viernes, 3 de diciembre de 2010

Aura Marina, viaja a Guatemala.

Mi amada Aura Marina, quien desapareció de mi vista por espacio de una semana, durante la cual casi me vuelvo loco de desesperación al no saber de ella, ya volvió al escenario (único) de nuestro romance: la pantalla de la computadora.

Después de haber trabajado en unos casos difíciles que lleva el despacho de abogados en donde trabaja por las mañanas, del cual ella es la jefa responsable de tres pasantes de abogados, por fin concluyeron los procesos judiciales en los que se encontraban sumergidos hasta el cuello. Claro, con un nítido triunfo profesional en su cuenta personal.

Por esos menesteres de su labor de abogada penalista, no tuvo tiempo de tramitar la obtención del pasaporte para poder viajar a Guatemala en un futuro muy próximo. Eso me tenía nervioso e inquieto.

Pero esta mañana, Aura Marina se colocó frente a la computadora, se conectó con conmigo vía Skype, y emergió como una sirena recién bañada, con el cabello húmedo y sin gota de maquillaje en su bello rostro, y mostrando su mejor sonrisa, me miró fíjamente alos ojos y me mostró ante la cámara, el dichoso pasaporte. Brinqué de alegría, porque eso significa que sí viene a verme en las fechas previstas, a mediados de diciembre y por unos cuantos días, porque su jefe que es un explotador famoso en el medio por exprimir a sus empleados al máximo y sin descanso, tal como lo hace cualquier director de despacho de abogados con éxito profesional.

Ahora, me toca preparar las sorpresas para Aura Marina, porque este viaje tiene que tener cosas lindas, sencillas pero espectaculares, que este país se presta para ser un marco adecuado para el visitante extranjero que siempre se van impresionados de la gente y de los paisajes naturales. Y vuelven, en alguna ocasión especial.

Aura Marina expresó su deseo de tomar unas copas de "margaritas", esa bebida mexicana de jugo de limón con tequila y sal escarchada alrededor de la copa. Deseo concedido, porque acá en Guatemala lo que abundan son los restaurantes mexicanos, finos y elegantes en la Zona 10, la Zona Viva. Si quisiera ella hasta un mariachi le consigo, para que cante lo suyo, su música, con esa bella voz ronca que tiene. Porque han de saber que nos enviamos mucha música que es de nuestro agrado y que luego tarareamos al unísono frente a la computadora. Ya la escuché y tiene un buen timbre de voz y es muy afinada.

Lo que queda pendiente de comentar entre nosotros, es lo que los cuerpos demandan en ese primer encuentro real. Eso nadie lo puede anticipar, esa será nuestra mayor sorpresa y alegría, sin duda. Ya estoy listo, ella no lo sé, ya me preparé durmiendo bien, alimentándome bien, haciendo ejercicios de calistenia todas las mañanas para tonificar los músculos, no sé bien por qué lo hago, simplemente me dieron ganas de estar en forma para ella y para mi.

Los años no pasan en balde...

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