile– bloquearon el acceso al yacimiento. Lo mismo sucedió en el mineral de cobre El Teniente, ubicado 100 kilómetros al sur de Santiago. En tanto, 2.000 operarios portuarios permanecieron en Talcahuano, San Antonio y Valparaíso, entre otros embarcaderos.
El presidente Sebastián Piñera condenó los actos de violencia y además anunció que en los próximos días enviará al Congreso “un proyecto de ley que establece la identificación preventiva en casos de desórdenes públicos o de marchas masivas”. En la práctica, la medida permitiría pedir identificación a quienes participen en marchas sin necesidad de que estén cometiendo un delito flagrante. Según Piñera, el objetivo de la iniciativa no es restringir la libertad, cuestión con la que discrepa el presidente de la FECh, Andrés Fielbaum, para quien la medida “huele a una detención por sospecha”.
Las movilizaciones de hoy se enmarcan en la crisis de la educación pública chilena que comenzó en 2006 con los secundarios como protagonistas. Luego, en 2011 –con la dirigente Camila Vallejo como principal figura–, los universitarios lograron imponer sus banderas de “fin al lucro” y “educación gratuita de calidad” en la agenda pública.
Hoy las demandas estudiantiles son parte fundamental de las propuestas de los precandidatos presidenciales, especialmente entre los de la oposición de centroizquierda, quienes se enfrentarán el próximo domingo en elecciones primarias. Según todas las encuestas, la expresidenta Michelle Bachelet –quien criticó duramente los disturbios– será vencedora por un amplio margen y el 17 de noviembre competirá por volver a La Moneda con Andrés Allamand o Pablo Longueira, los precandidatos oficialista que llegan muy parejos a los comicios.
Con alrededor de 30 universidades movilizadas, hasta el momento hay una veintena de colegios tomados por secundarios en donde está previsto desarrollar las elecciones del domingo. Mientras en el Servicio Electoral y el Ministerio de Interior trabajan para solucionar el problema, algunos alcaldes han propuesto abrir establecimientos alternativos para las elecciones. A casi 24 horas de que se cumpla el plazo, aún no hay certeza de qué sucederá cuando los militares deban –por ley–tomar control de los colegios este viernes a las 00:00 horas.
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