El mexicano Jorge Volpi ha impartido esta tarde desde la Feria del Libro de Guadalajara la segunda de sus tres clases en el cibertaller de Babelia. Sus explicaciones han sido salpicadas con opiniones acerca de la narco-literatura, sus libros anteriores o sus cuentos favoritos.
"No radica en que una historia parezca interesante por sí misma, sino en la manera de tratarla. Hay libros con argumentos que parecen intrascendentes y pueden ser grandes novelas; o historias apasionantes que terminan en libros intrascendentes".
Incluso en opinión de Volpi "una anécdota mínima, bien tratada, puede conseguir" ser un gran libro.
- ¿Existe alguna fórmula propia para logar el interés de los lectores?
"Nuestro cerebro está programado para preguntarse, todo el tiempo, '¿y qué va a pasar después?'. Así ocurre en la realidad y así ocurre con las novelas. Un escritor debe ser más o menos consciente de esto, para tratar de tramar un duelo con su lector imaginario".
Para entrampar al lector, piensa, el escritor "debe guiarlo y a la vez desconcertarlo". "Si, por un lado, uno es siempre predecible, el lector se aburrirá muy pronto y abandonará la lectura. Si, en cambio, no hay coherencia y todo es inverosímil, pasará lo mismo".
- ¿En qué momento vale la pena contar una historia?
"Creo que todos sabemos, de manera más o menos intuitiva, cuándo estamos frente a una buena historia. La escuchamos o la leemos, y nos atrapa. Queremos saber qué más va a ocurrir".
"He abandonado más de tres proyectos cuando llevaba doscientas o trescientas páginas. A veces uno descubre que una novela no funciona cuando ya en muy tarde, y no hay remedio".
- ¿Cómo se le ocurre a uno un argumento?
"Hay muchas posibilidades. Una historia de familia, una anécdota escuchada por casualidad, la trama de otro libro, un tema en específico, un personaje entrañable o terrible al que uno quiere seguir".
- ¿Cuánto hay que depurar un texto?
"A veces uno puede corregir de más. Creo que es mejor dejar descansar un texto (o más bien nuestro cerebro) unas semanas o incluso meses, y volver a un texto para saber qué tanto funciona o no".
- ¿Cómo se logra el tempo de una novela?
"Hay que encontrar una especie de ritmo entre la tensión y el relajamiento, como en la vida. Esos puentes no deben ser muy largos, pero sí sólidos. A veces pueden ser otros tiempos de los personajes, sus recuerdos, descripciones físicas o del ambiente".
"Una de las cosas más difíciles en una novela son, en efecto, los puentes, las transiciones. Pero son fundamentales. Sabemos qué partes son climáticas, pero hay que prepararlas y apuntalarlas con mucho cuidado"
-¿Cómo hay que tratar a los personajes?
"Kundera dice que un personaje es un ego experimental; Umberto Eco, que es un nombre al que se asocian ciertas características. Yo creo, más bien, que a todos los personajes debemos tratarlos como a personas reales, y por tanto tratar de conferirles la misma complejidad del mundo".
Y, subraya, no hay que olvidarse de los secundarios: "Hay que considerarlos personas en la misma medida que a los personajes principales... o a nuestros vecinos". Se suma entusiasmado también a la idea de un ciberalumno: "La idea entonces es que todos los personajes merecen una oportunidad, como la gente... que interesante".
No hay comentarios:
Publicar un comentario