Jerusalén, ciudad tres veces santa y muchas más veces conquistada y destruida, no escapa al conflicto ni en un programa de entretenimiento supuestamente "blanco".
RTVE buscó españoles en Jerusalén para su programa 'Españoles en el mundo', pensando que en la "capital de Israel" se podía rodar sin conflicto. Imposible: 'el conflicto' es la esencia de Jerusalén e ignorarlo es, para muchos, tomar partido. Máxime cuando de la selección de contenidos y personajes resulta un "publirreportaje sionista", un "fraude" y una "gran mentira", según testimonios recogidos por Público.es
Españoles que habitan en la ciudad santa se quejan de que lo "blanco" se convierte en el color de un lado. Un perfil que muestra la realidad desde un solo punto de vista, "normalizando" una situación a años luz de la normalidad, e "invisibilizando" a una parte de la población.
Israel considera a Jerusalén la capital de su Estado tras su ocupación total tras la guerra de 1967, pero la división interna es evidente aunque no se reflejara en ‘Españoles en el Mundo': lo que la cadena pública ve como "un programa que simplemente refleja unas visiones muy personales de cada participante", para otros españoles en Jerusalén no consultados o apartados de la edición final es una "visión muy sesgada", según los testimonios más comedidos.
Tina y Susana
La productora del programa estaba aliviada tras conseguir a dos españolas que vivían en Jerusalén en zona palestina, pues los numerosos ‘oenegeros' que habitan en la ciudad no quieren contribuir a lo que llaman "normalización" de una ciudad ocupada.
Tina Miñana y Susana de Val D`Espaux, que han trabajado varios años con Médicos del Mundo en Palestina, aceptaron participar en el programa y rodaron en Jerusalén y Belén un día del pasado abril, ‘mordiéndose la lengua' para seguir las instrucciones de la productora, que las instruía para "evitar entrar en polémica".
A mediados de mayo recibieron un email de la productora que ponía fecha a la emisión del programa (25 de mayo 2010), con la confianza de que el resultado fuese de su agrado. Poco después, otro email advertía de que, por problemas de agenda, el programa se posponía, pero que seguro que se emitiría.
RTVE mutiló los 8 minutos del programa en los que salían dos españolas de Jerusalén Este.
Y a principios de diciembre una llamada concretaba el día de emisión: el martes 7 de diciembre. Pero se había mutilado. "Se canceló nuestra participación porque el programa se había reeditado", cuenta Miñana, que ha vivido tres años en Jerusalén.
Miñana y De Val, pidieron explicaciones a la defensora del espectador de RTVE, Elena Sánchez, porque "obviar la experiencia personal vista desde esta parte de la ciudad [Jerusalén Este] podría suponer una visión parcial y no plural de la ciudad".
El montaje final
La respuesta de la Dirección de Programación y Contenidos, calcada a la que posteriormente ha obtenido este diario en boca de la defensora del espectador, remite al carácter "blanco" de 'Españoles en el Mundo': "Es un programa que no intenta describir la realidad política o social de un país, simplemente registra las experiencias y visiones de españoles en cada uno de los países [...]
En cuanto a las comunicantes, como en muchas otras ocasiones hay personas que participan en programas y que en el montaje final no tienen cabida en el capítulo".
En nuevos mensajes las cooperantes intentan obtener alguna explicación sobre la cancelación de su participación por lo que "esto podría suponer en cuanto a la pluralidad de visiones que TVE se compromete a garantizar". Pero la defensora echa balones blancos fuera reiterando que "Españoles en el Mundo es un programa encuadrado en el Área de Entretenimiento y no entra en consideraciones políticas o de otro tipo".
¿Pero por qué?
Carmen Domínguez, directora de 'Españoles en el mundo' y productora ejecutiva para New Atlantis, remite a RTVE para cualquier explicación sobre el contenido final del programa, pues es la propietaria.
Cualquier espectador puede comprobar que el capítulo dedicado a Jerusalén dura ocho minutos menos de lo normal, los minutos de las cooperantes que fueron cercenados por decisión de RTVE.
Público ha podido saber que la decisión fue exclusivamente de RTVE, que editó el programa mucho más "balanceado y equidistante" entregado por la productora, decisión que llevó varios meses (el programa se rodó en abril) y que pasó por la dirección general de la cadena pública.
Los responsables del programa no ofrecen ninguna explicación más que el comunicado de la Defensora. O tienen algo que esconder o son más ‘papistas que el Papa', explica Alberto Arce, periodista free lance: "Hay un miedo generalizado cada vez que se menciona la palabra Israel".
A Arce el programa le parece "una vergüenza" desde el punto de vista editorial: "¿Qué pasa cuando en un programa de la televisión pública que ven millones de espectadores se sigue el peligroso juego de despolitizar, mintiendo y omitiendo, la ciudad de Jerusalén?", se pregunta.
"Esta no es mi ciudad"
Concediendo que la edición del programa es solo ‘miedo' o autocensura sin intención parcial, a pesar de la selección final de los participantes, otros españoles en Jerusalén han "alucinado" al ver el programa.
A Eugenio García Gascón, corresponsal de Público en la zona y que reside en Jerusalén desde hace 15 años, le ha parecido muy sesgado: "Básicamente
dan su opinión españoles judíos que han emigrado a Israel y que sintonizan con el pensamiento sionista más tradicional."
Para Gascón, reconocido como gran experto en Oriente Próximo por sus colegas, es "inexplicable que no hayan incluido opiniones diversas en un lugar dominado por un viejo conflicto que es el centro de todo.
El hecho que continuamente haya alusiones ligeras al conflicto oculta el problema muy real de la ocupación israelí de Jerusalén oriental, donde los palestinos tienen que luchar a diario contra una presencia cada vez mayor y más sofocante de colonos judíos. Este es un asunto importante en Jerusalén, tal vez el más importante, y ni siquiera merece un comentario".
Laura Caro, corresponsal de ABC desde hace cinco años, "no daba crédito" cuando vio el programa. "Es una burda propaganda, esa no es la ciudad donde yo vivo. Netanyahu no lo hubiese hecho mejor". Para Caro se trata de "una ficción que debería titularse 'Españoles por los mundos de Yupi', donde no existe la ocupación y no se habla de la población palestina".
Y matiza: "A veces se habla de Jerusalén con cierta ignorancia, pero esta vez no se trata de ignorancia: es una clara complicidad con una parte y una voluntad de negar a la otra, es un fraude absoluto, no es ignorancia, es complicidad y mentira, ficción y propaganda".
Y pone como ejemplo a la primera protagonista, una judía conversa que explica que al 'Muro de las Lamentaciones' lo llaman 'El Muro' porque solo hay uno... "¿Y el muro construido por los israelíes para aislar a lo palestinos?", se pregunta Caro.
A Lola Cabrera, periodista que vive en Jerusalén Oeste, también le pareció "lamentable que sólo mostraran parte de la ciudad y sus habitantes, ignoraron completamente a Jerusalén Este. Como si no existiera".
El paraíso del Kibutz
La última parte del programa es, para ‘otros españoles en Jerusalén' consultados por Público.es, lo más "inexplicable y surrealista". Sale una pareja de españoles en un kibutz y comienzan: "Es todo verde, un sitio tranquilo [...] Toda la gente comparte todos sus ingresos y se queda en un fondo común y después se va repartiendo según sus necesidades... La idea es de compartir todo."
"Al hecho de que se incluya la Galilea en un programa sobre Jerusalén no le encuentro una explicación", comienza García Gascón.
"Lo curioso es que en el programa, cómplice con la capital eterna e indivisible de Netanyahu donde no hay árabes ni palestinos, ni ocupación, en la parte más ‘marciana' salen los del kibutz que te enseñan el búnker que tienen en casa...". Para Caro el mensaje es "qué divertido es todo, que bonito, qué bien lo pasamos en el kibutz pero tenemos miedo a esos otros que son completamente obviados en el programa".
Remata Lola Cabrera: "Lo que ya me pareció definitivamente fuera de lugar fue el reportaje de dos chicos españoles viviendo ¡en un kibutz en la Galilea! ¿Qué tendrán que ver con Jerusalén?
JERUSALÉN, OCUPADA Y SITIADA
A día de hoy Jerusalén es una ciudad de unos 800 mil habitantes con dos sectores claramente definidos por más que Israel trata de borrar cada día la línea verde de 1967. La expansión colonial es constante, hasta el punto de que en el sector ocupado la población israelí ya supera a la población autóctona palestina.
La imagen que transmite ‘Españoles en el mundo' ignora completamente la situación de los palestinos, que es la población que a diario sufre los abusos de la ocupación, una ocupación que ha sido condenada repetidamente en los foros internacionales sin que Israel haya hecho ningún caso.
La línea verde apenas es reconocible. En el lado palestino de la ciudad vive cada día más población judía, religiosa y no religiosa, que los sucesivos gobiernos israelíes van trasladando continuamente al tiempo que construyen viviendas para sus colonos en los asentamientos que rodean a la ciudad santa.
Y si esto ocurre extramuros, intramuros la situación no es mucho más halagüeña. Existen organizaciones, algunas de ellas financiadas por ricos judíos norteamericanos, que compran a precios muy por encima de su valor real del mercado las casas de los palestinos con el fin de que la población judía se vaya expandiendo por el casco antiguo.
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