Su rostro no solo sirvió para ilustrar un cártel, si no que llegó a convertirse en un icono de las mujeres trabajadoras durante la II Guerra Mundial y del feminismo en Estados Unidos. Geraldine Hoff Doyle murió el domingo a los 86 años a causa de la artritis, ha confirmado su hija y recoge The New York Times.
A pesar de que su rostro es conocido mundialmente y que el cartel ha sido ampliamente reproducido e imitado, Doyle lo vio por primera vez en una revista en 1982, ha explicado su hija, que afirma que el rostro si era el de su madre, "sus bonitos labios, la forma de su cara", pero no así el brazo musculado.
Como muchas mujeres estadounidenses, mientras los hombres combatían en la II Guerra Mundial, Doyle estuvo empleada en una fábrica cercana a su casa. El trabajo de féminas como Doyle ocupó los titulares de la prensa del momento.
Precisamente fue un fotógrafo de United Press el que retrató a la joven y la imagen devino en un póster, diseñado por el artista gráfico J. Howard Miller, para luchar contra las huelgas y el absentismo laboral. Aunque ese fue su propósito principal, el cartel terminó siendo, a partir de los años ochenta, símbolo del feminismo.
El accidente en las manos de otra mujer que desempeñaba una labor como la de ella, asustó a Doyle, que decidió cambiar de trabajo, unas dos semanas después de ser fotografiada. Se empleó entonces, entre otros lugares, en un bar, donde conoció a su marido, Leo H. Doyle, con el que estuvo 66 años casada, hasta la muerte de él este mismo año.
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