Ni duda cabe que la paz interior en cada uno de nosotros es el primer paso hacia una paz colectiva.
En tiempos globales tan cargados de violencia, rencor y muerte, tanta que en México corremos el riesgo de ya no sorprendernos de este clima que nos apabulla, un grupo de lamas tibetanos de la tradición Bön, ha decidido venir a México para ofrecer caminos de enseñanza budista que bien podrían modificar nuestra relación ìntima y personal con nosotros mismos y, por ende, con quienes nos rodean.
Tres son los maestros tibetanos que vendrán a México del 26 de noviembre al 4 de diciembre: Yongdzing Tenzin Namdak Rinpoche, Khenpo Tenpa Yungdrung Rinpoche y Geshe Tenzin Wangyal Rinpoche. El primero de ellos, nacido en Katmandú en 1926, es pilar del linaje Bön y se le considera uno de los expertos en meditación y en la exploración espiritual. El segundo nació en 1969 también en Nepal y el tercero, de origen hindú y próximo a cumplir 50 años, es guía espiritual y fundador de Garuda, Asociación Cultural Tibetana, AC.
Geshe Tenzin Wangyal Rinpoche reside en Estados Unidos desde 1991, es autor de los libros El yoga de los sueños.
-- ¿Cuál es el sentido de alimentar la paz interior y personal para llevarla a una paz colectiva?
-- En general, en estos tiempos enfrentamos retos globales en lo económico, el calentamiento global y los conflictos entre países. Frente a la situación en México en especial, con tanta violencia, existe una profunda necesidad de encontrar una paz colectiva.
Para poder lograrlo tenemos que encontrar el sentido de la paz interna e individual. Este proceso se puede dar a través de la consagración de la Stupa en México, que es un monumento sagrado que está representando a la paz mundial a través de un edificio. Es a través de esta edificación que los lamas, los maestros nos reuniremos para orar juntos, conectarnos, tratar de lograr un sentido colectivo de paz y poder transmitirlo a todos.
-- Este es un mundo dividido, injusto, con mayorías que luchan por sobrevivir, ¿qué les dice a estas personas para que alimenten su paz interna cuando no tienen qué comer?
-- Es verdad que el mundo está dividido y es poco justo. La riqueza no está distribuida de manera racional y por eso hay muchos problemas. De otro lado, pensamos que existen muchas personas que tienen conciencia de ello y trabajan en resolverlo.
Hay políticos que están buscando hacer las desigualdades menos drásticas. Nosotros, desde el punto de vista espiritual, pensamos que hay muchas posibilidades de reunir a todas las creencias, a todas las iglesias para que se reúnan en un punto en común para trabajar y conectarse.
Una manera de alimentar la paz interna y la compasión hacia uno mismo y los demás es cultivar un sentido profundo de empatía con otros. Si la gente que está metida en procesos violentos, pudiera sentir por un instante el dolor que infringe a alguien más, a las familias del agredido, habría una buena oportunidad de que sintieran compasión hacia sí mismos y los otros. Pero hablando del dolor, mucha gente ni siquiera logra identificarlo claramente; lo suprime, lo evita, corre de él. Y eso no ayuda a sentir compasión hacia uno mismo.
-- ¿Qué le sugeriría a los dirigentes políticos para generar empatía hacia los otros?
-- Estamos tratando de llevar a grupos sociales, a los políticos y a líderes religiosos la convicción de que la empatía es la forma única de conciencia mediante la cual se podrá cambiar algo en el mundo.
Sí, es indispensable llevar esta conciencia al círculo de la gente que tiene el poder. Uno de los objetivos más importantes del Dalai Lama es tratar de crear esta conciencia en el mundo y nosotros tratamos también de llevar este principio a la mayor parte de la gente.
Ahora en México tendremos una oportunidad única de traer a Yongdzing. Nos hubiera encantado que viniera a Estados Unidos pero solo irá a México a la consagración de la Stupa. Será un momento extraordinario para recibir su sabiduría ancestral y nos dará herramientas para trabajar con nuestras emociones y conflictos de la vida cotidiana.
Solamente encontrarse con él, verlo y escucharlo resultará transformador. Además estamos contentos que todas las fes de la tierra estarán juntas en esta ocasión para pedir por la paz del mundo.
-- ¿Qué les sugiera a aquellas personas que no irán con lamas o que no tienen un ejercicio meditativo, para que encuentren esta paz interior?
-- En momentos de grandes retos como ahora vive México, no hay que reaccionar violentamente, con agresividad, sin control. Cada vez que te enfrentes a un reto ve hacia dentro y busca lo que yo llamo un refugio interior. Y cuando lo encuentres, te sentirás protegido, encontrarás paz interna y también soluciones de cómo actuar frente a los conflictos.
Esta paz interior se logra a través de tres puertas que debemos experimentar: 1) La puerta del cuerpo: cuando enfrentas un reto, cierra tus ojos y siente la quietud de tu cuerpo.
Ponte inmóvil y te sentirás conectado, aterrizado, centrado. En ese momento sugiero que escuches el silencio interno y vendrá la otra puerta.
2) La puerta del habla. En el momento en que escuchas el silencio interno, te sentirás liberado de esas voces y esa energía violenta dentro de tu cabeza.
3) La puerta de la mente es cuando llevas tu atención hacia tu conciencia, hacia tu corazón y sientes la espaciocidad, la apertura. No importa cuánto miedo o ansiedad tengas, no importa el enojo que guardes, si llevas atención a tu corazón y la espaciocidad, podrás sentir más confianza en tí mismo.
Estas tres puertas, la quietud del cuerpo, el silencio del habla y la espaciocidad, son los caminos con los que cualquier individuo puede encontrar la paz y la confianza interna.
Es lo que llamo confiando en nuestro refugio interior. Es la conciencia que puedes llamar Dios, Buda, como quieras, no depende de ninguna etiqueta sino que es una esencia pura de cada ser sintiente. Es la fuente de todo lo que buscamos en la vida.
-- ¿La compasión lleva a la perdón? ¿Qué le dice a una mujer violada o a la madre de un hijo asesinado para generar empatía con el victimario?
-- Cuando alguien no está atrapado en su profunda oscuridad y miedo, cuando está conectado con su apertura hacia otros, es absolutamente posible el perdón. Conozco a una mujer de Virginia con quien me he encontrado un par de veces; vive en Bombay y perdió a su esposo y a su hija en la bomba que estalló en el hotel de aquella ciudad de la India.
Ella ahora ha creado en sí misma más conciencia, perdón y compasión. No sólo hacia la gente que mató a sus familiares -visitó al hombre que puso la bomba y lo hizo con compasión, comprensión y perdón- sino que ha regresado a la India y ha tratado de transmitir en otros este perdón hacia personas que han vivido una experiencia similar.
Así, cuando dejas de verte como víctima y no estás viendo tus miedos y no te identificas con esa oscuridad, te conectas con la apertura y amor hacia los otros, te desprendes del odio.
El fin último de la presencia de los tres lamas es la consagración de la Gran Stupa Bön para la Paz Mundial que se realizará el sábado 4 de diciembre en Valle de Bravo, estado de México. La Stupa es un objeto de veneración budista que simboliza el proceso espiritual hacia la iluminación y ésta será la mayor edificación de su tipo en Occidente.
Pero antes de esta ceremonia en el bosque, durante seis sesiones habrá conferencias, un seminario y una meditación colectiva que buscará alimentar la paz en el mundo, tan necesitados que estamos de ella.
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