Estados Unidos sospechaba del magnate tejano Allen Stanford mucho antes de que se destapase en febrero de 2009 el supuesto fraude por importe de unos 8 mil millones de dólares en una trama piramidal similar a la de Bernard Madoff. Así lo revelan los documentos del Departamento de Estado obtenidos por Wikileaks a los que ha tenido acceso EL PAÍS.
La embajadora de Estados Unidos en Bridgetown (Barbados), Mary E. Kramer, coincidió en un desayuno con Stanford en el hotel Barbados Hilton el 21 de abril de 2006, casi tres años antes de que estallase el escándalo. El resumen de esa reunión que envió la embajada al Departamento de Estado señala expresamente cómo la embajadora evitó en todo momento ser fotografiada con Stanford a causa de las sospechas que tenía sobre su actividad.
La comunicación de la embajada describe a Stanford como un "controvertido multimillonario tejano" cuyas compañías se rumorea que están incursas en "sobornos, lavado de dinero y manipulación política".
Pese a esas sospechas de negocios turbios, Stanford siguió operando en EE UU y numerosos países de Latinoamérica captando dinero de inversores que se vieron abocados a la ruina cuando se descubrió la estafa, en febrero de 2009.
El grupo de Stanford ofrecía a sus clientes certificados de depósito emitidos por su banco en Antigua con rentabilidades superiores al 10%. Les aseguraba que el dinero se invertía en activos líquidos gestionados por expertos y convenientemente supervisados. Para ocultar la trama sobornó al regulador de Antigua, Leroy King, que durante años hizo la vista gorda y luego fue acusado junto a Stanford.
Al destaparse el escándalo, grandes colas de clientes asustados por el riesgo de perder sus ahorros se formaron ante las oficinas de la firma Stanford en diversas partes del mundo.
El escándalo alcanzó también al Congreso de EE UU, pues Stanford donó millones de dólares a políticos, según la entidad independiente Centro de Política Responsable. Entre ellos estaban John McCain, candidato republicano a presidente en 2008, y los senadores demócratas Christopher Dodd y Charles Schumer.
El estadounidense Stanford ocupaba el puesto 605º de la lista Forbes de hombres más ricos del mundo, con una fortuna de unos 2 mil millones de dólares. Tiene también la ciudadanía de Antigua y Barbuda, donde fue ordenado caballero. Era muy conocido en el circuito del críquet por su generoso patrocinio de una versión de este deporte (el Twenty20).
En junio de 2008 aterrizó en helicóptero en el Lord's Cricket Ground de Londres lanzando billetes al aire para anunciar un desafío entre la selección inglesa y un equipo de jugadores de las colonias británicas del Caribe con un premio de 20 millones de dólares.
Stanford se entregó al FBI en junio del año pasado y desde entonces ha permanecido en prisión a la espera de juicio.
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