El viaje de vuelta de Penélope Cruz y Javier Bardem
La actriz está a punto de dar a luz a su segundo hijo, que nacerá en Madrid
Hace tres años, los Bardem Cruz se instalaron en EE UU
Han vuelto a España porque no quieren que sus hijos crezcan en Los Ángeles
Emigraron buscando una carrera internacional y huyendo de las
incomodidades de la fama. Ahora han vuelto para quedarse. Son Penélope
Cruz y Javier Bardem. La pareja de actores españoles con más proyección
en el extranjero se ha instalado en Madrid, donde quieren que crezca su
hijo Leo y nazca, de un momento a otro, el segundo. En las últimas fotos de la actriz, su físico denota que su embarazo llega a término.
Penélope lo ha confesado abiertamente: no cree que Los Ángeles sea un lugar para criar a sus niños. “Aunque tengo grandes recuerdos de la ciudad, no quiero vivir allí”, ha dicho en más de una ocasión. Pero, por necesidades profesionales de ella y de Javier, han pasado la mayor parte de los casi tres años que llevan casados fuera de España. Una decisión que les ha llevado a escuchar algunos reproches hasta de algún político. “Estos que critican tanto pagan sus impuestos fuera”, dijo hace poco el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en respuesta a las críticas de ciertos actores a la política económica del gobierno.
Quienes los conocen bien aseguran que en la decisión de instalarse en Los Ángeles, donde la actriz tenía una casa, pesó el deseo de tener intimidad en los primeros meses de su relación y en el posterior nacimiento de su hijo. La pareja se sentía agobiada por el foco mediático que les perseguía. Poner kilómetros de por medio fue la solución.
Los Bardem Cruz se manejan con dificultad cuando llega el momento de hablar de asuntos que no son profesionales. Defienden su intimidad con uñas y dientes. Tardaron en admitir su relación, en reconocer que se habían casado, y cuando tuvieron su primer hijo se negaron a informar del sexo y del nombre. Son decisiones que competen a su vida privada, pero que no eluden cuando se sientan en los sillones de las grandes cadenas estadounidenses o en portadas de revistas como Harper’s Bazaar. En esa publicación, Pe se refirió a Leo. “Hablo de él a todas horas, incluso con extraños, es mi tema preferido. Pero no quiero hacerlo en las entrevistas”. Argumenta que no le gusta hablar sobre su intimidad porque le resulta “doloroso” y considera que afecta a su trabajo.
Por eso han sido sus íntimos quienes han confirmado que han vuelto a
Madrid. Se han instalado en el chalé que la actriz tiene desde hace años
en Valdelagua, una lujosa urbanización situada a las afueras de Madrid
remodelada por Joaquín Torres, el llamado arquitecto de las estrellas.
Fue una larga obra llena de desencuentros con Torres, a quien la pareja
reprocha haber roto la discreción que se le pidió. Los actores tienen
como vecina a la madre de Penélope y a su hermana Mónica, que acaba de ser madre soltera de una niña mediante inseminación. Allí esperan al nuevo bebé.
Esta vez Penélope, que ha cumplido 39 años, no acudirá a la lujosa clínica Cedars Sinaí de Los Ángeles a dar a luz, decisión que le costó duras críticas, como que buscaba un niño-ancla para quedarse en EE UU. Lo hará en el Ruber Internacional de Madrid, el centro privado en el que nació la niña de Mónica Cruz y bebés tan famosos como las infantas Leonor y Sofía. La actriz acude estos días a sus últimas revisiones y escucha cómo su ginecólogo le advierte: “No engordes más”.
En estos días es normal ver a la pareja paseando por Madrid, saliendo a cenar, intentando hacer una vida corriente. Frecuentan a sus amigos de siempre, esos que saben que no les van a fallar a la hora de guardar su intimidad. Entre ellos está Juan Diego Botto, quien primero fue amigo de Pe y ahora también es íntimo de Javier.
También han empleado mucho tiempo en decidir a qué colegio irá Leo en
septiembre. La decisión está tomada. El niño acudirá a una escuela del
norte de la capital que enseña con el método Waldorf, o lo que es lo
mismo, educa a través de la creatividad, el arte y el movimiento.
La pedagogía Waldorf tiene sus raíces en la investigación del austriaco Rudolf Steiner. Las clases son pequeñas y no hay libros de texto. En lugar de exámenes y notas, se valora el progreso de cada niño en un informe final, en el que se hace alusión a su evolución intelectual, emocional y artística. Esta pedagogía concede gran relevancia a estimular la relación de los menores con el arte. Hay unos 3.000 centros Waldorf en el mundo. En ellos han estudiado muchos personajes famosos; entre ellos, las actrices Jennifer Aniston y Sandra Bullock.
Cuando Leo, de dos años, comience las clases el próximo otoño, su madre todavía no se habrá incorporado de lleno al trabajo. Penélope, tras dirigir un anuncio para Agent Provocateur, se ha tomado un tiempo de descanso. Ahora además quiere ir más despacio. “Probablemente haré una película al año, quizá dos, pero no más, porque ahora tengo otras prioridades”, ha contado. Tiene pendiente el estreno de la cinta de Ridley Scott en la que coincidió con Javier Bardem —que busca nuevo proyecto— y planea participar en una gran producción que contará la vida del clan de los Gucci, en la que el lujo y las intrigas se mezclan. Precisamente dos cosas de las que ella huye en Madrid.
Penélope lo ha confesado abiertamente: no cree que Los Ángeles sea un lugar para criar a sus niños. “Aunque tengo grandes recuerdos de la ciudad, no quiero vivir allí”, ha dicho en más de una ocasión. Pero, por necesidades profesionales de ella y de Javier, han pasado la mayor parte de los casi tres años que llevan casados fuera de España. Una decisión que les ha llevado a escuchar algunos reproches hasta de algún político. “Estos que critican tanto pagan sus impuestos fuera”, dijo hace poco el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en respuesta a las críticas de ciertos actores a la política económica del gobierno.
Quienes los conocen bien aseguran que en la decisión de instalarse en Los Ángeles, donde la actriz tenía una casa, pesó el deseo de tener intimidad en los primeros meses de su relación y en el posterior nacimiento de su hijo. La pareja se sentía agobiada por el foco mediático que les perseguía. Poner kilómetros de por medio fue la solución.
Los Bardem Cruz se manejan con dificultad cuando llega el momento de hablar de asuntos que no son profesionales. Defienden su intimidad con uñas y dientes. Tardaron en admitir su relación, en reconocer que se habían casado, y cuando tuvieron su primer hijo se negaron a informar del sexo y del nombre. Son decisiones que competen a su vida privada, pero que no eluden cuando se sientan en los sillones de las grandes cadenas estadounidenses o en portadas de revistas como Harper’s Bazaar. En esa publicación, Pe se refirió a Leo. “Hablo de él a todas horas, incluso con extraños, es mi tema preferido. Pero no quiero hacerlo en las entrevistas”. Argumenta que no le gusta hablar sobre su intimidad porque le resulta “doloroso” y considera que afecta a su trabajo.
Leo comenzará el colegio en otoño el colegio. Sus padres han elegido una escuela con el método de enseñanza Waldorf
Esta vez Penélope, que ha cumplido 39 años, no acudirá a la lujosa clínica Cedars Sinaí de Los Ángeles a dar a luz, decisión que le costó duras críticas, como que buscaba un niño-ancla para quedarse en EE UU. Lo hará en el Ruber Internacional de Madrid, el centro privado en el que nació la niña de Mónica Cruz y bebés tan famosos como las infantas Leonor y Sofía. La actriz acude estos días a sus últimas revisiones y escucha cómo su ginecólogo le advierte: “No engordes más”.
En estos días es normal ver a la pareja paseando por Madrid, saliendo a cenar, intentando hacer una vida corriente. Frecuentan a sus amigos de siempre, esos que saben que no les van a fallar a la hora de guardar su intimidad. Entre ellos está Juan Diego Botto, quien primero fue amigo de Pe y ahora también es íntimo de Javier.
Directora y diseñadora
Penélope Cruz está últimamente diversificando su carrera profesional. El diseño ocupa cada vez más parte de su tiempo. Ha creado una línea de ropa y de bolsos, y ahora, una colección para Agent Provocateur con su hermana Mónica (en la foto, Penélope acude a visitar a Mónica, cuando dio a luz hace 15 días). Ha sido con esta marca con la que ha debutado como directora. Un spot que todavía no se ha estrenado.La pedagogía Waldorf tiene sus raíces en la investigación del austriaco Rudolf Steiner. Las clases son pequeñas y no hay libros de texto. En lugar de exámenes y notas, se valora el progreso de cada niño en un informe final, en el que se hace alusión a su evolución intelectual, emocional y artística. Esta pedagogía concede gran relevancia a estimular la relación de los menores con el arte. Hay unos 3.000 centros Waldorf en el mundo. En ellos han estudiado muchos personajes famosos; entre ellos, las actrices Jennifer Aniston y Sandra Bullock.
Cuando Leo, de dos años, comience las clases el próximo otoño, su madre todavía no se habrá incorporado de lleno al trabajo. Penélope, tras dirigir un anuncio para Agent Provocateur, se ha tomado un tiempo de descanso. Ahora además quiere ir más despacio. “Probablemente haré una película al año, quizá dos, pero no más, porque ahora tengo otras prioridades”, ha contado. Tiene pendiente el estreno de la cinta de Ridley Scott en la que coincidió con Javier Bardem —que busca nuevo proyecto— y planea participar en una gran producción que contará la vida del clan de los Gucci, en la que el lujo y las intrigas se mezclan. Precisamente dos cosas de las que ella huye en Madrid.
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