lunes, 17 de enero de 2011

Brasil: millones viven en zonas de riesgo.

Mientras el número de víctimas en la tragedia de Río asciende ya a 666 y, según los bomberos, en Campos de Coelho (Nova Friburgo) hay aún "cientos entre muertos y heridos", la presidenta Dilma Rousseff ha reunido este lunes a los responsables de seis ministerios para la creación de un nuevo sistema de prevención integrado que estará en pleno funcionamiento dentro de cuatro años.

El ministro de Ciencia y Tecnología, Aloizio Mercandante, del Partido de los Trabajadores (PT), ha informado en la reunión ministerial que en Brasil hay cinco millones de personas que viven en áreas de riesgo de donde deberían ser removidas. Algunas familias, ante la continuación y el aumento de las lluvias, por primera vez, han decidido voluntariamente abandonar sus casas.

El Ministerio de Ciencia y Tecnología será el encargado de coordinar el trabajo de los seis ministerios para implantar una serie de medidas y parámetros integrados en un sistema único de alerta de riesgos. Justamente, en un informe del año pasado a la ONU, el Gobierno reconocía que el país "no está preparado" para hacer frente a las situaciones de calamidades naturales extremas como la que ha golpeado parte del Estado de Río, de Sao Paulo y Minas Gerais este mismo año.

Rousseff no quiere perder tiempo y quiere presentar al mundo la seguridad de que su Gobierno se va a empeñar a fondo para resolver un problema que lleva sesgando vidas humanas desde hace años, por la incuria política y el agravarse de los fenómenos climáticos que ponen aún más en evidencia la urgencia de poner remedios rápidos y eficientes.

La presidenta ha hecho desplazarse a Río a los ministros de Integración Nacional, Fernando Bezerra; al de Defensa, Nelson Jobim, y al de Justicia, José Eduardo Cardozo, para que realicen un estudio detallado de la situación en el lugar de la tragedia y se lo remitan lo más rápidamente posible. Rousseff sabe que es su primera prueba de fuego en la presidencia y que los ojos del país, y hasta de fuera, están puestos en ella para tomarle el pulso de su eficiencia, dote que siempre le ha sido atribuido, junto con la rapidez en tomar decisiones.

Mientras tanto, el Ejército sigue trabajando en las tres ciudades más golpeadas: el de Tierra en Teresopolis, el de la aeronáutica en Petrópolis y la Marina, en Nova Friburgo, la zona más afectada y con mayor número de víctimas.

Los helicópteros que llevan víveres y medicinas a los lugares donde aún hay gente aislada sin haber sido rescatadas, ni siquiera pueden siempre aterrizar y se limitan a lanzar los víveres desde lo alto.

Dada la gravedad de la situación y el escaso número de helicópteros, los médicos forenses han ordenado que no sean trasladados los muertos, sino enterrados en el lugar de la tragedia para dejar los vuelos libres para llevar alimentos a los sobrevivientes.

Los mismos bomberos encuentran dificultades en descubrir donde hay aún muertos y familias aisladas ya que trabajan en una superficie muy extensa y con una geografía complicada de valles estrechos y zonas rurales aisladas. Por eso se ha convertido en una especie de héroe el pintor Leandro Machado, de 38 años, que conoce palmo a palmo como nadie la zona de Nueva Fiburgo y ha realizado ya 15 vuelos con los bomberos. En uno de esos vuelos de reconocimiento encontró los cadáveres de su mujer Michele, de 20 años, y de su hijo Daniel, de tres.

Aún sigue buscando los de sus padres que no sabe si están vivos o muertos. "Para poder sentirme vivo ante tanta pérdida intento ayudar a los otros", ha dicho a los bomberos con quienes trabaja día y noche y con quienes vive en el 6 Batallón Militar en Nova Friburgo al haber perdido también su casa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario