viernes, 21 de junio de 2013

Guatemala, sus asesinos

El fiscal acusa al exministro de Guatemala Carlos Vielmann de asesinar a 10 presos

El político y empresario está acusado de crear una estructura para ejecutar reclusos conflictivos al margen de la justicia

La Fiscalía de la Audiencia Nacional española ha solicitado el procesamiento del exministro de Gobernación –Interior- de Guatemala Carlos Roberto Vielmann por el asesinato extrajudicial de diez reclusos de diversos penales del país centroamericano entre 2005 y 2006. En un escrito presentado este jueves, el fiscal Pedro Martínez Torrijos considera al político y empresario guatemalteco –nacionalizado español desde abril de 2009- creador de una “estructura criminal clandestina” en el seno del Ministerio de Gobernación que se concertó para asesinar a presos conflictivos y hacerles pasar ante la opinión pública como atacantes de las fuerzas de seguridad. Tres de las víctimas eran presos que se habían fugado de la cárcel de máxima seguridad de Granja Penal Canadá, denominada El Infiernito. Las otras siete eran los supuestos cabecillas de un motín en el centro penitenciario Pavón. Ninguno de los fallecidos había opuesto resistencia a su detención, según la fiscalía.
Vielmann fue detenido el 13 de octubre de 2010 en Madrid por orden de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), dependiente de la ONU y quedó en libertad 40 días más tarde después de que su país de origen no presentara los documentos para la extradición en la Audiencia Nacional. El 16 de diciembre del mismo año volvió a ser arrestado provisionalmente como presunto autor de un delito de lesa humanidad y diez asesinatos. En mayo de 2011 fue puesto en libertad bajo fianza de 100.000 euros y la prohibición de salir de España después de que Guatemala.
La Fiscalía española considera que el exministro y otros altos cargos de su departamento que han sido detenidos y procesados en Guatemala y Austria ordenaron los asesinatos de los reclusos. En el caso concreto de Vielmann, que desempeñó el cargo entre julio de 2004 y marzo de 2007, el ministerio público considera que existen “numerosos indicios” de que “o bien participaba de la trama o bien la conoció desde el principio aceptando cualquier asesinato”.
Los primeros tres casos de asesinato de reclusos ocurrieron en 2005. En octubre de ese año, 19 presos se fugaron de la prisión de máxima seguridad de El Infiernito, en el departamento guatemalteco de Escuintla. Tras esta huída multitudinaria, los responsables del ministerio pusieron en marcha el denominado Plan Gavilán, para capturar a los reos. Según el fiscal, la organización secreta supuestamente liderada por Vielmann ordenó a los oficiales que lograron el apresamiento que se los entregara para matarlos.
Así, Edwin Estuardo Santacruz, Juan Morales y José María Maldonado fueron detenidos fueron ejecutados sin juicio. Aunque los prófugos no opusieron resistencia a su arresto, el ministro Vielmann explicó que estos habían muerto tras un enfrentamiento con armas de fuego. En el caso de Santacruz, los supuestos asesinos llegaron a poner entre las piernas del cadáver un revólver. Previamente habían estrellado contra una pared el coche en cuyo asiento del copiloto el reo recibió un disparo en la nuca.
La estructura de Vielmann, según la querella que dio origen al caso, es la responsable de la ejecución de los presos Luis Alfonso Zepeda González, Jorge Estuardo Batres Pinto, Carlos René Barrientos Vázquez, Mario Misael Castillo, José Abraham Tiniguar Guevara, Gustavo Adolfo Correa Sánchez y Erick Estuardo Mayorga Guerra, quienes fueron asesinados el 25 de septiembre de 2006 dentro de la prisión Pavón. El objetivo de esa matanza era recuperar el control del penal tras un motín y las víctimas formaban parte del llamado “Comité de Orden y Disciplina”, grupo de reclusos que controlaba la vida del penal. En el asalto de la prisión por las fuerzas de seguridad -3.000 agentes con tanquetas militares-, los reclusos tampoco ofrecieron resistencia. Los siete fueron tiroteados tras ser detenidos y pese a no ofrecer resistencia. Algunos de los cadáveres presentaban tres tiros en el pecho. Sin embargo, sus camisetas no estaban agujereadas, lo que refuerza, según la fiscalía, la idea de que se urdió un montaje para encubrir los asesinatos extrajudiciales.

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