Nápoles se hunde en su basura. Nunca se fueron del todo los cubos repletos, las bolsas y los deshechos amontonados a lo largo de sus calles. Sin embargo, en estos días la marea fétida, que baja y vuelve a subir, pero nunca desaparece, a pesar de las reiteradas promesas del primer ministro, Silvio Berlusconi, ha tocado otra vez niveles de emergencia.
Durante la pasada madrugada tuvo que intervenir el Ejercito para que la ciudad pudiese respirar un poco. Los militares recogieron 50 toneladas de residuos, pero aún faltan por digerir 1.500.
Con la ayuda de doce camiones de basura y algunas palas mecánicas, los militares han empezado a abrirse camino entre los montones de basura con las primeras luces del alba. Los soldados han despejado de escombros dos largas arterias de la ciudad (vía de Don Bosco y de Umberto Maddalena) y toda la basura recogida la han llevado a los vertederos que hoy han vuelto a funcionar (aunque parcialmente) tras la fiesta de Navidad.
En la noche del 23 se recogieron y se trasladaron a los basureros más de 1.500 toneladas. En Nochebuena, en cambio, sólo 920, porque las plantas cerraron antes. En las calles quedaron unas 600 toneladas más de lo habitual y la ola ha vuelto a subir tanto que la intervención del Ejército (por segunda vez en los últimos meses) era la única opción: la urbe no podía sufrir otra noche sin recogida. Hoy, los basureros han funcionado sólo a media jornada.
Paolo Giacomelli, concejal de limpieza, ha llamado a la población a que aguante sin tirar la basura lo máximo posible. Para sobrevivir a estos días de fiestas, "en los que siempre se generan muchos más residuos de lo habitual", las autoridades municipales han pedido a los ciudadanos que no tiren a los cubos -ya desborados de desperdicios- los deshechos secos como papel y cartón.
Que esperen a mañana, cuando las plantas deberían volver a funcionar a ritmo pleno. Una solución menor para una plaga vergonzosa que envenena el territorio y que ha aumentado la incidencia del cáncer en la zona en un 20%.
Nápoles sufre hace quince años la llamada "emergencia de los residuos". Los políticos parecen incapaces de poner orden en un sector económico controlado, como tantos otros en la provincia, por la Camorra, que lleva treinta años descargando ilegalmente y a bajo precio millones de toneladas de residuos tóxicos, producidos por las empresas del rico norte de Italia, en la región de Campania.
El 23 de diciembre, en la rueda de prensa de finales de año, que el Gobierno utiliza para hacer balance de su actuación a lo largo del curso, Berlusconi declaró haber solucionado la emergencia de la basura napolitana en tan solo 58 días. Legambiente le había contestado: "Allí va la última eco-mentira del año".
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