Amor de mi vida: te puedes imaginar perfectamente la ansiedad que me carcome las entrañas, porque tu venida a Guatemala se ha postergado tanto tiempo ya. Aquí en privado puedo decirte todo lo que pasa por mi mente ardiente de pasión. Esta dilatada postergación de nuestro encuentro me enloquece, y no precisamente de pasión sino de desesperación sin límites.
No hallo sosiego alguno a mi espíritu, vivo y pernocto en una biblioteca, la de mi amado padre, tengo unos 10 mil volúmenes a mi alrededor y no se me antoja leer ninguno de ellos. Y eso que soy un lector consumado y dedicado tiempo completo a la lectura y a la escritura, pero lo que padezco ahora impide concentrarme en mis placeres solitarios de siempre, no confundir con el onanismo de los incapaces de conquistar a otro ser humano.
Sí nos vemos gozosos ante la pantalla de la computadora, todos los días que podemos hacerlo, por la via del Skype, pero ya no me provoca suficiente placer, porque ya quiero el encuentro real, y no sé a ti qué te suceda ante la misma situación. Me gustaría conocer tu opinión y sentimiento ante el mismo padecimiento amoroso.
Nos hemos dicho tantas promesas, a cual más de atrevidas, que despiertan enormes expectativas para ese día de nuestro encuentro en Guatemala. Esa reunión de los cuerpos desnudos, es algo que puede provocar un paro cardiaco a los dos. De verdad, que estamos entrando a terrenos peligrosos de la pasión. La actitud mia y tuya es de un desbordamiento erótico inimaginable para mentes conservadoras.
Nos encerraremos a disfrutarnos todo lo que hemos mencionado qué nos gustaría hacer y que nos hiciera nuestro amado tormento. El día tendrá que tener más de 24 horas, si no no nos proveeremos de eso que deseamos tanto. Parecería que la carencia afectiva es insaciable, y no es así. Simplemente, el motor de esta pasión loca es el deseo de "poseer al otro", hacerlo nuestro por un instante, inclusive hablamos de asumir una sumisión al otro, sin que ello implique nada más que una sumisión en lo erótico, nunca fuera de ese terreno. Es delicioso imaginárselo así, porque en el verdadero amor eso es válido y gozoso para ambos.
Se trata, y estás de acuerdo conmigo, de romper paradigmas amorosos, y desbordarse, y cometer locuras, al menos una vez en la vida. Los amores convencionales se los dejamos a los que no conocen otra posición que la tradicional del "misionero". Exploraremos nuestras geografías ignotas de los cuerpos, suavemente y con pasión, mordiendo delicadamente al otro, como queriendo consumirlo por entero y devorarlo una y otra vez, asunto que solo es posible en el amor verdadero.
Aura Marina, ¿o vienes o voy por ti? Escoge pero ya.
No sé si puedo resistir hasta dentro de 15 días, no seas cruel con este apasionado amor que reclama tu presencia pero ya, con urgencia.
Espero noticias tuyas muy pronto, y que sean las que yo necesito saber para calmar esto que se sale del pecho.
Tuyo por siempre.
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