viernes, 26 de noviembre de 2010

Poesía, la película.

Yun Junghee tiene uno de esos currículos que apabullan. Debutó en el cine en 1966 y desde entonces hasta su retirada se hinchó a ganar premios. Tras una década jubilada, el director Lee Chang-dong, ex ministro de Cultura de su país, la convenció para volver con Poesía, en la que encarna a una anciana que cuida de su nieto, un chaval con tan malas compañías que junto a varios compañeros de colegio violan y empujan al suicidio a una alumna.

Mientras intenta lidiar con tamaño problema, la mujer descubre que tiene un principio de alzhéimer y se apunta a unos cursos de poesía.

El prodigioso y sutil entramado de Poesía le reportó el premio al mejor guión en Cannes, y durante el certamen el nombre de Yun Junghee sonó para el galardón a la mejor actriz. "A mí, sinceramente, no me provocó ninguna decepción no obtenerlo", asegura durante una entrevista en el festival de San Sebastián, un certamen que visitó aprovechando que su marido, director de orquesta, actuaba en Valencia.

"El premio está marcado por la suerte. Tanta gente me ha felicitado después de ver la película que ya de por sí todo eso es un premio".

¿Por qué salió de su retiro de oro para rodar Poesía? Puede parecer muy extraño, pero después de leer el guión mi marido y yo, él me dijo: 'No es que se parezca a ti, es que como tú. Eres tú'. Así que creo que he expresado mi personalidad". ¿Y el guión? "Desde luego.

En el filme hay una violación que nadie debe descubrir. Es una inmoralidad, y un autoengaño de la sociedad, y para mí el motor del filme está en sacar a la luz esta mentira". De acuerdo, pero en Poesía se habla, y mucho, del olvido: el profesor de poesía reconoce que es un arte en desaparición, los padres de los alumnos desean que nadie recuerde lo que ha pasado, la protagonista empieza a sentir en su vida el declive de un alzhéimer incipiente...

La sociedad actual olvida muy rápidamente las cosas. "Cierto. En Corea todas las profesiones artísticas tienen muy poca duración... La gente te olvida rápidamente. Hace muchos años yo grabé poesía con música de mi marido, ¿y quién se acuerda de eso? Este mundo va cada vez más rápido y olvida antes. Por eso tenemos que esforzarnos en recordar". Peor aún le va al mundo del cine: o triunfas a la primera o nadie te hace caso. "No sé qué es más complicado, si triunfar o mantenerse".

El alzhéimer de la protagonista marca sutilmente toda la trama, con unas pinceladas de humor que nunca sabemos si nace de su carácter o de la enfermedad.

"Mija Yang es muy risueña. Le preocupan otras cosas y no su enfermedad. Yo, al menos, no tuve dudas sobre cómo afrontarlo. En la película, ella va a un karaoke a negociar que le den dinero, y de forma casi absurda, acaba cantando en mitad de toda la tensión.

Es mi secuencia favorita, porque aclara hasta qué punto busca su felicidad y la encuentra en sitios a priori oscuros". Y Yun Junghee, sacada a su vez de su olvido, sonríe beatífica.

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