sábado, 14 de mayo de 2011

El aislamiento del escritor.

El ser humano es un bicharraco"
Chris Stewart, escritor y exbatería de Genesis, apuesta por la vida rural


Chris Stewart es el heredero directo de esos viajeros y escritores ingleses que atravesaron Andalucía en los siglos XIX y XX, convirtiéndola en protagonista de sus relatos más o menos de ficción. Como algunos de ellos ha terminado viviendo en lo más profundo de sus entrañas, porque Stewart no es que viva en la Alpujarra, que ya es aislarse, es que vive en un cortijo, con su mujer y su hija, desde hace 20 años, al que para llegar hay que atravesar caminos de tierra y acceder andando un buen trecho.

El músico participa en el Festival Internacional de Poesía de Granada
"Vivimos en el quinto pino", dice. Pero detrás de esa decisión, detrás de su escritura optimista, divertida, idealista se esconde una vida insospechada y, sobre todo, una humilde y austera concepción de algo tan poco austero como es el hedonismo.

De su literatura y algo más habló ayer en el Festival Internacional de Poesía de Granada con el periodista Jesús Arias. Donde, inevitablemente, se le preguntó por Genesis, mítico grupo del que fue su batería. Tras salir de la banda se unió a la troupe nómada de un circo, después aprendió a esquilar ovejas -algo que hizo durante años (aún hoy)-, se enroló en un yate y vagó por Grecia un par de años. Esta experiencia le sirvió para escribir su libro, publicado el año pasado, Tres manera de volcar un barco (Ed. Salamandra). Pero aún hay más. Después se dedicó a escribir una guía de viajes de China: "Ello me llevó a múltiples restaurantes y hoteles de lo más variado", dice, y de ahí, no está claro cómo, pasó a tener una licencia de piloto de aviación en Los Ángeles.

Su primer libro, Entre limones, le convirtió en un escritor célebre que vendió un millón de ejemplares. La experiencia le gustó y le sorprendió porque nunca había escrito: "Yo era alguien sin estudios, cuya mayor ilusión era ser guitarrista".

Tras finalizar su charla, ante un público entusiasmado que le interrumpía con aplausos, Stewart hurgó en sus universos íntimos. Cuando se le pregunta, dado su carácter, si es cierta esa teoría de que el optimismo se identifica con la izquierda y el pesimismo con la derecha, apunta: "Soy muy de izquierdas, pero últimamente estoy perdiendo mi optimismo de forma global, porque cada vez veo que estamos más puteados por las élites políticas, por los líderes, leo EL PAÍS, y leer un periódico bueno te empuja a estar deprimido, pero hay obligación de saber qué pasa".

Stewart, reconocido optimista, sigue lanzando un discurso que parece estar muy lejos de provocar alegrías: "Estamos mirando hacia otro lado con todos los horrores de muchos regímenes, vivimos abrigados en democracias más o menos admirables, pero esto se puede poner desagradable en cualquier momento, va a darse un colapso de la sociedad, el ser humano es un bicharraco, un monstruo y estos 50 años de paz son una aberración, vamos a entrar en estado de guerra constante por los recursos que no tenemos para todos.

Pero, en medio de los horrores, hay gestos de humanidad, por eso lamentaré la desaparición de la raza humana", concluye el escritor, que la semana que viene saca su próximo libro, Los almendros en flor (Ed. Salamandra). Cuando se le pregunta qué cree que es mejor de España, afirma rotundo: "De este país, para mí lo mejor soy yo, y me refiero a la manera de cómo he cambiado a consecuencia de vivir entre este bendito pueblo".

No hay comentarios:

Publicar un comentario