El presidente saliente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, que dejará su cargo dentro de cinco días, se ha despedido hoy de los periodistas y ha afirmado que no le gustaría ir a presidir la ONU, que Obama no le escuchó cuando le pidió que Estados Unidos cambiara su forma de relacionarse con América Latina y que "si el pobre fuese una acción en Bolsa estaría en alta".
Lula confesó a los periodistas que le han seguido de cerca durante sus ocho años de Gobierno, que a él le hubiese gustado ser economista, pero que ya es tarde para volver a estudiar y que en realidad no lo necesita: "Mi experiencia en la Presidencia de la República ha sido como un posdoctorado en economía elevado a la quinta potencia. No sé lo que podría aprender más en la Universidad", afirmó.
Cerró definitivamente los rumores de una posible candidatura suya a la Secretaría de las Naciones Unidas (ONU). Según él, sería peligroso que un ex presidente de Brasil pudiera dirigir dicho organismo internacional, ya que de ese modo un día "también querría hacerlo un presidente de los Estados Unidos que lo dominaría. La política del mundo la tienen que hacer los presidentes y no los burócratas", afirmó.
Para Lula los integrantes de la ONU tiene que ser "burócratas competentes" y el Secretario de la misma "un simple funcionario", nada más. El ex tornero aprovechó para criticar que la ONU, además, ya no representa la nueva geopolítica del planeta. Criticó duramente las relaciones de los Estados Unidos con el continente latinoamericano y contó que de ello había conversado "inútilmente" con el presidente Barack Obama. Dijo que los Estados Unidos "mantienen, desde siempre, una relación de imperio con los países pobres".
Por lo que se refiere a la falta de paz en Oriente Medio, Lula cree que nunca la habrá mientras los Estados Unidos "que son parte en el conflicto" piensen que van a resolverlo "ellos solos". Lula recordó a los periodistas que sale feliz de la Presidencia y de su experiencia de haber sido el primer trabajador sin estudios que llegó a ella. Lo único que sufrió, dijo, fue soledad los fines de semana. "Hice una opción de no encontrarme esos días con amigos para no crear envidiadas", dijo, para añadir que ahora "en unos años", podrá ir a restaurantes, comer, beber y encontrarse con los amigos que quiera.
El presidente saliente asegura que no tendrá añoranzas, ni de la piscina ni del avión presidencial: "A la piscina no me gusta ir y tengo miedo de volar", aseguró ante las risas de los periodistas.
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