El día que Casillas volvió a debutar
El meta, que conoció su titularidad ante Uruguay poco antes del encuentro, cumplió su partido 800 como profesional con los mismos nervios que en su estreno de hace 13 años
Iker Casillas, 32 años, se despertó el domingo convencido de que
Victor Valdés sería titular. O por lo menos, eso cuentan sus amigos, los
que durante la mañana hablaron con él o recibieron mensajes en el
teléfono y, siempre, con idéntico contenido: “No, no voy a jugar”. A las
cuatro y media de la tarde, Vicente Del Bosque, según el plan previsto,
se reunió con el grupo en una sala del hotel Golden Tulip, frente a la
playa de Bom Viagem, en Recife, a esas horas todavía llena de gente
aprovechando la soleada jornada festiva. Fue allí, no antes, donde se
enteró Iker y donde supo el equipo de que el capitán iba a jugar contra
Uruguay como su primer partido oficial como titular en casi cinco meses.
Fue en ese mismo instante cuando desapareció la resignación y empezaron los nervios,
más propios de un debutante que de un tipo que encaraba el partido 800
de su carrera, el que sumaba 146 como internacional por España. No se lo
dijo antes ni al margen para no darle demasiada importancia, para
evitar diferencias, por mucho que no sea un jugador más.
Del Bosque, al final del partido, tampoco quiso dar ninguna explicación de los motivos por los que terminó eligiendo a Casillas antes que a Valdés o a Reina, que vienen de haber competido los últimos cuatro meses con el Barcelona y con el Liverpool. Se limitó a decir: “He escogido lo que he creído que era mejor para el equipo entre la opción de tres grandes porteros. Con cualquier otro que hubiéramos jugado, el resultado del partido y el juego hubiera sido el mismo” admitió el seleccionador. “El mayor dolor, siempre, después de un partido, es mirar a la cara y ver a los que se han merecido jugar y no has podido dar la oportunidad de hacerlo”, aseguró el salmantino.
“Me he sentido como hace trece años, como el día de mi debut con la selección”, reconoció Casillas al término del partido, rememorando las sensaciones vividas el día en Goteborg, aquel 3 de junio de 2000, cuando Camacho le hizo debutar en un amistoso contra Suecia, camino de la Eurocopa de Bélgica y Holanda, en la que entró en la terna formada por Molina y Cañizares en detrimento de Toni Jiménez.
Desde aquel día, 146 partidos le han convertido en leyenda. Ningún portero en el fútbol europeo suma más partidos que él (contra Haití igualó al sueco Ravelli) y es el futbolista de la historia con más victorias acumuladas defendiendo a su selección (108, con 25 empates y 23 derrotas) supera ampliamente las 95 del egipcio Ahmed Hassan y las 94 de Thuram, con el que Xavi empató precisamente el domingo, el mismo día que su amigo Iker volvía a ponerse bajo los palos. El volante catalán tiene, en cualquier caso, mejor porcentaje que Iker, 73,9% por 76,4%.
“Yo con estar aquí ya estoy súper contento”, venía repitiendo Iker a quien le preguntaba por su estado de ánimo durante las dos últimos meses. Y es que durante este tiempo llegó incluso a plantearse la idea de que si no jugaba en el Madrid, como le estaba pasando, Del Bosque no le convocaría. El seleccionador le tranquilizó en no pocas ocasiones, porque tantas veces como le preguntaron, tantas veces avisó que pasara lo que pasara con Iker en su club, nadie le iba a apartar de la lista de la confederaciones. Por eso, escuchar a Del Bosque devolverle la confianza bajo los palos fue, primero una sorpresa, y, después, una alegría. “Ha sido muy especial para mi jugar este partido” reconoció Iker. Y también lo fue para sus compañeros.
“Estamos contentos por él, sabemos que Iker necesitaba una alegría como por todo lo que ha tenido que pasar este año y me alegro por él, afirmó Fabregas. “Seguro que el míster ha pensando en lo mejor para el equipo. Valdés demostró en París que puede ser perfectamente el portero de este equipo, como todos confiamos en Reina. Pero el míster ha elegido a Iker y me parece muy bien, no tengo nada que decir”, añadió Piqué, que no le vio especialmente nervioso durante el día. “Si él dice que lo ha estado… El sabrá, pero yo le he visto como siempre”, convino el catalán.
“Iker siempre ha sido el líder de esta selección y sabe que todos le apoyamos. Él siempre se ha preocupado por nosotros, desde el primer día, así que si él está contento, todos estamos felices, aseguró Busquets, que recuerda perfectamente el afecto y la ayuda que le brindó desde el día que asomó por vez primera en la selección. “Iker me ayudó a integrarme en el equipo y trato de que me sintiera uno más. Esas cosas no se olvidan, se lo agradeceré siempre”.
Iker tampoco olvidará jamás el trato que le ha dispensado desde que se subieron al avión rumbo a Miami hace quince días, que quedó reflejado en una imagen al término del partido. Fue pitar el árbitro el final del partido y la mayoría de compañeros la selección le buscaron para el abrazo. "Estoy contento por el triunfo y por el equipo, estoy agradecido por la confianza de del Bosque y por los compañeros, que son con los que llevo tanto tiempo dando alegrías al país y eso es lo más bonito”, dijo el capitán, el día que volvió a debutar, trece años y 145 partidos después.
Del Bosque, al final del partido, tampoco quiso dar ninguna explicación de los motivos por los que terminó eligiendo a Casillas antes que a Valdés o a Reina, que vienen de haber competido los últimos cuatro meses con el Barcelona y con el Liverpool. Se limitó a decir: “He escogido lo que he creído que era mejor para el equipo entre la opción de tres grandes porteros. Con cualquier otro que hubiéramos jugado, el resultado del partido y el juego hubiera sido el mismo” admitió el seleccionador. “El mayor dolor, siempre, después de un partido, es mirar a la cara y ver a los que se han merecido jugar y no has podido dar la oportunidad de hacerlo”, aseguró el salmantino.
“Me he sentido como hace trece años, como el día de mi debut con la selección”, reconoció Casillas al término del partido, rememorando las sensaciones vividas el día en Goteborg, aquel 3 de junio de 2000, cuando Camacho le hizo debutar en un amistoso contra Suecia, camino de la Eurocopa de Bélgica y Holanda, en la que entró en la terna formada por Molina y Cañizares en detrimento de Toni Jiménez.
Desde aquel día, 146 partidos le han convertido en leyenda. Ningún portero en el fútbol europeo suma más partidos que él (contra Haití igualó al sueco Ravelli) y es el futbolista de la historia con más victorias acumuladas defendiendo a su selección (108, con 25 empates y 23 derrotas) supera ampliamente las 95 del egipcio Ahmed Hassan y las 94 de Thuram, con el que Xavi empató precisamente el domingo, el mismo día que su amigo Iker volvía a ponerse bajo los palos. El volante catalán tiene, en cualquier caso, mejor porcentaje que Iker, 73,9% por 76,4%.
“Yo con estar aquí ya estoy súper contento”, venía repitiendo Iker a quien le preguntaba por su estado de ánimo durante las dos últimos meses. Y es que durante este tiempo llegó incluso a plantearse la idea de que si no jugaba en el Madrid, como le estaba pasando, Del Bosque no le convocaría. El seleccionador le tranquilizó en no pocas ocasiones, porque tantas veces como le preguntaron, tantas veces avisó que pasara lo que pasara con Iker en su club, nadie le iba a apartar de la lista de la confederaciones. Por eso, escuchar a Del Bosque devolverle la confianza bajo los palos fue, primero una sorpresa, y, después, una alegría. “Ha sido muy especial para mi jugar este partido” reconoció Iker. Y también lo fue para sus compañeros.
“Estamos contentos por él, sabemos que Iker necesitaba una alegría como por todo lo que ha tenido que pasar este año y me alegro por él, afirmó Fabregas. “Seguro que el míster ha pensando en lo mejor para el equipo. Valdés demostró en París que puede ser perfectamente el portero de este equipo, como todos confiamos en Reina. Pero el míster ha elegido a Iker y me parece muy bien, no tengo nada que decir”, añadió Piqué, que no le vio especialmente nervioso durante el día. “Si él dice que lo ha estado… El sabrá, pero yo le he visto como siempre”, convino el catalán.
“Iker siempre ha sido el líder de esta selección y sabe que todos le apoyamos. Él siempre se ha preocupado por nosotros, desde el primer día, así que si él está contento, todos estamos felices, aseguró Busquets, que recuerda perfectamente el afecto y la ayuda que le brindó desde el día que asomó por vez primera en la selección. “Iker me ayudó a integrarme en el equipo y trato de que me sintiera uno más. Esas cosas no se olvidan, se lo agradeceré siempre”.
Iker tampoco olvidará jamás el trato que le ha dispensado desde que se subieron al avión rumbo a Miami hace quince días, que quedó reflejado en una imagen al término del partido. Fue pitar el árbitro el final del partido y la mayoría de compañeros la selección le buscaron para el abrazo. "Estoy contento por el triunfo y por el equipo, estoy agradecido por la confianza de del Bosque y por los compañeros, que son con los que llevo tanto tiempo dando alegrías al país y eso es lo más bonito”, dijo el capitán, el día que volvió a debutar, trece años y 145 partidos después.
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