En la guerra, la violencia es especialmente cruel con las mujeres. Agresiones sexuales, amenazas y estigmas sociales persiguen a las mujeres que viven en zonas de conflicto.
Así lo han afirmado las participantes del seminario Defensoras de Derechos Humanos bajo amenazas en América Latina, realizado ayer en Madrid en ocasión de Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. "A las defensoras no les ocurre lo mismo que a los defensores", aseguró la directora de la Corporación Sisma Mujer y responsable del Observatorio de los Derechos Humanos en Colombia, Claudia Mejía.
Las cifras no son alentadoras. La ONU estima que el 60% de las mujeres han sido o serán víctimas alguna vez en su vida. En América Latina, una de cada tres mujeres ha sufrido abuso sexual, según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Solamente en México y Centroamérica, más de 2.300 mujeres fueron asesinadas en 2009. Y ellas son las que se ponen en la línea del fuego, las amenazas son simplemente el inicio.
"A mí lo primero que me dijeron es que me quitarían a mis hijos", aseguró la colombiana Gloria Amparo Suárez, miembro de la Organización Femenina Popular (OFP). Todo para que no insistiera en sus denuncias contra un jefe paramilitar. Suárez añadió que, incluso en la defensa de los derechos humanos, el trato es distinto.
"A un hombre no se le cuestiona por sus decisiones. A una mujer se le pregunta, '¿por qué lo hace? Es mala mujer, es mala madre", explicó. En lo que va de este año, 167 activistas han sufrido agresiones. 33 han sido asesinados. El conflicto colombiano ha causado que cerca de cuatro millones de personas (casi un 10% de su población) dejaran sus casas. El 80% son mujeres y niños.
El sombrío panorama se extiende por Latinoamérica.
En Guatemala, uno de los países más golpeados por la violencia, más de 5 mil mujeres han sido asesinadas en los últimos 10 años. Las cifras oficiales señalan que, entre enero y octubre de este año, otras 587 han muerto víctimas de violencia de género. El propio Gobierno guatemalteco se declaró ayer "avergonzado" por los altos niveles de violencia en su país.
La guatemalteca Lorena Cabnal, descendiente de los pueblos maya y xinka y fundadora de la Asociación de Mujeres indígenas de Santa María Xalapán Jalapa , aseguró que "ser mujer indígena y ser feminista tiene muchas complicaciones en Guatemala".
La presidenta de la Asociación para la Investigación y Acción Social, la colombiana Berenice Celeyta, subrayó que, aun cuando las cifras son terribles, lo más grave es que "la impunidad roza el 99%". Cabnal coincidió. "Eso es solamente lo que se denuncia".
Que triste realidad tenemos!!
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